Capítulo 22.-La advertencia de la diosa

"..."

¿Qué debo hacer en esta situación?

Aunque no puedo sentir la más mínima hostilidad de esta persona ¿Por qué no puedo dejar de temblar?

—El motivo para traerte, no fue otro más que charlar contigo —dijo con una sonrisa—. Después de todo, hueles como ese bastardo.

"¿Eh?"

—Aunque supongo que todos los humanos reencarnados lo hacen, pero... todos aquellos que de alguna u otra forma que se han involucrado con él, debo advertirte que terminan mal... Oh... pero, ya que estamos aquí... ¿No quieres saber que fue lo que pasó con tu mundo? —dijo antes de tomar un sorbo de su taza de té.

—...Mentiría si dijera que no... pero, he estado tratando de no pensar en ello.... Cuánto más lo pienso... más extraño es....

Anane sonrió ante mi respuesta.

—¿Extraño? ¿En qué sentido?

"..."

—Todo el mundo parecía distorsionarse... todos se volvieron locos...

—Um... ya veo... ¿Algo más?

—Lo siento, ya estaba agonizante desde antes... —musito cabizbaja.

Anane acaricia mi cabeza con cariño.

—Eres una niña muy pura —declara—. Pero, pareciera ser que ya estás en sus garras.

"¿De quién está hablando?"

—Haré lo posible para que no pueda verte más, es mejor que no interfiera esta vez —dice con una sonrisa tras chasquear los dedos—. Por ahora, puedes vivir una vida tranquila dentro del templo, o al menos hasta cierto punto.

Miró en otra dirección, antes de chasquear los dedos, y antes de darme cuenta, estoy de regreso en mi habitación.

"Me gustaría creer que todo fue un sueño"

Mi sueño de estar en paz, pareciera que va a ser imposible.

Por otro lado, ¿Dijo que su nombre era Anane? Me gustaría investigarlo si tengo la oportunidad, al menos quisiera saber a qué es lo que me estoy dirigiendo. Desde luego que parece estar más arriba que una diosa cualquiera, pero ¿Qué tan grandes son los primigenios?

Algo más que hacer, que pereza. Solamente quería relajarme con las chicas.

De todas formas, ¿Cuándo es que comienzan las clases en esta academia? No creo que pueda estar tan tranquila todo el tiempo, pero espero que al menos me dejen tiempo para relajarme. Nunca fui a la escuela antes de llegar a este mundo, así que no estoy muy segura de como tomarme todo eso.

Además ¿Qué pasará con mi anterior escuela? Ni siquiera llevaba tanto tiempo como para dejar de ir repentinamente.

Debería dejar de pensar en eso, comienzo a extrañarlos... Creo que lo mejor va a ser simplemente ir a caminar para despejar mi mente ¿Estarán las chicas despiertas? Aunque, ni siquiera sé si todavía es de día para empezar.

Pensándolo mejor, creo que lo ideal sería quedarme en mi cama por ahora y esperar a estar segura de que es de día, no quiero meterme en problemas por no poder dormir, y menos cuando apenas llegando a este lugar.

"Va a ser una estancia muy larga"

Entonces ¿Qué es lo que debería hacer ahora para pasar el tiempo? No debería de faltar mucho hasta que amanezca.

—¿No había libros por aquí?

Mientras pensaba en eso, un libro apareció en mis manos.

"¿Eh?"

Miro en varias direcciones, siendo incapaz de comprender como fue que esto llego a mis manos en primer lugar ¿Será cosa de la habitación? Bueno, es un mundo mágico, así que no me romperé la cabeza buscando la lógica detrás de esto.

—¿"Primigenios"?

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, ¿De verdad es una simple coincidencia?

—D-Debe ser que me da el libro que quiero ¿No?

Aunque no escuché que las sirvientas dijeran algo sobre eso.

"S-Sólo debo calmarme, seguramente debe haber una explicación sobre esto"

Por ahora, creo que le daré una leída.

"Los primigenios son seres que como su nombre indica, surgieron antes que la creación misma, e incluso se teoriza que ellos fueron los que dieron forma a la creación y no un dios, como muchas religiones indica. Sus existencias son tan vastas e incomprensibles que casi nadie soporta estar ante su presencia al menos que asuman una forma comprensible para nosotros".

Trago saliva.

"Se desconoce el número exacto de primigenios existentes, pero se asume que no deben ser más de veinte. Esto debido a las numerosas leyendas recolectadas de varios pueblos antiguos, incluso se dice, que este mundo fue el primero en ser creado".

Creo que lo mejor sería buscar sobre esa diosa en particular.

—El creador, el destructor, el mar de muerte.... Juez del cosmos, la encarnación del caos.... Nada, no encuentro sobre ella...

Sin embargo, mis ojos se detuvieron en una de las páginas, "Guardiana de la eternidad", pero no por algo en particular, sino por la absoluta falta de datos sobre ella. En general, revisando bien, la gran mayoría no cuenta con demasiados detalles más allá de su nombre y una pequeña leyenda.

