Capítulo 29.-Solución temporal
—¿Q-Quién eres? —pregunto retrocediendo.
El autonombrado Eloah, aparece detrás de mí, ni siquiera pude detectar su movimiento.
—Mantente fuera de esto...
El sonido de un libro siendo cerrado, me trajo de regreso a la realidad, nuevamente estaba junto a la diosa, Anane. Quién mira con frialdad a Eloah, quién observa como hemos sido trasladados dentro de esa enorme biblioteca.
—Oye, Anane ¿Tienes idea de lo que estás haciendo? —pregunta, perdiendo los estribos bastante rápido.
En algún momento, aparecí sentada en lugar de la diosa, con un libro entre mis manos.
"¿Qué está pasando?"
—Tú no eres como esa persona, a ti sí que puedo eliminarte cuando quiera —comenta mientras se acerca a Anane.
—Tus amenazas son vacías, Eloah... No eres todopoderoso como para borrarnos de la existencia, aunque eso no quiere decir que no puedas eliminarme, pero si lo haces... tienes miedo de lo que sucedería si lo haces ¿No? —dijo con una sonrisa burlona.
En cuanto las palabras de Anane llenan el ambiente, un frío intenso se apodera de la vasta biblioteca, el propio aire parece volverse denso, el tiempo pareciera que se hubiese detenido por unos instantes. Eloah, cuyo rostro cambia entre la ira y un profundo desprecio, avanza lentamente hacia nosotros. Anane se mantiene firme, con una calma y confianza inquebrantables, ambos eran lados opuestos de una misma moneda.
—No tientes a tu suerte, mocosa —susurra Eloah, palabras cargadas con tal sed de sangre que me hielan la piel.
—Solamente evito que haya más víctimas a causa de tus caprichos, ¿Cuántos han caído en la desgracia por ti? —Anane sostiene la mirada a Eloah—. No tienes ni la autoridad ni el derecho para jugar con las vidas inocentes.
Eloah parece entrecerrar sus ojos, aprieta sus puños, con tal tensión que pareciera que fueran a desgarrase.
—Oye, Irmyl ¿De verdad vas a escuchar a este patético intento de diosa? Nunca ha hecho nada por los humanos, pese a jactarte tanto de tu moral, ¿Por qué únicamente te encerraste por la eternidad en este lugar?
—No intentes manipularla, Eloah —declara con confianza—. Irmyl es quién tiene que tomar las decisiones por su cuenta, los dioses no tenemos derecho en intervenir con la humanidad, lo que sea que pase con ellos, será consecuencia de sus decisiones.
Eloah da un paso hacia mí.
—Te he dado otra oportunidad ¿Y así es como me lo vas a agradecer? Te di la oportunidad de encontrar un propósito y de redimirte... ¿Quieres tirar todo eso por la borda? Piensa un poco, Irmyl.
Tengo miedo, tanto miedo de hablar, Anane parece que no hará nada poder detenerme si es que decido escucharlo, como ella dijo, es mi decisión.
—Yo... —digo en casi un susurro—. No creo que quiera seguir un camino dictado por lo que tu quieres, Eloah... No quiero que mi vida y decisiones, sean guiadas por un ser todopoderosos, te agradezco haberme dado otra oportunidad, pero... no es lo que yo quiero.
La ira de Eloah se vuelve palpable, incluso todo su ser se vuelve rojo.
—Entonces, prepárate para enfrentar las consecuencias de tus elecciones, Irmyl... Has elegido desobedecerme, ¡Ir en contra del destino!
Mis manos comienzan a temblar, ni siquiera puedo mantener la mirada hacia Eloah.
—Dices eso, pero ¿No eres tú la prueba de que el destino no es definitivo? Eloah, aquél que traicionó a sus compañeros y que cobardemente tomó el trono de dios... Aquél que tiene una voluntad tan débil que tiene que doblegar la de los demás para sentirse satisfecho, tu propia apariencia es reflejo de lo que eres: Nada —declaró Anane, poniéndose delante de mí—. He vivido una larga vida, con más arrepentimientos que alegrías... pero, no quiero verte romper a otra persona inocente para saciar tu interminable ego, un ego artificial debajo de cuál te escondes.
Al escuchar eso, por alguna razón, dejo de temblar.
"¿Ha habido más personas en mi situación?"
Quiero decir, no es descabellado en lo absoluto, pero... es algo shockeante a su manera. Pero, escuchar a Anane decir eso, hizo que consiguiera calmarme.
—¿Qué es lo que sabes tú? ¡Nada! Ninguno de ustedes sabe absolutamente nada, ¡Yo fui quién creó todo esto! Quién permitió que todos y cada uno de ustedes naciera, quién les brinda otra oportunidad, quién escribe sus destinos... ¿Por qué no puedo quebrar algunos cuántos juguetes?
