Capítulo 5.-El día previo
—...
Pensé que estaría bien con la idea de ir a la fiesta del té de la princesa... pero a medida que el día se acerca, mis nervios son cada vez mayores. ¿Y si hago algo que avergüence a los Lomannes? Puede que incluso terminen echándome de casa.
"Wah~"
No quiero eso... ahora mismo estoy sentada en el jardín mientras abrazo a mamá.
Suelto un largo suspiro.
No, cálmate Irmyl.
Mañana será el gran día, a diferencia de mí... tanto Isaac como la hermanita están recibiendo clases de etiqueta, aparentemente serán más flexibles conmigo desde que hace poco era una mascota.
"¿Es porqué los dragoncitos son tontos?"
De alguna manera eso me hace enfadar, algún día les cerraré la boca y demostraré que no somos tontos.
—¡No, mamá! No cierres tus fosas nasales...
"Sí, ese día luce lejano"
Por lo menos en casa no me subestiman por eso y dado que realmente son pocos los que saben mi especie original, no he sido discriminada. Aunque me pregunto si otros dragones me discriminarán por ser de una raza doméstica.
Ahora tengo miedo y ansiedad de conocer a gente dragón~.
Quizás hasta consideren eliminarme porque mi existencia es ofensiva.
—...
Tener esos pensamientos en vez de tranquilizarme, solamente hace aún peor mi sufrimiento.
—Oye tú, ¿Quién eres? Y porque traes a esa sucia dragoncita en nuestro jardín —Un joven de no más de veinte años me amenaza con su estoque.
Su apariencia es básicamente idéntica a la de Isaac, por lo que puedo asumir que él es el hermano del que me contaron, pero ¿No estaba en una excursión?
La persona detrás de él... ¿No debería ser el segundo príncipe? Entonces... me pregunto que hay de esta chica que es básicamente un Niania crecida.
—¡Vamos, responde!
Es en ese momento que mamá se lanza a su cara, aunque con un simple manotazo la tira al suelo.
"¿Mamá?"
Mamá parece adolorida.
Mamá está sufriendo.
Me está costando respirar, las palabras no salen.
—¿No vas a responder? —declara mientras me apunta con el arma.
Sin embargo, solamente le ignoro y me acerco a recoger a mamá.
"Está respirando"
—...Mamá... —musito, aliviada.
No sin antes dirigirle una mirada de odio al hijo mayor.
"¡¿Cómo se atreve a hacerle eso?!"
Incluso puedo sentir lágrimas asomándose por las comisuras de mis ojos.
—O-Oye... —Al ver mi rostro pareció cambiar su expresión a una de preocupación.
"¡No lo perdonaré por lastimar a mamá!"
Primero tengo que llevar a que la revisen, después veré como lidio con él.
En fin, después de que mamá estuvo fuera de peligro, la dejé descansando en mi habitación. Ahora estamos en una especie de cena conmemorativa de su regreso, la chica que vino con él parece extrañamente nerviosa.
Isaac habla alegremente con él, mientras que el hijo mayor responde con cariño. Incluso Tiana se ve alegre con su presencia.
Aunque el ambiente se puso pesado en cuanto llegué.
—Oh, Irmyl, hay alguien a quién quiero presentarte —Me dice Edmond con una sonrisa.
Incluso madre muestra con orgullo a su hijo mayor.
—...Basura... —musito.
Quizás porque fue la primera vez que me expreso de esa manera, todos se congelaron.
—¿I-Irmyl? —Edmond pierde su compostura y me pregunta con nerviosismo.
—...Soy la hija adoptiva de los Lomannes, Irmyl Esmeralda —musito antes de tomar asiento tan alejada como puedo del hijo mayor.
—....
El hijo mayor comenzó a sudar frío...
—Ernest ¿Pasó algo entre ustedes? Irmyl suele ser muy tímida y dulce con los demás —pregunta Edmond a su hijo mayor.
—P-Perdón por lastimar a tu masc-
—¡MAMÁ NO ES UNA MASCOTA! Entonces... ¿Estás diciendo que hubiera estado bien si fuera cualquier otra persona? Todo este tiempo creí que serías una buena persona y no alguien que abusa de los débiles... —digo antes de dejar la mesa.
"Me estoy alterando demasiado"
Necesito tranquilizarme, quiero decir... acabo de insultar al heredero ¿No es este motivo de que me echen?
"..."
Él lastimó a mamá, no es necesario pensar las cosas de otra forma... aceptaré las consecuencias pase lo que pase.
Me encierro en el cuarto, sentada en mi cama mientras me recargo sobre la pared.
"..."
Pero, aunque yo pueda soportarlo ¿Qué haré con mamá? Vamos Irmyl, relájate.
