Capítulo 24.-Un trago amargo.

—Lo siento... —musito al borde del llanto.

—Pero si todavía no he dicho nada —dice el profesor, totalmente incrédulo.

—Lo siento...

Pude ver que disimuló su mueca de fastidio y en su lugar comenzó a golpear la mesa con sus dedos a un cierto ritmo.

"¿Acaso soy una estudiante problema? ¿Qué pensarán mis padres de eso?"

De solo pensarlo, me dan ganas de llorar, pero ahora no es el momento. Por otro lado ¿Qué es lo que quiere el maestro de mí? La incertidumbre me pone nerviosa e incluso me están sudando las manos.

—Lomannes, tome asiento —dijo el profesor en voz baja, pero autoritaria.

Aunque algo aturdida por lo repentino del pedido, acabo por obedecer y sentarme totalmente recta. Mientras tuvimos toda esta conversación inicial, el profesor no apartó la vista de unos documentos que está revisando en ningún momento.

—Sabes, Lomannes... —Con un tono educado, el profesor levantó finalmente la vista y me miró fijamente, casi pareciendo que me estuviera escaneando—. Tu presencia en esta academia es un tanto... peculiar, tanto por la forma en que entraste como por...bueno... ser la primera dragona doméstica humanoide en toda la historia. Eres una existencia demasiado excéntrica, algo que nunca antes se ha visto en el mundo mágico... si no fueras la prometida del príncipe... no tendrías ninguna sola noche de descanso en toda tu vida...

"¿Eh? No me había parado a considerarlo, pero venir a la academia y registrarme con tanta naturalidad ¿No sería como exponerme al mundo mágico?"

Además, tampoco había considerado el hecho de que... bueno, soy la única de mi especie en ser humanoide. Una raza considerada estúpida y una mascota de lujo por los cuidados que requieren.

—Solamente quiero decirte, todavía no estás a salvo, todavía no sé decirte si venir a esta academia fue tu mayor acierto o error, es una historia en construcción después de todo. Pero tu sola existencia es demasiado valiosa, por lo que hay muchos ojos observándote entre el profesorado... no es solo que seas hija adoptiva del considerado héroe de Ikronia, sino que también eres la prometida del heredero de Durkiz, y por sobre todas las cosas, una especie única... ¿Entiendes a lo que quiero llegar? Estoy preocupado, no sé nada de ti, pero con una condición tan delicada, lo mejor sería que tengas cuidado con quién te rodeas.

Hubo un silencio absoluto por unos segundos, no supe que decir o responder. Todo esto, simplemente era demasiada información como para procesarla en unos instantes.

Pero, pensándolo en retrospectivo, he sido demasiado descuidada con lo que hago.

—"Etheryon es una academia abierta a todo el mundo", esa frase es una verdad a medias, puesto que es una academia para todo aquél que demuestre ser talentoso... si quieres protección, deberás ganártela, Lomannes. Si solamente hubieras sido una niña caprichosa, te hubiéramos rechazado en el acto, pero tu potencial mágico es de los más altos que he visto, espero grandes cosas de ti.

El silencio volvió, no tenía palabras para responderle. Ciertamente no es que lo dijera con malas intenciones, pero, es simplemente shockeante. ¿Cómo debería responder?

—Es todo, estás libre. Ve a tu siguiente clase, pero mantén en mente lo que te dije.

Me levanté del asiento, casi que de manera mecánica, no sé que clase de expresión tengo, pero Karla se me acercó con preocupación.

—¿Todo bien? —Me pregunta.

—Uhm, sí... —respondo, desanimada.

Nos dirigimos a la siguiente clase, pero para ser honesta, mi cabeza solamente está dando vueltas y dudo que pueda prestar demasiada atención.

Al llegar al aula, Karla se despidió de mí con una sonrisa y caminé a paso calmado hasta mi asiento asignado antes de levantar la mirada.

Para el momento que llegué, los otros estudiantes ya estaban allí, noté en seguida que hay varios de segundo o tercer año. Escuché que las clases en su mayoría se suelen repetir hasta que el profesor permita que el estudiante vaya al siguiente nivel, por lo cuál no suele ser raro ver incluso alumnos en su cuarto año cursando algunas materias como estas, obviamente suelen ser estudiantes que no terminan el programa y por ende, no cuentan como aprobados.