Sentí un escalofrío recorrer todo mi ser.
—¡Libertad! —Eloah se burló, escupiendo cada palabra como si fuera veneno—. ¿De qué les sirve la libertad a todos estos imbéciles? Se destruyen entre ellos, caen en la desesperación, se tropiezan una y otra vez con la misma piedra... ¡¿De que va a servir darles otra oportunidad?! Si de igual forma van a morir, que al menos sirvan como entretenimiento.
Las palabras de Eloah, me golpean como una ola gélida. Sus palabras resuenan llenas de desprecio, cada una dirigida a menospreciar todo lo que siento, lo que he vivido y lo que quiero llegar a ser. Para él, no somos nada, solamente meros peones en un tablero de ajedrez.
—Sus vidas, recuerdos, victorias y derrotas no son más insignificancias —dice con arrogancia—. Tus intentos de encontrar sentido son ridículos, Irmyl. Al final, no hay nada más que yo... y todos ustedes, están aquí para cumplir mis deseos.
Anane da un paso al frente.
—Eloah, tú también fuiste humano alguna vez... ¿Nunca amaste algo más que a ti mismo? ¿Siempre has mirado a la humanidad como algo más que juguetes? No son perfectos, tu deberías saberlo mejor que nadie... lo que es la derrota, el corazón... ¿Lo has olvidado todo en favor de ser un dios? Tienen esperanza y voluntad, algo que pareces haber perdido en este trono vacío... Tú, solamente temes el día en que el trono te sea arrebatado.
Eloah permaneció en silencio unos breves segundos.
—Así que eligen el sufrimiento e incertidumbre, ¡Perfecto! —exclama con una gran sonrisa—. Espero que te encuentres con la más profunda desesperación en el camino que has escogido, Irmyl... pronto te darás cuenta que fue un error desafiarme... Lo vas a perder todo, mocosa. Una gran sombra devorará Etheryon...
Tras decir esas palabras, Eloah se desvanece.
—Perfecto, con esto... no se interpondrá más en tu camino... no directamente al menos —musita Anane—. Sé que es repentino, pero... es hora de que regreses, Irmyl. Tu camino recién empieza.
Con un simple chasqueo de sus dedos, despierto nuevamente en mi habitación, toco mi rostro varias veces.
—Sigo viva... sorprendente —musito, viendo otra vez mi rostro frente al espejo.
Tras un rato, decido ducharme, y tras cambiarme, vuelvo a ver mi rostro en el espejo.
"Um... ¿Cómo lucía anteriormente?"
Puede que... ¿Así?
Me transforme en un versión infantil de mi antiguo yo, con cabello rubio y ojos verdes.
"Así que mi cabello sólo se vuelve negro si me convierto simplemente en humana."
Aunque... esto me está dejando agotada.
Vuelvo a la normalidad o así debería ser.... ¿Por qué únicamente soy humana ahora?
Cabello negro, sin cola... lo único que me relaciona es mi rostro y ojos.
—¿Irmyl?
Karla me llama mientras toca la puerta, abriéndola suavemente. Ambas nos miramos la una a la otra.
—H-Hola —digo algo incómoda.
—...
Karla vuelve a cerrar la puerta, murmura algo, la vuelve a abrir para verme y la cierra otra vez.
—¿Me equivoqué de puerta? No, no, definitivamente es aquí.
Nuevamente abre la puerta.
—¿Eres Irmyl? —pregunta visiblemente confundida.
—¿Tan diferente me veo? —musito—. Mira mi cara, no es tan complicado ¿O sí?
Karla ladea la cabeza, luego asiente, aunque todavía parece algo extrañada.
—¿Y bien? —Parece esperar explicaciones.
—Todavía no lo entiendo bien yo tampoco, parece que puedo tomar otras formas, pero no demasiado alejadas de lo que soy... y cuesta mucho trabajo mantenerlas...
—¿Pero puedes volver a la normalidad? —pregunta.
Suelto un suspiro.
—B-Bueno... parece que estoy atascada en esta forma hasta que recupere mi maná —musito mientras juego con mis dedos.
Karla se lleva la mano a la cara, estuvo un rato regañándome por andar jugando con mi magia sin antes pensar en las consecuencias.
De cualquier manera, tuve que ir en esta forma al comedor como castigo, pese a que hace un rato que ya recuperé mi magia.
—¿Por qué es un castigo ir en este forma? Solamente soy una persona normal... —musito.
—Ya lo verá, se subestima mucho —declara mientras me empuja fuera de la habitación.
—¿Hm? ¿Qué quieres decir?
De camino al comedor, por alguna razón, sentí demasiadas miradas sobre mí, incluso algunas chicas murmuran entre ellas mientras me señalan.
