Capitulo 17 : el final de un comienzo
Mensaje del autor: Quisiera destacar que este contenido está diseñado con la intención de entretener, sin la intención de ofender a ninguna raza, religión o grupo étnico, ni de promover el odio. Mi único deseo es presentar algo que pueda requerir cierta fortaleza para ser leído.
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6 meses después..
Después de los impactantes acontecimientos en Norteamérica, Hitler viajó con su séquito a Nueva York en un avión Führer acompañado por Eva Braun, Joseph Goebbels, Heinrich Himmler y Hermann Göring. La ciudad no había sido tan devastada como otras, por lo que Hitler veía esta oportunidad como un escaparate perfecto para la propaganda nazi en Europa. Fotógrafos, periodistas y cámaras de cine fueron convocados para documentar la visita histórica.
Las calles de Nueva York se encontraban en un estado de incertidumbre y shock, y la presencia de Hitler en suelo estadounidense era una muestra evidente de la ocupación nazi que se había extendido hasta allí. Aunque la ciudad no había sido completamente destruida, la atmósfera era tensa mientras los ciudadanos observaban la llegada del líder nazi.
Hitler se reunió con fotógrafos y periodistas, posando para imágenes que serían utilizadas como propaganda. Con la Estatua de la Libertad en segundo plano, el líder nazi intentaba presentar una imagen de éxito y victoria, mientras las verdaderas circunstancias de la ocupación eran ocultadas cuidadosamente.
Pero el propósito principal de su visita a Nueva York no solo era la propaganda. Hitler tenía una agenda secreta: tenía la intención de reunirse con una de las figuras más influyentes de la industria del entretenimiento: Walter Elias Disney. Hitler era un admirador de las películas animadas de Disney, especialmente las que presentaban a las princesas y a personajes icónicos como Mickey Mouse.
En una reunión privada con Disney, Hitler expresó su admiración por su trabajo y su deseo de que la maquinaria de la animación siguiera funcionando en el norte bajo la ocupación nazi. Habló de proporcionar recursos y apoyo para que la empresa de Disney continuara creciendo y produciendo contenido que encajara con la narrativa nazi.
Mientras tanto, en una fastuosa fiesta de gala organizada para celebrar la visita de Hitler, los invitados incluían a figuras destacadas de la industria del cine, la política y la cultura. Entre ellos se encontraba Charlie Chaplin, un artista conocido por su sátira social y política. Himmler, un hombre de carácter oscuro, interactuó con los invitados, alternando entre conversaciones amistosas y observaciones inquietantes sobre el poder nazi.
Las conversaciones entre los asistentes eran variadas: algunos exhibían sus logros bajo el régimen nazi, mientras que otros buscaban transmitir mensajes ocultos de resistencia y esperanza. La dualidad de la situación se reflejaba en las sonrisas forzadas y las miradas cargadas de significado.
Esta fiesta de gala en Nueva York, con su aparente esplendor y elegancia, era un microcosmos de la complejidad moral y política que caracterizaba la época. A medida que los líderes nazis tejían su red de propaganda y control,
Eva Braun: —Mi Führer, este viaje a Nueva York ha sido... abrumador. Las calles, las miradas... ¿Cómo podemos mantener esta fachada?
Hitler: —Eva, querida, es crucial que mantengamos la imagen de éxito y control. La gente debe creer que el Reich es invencible. La realidad es solo una pequeña parte de lo que se muestra. Recuerda que la propaganda es un arma tan poderosa como cualquier ejército.
Göring: —Es cierto, Adolf. La historia será escrita por aquellos que controlen la narrativa. Si conseguimos que el mundo crea que somos invulnerables, estaremos en control.
Goebbels: —Y eso es precisamente lo que haremos. Las imágenes de esta visita se difundirán por todo el Reich y más allá. Mostraremos a nuestros enemigos que estamos en suelo estadounidense, que el mundo no puede escapar de nosotros.
Disney: —Me siento halagado por su oferta, pero ¿cómo puedo seguir creando en un ambiente como este? No puedo comprometer mi arte por la agenda política.
