Capítulo 32.-El final del festival

Tras separarme de padre, caminé por los senderos, pasando por varios puestos decorados con colores vibrantes. Se puede ver a alguno que otro profesor vigilando de cuando en cuanto. Me encuentro buscando por Alysanne y Selene, si tengo algo de suerte, podré encontrarlas y pasar algo de tiempo con ellas antes de que el día se termine.

"No he visto a Karla desde hace horas ¿Dónde se habrá metido?"

Quizás deba ir a buscarla y darle algún obsequio, me sentiría mal si ella no disfruta el día, sobre todo por lo que hace por mí.

—¿No es esa Irmyl? ¡Oye, Irmyl! Creí que te la pasarías hoy con tu padre —Selene me saluda efusivamente.

—Ugh, ¿Tú también? —musité.

—Pero, no es normal que alguien pase horas a solas con su padre en medio de un festival —dice con una sonrisa burlona—. No pensé que Irmyl fuera tan mimada, aunque es normal, es una bebé después de todo.

Mi rostro se puso rojo como un tomate, incluso intenté cubrir mi cara debido a creciente vergüenza.

—E-Eso...

—Princesa, ¿Sigues enojada? —preguntó Alysanne.

—¡No! —dice mientras hace un puchero.

"Así que está molesta ¿No?"

—Eres tan cruel~ —respondí.

Las tres reímos.

Eventualmente, comenzamos a recorrer cada puesto que pudimos, probando tanto como nuestos estómagos nos permitieran y un poco más.

—Ustedes dos, si siguen comiendo así no se sentirán bien más tarde —dice Alysanne.

Aunque fue callada por Selene, quién metió una paleta en su boca, ante lo cual Alysanne solamente suspiró.

Durante nuestro paseo, nos detuvimos delante de una extraña carpa, con un anuncio que decía "El gran vidente."

—¿Deberíamos probar? —Sugiere Selene.

—Princesa, usted puede acudir al vidente de Durkiz —dice Alysanne con una expresión seria.

—¡Eso sería aburrido! —responde.

Alysanne suspiró y se encogió de hombros, al final acabamos por entrar, donde detrás de una mesa hay un anciano sentado con los ojos cerrados. Y una niña de piel morena nos recibe con folletos.

El anciano parece ser de alguna raza élfica o por lo menos, creería que está emparentado con ellos dada sus características.

—El gran adivino Frek —musitó Alysanne.

—Pequeña, ¿De que reino vienen? —preguntó Selene en voz baja.

La pequeña tocó levemente su brazo.

—Bera no lo sabe —respondió con una sonrisa.

—Los estaba esperando —dice finalmente el anciano.

—¿"Los"? —Alysanne lo miró con una ceja levantada.

Aunque sabíamos a que se refería, ¿O quizás fue simple casualidad?

—Tienes razón, lo siento, la costumbre, generalmente vienen a preguntarme por su suerte en el amor —dice con una agradable sonrisa—. No pensé que serían tres jovencitas... Es algo inusual ¿O es algo común por estos días?

Preguntó aquello mientras voltea hacia la niña que le acompaña.

—¿Por qué le preguntas eso a Bera? Tú mejor que nadie deberías saber que Bera solamente sabe lo que sabe, no conocimientos inútiles como modas o tendencias —dijo mientras resopla con una furia más que evidente.

—Tienes razón, jaja —dijo mientras se rasca la cabeza—. Entonces, ¿Qué clase adivinanza es la que quieren?

El anciano puso sus manos sobre una esfera de cristal, que comenzó a brillar con un tono cobrizo.

—No parecen estar muy seguras, así que solamente diré palabras vagas de su futuro...

Ninguna de las tres protestamos, la primera fue Alysanne, quién puso su mano sobre el cristal, más que nada para ver qué tan seguro es.

—Eres amada por los dioses, ¿No es así? Es difícil ver algo de tu futuro, pero... veo que tendrás que hacer una elección por salvar entre dos personas muy importantes para ti... será mejor que te mentalices en perder alguna —susurró.

Alysanne apartó la mano bruscamente, con su expresión endurecida, aunque se puede notar que la noticia le afectó más de lo esperado.

—¿Qué clase de tontería es esa? —preguntó Selene, claramente moleste.

Alysanne no dijo nada más, antes de que la conversación pudiera alargarse, Selene nos arrastro fuera de la carpa, dejando atrás al anciano y la niña, quién nos ve con molestia

—¡Ves, por eso Bera te dijo que mejor abriéramos un puesto de cartas o algo!

El anciano nos miró en silencio, antes de detener su mirada en mí.

—Jovencita dragón, tú también deberás hacer una gran decisión en el futuro, quizás en un año o dos —dijo con una voz lo suficientemente alta como para que pudiera escucharle.

Pero no me detuve ni miré hacia atrás, simplemente continuamos nuestro camino mientras nos perdemos en el bullicio del festival.

Al estar finalmente a suficiente distancia, el aire fresco nos recibió junto a los murmullos de la muchedumbre.