"¿Eh? ¿Qué está pasando?"
Me sentí demasiado observada, lo que me llevó a intentar esconderme detrás de Karla, pero ella tiene una sonrisa maliciosa.
—No, no, no es un castigo si se esconde —dijo con una mirada que me heló la sangre.
Solamente asentí con todas mis fuerzas. Karla parece ser el tipo de persona que no quieres hacer enojar.
¿No me están mirando demasiado?
Al llegar a la mesa, Alysanne y Selene me están viendo con una mirada en blanco, incluso Selene fue tal lejos para revisar por debajo de mi falda en búsqueda de mi cola de dragón.
—¿S-Selene?
—¡Eres tan linda! Pero... no pensé que el que tomaras forma humana haría que todos se dieran cuenta... También tienes un semblante más serio...
—Princesa... absténgase de volver a hacer eso... —dijo Alysanne con una mirada fría.
Fue tan efectiva que Selene empezó a sudar frío.
Finalmente, todavía sintiendo la presión de todas las miradas en el comedor, me siento entre Alysanne y Selene. Karla se retira un poco con una gran sonrisa. Selene parece fascinada, incluso veo un ligero rubor en ella, como si estuviera viendo algo increíblemente extraño, y Alysanne, aunque algo menos expresiva, también parece interesada en mi cambio.
—Entonces~ —habla Selene—. ¿por qué te ves así?
Selene apoya su barbilla en sus manos, observándome con entusiasmo y de manera fija.
—E-Es una larga historia —musito, desviando la mirada de cuando en cuando—. Básicamente es magia de transformación... estuve jugando un rato con ella esta mañana... y acabé en esta forma.
—¿Jugando? ¿En qué te transformaste? —preguntó Alysanne.
—En chico —susurro en un tono apenas audible.
Los ojos de Selene parecen haberse convertido en un par de estrellas al escuchar eso.
—¡Quiero verlo, quiero verlo! —exclama mientras toma mis manos.
—Princesa... —declara Alysanne.
Selene se congela en el acto y vuelve a su asiento.
—S-Sí, señora.
Alysanne suelta un suspiro. La mira con algo de vergüenza, pensándolo con calma, ciertamente fui imprudente, ni siquiera sé la naturaleza de esta habilidad después de todo.
—Entonces~ ¿Qué piensas hacer mientras no vuelvas a tu forma normal? —pregunta Selene.
—No mucho realmente, es algo extraño estar sin cuernos, alas y cola... pero nada más fuera de eso...
Tomo un poco de agua.
—Ah, es cierto, recibí una invitación de parte del director —comento.
—Ahora que lo mencionas, yo también —comenta Alysanne.
—¿Eh? Entonces fui la única que no... ¡No es justo! Estaré sola en la fiesta de bienvenida... —declaro Selene mientras dibuja círculos imaginarios con su dedo sobre la mesa.
"¿Alysanne también? Entonces... ¿Cuáles podrían ser las condiciones para llamarnos?"
Selene se levanta de golpe.
—¿Ya has decidido que ponerte? —pregunta con sus ojos en llamas.
Parece saber cuál va a ser mi respuesta ante esa pregunta.
—No había pensado en eso —admito—. Creí que... bueno, iría con el uniforme.
Selene y Alysanne intercambian una mirada de desaprobación, mirándome como si solo fuera una niña. Lo cual, no está tan alejado de la realidad.
—Irmyl, esto no es una clase, es una reunió con el director y algunos otros alumnos destacadaos. Necesitas un atuendo a la altura —dice Alysanne con calma.
Selene asiente efusivamente.
Exacto. ¡Vamos a tu cuarto y busquemos algo que haga ver a todos lo linda que eres!
Karla me sujeta de los hombros con firmeza.
"Esto no parece una buena idea."
Siento un sudor frío recorrer mi nuca.
—Ya era hora —dice Karla, y puedo ver un brillo en sus ojos, como si todo hubiera ido conforme a su plan.
Suspiro, resignada, me levanto y las sigo. A pesar de todo, no puedo negar que tienen razón con respecto a que es una ocasión especial, y al menos yo no sé mucho sobre moda para chicas. Tampoco para chicos, pero ese es un tema totalmente aparte.
Tras regresar a mi habitación, la observo en un estado que nunca creí llegar a ver. Lo que era un lugar tranquilo, ahora está casi irreconocible, con el contenido de mi armario en apariencia cuasi infinito disperso por todas partes.
Las chicas, con una actitud casi ceremoniosa, observan cada conjuntos con interés y paciencia, antes de voltear a verme a mí y negar con la cabeza.
"¿Cuál es el interés en esa ropa?"
—Vamos a probar este primero, Irmyl —dice Karla, sosteniendo un vestido en un profundo color negro.