Hitler: —Walter, entiendo tu preocupación. Pero piensa en el impacto que podrías tener, en la influencia que podrías ejercer a través de tus creaciones. Tu talento puede ser utilizado para transmitir mensajes que moldeen la mente de las masas.
Disney: —No sé si puedo hacer eso, Führer. Mi arte siempre ha sido sobre la imaginación, la creatividad y la positividad. No sé si puedo convertirlo en propaganda.
Himmler: —Walter, si eliges no cooperar, podría haber consecuencias. Pero también podríamos ofrecerte recursos y protección para continuar tu trabajo. Piensa en las posibilidades.
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Jacob se encontraba sumido en pensamientos turbulentos mientras observaba el horizonte desde la ventana de su departamento en nueva York . La satisfacción por el fin de la Segunda Guerra Mundial se mezclaba con un oscuro tormento interno. La victoria nazi había sido posible gracias a su influencia, a los vampiros que habían luchado en las sombras, sedientos de sangre y poder. Aunque habían ganado, el precio que habían pagado era insondable.
"¿Qué hemos hecho?", se preguntaba en silencio, mientras las imágenes de sus tropas de vampiros asolando las calles y túneles de Nueva York se materializaban en su mente. Había obtenido la victoria, pero a costa de convertirse en un monstruo en nombre de la gloria nazi. El horror y el terror que habían sembrado eran inquietantes, incluso para él, que había visto la oscuridad de cerca.
A pesar de la apariencia de satisfacción en el exterior, Jacob sabía que no podía ignorar lo que se había convertido. El culto de vampiros, alimentado por su sed insaciable de sangre, había crecido y prosperado en las sombras de la victoria. Y mientras contemplaba su hogar en Kansas, un lugar que alguna vez conoció como suyo, se dio cuenta de que también estarían allí, extendiendo su influencia retorcida.
"Todo esto ha ido demasiado lejos", pensó Jacob, sintiendo un nudo en el estómago. Los recuerdos de su vida pasada, antes de reencarnar en el cuerpo de Himmler, surgían con fuerza. Recordaba la bondad, la humanidad y la empatía que alguna vez tuvo. Pero ahora, esas cualidades parecían desvanecerse en la sombra de sus acciones y decisiones actuales.
"¿Puede haber redención para mí?", se preguntaba, mientras luchaba por reconciliar su presente con su pasado. Las noches en las que había dirigido a sus vampiros a atacar, a sembrar el terror y la muerte, le perseguían. El conocimiento de que había perdido parte de su humanidad lo atormentaba, y se preguntaba si alguna vez podría encontrar la paz.
Mientras el futuro del año 2019 llamaba a su puerta, Jacob sabía que tenía una elección que hacer. Un viaje a su antiguo hogar en Kansas podría ser un primer paso para enfrentar su oscuro legado y tratar de encontrar una forma de redimirse. Pero sabía que la tarea sería ardua y llena de desafíos, tanto internos como externos.
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Jacob observaba a su familia con una mezcla de orgullo y preocupación. Había construido un mundo aparentemente idílico después de los eventos tumultuosos de la Segunda Guerra Mundial. Se había casado con Margarete, una mujer con una belleza y bondad que trascendía las etiquetas de raza impuestas por la ideología nazi. Juntos, habían formado una familia de cinco hijos: tres hombres y dos mujeres, cada uno con la carga genética de su padre.
La relación entre Jacob y Margarete era una paradoja, una unión de dos almas que representaban aspectos opuestos de la vida de Jacob. Ella traía consigo una herencia que no se alineaba con los ideales arios, pero fue la comprensión y el respeto de Jacob lo que forjó su vínculo inquebrantable. Habían encontrado en el otro un refugio del mundo que los rodeaba, un lugar donde el amor y la verdad importaban más que las distinciones superficiales.