—Bueno, eso fue... ¿Interesante? —dije, intentando romper el silencio incómodo.

Selene todavía tiene el ceño fruncido.

—¿Interesante? Ese viejo solamente dijo tonterías, supongo que no podía esperar algo de un vidente cualquiera —protestó mientras agita sus manos con frustración.

Alysanne finalmente habló.

—Más allá de si realmente es una tontería o no, es cierto que no podemos confiarnos de lo que sea que venga en el futuro. Aunque, tampoco es buena idea obsesionarnos con ello.

Intercalé mis miradas entre una y otra, buscando la manera de animar el ambiente, aunque no es que soy particularmente buena con ello.

—P-Puede ser cierto, pero ¿Cuál es el punto de preocuparnos por algo que no sabemos? Ustedes lo dijeron, estamos en un festival y sería una pena no disfrutarlo —musité en un tono de voz cada vez más débil.

Ambas suspiraron ante mis declaraciones y se rieron un poco.

—Tienes razón, lo siento —dice Selene mientras toma mi mano.

—Entonces, ¿A dónde vamos? —preguntó Alysanne volviendo a su tono habitual.

Decidimos pasear por la plaza principal, con la multitud todavía en su apogeo. Estudiantes y profesores disfrutando de las actividades.

Nos detuvimos en un puesto de juegos donde los participantes deben lanzar anillos a unas botellas mágicamente encantadas. Las botellas se mueven lentamente de un lado a otro, haciendo que acertar pareciera más complicado.

Selene fue la primera en intentarlo, casi pareciera que nos quisiera presumir sus habilidades.

—¡Miren y aprendan! —declaró mientras sostiene el anillo con confianza.

Lanzó el anillo, que voló en una trayectoria impecable... hasta que se desvió en el último segundo y aterrizó en el suelo.

—¡¿Qué?! ¡Eso fue trampa! —protestó Selene, mirando al encargado con una expresión acusadora.

El encargado miró con nerviosismo como la princesa le acusa de algo por haber sido avergonzada frente a sus amigas.

—Um... parece que no es tan simple —comentó Alysanne.

—L-Las botellas tienen su propio ritmo. Hay que ser paciente y observar bien antes de lanzar —explicó con desesperación el encargado.

Alysanne dio un paso adelante. Tomó un anillo y lo lanzó con precisión, logrando acertar en el primer intento.

—No se trata de fuerza bruta, princesa —dijo Alysanne con una expresión seria mientras toca el hombro de Selene.

—¡No usé fuerza bruta! —replicó Selene.

Yo fui la última en intentarlo, sostuve el anillo con cuidado y observé el movimiento de las botellas antes de lanzar. Fallé al primer intento, aunque logré acertar al segundo.

Selene logró hacerlo tras cuatro intentos...

Todas recibimos de premio un pequeño peluche de dragón. Cada una tenía en sus manos a un dragoncito de diferente color: el de Alysanne era blanco, el de Selene rojo y el mío de color rojo.

—Es Irmyl —comentaron Selene y Alysanne al mismo tiempo.

—Ugh... lo peor es que no puedo negarlo —dije mirando el peluche.

"Si vamos con parecidos ¿No es de un tamaño similar a mi yo dragón?"

Mejor no pensar en ello.

Seguimos explorando, probando varios juegos y comprando algunos recuerdos. Mientras continuamos nuestro paseo, nos detuvo uno de los maestros.

—¿No quieren una fotografía?

Tanto Alysanne como Selene lo miraron confundido, deben desconocer el término, por lo que simplemente las tomé de los brazos y las acerqué a mí, yo sonreí pero ellas tenían una evidente expresión de confusión.

El flash las tomó por sorpresa, aunque eso no arruinó la foto cuando nos la mostró.

—¿Eres familiar con esta tecnología? —preguntó el profesor.

—No exactamente, sólo la conozco —respondí.

Al parecer fue algo inventado por un país al otro lado del mar, aunque lleva tiempo existiendo y siendo común en ese país, es algo que recientemente se ha estado expandiendo a este lado del mundo.

Tomé la pequeña fotografía y la guardé pese a las protestas de Selene y Alysanne, quienes salieron con una expresión un poco graciosa para ser honesta.

—¡Irmyl, dame eso ahora mismo! —demandó Selene, extendiendo su mano hacia mí.

Me giré hacia ella, haciendo mi mejor esfuerzo para darle una expresión inocente mientras doy un paso hacia atrás.

—¿Por qué? Creo que es linda —respondí, sosteniendo el peluche de dragón en una mano mientras protejo la foto con la otra.

Alysanne miró con diversión nuestra interacción, no parece demasiado interesada en intervenir.

—Estoy de acuerdo. Es una buena representación de como nos sentimos en ese momento —añadió con una sonrisa tranquila.

—¡No estoy de acuerdo, protesto! ¡Mi expresión no es linda! —replicó Selene, inflando sus mejillas mientras sus manos siguen extendidas hacia mí.

