Capitulo 2: Reunion con el führer
Estaciones de trenes, Berlín medio día ,1937
"El día ha llegado, en el tren se ha detenido. Estaban algunos comandantes de las SS. Abordó el Führer y les hizo llamar: es hora de cumplir el plan más deseado por todo el pueblo alemán, de destruir de las plagas en el Reich . Ya lo descubrirán."
Después de un largo viaje, finalmente llego al corazón del Imperio Alemán. Veamos lo que me espera en el tren.
SS-Obersturmführer :! Heil hitler!. ( Oberführer willkommen, es ist mir eine Freude, Sie kennenzulernen, und als Ihre beiden Reichsführer und Standartenführer tut mir mein Rang leid, denn alle Oberkommandos der Wehrmacht sind beim auf das ich zufahren werde reinstag) "Oberführer, es un gusto conocerlos a usted ya sus dos Reichsführer y Standartenführer. Lamento que mi rango no sea tan alto como el de ustedes, ya que todos los altos mandos de la Wehrmacht están con el Führer. Por favor, suba a mi automóvil , yo lo conduciré hacia el Reichstag".
"Bueno, este año todos están construyendo armamento militar y tanques debajo de las narices de Francia y Gran Bretaña, como los alemanes que tenían ingenio para esconder cosas muy grandes, casi ningún enemigo se enteró de que los nazis fabricaban artillería y municiones en fábricas escondidas . Es 1939, pero también es mi oportunidad de hacer mi propia arma moderna y dar un empujón a la guerra hacia la victoria alemana."
Reichsführer: ¡heil Hitler! ( Vielen Dank, dass Sie uns Leutnant empfangen haben. Es passiert nichts, aber ich verstehe, dass das Oberkommando beschäftigt ist, aber ein Teil unserer Stärke wird wichtiger sein als diese que Wehrmacht). "Gracias por darnos la bienvenida, teniente. No se preocupe, entiendo que el alto mando está ocupado, pero parte de nuestra fuerza será más importante que la Wehrmacht".
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"¡Qué maravilla estar aquí! Las verdes colinas, los hombres uniformados, los brazos en alto y los festivales de ópera son solo algunas de las cosas que hacen que esta ciudad sea impresionante. Las calles limpias y pulcras son un reflejo del gran amor que el pueblo alemán tiene por su país y por su líder, Hitler.
En lugar de enfocarnos en la rivalidad del pasado, los alemanes estaban dispuestos a forjar nuevas amistades con los ingleses y americanos, considerándolos casi como familiares. Los turistas que visitaron Alemania en aquel tiempo eran mayoritariamente de estas nacionalidades y se les dio una cálida bienvenida. Todos querían dejar atrás los errores y malentendidos de la Primera Guerra Mundial. En cuanto a Berlín, su emblemática Puerta de Brandemburgo es verdaderamente impresionante y hermosa. Estoy emocionado de estar cerca de reunirme con el Führer. Es inspirador tener un líder capaz de tomar decisiones firmes y efectivas. Quién sabe, tal vez algún día yo también tendré la oportunidad de liderar y tomar decisiones que marquen la diferencia sin temor a ser cuestionado.
Los hoteles alemanes eran impecables, la comida exquisita y la cerveza, ¡ni hablar! Además, los británicos se sorprendieron por el enorme contraste con Francia. La atmósfera en Alemania era acogedora para los extranjeros, y muchos no notaban nada fuera de lo normal a finales de los años treinta. Es cierto que había desfiles y ceremonias impresionantes, pero en comparación con la pobreza y el desempleo en Inglaterra, los visitantes se sintieron impresionados por las nuevas infraestructuras, el entusiasmo de la juventud y la sensación de que algo importante estaba ocurriendo. ¡Qué maravilla poder vivir en una época así!