Gudrun Burwitz, la hija más joven y mimada de Jacob y Margarete, personificaba la lealtad y el fervor por el partido nacional socialista. Había crecido en un ambiente marcado por la sombra del régimen nazi y su fin, y aún así, seguía siendo una defensora apasionada de la ideología que su padre había ayudado a propagar. Sus diecisiete años estaban llenos de fervor y dedicación, una lealtad que Jacob a menudo observaba con un sentido agridulce de comprensión.
El cumpleaños de Gudrun en la ciudad de Múnich marcaba una ocasión especial en la familia. Jacob estaba consciente de la paradoja que su hogar representaba: él, un ser que albergaba el espíritu del infame Heinrich Himmler, compartía su vida con una mujer que encarnaba la humanidad y el amor que Himmler parecía haber perdido. Pero en medio de las tensiones de la posguerra y la reconciliación interna, la familia seguía adelante.
A medida que los niños crecían y se enfrentaban a las realidades de su herencia y el mundo que los rodeaba, Jacob se encontraba dividido entre el deseo de protegerlos y la necesidad de enfrentar las verdades incómodas. Las conversaciones en la mesa de la cena a menudo se volvían filosóficas y agridulces, con Jacob tratando de impartir sabiduría mientras lidiaba con su propia dualidad interna.
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La mansión estaba sumida en un silencio inquietante cuando Jacob se quedó solo en su estudio. Sus pensamientos eran un torbellino de memorias y contradicciones, y su mente parecía estar al borde del abismo. La locura de su papel en el régimen nazi, la dualidad de su ser y el legado oscuro que había ayudado a construir pesaban sobre él como una losa implacable.
Jacob: (susurrando) —¿Qué hemos hecho? ¿En qué nos hemos convertido?
Mientras su mente se debatía en el torbellino de sus pensamientos, una sombra se alzó ante él. Era su hijo mayor, Erik, cuyo rostro reflejaba una mezcla de admiración y ansias de aprobación.
Erik: —Padre, he estado pensando... quiero ser oficial. Quiero servir a nuestro país, a nuestro Reich.
Jacob: —Erik, lo que hicimos... lo que fui... no fue un servicio honroso. Fue... una locura. Un oscuro capítulo que no puedo borrar.
Erik: —Pero padre, nosotros ganamos. Hicimos lo que creíamos correcto. Ahora el Reich nos necesita más que nunca. Y yo quiero ser parte de eso, quiero seguir tus pasos.
La tensión en la habitación era palpable, una batalla interna entre la voz de la razón y el eco distorsionado del pasado. Jacob miró a su hijo con ojos cargados de angustia y dolor.
Jacob: —Erik, ¿no ves? No quiero que sigas mis pasos. No quiero que sigas el camino que yo tomé. He visto la oscuridad en mí, la influencia de Himmler...
Erik: —Pero padre, tú también has visto la victoria que logramos. El Reich es poderoso, y yo quiero ser parte de eso.
La habitación parecía vibrar con la tensión mientras padre e hijo se enfrentaban, sus miradas chocando en un choque de voluntades.
Jacob: —No puedo permitirlo, Erik. No puedo permitir que sigas esa senda de locura y destrucción.
En ese momento, una voz resonó en la mente de Jacob, una voz oscura y tentadora que parecía ser un eco de su pasado. Era Himmler, una presencia que nunca lo dejaba.
Himmler: —¿No ves, Jacob? Tu hijo tiene razón. El Reich necesita a jóvenes valientes dispuestos a servir, a luchar por nuestra causa.
Jacob: (gritando) —¡No! No permitiré que mi hijo caiga en la misma oscuridad que yo.
Los ojos de Jacob se llenaron de lágrimas mientras luchaba contra sus propios demonios internos. Y en un momento de desesperación y anhelo de conexión con su hijo, una idea retorcida brotó en su mente.
Jacob: —Erik, si eso es lo que realmente quieres, lo haré realidad. Por tu cumpleaños... te concederé tu deseo.
Erik miró a su padre con asombro y gratitud, sin saber los oscuros planes que su mente había engendrado.