—Sí~ —respondo, mientras me voy a cambiar al baño.
—Eres demasiado tímida, Irmyl —comenta Selene—. Todas somos chicas aquí.
"Parece que esto irá para largo."
Suelto un suspiro y me cambio la ropa para luego salir.
De pie, frente al espejo, estudio mi reflejo.
"No veo la diferencia entre este y los otros."
Nunca me he visto a mi misma tan vestida de gala, por lo que me remuevo en el sitio, sujetando el borde de la falda con nerviosismo.
"¿No es demasiado corta?"
—¿No te sientes cómoda? —pregunta Karla, mientras ajusta un broche de plata en el cuello del vestido.
—N-No —respondo, sin mucha convicción.
Alysanne y Selene me observan con seriedad.
—El negro te va bien. Hace que parezcas seria y segura de ti misma... vas a atraer muchas miradas Irmyl —declara Alysanne mientras asiente.
—¿Miradas? —pregunto con nervios.
"No quiero atraer miradas".
Selene asiente ante la declaración de Alysanne.
—Sí, pareces olvidar que tienes un rostro expresivo y encantador —comenta Selene con seguridad.
Para mí, esta conversación no tiene ningún sentido. Hasta ahora, nunca me he preocupado por como me veo, ni por lo que me pongo, aunque para ellas parece importante, no lo entiendo. Sé que tratan de ayudarme y todo, pero... no comprendo cual es el punto de todo esto.
"¿Cuál es el punto?"
La ropa está para usarse y ya. Puedo alegrarme con el simple hecho de ir vestida, incluso la comida en buen estado solía ser un lujo.
Ni bien termino de probar un vestido, me piden que pruebe otro y así hemos estado desde hace casi dos horas.
"Cualquiera de estos podría servir".
Finalmente, tras varios intentos, pruebo un vestido azul con bordados dorados, que resalta mi figura pero sin ser demasiado ajustado. Las chicas parecen sentirse satisfechas, lo cual finalmente es un alivio.
Parecen felices con su elección y comienzan a terminar de ajustar mi apariencia. La atmosfera en la habitación se torna más calmada con estos últimos ajustes. Frente al espejo, mis ojos recorren mi propia figura.
"No lo entiendo".
—¿Irmyl? —Me llama Alysanne.
—Ah.... ¿S-Sí? —respondo con una sonrisa algo rígida.
Alysanne me sostiene la mirada por unos segundos. Karla parece notar algo y toma mi mano suavemente.
—¿Pasa algo? —Me pregunta con preocupación.
A este punto, Selene también se ha dado cuenta, mirándome con una mezcla de confusión y curiosidad. Bajo la mirada por unos segundos, ¿Debería decir algo? Sería como revelar que soy una reencarnada abiertamente, aunque Alysanne ya sabe que lo soy, no sabe sobre cómo fue mi vida.
—Es sólo que... todo esto es nuevo, demasiado nuevo para mí —musito, buscando las palabras adecuadas—. Casi como si fuera otra persona, bueno... ahora literalmente soy otra persona después de reencarnar.
El silencio se hace en la habitación, siento la mirada intensa de Selene y Karla, Alysanne es la única que mantiene tranquila.
—¿Reencarnada? —pregunta Selene en un susurro.
Asiento lentamente.
—Era muy diferente, no podía permitirme estos lujos... —musito.
Tomo un momento, recordando las palabras que le dije a mi otro yo, mi pasado es algo que me define hasta cierto punto aunque no quiera aceptarlo, pero no es lo que va a decidir el destino de mi vida.
—Antes, yo... ni siquiera era una chica. Solía ser un vagabundo, uno que murió en la miseria... alguien que se conformaría con lo que sea que pudiera encontrar para vestir —digo mientras señalo el vestido—. Para mí, todo esto es extraño, tener amigas que me aconsejan y escuchan, gente que me quiere y valora... no tener que preocuparme por que tengo que comer hoy... o dónde pasar la noche, ni siquiera había magia... todo es nuevo.
Alysanne permaneció en silencio, Karla y Selene tienen los ojos bien abiertos.
—Por eso, no puedo entender el porqué de todo esto —declaro.
—Pero, se te ha dado una segunda oportunidad —declara Alysanne—. Una oportunidad para poder vivir todo lo que no pudiste.
—Gracias —Fue todo lo que pude decir.
Tras un rato, ambas se marcharon, quedando que tras alistarse ellas mismas, vendrían por mí.
—¿Karla? Has estado callado desde hace un rato —comento.
—Ah, no es nada, solamente estuve pensando en algunas cosas —comenta con seriedad.
"Parece algo... distante ¿Fue por lo qué conté?"
—¡Irmyl, vámonos! —escuché la voz de las chicas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top