El carro avanzaba por las calles y algunos admiradores saludaban a Himmler con el saludo nazi, especialmente los jóvenes, incluidos los niños. Finalmente, llegaron al imponente edificio del Reichstag, el Parlamento Alemán de Berlín. Allí, les esperaban periodistas y una cinta roja que indicaba el camino. Los guardias de Hitler, pertenecientes a las SS, custodiaban la entrada y recibieron a los generales. Todo indicaba que habría otro discurso emocionante del Führer, que probablemente esté en vilo a la población alemana.
https://youtu.be/7Wo7KJPcEPQ
"Todos de esa fila se vieron muy contentos de estar aquí. Es lógico porque yo les ordené que cuidaran a Hitler. Para otras personas dirán que hicieron cosas malas, pero les digo una cosa: los seres humanos no somos animales o demonios disfrazados de un saco de carne. Nadie es santo en esta guerra que se aproxima y ellos tampoco lo sabrán. Incluso yo no estoy preparado para esta futura guerra, ¡qué desgracia!".
SS-Obersturmführer: ¡Rápido, sigan adelante! Parece que lo hemos encontrado en el patio de atras del Reichstag. ¡Vamos, sigan adelante señores!
Los hombres se apresuraron siguiendo las órdenes de su superior, con la adrenalina corriendo por sus venas mientras se acercaban al líder de su nación. En medio del silencio, un saludo nazi retumbó en el aire.
Reichsführer: ¿Qué estará haciendo el Führer en el patio de atrás? Tal vez está descansando con sus padres.
Standartenführer: Menos preguntas y más acción en la guerra, ¿verdad Heinrich? ¡Ja, ja, ja!
Antes de que pudiera responder, una voz familiar interrumpió sus conversaciones. Era el propio Führer, Adolf Hitler.
Adolf Hitler: "Cuando se inicia y desencadena una guerra, lo que importa no es tener la razón, sino conseguir la victoria".
Los hombres se emocionaron al escuchar las palabras del Führer, sabiendo que estaban luchando por algo más grande que ellos mismos. La victoria era su única meta y estaban dispuestos a luchar hasta el final para alcanzarla.
Mientras Hitler pronunciaba esas palabras célebres, estaba en el patio jugando con una niña pequeña, su pariente lejano, que tenía una sonrisa alegre en su rostro. La escena era tan idílica que parecía difícil imaginar que se encontraban en el Reichstag, epicentro del poder alemán. Pero de repente, mi atención fue capturada por la voz de Hitler
Hitler:Usted siempre tiene la razón, mi Führer -dijo uno de los generales, al tiempo que saludaba con el brazo en alto-. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que lo vimos?Demasiado,
Heinrich. A veces las oficinas son muy monótonas y estrechas, y hay que romper la rutina -respondió Hitler con una sonrisa-. Siéntese, por favor.
El joven general se sentó junto a sus dos generales de alto mando de confianza, mientras el paisaje que los rodeaba brillaba con esplendor y las aves cantaban a su alrededor. La vista me dio un poco de temor al ver el rostro de Hitler, pero los demás generales parecían tener miedo de él y de sus estrictas reglas irónicas. No obstante, sabía que también tenía su lado agradable.
Adolf Hitler: Bien, deseo que la Gestapo capture a todos los criminales judíos para que el pueblo alemán esté a salvo y limpio en las calles de Berlín y quiero resultados. Y si usted quiere a cambio, le daré lo que quiera.
Mi Führer, por supuesto me encargaré personalmente y en secreto. Vamos a destruir todas las tiendas y objetos judíos y algunos campos ya están en construcción. Y descubre, déjamelo a mí.
Adolf Hitler: Excelente, Henrik. Confío totalmente en ti y por favor acomódese adentro del Reichstag, debe estar cansado del viaje en tren. Trabajaremos con unos planos de construcción de un rearme masivo de la Gran Alemania del Tercer Reich. Los generales de las SS, con una sonrisa y felicidad asiente, y nos despedimos con la mano en alto. Heil Hitler... Mis planes están a punto de comenzar.
Mientras los generales de las SS se despiden del Führer, sus rostros se vuelven inexpresivos y fríos. Algo en el tono de voz de Himmler al mencionar los "grandes cambios tecnológicos" les hace sentir incómodos y alerta. ¿Qué es lo que estaba planeando? ¿Sería algo que desafiaría las normas internacionales y provocaría una guerra? El ambiente se tensa mientras salen del Reichstag, cada uno sumido en sus propios pensamientos y temores. ¿Qué será de Alemania y del mundo con los aviones del Führer en marcha?
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comenten que armas quieren que pongan para que los nazis ganes la guerra en 1937 , recuerden solo tiene 3 años el prota para actualizar ala gran Alemania.
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