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Después de la tensa conversación con Erik, Jacob caminó por la casa, sintiendo un peso en su pecho. Recordaba cómo habían construido su hogar con tanto amor y cuidado, creando un ambiente cálido y acogedor para su familia. Pero a pesar de la aparente normalidad, sabía que el pasado sombrío y la influencia de Himmler nunca estaban muy lejos.
De repente, la tranquila atmósfera fue interrumpida cuando Eugen Heydrich, un oficial de alto rango de las SS, apareció en la casa. Margarete lo saludó con una sonrisa amable y lo invitó a pasar, mientras Jacob observaba con suspicacia desde la distancia. Heydrich se dirigió directamente a la oficina de Jacob, llevando consigo un regalo misterioso.
Heydrich: —Herr Himmler, es un honor estar en su hogar. Le he traído un pequeño obsequio, un gesto de agradecimiento por todo lo que ha hecho por nuestra causa.
Jacob asintió con formalidad, pero su intuición le decía que Heydrich tenía motivos más allá de la cortesía. Observó mientras Heydrich sacaba un cuchillo ceremonial de las SS y un amuleto, presentándolos con un gesto ceremonial.
Heydrich: —Este cuchillo representa la lealtad inquebrantable y el sacrificio por nuestra causa. Y este amuleto... es un símbolo de protección, para que siempre tenga éxito en sus esfuerzos.
Jacob agradeció el regalo con cortesía, pero su mente estaba llena de escepticismo. Conocía la naturaleza política y manipuladora de Heydrich, y sabía que detrás de su fachada amistosa se escondían agendas ocultas.
Mientras tanto, Erik observaba a Heydrich con admiración, asumiendo con entusiasmo el papel de su "tío adoptivo". Jacob notó la complicidad entre los dos, y sintió una creciente incomodidad. La relación entre Heydrich y su hijo estaba llena de secretos y sombras, y Jacob sabía que estaba siendo arrastrado a un juego peligroso.
Después de los formalismos, Heydrich y Jacob quedaron a solas en la oficina. La tensión era palpable mientras Heydrich se inclinaba más cerca, como si compartieran un secreto oscuro que los unía.
Heydrich: —Herr Himmler, nuestras actividades no han terminado. El proyecto final sigue en marcha, y necesitamos su liderazgo y su influencia.
Jacob: —Ya no soy el mismo hombre que fui en el pasado. He visto los horrores que hemos causado.
Heydrich: —Pero también ha visto el poder y el alcance de nuestro movimiento. Usted es esencial para mantener viva la llama del nacionalismo y la supremacía.
La conversación estaba llena de insinuaciones y secretos compartidos, mientras los dos hombres navegaban en aguas peligrosas. Jacob sabía que estaba atrapado en una red de intrigas y manipulación, y que Heydrich tenía planes que iban más allá de la superficie.
La trama avanzaba con un nuevo giro oscuro, mientras Heydrich y Jacob tejían una tela de secretos y agendas ocultas. La presencia del proyecto final y las manipulaciones de Heydrich aumentaban la tensión, creando una atmósfera de intriga y peligro que amenazaba con desentrañar aún más el mundo que Jacob había intentado construir.
Los susurros de las atrocidades pasadas y las maquinaciones presentes llenaban el aire con una densidad inquietante.
Heydrich: —Herr Himmler, comprenda que nuestras acciones, por terribles que puedan parecer, eran necesarias para asegurar la supremacía del Reich. Los judíos eran una amenaza para nuestra pureza y nuestra visión de un mundo ordenado.
Jacob sabía que Heydrich no buscaba justificar sus acciones, sino más bien manipular la situación a su favor. A pesar de su creciente incomodidad, también entendía que Heydrich tenía información y recursos que eran cruciales para mantener a raya a los enemigos que aún acechaban en la sombra.
Jacob: —Pero ¿qué más se necesita, Heydrich? ¿Qué más puede haber después de lo que hemos hecho?
Heydrich se inclinó hacia adelante, su mirada fría y calculadora revelando una oscura determinación.
