Capítulo 18.-El imperio de Durkiz parte 2

"¿El gran héroe?"

Es mucho mayor de lo que imaginé, aunque eso debe significar que optó por quedarse aquí, pero ¿Es un invocado? No reconozco sus rasgos de alguna parte de mi mundo.

¿O se trata también de un reencarnado? No lo sé, quisiera preguntarle algunas cosas, pero, creo que lo mejor debería de ser mantener un bajo perfil, al menos por ahora. Aunque, no sé qué tan bajo sea mi perfil si es que soy una prometida del príncipe heredero.

"..."

Creo que lo mejor sería no pensar en eso por ahora.

—No —respondo de forma cortante—. Pero, he escuchado mucho de usted, aunque todavía no estoy bien informada.

"Por ahora, actuaré de esta forma"

Este sujeto huele a problemas, así mejor me mantengo tan alejada como pueda.

—Deberías saber que puedo detectar las mentiras —declara con seriedad—. Pero, supongo que es normal desconfiar de alguien.

Ante su declaración me pongo rígida, aunque digan que es el gran héroe y obrador de milagros, no es como que pueda confiar en una persona, así como así, incluso hablar con personas comunes es todo un reto para mí, así que ¿Cómo esperan que me comunique con alguien que es tan famoso?

—¿Eh? ¿Irmyl es una reencarnado? ¿Es por eso que su alteza te propuso matrimonio?

"No creo que lo sepa, pero, mejor que piensen eso a que es alguien que merece cárcel"

—Por ahora pareces ocupada, ya hablaremos en otro momento, pequeña —declara el gran héroe antes de despedirse de la señorita Elara con una reverencia.

"Esto fue... raro"

Poco después de eso, me llevó por varias zonas del castillo, muchos sirvientes en un principio me miraron con mucha cautela, aunque luego de ser presentada por la señorita Elara, bajaron su guarida y simplemente me trataron como un miembro más del castillo. Aunque, parece ser que es muy raro ver gente dragón fuera de su continente. Así que, aunque no quiera, acabaré llamando la atención.

¿Cómo era el nombre de su país? ¿Drakonia? Creo que era Dravania, no estoy muy segura.

—En todo caso, lo mejor será que te mantengas dentro del castillo —Me sugiere el príncipe Konath—. Me aseguraré de encontrarte un guardia de confianza, por lo menos mientras estés en Durkiz.

—En todo caso, querido... no podemos dejar a su majestad esperando —declara la señorita Maribel.

—Ah, ¡Es cierto! —exclama mientras se lleva las manos a la cabeza—. Pero, ¿Está bien para ti? Si estás cansada por el viaje, veré la forma de posponerlo.

"Es más considerado de lo que pensé, aunque eso no va a hacer que me agradé"

Sigo estando celosa de él en más de un sentido.

Y todavía no entiendo qué es lo que quiere de mí para tomarse tantas molestias. No creo que solamente haya ido detrás de mí por mi apariencia ¿Verdad? Ni siquiera el príncipe lolicon se ha atrevido a tanto, creo.

"..."

Mejor no hablo de ese sujeto.

—Estoy bien, gracias por su consideración —digo con seriedad.

—Si tú lo dices —declara el príncipe Konath.

De cualquier forma, me condujeron a la sala de audiencias.

En la misma, se encuentran un grupo de personas bastante importante, o al menos eso creo. Sentado en el trono, se encuentra el emperador, Faeron de Durkiz, padre de Konath.

El emperador, un hombre de aspecto imponente que porta una corona dorada, y una capa aterciopelada roja. A su lado se encuentra su hija, y la hermana menor de Konath, la princesa Selene de Durkiz, una chica de doce años, aunque, no parezco agradarle ya que me fulmina con la mirada en varias ocasiones.

"¿Qué fue lo que te hice? Es la primera vez que nos conocemos".

—¿Tú eres la Irmyl de la que tanto he escuchado? Eres...mucho más joven de lo que esperaba...

Noté como su mirada se dirige hacia su hija, una mezcla de sospecha y decepción.

"De alguna manera, esto es gratificante".

—Sí, así es... su majestad —Respondo con una reverencia—. Es un honor estar aquí...

—Estás bastante bien educada —declara el emperador con una sonrisa.