Salvo por cuatro casos: El creador, el dios de la destrucción, la luz de la esperanza y el gran dios demonios.

No es que hubiera información ultra detallada, pero al menos están documentados algunos casos de encuentros con estos seres.

Si hay algo que me quedó claro, es que no son seres que se dejen ver con facilidad y que incluso en el vasto universo, hay apenas un puñado de seres que han logrado verlos, ni siquiera charlar, solamente verlos.

¿Y me estás diciendo que yo tuve la fortuna de encontrarme con una que ni siquiera tiene algún caso detallado?

"Realmente debo tener una mala suerte o de alguna forma atraigo lo que menos quiero"

Supongo que es algo con lo que tendré que aprender a vivir de ahora en adelante, o por lo menos, algo que debo tomar en cuenta antes de tomar mis decisiones.

—...

"Ah, ya amaneció"

Observo llegar los primeros rayos de sol, a través de la ventana.

—...Todavía es demasiado temprano...

Dudo mucho que haya alguien despierto a esta hora por su propia voluntad. Mucho menos cuando es posible trabajar por la noche.

¿Cuántas horas dormí realmente? No tengo ningún reloj en mi cuarto, así que no tengo forma de saberlo, ¿Dónde podré conseguir uno?

Cierro el libro y al instante desaparece entre mis manos, parpadeo un par de veces, intentando sentir el libro que desapareció justo frente a mí todavía escéptica mirada.

"¿Eh"

Me quedé en trance mientras intento explicar lo que acaba de suceder, pero, vuelvo a la realidad en cuanto escucho que alguien toca mi puerta, salgo a abrir, aunque todavía tengo puesta mi ropa de ayer.

—¿No te has duchado? —pregunta la princesa Selene al verme.

—Ah, no, estaba por hacerlo.

—¿Puedo pasar? —pregunta con curiosidad.

"¿U-Una chica en mi habitación?"

Espera... ahora soy una.

Abro la puerta, dejando entrar a la princesa, mientras me acerco al armario, topándome con el uniforme de la escuela. Bueno, en realidad hay cuatro uniformes y uno que deseo no tener que ponerme en particular: el de natación.

Aunque tampoco quiero ponerme el vestido de gala, para empezar, no creo que tenga una figura que resaltar, soy bastante plana ¿Saben?

Pero, seguro que soy el tipo de algún sujeto desagradable ¿No es así?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensarlo.

En todo caso, tomé el uniforme de uso diario, que consiste en una falda bastante más corta de lo que me gustaría aunque no al punto de enseñar algo por simplemente agacharme. Una camisa sencilla de color blanca y un pequeño lazo dorado, también mi insignia está bordada en el lazo izquierdo, parece que las medias son bastante largas y ajustadas. Y las zapatillas parecen cómodas.

Acomodé mi ropa sobre mi cama antes de meterme a bañar, dejando a la princesa Selene husmear por mi habitación.

Me quité la ropa y miré mi figura en el espejo.

"Esto se sigue sintiendo incómodo"

Me dirijo hacia la regadera, la cuál se encendió demasiado por estar cerca.

—¡P-Para! —digo mientras cubro mi cara para que no me entre agua en los ojos.

Tras un rato el flujo se normaliza, pero para entonces, el agua se está desbordando por todo el baño.

"..."

Voy a tener que limpiar esto más tarde.

Una vez terminé de bañarme, salí con una toalla en busca de ropa interior.

—¿Ya terminaste? —Me pregunta la princesa Selene con una sonrisa—. Por cierto, tu cuarto se siente demasiado como el de un hombre.

—¿De verdad? —digo emocionada.

"Que buena persona".

Es la primera vez que lo dicen desde que llegué a este mundo.

—Sí, tanto que no va contigo —musita algo sorprendida—. En todo caso, te ayudaré a vestirte.

"¿Eh?"

—N-No hace falta —digo algo avergonzada.

—No hay nada de que apenarse, las dos somos chicas —declara con una sonrisa mientras sujeta mis hombros con una fuerza que parece impropia de su físico.

"No puedo negarme ¿Verdad?"

—...

—...

Alysanne nos miró con curiosidad al vernos salir del cuarto con ánimos totalmente dispares, más se abstuvo de preguntar algo.

—Princesa, no es bueno forzar a las personas —dice la heroína—. Hay algunas personas que son tímidas de mostrar su cuerpo incluso con personas de su mismo género...

—Ah... l-lo siento —dice la princesa mientras juega con sus dedos.

—E-Está bien —respondo desviando la mirada.

"..."

Fui dominado por una linda princesa, pero ni fue de la forma que quería porque soy una chica ahora, ni tampoco fue una mujer adulta.

"...Debería dejar de pensar así... no creo que vaya demasiado acorde a mi yo actual"

Casi pareciera que el antiguo yo toma control de mí cuando estoy tranquila, lo cual es tanto bueno como malo, me gustaría dejar lo anterior atrás... supongo que con el tiempo dejará de ser una preocupación.