Heydrich: —El proyecto final, Herr Himmler. Aún no está completo. ideología comunista , y judía debe ser erradicada por completo, y eso incluye cada rastro de aquellos que se oponen a nosotros.
Jacob sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. La profundidad de la obsesión de Heydrich por la pureza y la supremacía ariana era aterradora. Su mente volvía a la época en que fue instrumental en la construcción del régimen nazi, una época en la que sus acciones y creencias se entrelazaban con las de Himmler.
Jacob: —No puedo creer que estemos siguiendo por este camino una vez más. ¿Acaso no hemos causado suficiente sufrimiento?
Heydrich: —Herr Himmler, usted debe comprender que el mundo que imaginamos solo puede ser alcanzado si no dejamos rastro alguno de quienes se interponen en nuestro camino. No habrá lugar para la duda o la oposición.
xxxxxxx(censura para que no me eliminen solo les dejare en su imaginación o frases clave )
En África, todo rastro ideológico será sepultado junto con huesos humanos y otros elementos en las profundidades de la tierra, contribuyendo así a la eliminación total de lo que se estima llevará cinco años para concluir, en relación a la noción de una única raza aria.
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La propuesta de Himmler llenó la habitación con un silencio pesado, como si el aire mismo se hubiera vuelto opresivo. Heydrich asintió lentamente, sus ojos reflejando una aprobación oscura.
Heydrich: —Es un plan audaz, Herr Himmler. Una forma de garantizar que nuestro legado no sea mancillado por la historia. Si eliminamos todos los rastros de nuestros enemigos, nadie podrá desafiar nuestro dominio.
Himmler asintió con solemnidad, consciente de la gravedad de lo que estaban planeando.
Himmler: —Debemos hacerlo con discreción y precisión. Cada detalle debe ser meticulosamente ejecutado. No podemos permitir ninguna fisura en este plan
La conversación avanzaba en tonos oscuros y fríos, mientras los dos hombres trazaban los pasos del plan que borraría todo rastro de sus enemigos.
Heydrich: —Erik, su hijo, debe ser un factor crucial en esto. Su entrenamiento como oficial le permitirá supervisar los detalles en Kiev y garantizar que todo se realice de manera impecable.
Jacob miró a su hijo en una foto en su oficina , con una mezcla de orgullo y preocupación. Sabía que Erik estaba siendo arrastrado más profundamente en el mundo oscuro que él mismo había ayudado a crear.
Jacob: —Erik es joven, Heydrich. No debería estar involucrado en esto.
Heydrich: —Su juventud y dedicación son precisamente lo que necesitamos. No debe tener conocimiento completo de lo que realmente está sucediendo, solo que está sirviendo a una causa mayor.
La tensión en la habitación era palpable mientras las implicaciones del plan resonaban en el aire. Heydrich y Himmler estaban dispuestos a sacrificar todo por su visión de un Reich invulnerable y purificado.
Himmler: —Entonces está decidido. Comencemos con los preparativos y asegurémonos de que cada detalle esté en su lugar.
una voz redentora similar a la de Bahpomet, el demonio, susurra: ha llegado el momento de desencadenar el plan que orquestará la aniquilación del multiverso, y con él, de los personajes reencarnados en los mundos paralelos del isekai. (@FrancoYapura)
ss
https://youtu.be/Nisqp74Cg0Q
próxima temporada 2 ??
Y así, culmina este episodio con una nueva ideología, por más ensangrentada que sea, del nacionalismo. Un orden mundial inédito se alza en el horizonte, sin embargo, este ascenso trae consigo una devastación que marca el ocaso de la humanidad, y no solo de las ideologías. Bajo la dirección del Reichsführer Himmler, se emite la orden de liberar armas nucleares a lo largo y ancho del planeta, y así, aquellos encargados cumplirán con su lúgubre deber..."
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"Sería un día terrible si el pueblo germánico no sobreviviera. Sería el fin de la belleza y de la "Kultur", del poder creativo de esta tierra".
- Heinrich Himmler
FIN?O NO?
continuara...?
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