Quizás fui demasiado dura, mamá fue quién lo atacó primero... pero... aun así...
—Irmyl, ¿Puedo pasar?
—Padre... —musito con algo de vergüenza—. A-Adelante...
Edmond abre la puerta, trae un poco de comida, lo pone en una mesa cerca de mi cama y se siente a un lado mío.
—...
—...
"Este silencio es incómodo ¿A que vino?"
Quizás a regañarme, después de todo se trata de su heredero e insultar de esas manera.
—Me gustaría disculparme en nombre de Ernest... pero es algo que él tendrá que hacer por su cuenta... por otro lado ¿Cómo estás tú? Nunca te vi tan enojada...
—...
Cabizbaja comienzo a jugar con mis dedos.
—Sólo pensar que perdería a mamá otra vez...
—¿Otra vez?
"Ah, hablé demasiado"
Pero ¿No estaría bien? Dejar de engañarlos y ser sincera... no me gusta ocultar cosas después de todo.
—Bueno, soy una reencarnada después de todo... —musito.
—¡¿Eh?! E-Espera... tan repentinamente... ¿Irmyl? —pregunta Edmond al verme temblar y estar al borde del llanto.
—Es asqueroso ¿Verdad? Ni siquiera sé exactamente cuantos años tenía, pero para alguien que probablemente sea incluso mayor que tú llamarte padre... lo siento... no quise nacer... yo...
Edmond me abraza.
—¡Me sentía tan sola! Aunque pedí ayuda nadie vino, aunque quería a papá, me dejó a mi suerte... nunca vi a mamá, nadie vino por mí... todos me ignoraron hasta mi muerte ¡Odiaba estar viva cada segundo si era tan doloroso!
No pude soportar más el llanto y me quebré mientras Edmond me abrazó en todo momento.
—¿Mejor?
Ahora estoy tomando un poco de agua mientras estoy sentada en el borde de mi cama y padre tiene mojada su ropa por mis lágrimas.
—Lo siento... —musito.
—¿Por qué? Ciertamente no fue de la forma convencional, pero... eres mi hija... adoptada o no... reencarnada o no... no te dejaré de ver como tal —dice con una sonrisa—. Irmyl... ¿Me dejarás ser tu padre?
—Y-Yo...Um... ¡Sí!
En todo caso, ahora estoy caminando junto a él mientras me lleva de la mano hasta el comedor. El cuál está vacío con excepción de la Niania crecida y el hijo mayor.
—B-Bueno... yo... lo siento.... No estuve pensando claramente... sé que no es excusa... pero al menos déjame disculparme... ¡Lo siento!
—Acepto tus disculpas, pero... no creo poder perdonarte tan pronto...
De cualquier manera, así terminó un largo día... o bueno, el día previo a la fiesta del té de la princesa Niania. Todavía no tengo claro quién es la chica que acompaña a Ernest ¿Será la segunda princesa o algo?
Nunca he visto a otro integrante de la familia real que no sea Niania.
Si mal no recuerdo eran tres princesas y cuatro príncipes ¿No? Aunque el menor de los príncipes es todavía menor e hijo de una de las concubinas del rey.
Se me acaba de pasar una idea muy loca por la cabeza, pero... no hay hechizos que provoquen cambios de género ¿O sí? Bueno, no es que sea la más indicada para decir la improbabilidad de eso.
Aunque en mi caso fue por reencarnación...
Sea como sea, necesito saciar mi curiosidad con respecto a ese tema, aunque eso será mañana.
Por ahora debo centrarme en descansar.
*Narrador*
Edmond se llevo las manos a la cabeza, nunca creyó que dos casos de los cuales nunca antes oyó hablar, estén pasando y encima al mismo tiempo. Primero, una dragoncita que adquiere forma humana e increíblemente resulta ser una reencarnada que ahora es su hija y ahora.... El segundo príncipe fue maldito por un extraño ente que pareció aliarse con el tercer príncipe para sacar a su competencia del camino.
—¿Fueron atacados? —pregunta mirando al segundo príncipe, Sedera.
Hermano mayor de Niania, al ser ambos hijos de la segunda esposa del rey.
—¿Alguna pista sobre quién fue el atacante? —pregunta Edmond mientras masajea su sien.
Ambos niegan, Ernest suelta un profundo suspiro.
—Es por mi culpa que Sedera terminó con esta maldición... —declara el heredero de los Lomannes mientras golpea una pared.
—Ernest... esto fue mi decisión... no es algo por lo que debas sentirte culpable... —dice mientras toca el hombro de su amigo y le sonríe en un intento de mostrarle que está bien.