Dejando eso de lado, salimos a explorar otro día más, todavía falta un tiempo para que empiecen las clases.

"¿Eran siete días?"

En nuestro andar por una zona bastante despejada, nos sorprendió tanto a mí como a Alysanne ver a un hombre de rasgos asiáticos meditando junto a lo que parece ser un extraño río.

—¿Un chino? —musita Alysanne.

—¡¿A quién le llamas chino?! —exclama totalmente fuera de sus casillas—. ¿Por qué todos los héroes dicen eso? Soy japonés, J-A-P-O-N-É-S ¿Entendido?

"..."

Debe haber sido frustrante.

—Ah, lamento si te ofendí.

—No hay problema, también siento haberme alterado —dice con una sonrisa—. Mi nombre es Yamato Hiroshi, un placer.

—¿Qué está diciendo? —Me pregunta Selene.

—No puedo decirlo exactamente —respondo—. No entiendo todo lo que están diciendo.

"Yamato Hiroshi ¿No? ¿Otro héroe? ¿Podría ser que fueron invocado de distintas partes del mundo? ¿De dónde vendrá Alysanne entonces?"

Le preguntaré en otra ocasión, aunque no creo que sea particularmente importante para el caso.

Por otro lado, aunque entiendo perfectamente lo que están diciendo, no quiero involucrarme con los héroes por ahora. Quisiera observarlos un poco más antes de acercarme. Soy una persona tímida después de todo.

—Ella son la princesa Selene de Durkiz y la señorita Irmyl de Lomannes —comenta Alysanne.

—Um... la señorita Irmyl puede entendernos ¿No? —pregunta Hiroshi.

"Aunque no sé si está entrecerrando los ojos o no"

—Bueno, tendrá sus motivos —dice mientras vuelve su mirada a Alysanne—. Pero, todavía me pregunto para que fuimos invocados... espero que no sea solamente como herramienta política.

—Me temo que es así, han pasado cerca de 20 años desde el último gran incidente en el mundo —responde Alysanne—. La única amenaza probablemente sea esa mafia en la lejana D'elben... nadie conoce a su jefe después de todo.

—Que decepcionante, al menos por un lado, por otro me alegro de no tener que arriesgar mi vida —dice con una sonrisa extrañamente sincera—. Fue un gusto conocerlas, por ahora me tengo que retirar.

"Ojalá que todos los héroes piensen igual"

***

—¿Y bien? —pregunta Konath.

—Ya he conseguido que padre acepte la alianza —comenta Abélard.

—¿Puedo confiar en esa previsión tuya? —dice Konath—. Me he metido en problemas con mis esposas después de todo...

Abélard sonríe divertido ante el escenario.

—Hermano mío ¿Alguna vez me he equivocado?

—Y eso es lo aterrador de ti, eres totalmente diferente a cuando estas con tus hermanos —comenta Konath.

—Lo que me preocupa es que esa niña, Irmyl, es algo que nunca vi antes —musita—. Lo que pueda hacer... es algo que no puedo predecir.

Konath tomó un sorbo de su vino, mientras piensa en las palabras de Abélard.

—Es una buena niña, si me lo preguntas traerá cosas positivas a quienes la rodeen...

—...No se trata de eso, hizo algo que yo nunca pude en esa fiesta de té... —musitó—. Ni siquiera sigo seguro de que estos conocimientos sigan siendo válidos, esa mocosa, salvó a alguien que el mundo intentó matar...

—¿A qué te refieres?

Abélard se quedó callado, Konath entendió que no obtendría más información que la que ya le dio.

Konath decidió creer en las palabras de alguien a quién todo el mundo llama loco por una razón: parecía estar sufriendo. Probablemente es un motivo estúpido, pero su instinto le guio a creerle, no, quiere creerle, ya que incluso ahora no está totalmente convencido, y mientras no sea una locura que pueda perjudicarle en demasía, está dispuesto a seguirle hasta donde pueda.

En el otro lado del mundo, Lucía camina hasta sentarse en un trono, siete sombras se arrodillan a su alrededor.

—Mientras te ayude a recuperar tu cuerpo, me ayudarás en mi objetivo ¿No así, Dyastri? —pregunta sin mirar a alguna sombra en particular

—Sí —responden al unísono—. Aunque el tesoro que usted busca, hace mucho tiempo ya no está en este mundo, un hombre de cabello negro y ojos rojos se lo robó hace varios siglos.

—Me hago una idea de quién puede ser, lo cual es una lástima, él no podrá aprovecharlo y mucho menos en su estado actual —dice mientras toma un globo terráqueo y lo hace girar.

Las siete sombras mirando a la pequeña figura en el trono.

—¿Podría decirse que estamos cerrando el telón del primer acto? —dice con una sonrisa—. Tú vas a recuperar tu cuerpo y yo, mis poderes...

Las sombras asienten.

—Bien, ¿Empezamos?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top