—Y eso es muy tú, princesa —dijo Alysanne.

Selene se cruzó de brazos, dejando escapar un suspiro bastante dramático.

—Ugh... a veces me pregunto por qué sigo pasando tiempo contigo —murmuró, aunque no parece muy disgustada con esto.

Pasamos un rato más caminando por la plaza principal, aunque pronto se anunció el fin del festival, los puestos comenzaron a prepararse para cerrar y el bullicio lentamente empezó a cesar.

—Supongo que esto es todo... —dijo Selene, cruzándose de brazos y pateando ligeramente una piedra del sendero.

—Fue un buen día —comentó Alysanne.

A lo cuál solamente asentí, mientras me siento a su lado en una banca, Selene es la única de nosotras que todavía parece tener algo de energía.

—Siento que todavía falta algo que hacer —murmuró Selene haciendo un puchero.

—Princesa, este es recién nuestro primer año, estoy segura que tendremos más oportunidades de pasarla tan bien como hoy —sugirió Alysanne.

Yo sonreí suavemente, mientras abrazó mi peluche y recuerdo la fotografía con una sonrisa.

—Sí, el otro año seguramente lo pasaremos mejor —dije mirándolas a ambas.

Extendí mi meñique, ante lo cuál ambas se rieron suavemente y me acompañaron en el juramento.

—La próxima vez, me aseguraré de ganar más premios que ustedes —declaró Selene con el ceño fruncido.

Miré a Alysanne, antes de reírme brevemente. Finalmente llegamos a nuestros dormitorios, notando ahora la ausencia casi total de ruido en la academia, casi pareciera que lo que vimos hoy fue un sueño.

Selene nos abrazó antes de que nos diéramos cuenta, aunque tampoco es que la fuéramos a apartar o algo.

—¡Gracias por lo de hoy! Hasta ahora, había estado encerrada en casa, por lo que no tenía muchas amigas... por eso... gracias —musitó Selene con su rostro totalmente colorado.

Correspondimos el abrazo, y nos dimos un último vistazo antes de entrar a nuestras habitaciones, una vez que lo hice, todo el cansancio del día pareció golpearme de repente y a la vez.

Dejé mi peluche sobre mi cama y me dejé caer en la misma. Los recuerdos del día pasaron por mi mente.

"Hoy fue un buen día"

Una sonrisa tranquila se forma en mis labios.

La habitación está en silencio, además de en penumbra salvo por una pequeña luz de mesa. Me levanté para tomar un baño rápido, al mirarme en el espejo, noté que volví a mi forma normal en algún momento, aunque no le di demasiada importancia y simplemente me bañé.

La sensación del agua al contacto de mi piel fue en exceso relajante, por lo que tras salir del baño, me dirigí directo a la cama. Puse la foto a un lado de mi cama, antes de arrojarme de espaldas para dormir.

"Mañana volveré a lo de siempre."

No estoy segura de que es lo que me va a esperar en el futuro, tampoco de si realmente seré capaz de afrontarlo correctamente, pero, por hoy puedo irme a dormir con tranquilidad.

Han pasado tantas cosas en estos últimos días, que parecen recuerdos realmente lejanos.

—....

Y también, hay tantos problemas a futuro que resolver, que no sé por dónde empezar, sin embargo, estoy segura que encontraré la manera de salir airosa de esto.

***

Edmond por primera vez en mucho tiempo, no pudo dormir, pese a que le contaron lo que sucede a esos niños, incluida su hija recién adoptada. No podría decir que todo es incluso más grave de lo que inicialmente consideraron, un primigenio es una fuerza que existió antes que el universo mismo después de todo.

"El sentido común no funciona con los primigenios." Dijo una vez un cierto hombre de pelo blanco.

Ahora mismo se encuentra en un viaje de regreso a Ikronia, incapaz de pegar los ojos al pensar en el futuro que le depara a Irmyl.

—¿Q-Qué es eso?

El conductor se detuvo bruscamente, por lo que Edmond salió con la intención de reclamar, quedándose en silencio al ver a una singular pareja.

—¿Usted es Edmond Lomannes? —preguntó un hombre joven con rostro severo.

A su lado hay una chica que aunque atractiva, su cuerpo es bastante plano.

—Por supuesto que lo es, ¿No viste ya lo suficiente su foto? —pregunta mientras se lleva una mano a la cara—. Aunque seamos lo mismo ¿Por qué somos tan diferentes?

Lo único en común que tienen ambos son sus orejas puntiagudas similares a las de un elfo y una tez morena.

—¿Oh? ¿Qué asuntos tienen conmigo? —preguntó mientras pone su mano sobre la funda de su espada.

Edmond camina hasta quedar enfrente del carruaje.

—Realmente, me gustaría que no interrumpieran mis pensamientos —musitó mientras desenvaina la espada—. Además, ¿Podrían apresurarse? Tengo esposas e hijos esperándome en casa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top