Justo al otro lado del emperador, se encuentra una chica bastante alta y con un cuerpo si bien carente de curvas exuberantes, ciertamente denota feminidad.

—Oh, ella es Alysanne Cadwell, nuestra heroína actual —dice mientras la susodicha inclina levemente la cabeza.

"¿Ella es una invocada?"

Aunque parece bastante curtida en el arte de la espada y no desentona en demasía con este mundo, quizás pueda ser que venga de mi mismo mundo pero de otro período de tiempo, no tengo forma de saberlo a menos que le pregunte a la persona en cuestión. Pero, eso es tema para otro día.

Dada mi apariencia infantil, decidieron que quizás fuera demasiado hablarme por horas de política y problemas concernientes a la nación, por lo que me dejaron ir a descansar, no sin antes ponerme a la señorita Alysanne a escoltarme a mi habitación.

—...

El camino fue incomodo, por primera vez desde que salí de Ikronia, me quedé a solas con una persona que no tomó la iniciativa en hablarme, por lo que solamente me mantuve en silencio.

—...¿Eres del otro mundo? —Me pregunta con seriedad.

Intento responder, claramente está hablando en el idioma de nuestro mundo anterior, o al menos lo es para mí, ya que este cuerpo nació en este mundo.

—....

—Si no quieres hablar lo entiendo —declara tras un suspiro.

—Yo... renací en este mundo —comento en casi un susurro.

—Ya veo... en otra ocasión, me gustaría poder hablar mejor —declara mientras observa algo por el rabillo de su ojo.

Asiento ante su propuesta, es algo aterradora, pero, no parece una mala chica, ¿Verdad? Al menos eso creo.

En todo caso, me despedí de ella y opté por explorar mi nueva y enorme habitación.

"Ugh... es demasiado grande"

Incluso la cama es demasiado para una chica tan pequeña como yo.

"Ugh... es todo demasiado bueno y limpio"

Si los lujos en la casa de los Lomannes ya me parecían excesivos, estos están a otro nivel por completo. Me siento abrumada por tantas cosas a mi alrededor ¿Debería decir que estoy bien con un cartón?

"No, ahora soy hija de unos nobles, así que no puedo dejarlos en ridículo".

—Cómo sea...

Me recuesto en mi cama, y siento como el sueño se apodera de cuerpo, aunque no es que haya encontrado algún tipo de resistencia de mi parte.

—...

Me quedé dormida.

Y, en mis sueños, aparecí ante el mismo castillo donde estaba, pero en ruinas, por no decir que ni siquiera había una cama o techo dónde acostarse.

"¿Un sueño?"

Miré hacia el cielo, pero, ahí encontré la primer anomalía: No hay sol.

En su lugar, el cielo es totalmente rojizo y por más qué llamo a los sirvientes, no encuentro a nadie, ni un solo ser vivo a excepción de mí.

Y un colosal árbol, o más bien, las raíces de uno que parecen devorar este planeta.

"¿Qué es esto?"

—...

Es como si todo hubiera dejado de existir, como el cruento recordatorio de lo que alguna vez hubo en este mundo.

"¿Qué demonios es esto?"

Y, estoy de vuelta en el castillo de Durkiz, miro hacia la ventana, la luz del sol no ha salido aún, lo cual es un claro indicativo de lo temprano que es.

"Que alivio, fue un mal sueño"

Lo fue ¿Verdad?

Oculto mi rostro entre mis piernas.

"Estar sola debe de estar afectándome"

Aunque antes no me importaba en lo más mínimo, pero, al menos debí traer a mamá draco. Aunque no puedo entenderla, su presencia me tranquiliza.

—...

"¿No me volví demasiado mimada?"

Por otro lado, ¿Me volví incapaz de dormir en un lugar desconocido? Aunque antes podía caerme dormido en literalmente cualquier lado, quizás mi cuerpo se acostumbró a demasiados lujos.

"..."

Solamente lo estoy pensando demasiado, probablemente. No hay forma en la que ese sueño sea real, el rey demonio ya ha sido derrotado. No debería de haber ningún peligro más en este mundo ¿No es así? Además, tampoco necesito ponerme en peligro, no soy ninguna heroína ni nada.

Soy más bien una existencia excéntrica que especial, solamente se me podría llamar especial por lo raro de que una dragoncita obtenga una forma humana, pero, mis poderes no son nada del otro mundo.