¿Sería así en las universidades de mi mundo? Siento que es algo raro, pero como no fui a la escuela, no tengo nada con que comparar.

Un hombre delgado, con ojos pequeños y fríos, hizo la entrada. Su sola presencia hizo que la temperatura del aula bajara varios grados. Miró de forma altiva a todos en la sala, deteniéndose especialmente en mí, antes de sutilmente chasquear la lengua y mostrar una mueca de desagrado.

—Bienvenido a Manipulación mágica básica —dijo en un tono frío—. Aunque se llame así, es probablemente la materia más importante que cursaran, así que asegúrense de aprender eficientemente, o de otra forma, terminarán como ciertos fracasos de por aquí. La magia no es solo una herramienta, es una extensión de su ser. Aquellos que no puedan controlarla de forma adecuada, no tienen lugar en este mundo. Esto aplica incluso para guerreros, si bien no usan su maná para hechizos potentes, lo usan para potenciar sus cuerpos y defenderse de nosotros los magos.

A medida que hablaba, sentí su mirada caer sobre mí brevemente.

—Por supuesto, si no logran seguir el ritmo de algunos, no se sientan mal, hay existencias excepcionales por su talento, o debería decir, por sus líneas de sangre, pero... por ahora vayamos con una demostración.

El profesor levantó su mano, sacó una varita y con un movimiento suave conjuró una esfera de luz que flota en el aire, perfectamente redonda y se mantuvo en un solo lugar. Mostró aquello como si fuera tan fácil como respirar, tanto que nos dio confianza a los tres alumnos de primer año.

Alysanne miró con indiferencia aquello, lo mismo con Selene.

—Ahora, ustedes lo intentarán —dijo—. Vendrán uno por uno.

Los estudiantes de grados superiores lo consiguieron con el mínimo esfuerzo, creando las esferas con gran precisión, Alysanne lo logró tras un par de intentos y sobre Selene, bueno, creó una especie de sol en miniatura.

Mi turno se acercó, y comencé a sentirme nerviosa, sabiendo que no es algo para lo que precisamente esté lista.

—Lomannes —Llamó el profesor, con un tono cortante.

El nombre de este profesor es Fenik.

Tragué saliva y me levanté, recibiendo ánimos silenciosos de parte de Selene y Alysanne. Caminé lentamente hacia el frente, con mi corazón a mil por hora. Extendí mi mano, intentando descifrar lo que se supone que debería hacer.

"Ah, ¿Qué hago? No lo sé, no recuerdo haber aprendido algo sobre esto"

Padre no era un mago después de todo.

Seguramente tenga que ver con la imaginación, solamente tengo que tener en mente lo que debo hacer y todo saldrá bien ¿Cierto?

Sentí un calor extraño recorrer mi cuerpo e intenté dirigirlo hacia mi mano, pero algo salió mal, una pequeña chispa saltó y explotó en un destello de luz descontrolado. La explosión fue simplemente demasiado ruidosa y me dejó mareada, algunos estudiantes retrocedieron sorprendidos. El aula quedó en silencio por unos momentos, antes de que comenzaran a oírse unas risitas nerviosas.

Fenik se acercó lentamente, con una sonrisa irónica en su rostro.

—Interesante, sería excelente si la instrucción hubiera sido crear fuegos artificiales ¿No es así, señorita Lomannes? —dijo, observándome como si fuera una criatura bajo un microscopio—. Esperaba algo más refinado, de una criatura mágica que fue adoptada por la orgullosa familia de los Lomannes. Parece que.... Tenemos mucho trabajo por delante, creo que no hace falta decir que fracasó ¿No lo cree?

Pude ver que Selene estuvo a punto de decir algo, pero Alysanne la detuvo.

Mis mejillas arden de vergüenza y siento que estoy a punto de llorar al escuchar que las risas en el aula se intensifican.

—Es curioso... —continuó el profesor, caminando a mi alrededor—. Tienes el título de prometida del príncipe, y sin embargo, parece que la elección ha sido demasiado laxa aunque seas la tercera esposa... no tienes habilidades mágicas lo suficientemente dignas para ese título... tal vez en Durkiz no son tan exigentes con sus futuras reinas.

Las risas volvieron a aumentar, no sabía cómo responder, ni mucho menos defenderme.