—Sin embargo... pronto será la fiesta del té de Niania ¿Cómo vas a explicarle esto? Personalmente lo mejor sería esperar hasta después de la misma para presentarte ante la familia real... por lo que tendrías que mandar una carta a tu querida hermana pequeña.
Ambos saben lo complicado que será este asunto... el segundo príncipe es maldecido y no sólo no logran abatir a quién sea el responsable sino que encima ni siquiera tienen la menor idea de quién es.
—Pero... Ernest... eso iba apuntado a ti... Lord Lomannes, eso significa que hay alguien detrás de la cabeza de este idiota —declara mientras zarandea a Ernest.
—El problema es que no tengo la más mínima idea quién podría ser... por lo cual, lo lamento Ernest pero tendrás que olvidarte de ir de excursiones por un tiempo y con respecto al segundo príncipe probablemente su majestad dirá algo similar...
Sedera traga saliva.
—Por lo que diviértanse con mesura... todavía son jóvenes por lo que no les pediré contenerse... pero....
—Padre... ¿Qué piensas que vamos a hacer? —pregunta Ernest.
—¡Wah! ¡M-Mamá!
Una dragoncita entra por la puerta cargando contra Ernest, la puerta se abre y una chica rubia cae de cara contra el piso.
—Irmyl... ¿Cuánto escuchaste?
—N-Nada que no sospechara de antes —declara mientras juega con sus dedos—. Por otro lado ¡Mamá, ven!
La dragoncita dejó de intentar atacar a un Ernest que sólo se cubre el rostro y salta a los brazos abiertos de la chica rubia.
—He tenido esta duda ¿Por qué le llamas mamá? —pregunta Ernest.
—Padre, ¿No le habías explicado? —declara Irmyl mientras abraza fuerte a su mamá.
—...No, fue mentira... solamente le pedí que dijera que le había explicado eso...
Irmyl suelta un suspiro.
Sedera ladea la cabeza.
—Entonces, pequeña ¿Por qué llamas mamá a esta dragoncita?
—Por que es su madre biológica, Irmyl tomó forma humana pero su especie es "dragoncito" —Declara Ernest con seriedad.
—....
Ernest y Sedera se quedaron en blanco.
—¡¿AH?!
Naturalmente, Irmyl tuvo que dar varias explicaciones.
Aunque la principal duda para Ernest era una sola.
—Irmyl... sobre los héroes... ¿Crees conocer alguno de ellos? —pregunta Edmond, esperanzado.
—P-Padre... sobre eso... no podría ayudarte aunque quisiera... si es reconocer... puede que a alguno muy famoso... pero... solía ser una vagabundo ¿Sabes? —musita Irmyl, cabizbaja.
—No, está bien... perdón por eso.
Hubo un silencio incómodo tras eso, Sedera interrogó a Ernest con la mirada, aunque este último únicamente atinó a encogerse de hombros puesto que desconoce la situación.
—Padre, ¿Por qué Irmyl conocería a los héroes? —cuestiona Ernest, curioso.
—...
—Solía ser un vagabundo antes de despertar como una dragoncita —responde Irmyl apenada.
Sin embargo, algo hizo cortocircuito en la mente de Edmond.
—¡¿"UN"?! —exclama Edmond.
Irmyl parpadeó, sorprendida.
—S-Sí... solía ser un hombre —responde Irmyl, retrocediendo.
—...E-Espera... perdón, me sobresalté por unos momentos...
—Pido perdón por mi asquerosa existencia, ahora mismo solamente quiero morir y que dejen mi cadáver al exterior para ser devorada por cuervos, ajaja —Irmyl murmura esas palabras rápidamente mientras luce decaída.
Ernest y Sedera miraron sorprendidos está poco usual interacción y sobre todo viniendo del casi siempre serio Edmond, quién parece desconcertado con el comportamiento de esta nueva hija suya.
—...
—¿Ernest? —Sedera le llama.
—Sólo estaba pensando en cómo ser un buen hermano de aquí en adelante —declara mirando a la niña rubia—. Tú... ¿Cómo lo llevas con Niania?
Sedera suspiró.
—No tienes que preocuparte por esa clase de cosa... lo único de lo que tienes que ocuparte es de que ella sepa que tus disculpas vinieron del corazón... sólo entonces podría aceptarte... consejos de un orgulloso hermano mayor....
—Aunque a veces Niania se queja~
—E-Eso...
Ahora quienes vieron interés la interacción del otro grupo fueron Edmond e Irmyl.
—Se gustan~ —dijo Irmyl enrollando la lengua.
—¿Tú crees? Quizás si le pido su mano a su majestad... —comentó Edmond con su habitual tono serio.
—...Ustedes...
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