Me quedó claro cuando me enfrenté a esos soldados, puedo ser más fuerte que alguien promedio, pero sigo dentro de lo ordinario.

—...

Debería de dejar de pensar en tonterías y volver a dormir.

***

—¿El gran héroe te advirtió personalmente? —pregunta Konath a su padre.

Justo cuando pensó que su reinado podría ser bastante pacífico, un hecho bastante inesperado, sacudió sus expectativas.

—Sí, son enemigos que no nacieron en este mundo, salvo la excepción de la niña que parece ser el nexo de unión —declara el emperador con intranquilidad—. Lo mejor para nosotros sería preparar a todos los héroes tanto como podamos.... Sobre esa chiquilla dragón ¿Es tan especial?

—Su majestad, me opongo a que piense de Irmyl como un arma, ¡Es solamente una niña! —exclama Maribel con el ceño fruncido.

El emperador, soltó un profundo suspiro, como si hubiera visto venir esa clase de respuesta, pero.. no habría llegado a dónde llegó con una actitud débil, menos considerando que sus primeros años de reinado coincidieron con la peor época de la guerra entre demonios y humanos.

—Si es necesario usarla como tal, la usaremos —declara de forma seria—. Asumo que no piensan que permitiré su estancia y educación por mera caridad, aunque sea una posible esposa, debes entender que nada es gratis.

—...

Konath se mantuvo en silencio, las cosas quizás no irían como habría esperado.

Menos al enterarse que el primer contacto que tuvieron con esos enemigos de otro mundo fue hace casi treinta años, cuando el actual lord Lomannes logró sellar a aquél monstruo que todavía se encuentra congelado en su sótano.

—¿En serio vendrá un ejército de esas cosas? —declara Konath estupefacto, aunque él no vivió aquel desastre, con solamente estudiarlo un poco, pudo entender cuan terrible sería ese escenario.

Y la más importante pregunta de todas es: ¿Cómo? Si pudieran hacerlo en cualquier momento, ya lo hubieran hecho, por lo que pueden asumir que debe de haber una cierta condicionante para desatar aquel infierno que de ocurrir, provocará el fin de este mundo.

—...Pero... me dijo que tanto esa niña, como su ayudante, son seres que por si solos podrían traer el fin de este planeta si logran manifestarse por completo, sobre todo esa niña...

—Padre, ¿Cómo es que el gran héroe obtuvo esta información?

—Su poder es la clarividencia, al menos hasta cierto punto, si se concentra lo suficiente, puede ver varios años en el futuro, aunque solamente ve el resultado, no lo que llevó a ese punto.

Konath le miró con sospecha, pero, tampoco es que no tuviera credibilidad, es el salvador del mundo después de todo.

—Aún con todo, me opongo a que Irmyl sea usada como un arma y menos si es contra de su voluntad, si llega la situación, pediré su cooperación, pero solamente si la situación lo requiere —declara Konath con firmeza.

El emperador sonrío.

—Si es lo que deseas —dice con cierto orgullo que trató de no mostrar.

Con eso, levantaron la sesión sorpresa, todos dejaron la sala.

—Cierto, Selene no parece muy a gusto con esa chica dragón, así que si se va a quedar, intenta que se lleven bien —declara el emperador.

Konath soltó un suspiro de alivio en cuanto salió de la habitación.

—Lo hiciste bien allá, querido —declara Maribel, abrazándolo.

Elara por su parte, se mantuvo pensativa.

—Pero, viendo cómo se están dando las cosas, lo mejor para Irmyl sería que vaya a la academia como compañera de Selene —Propone Elara—. Esa niña no es que tenga alguna sirviente que quiera llevar... pero creo que lo mejor sería que la señorita Alysanne vaya con alguna de las dos.

—Sobre Irmyl, creo que puede adaptarse mejor que Selene a un desconocido, así que dejemos a mi hermana con Alysanne y consigamos a alguien de confianza para Irmyl.

Ambas asintieron, así, mientras Irmyl permanece sin poder dormir, los engranajes han comenzado a moverse, todo mientras cierto dios observa ese planeta con una sonrisa sin igual.

—Me pregunto~ ¿Qué debería hacer esta vez?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top