—¿Acaso insinúa algo? Profesor Fenik —declaró Selene tras golpear la mesa.

El aula volvió a quedar en silencio por unos segundos.

—Mire que meterse con una cría de menos de un año —dice con una sonrisa—. ¿Quizás no es tan capaz pese a ser un profesor de Etheryon?

—....No, lamento mis palabras, princesa Selene —dice mientras hace una reverencia—. Por otro lado, te sugiero que practiques antes de intentarlo nuevamente, no queremos más accidentes.

Estando al borde del llanto, volví a mi asiento, incapaz de levantar la mirada. Sintiéndome no sólo humillada, sino impotente.

La clase continuó pero no pude concentrarme, estaba demasiado perdida entre mis pensamientos y con eso, el profesor pareció estar satisfecho ya que solamente ignoró mi existencia por el resto de la clase.

Cuando terminó la clase, me levanté rápidamente y salí sin despedirme, mucho antes de que cualquiera pudiera hablarme. Karla me esperaba afuera, con una sonrisa que cambió a una expresión de preocupación al verme.

—¿E-Está bien? —preguntó.

—Sí... solo necesito un momento —respondí, cabizbaja y sin ánimo.

El resto del día pasó lentamente, con más clases que parecían interminables. Me costaba concentrarme por culpa de ese profesor...No, por culpa de mi incapacidad.

Durante el almuerzo, no pude centrarme tampoco, aunque gracias a Selene y Alysanne fue ciertamente un alivio. Aunque pude notar la diversidad de estudiantes que hay aquí de varios reinos y razas, además de que no soy la única semi dragona en Etheryon.

Durante la tercera clase: Estrategia mágica y defensa. Nuestro instructor nos puso en pareja para practicar movimientos defensivos, estuve emparejada con Selene, quién fue paciente conmigo, guiándome con tranquilidad y tacto.

Para la última clase, Estudio de criaturas mágicas, solamente nos desglosó el significado de criaturas mágicas, que era lo que se consideraba como tal y que no, aunque estuve divagando y no presté atención.

"..."

Una vez que terminó la clase, me dirigí a mi habitación. Karla se apresuró en alcanzarme.

—...

Quizás por mi semblante, pero no dijo nada, solamente me acompañó.

—Lo siento —musito.

—¿Por qué? —Me pregunta.

—....

Al notar la ausencia de respuesta, Karla suspira y mira en varias direcciones.

—No hace falta que te disculpes, está bien... Ya sea que te vuelvas la más grande maga de la historia o seas expulsada, seguirás siendo mi amiga, no sé lo que te pasó, pero toma esto como un simple tropiezo y comienza a esforzarte desde ahora.

Dijo aquello mientras me toma de las manos y me sonríe cálidamente.

—Apenas llevas un año en este mundo, es normal que haya cosas en las que no seas buena, no tienes que mortificarte por ello. Al final de estos cinco años, ya sea que te gradúes o no, estoy segura de que habrás crecido enormemente.

—...Yo...Lo siento...

—Está bien —dice con una sonrisa—. Lo mejor será que vayas a relajarte por ahora.

—Sí, eso haré —digo antes de entrar a mi habitación.

"Hoy ha sido un día muy largo"

***

—....

Karla miró la sombra que apareció detrás suya.

—¿Qué pasa? ¿Comienzas tener dudas? No te preocupes, no hay forma en que puedan detectar a un demonio como yo, la magia es algo casi primitivo de dónde vengo.

—Ah, no... No es nada —musita.

—Además, tú eres la única que puede verme y escucharme, nadie tampoco puede detectarme... así que por ahora, sigue como siempre... yo me encargaré cuando sea el momento —comenta antes de desvanecerse.

Karla miró sus manos, estas manos falsas, incluso su propia identidad seguía siendo falsa... todo lo que tenía ahora, no era más que una mentira construida a base de otras varias mentiras.

¿Qué es lo que se suponía haría cuando todo este termine? No lo sabe, no tiene forma de saberlo y eso la pone nerviosa, saber que siempre está siendo vigilado por ese ente.

¿Por qué esa persona aceptó el trato? Simplemente no puede comprenderlo, hasta hace poco estaba segura que él podría contra cualquiera y de buenas a primeras se rindió con esa chica.

Solamente ¿Qué es ella?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top