Capítulo 16.-Es hora de partir
—¿Ya tienes todo? —pregunta padre.
Actualmente estamos esperando el carruaje de la familia real de Durkiz, por lo visto, el propio príncipe no podrá recogerme pese a ser su labor, por lo que una de sus esposas será la que tome su lugar.
"Aunque en la carta parecía realmente arrepentido, incluso puedo jugar haber visto unas cuantas manchas rojas en la parte de atrás del sobre"
Pero prefiero no decir nada de eso.
Aunque, por otro lado, ¿Cómo serán sus esposas? Espero que no se metan conmigo, al menos no demasiado, pueden quedarse a su hombre ¿Saben? Así que, por favor, solamente déjenme tranquila.
¿Será muy tarde para arrepentirme? Al menos debería ir, si las cosas se ponen feas, siempre puedo huir, o al menos eso creo.
Bueno, me dijeron que por ser una niña puedo retractarme en cualquier momento, pero ¿Será eso cierto o solamente fue para que no me sienta obligada?
—Aquí vienen —dice padre.
Un carruaje bastante lujoso aterriza frente a nosotros, un guardia bastante corpulento es quién lleva las riendas de los unicornios alados.
"Todavía no me acostumbro a ver criaturas mágicas pese a que yo misma soy una"
De cualquier modo, ¿Cómo será esta esposa? Escuché que venía la primera esposa, que a grandes rasgos es la principal y quién seguramente será la reina, posición que personalmente no me interesa, pero me preocupa como se lo puedan tomar.
"Espero que no sea ninguna loca"
El guardia se baja de su asiento y abre la puerta del carruaje mientras hace una reverencia.
—Es un honor recibirla, su majestad.
Padre hace una reverencia mientras la mujer del carruaje baja a paso calmado, con un porte bastante digno y un elaborado peinado, que pese a parecer una simple trenza, tiene varias decoraciones.
—La primera esposa del príncipe heredero de Durkiz, su majestad, Maribel Estellé, ¡Ha llegado!
—Me gustaría tener una reunión más adecuada, lamentablemente, no tengo mucho tiempo, me disculpo —declara la señorita Maribel con una reverencia ante padre.
Padre asiente y me empuja ligeramente hacia ella, al notar esa acción, la mirada de Maribel se posa en mí.
—¿Es ella? Es linda y todo... Pero ¿Una niña?
La mirada de la señorita Maribel se volvió fría, aunque no conmigo, sino con quién está detrás de toda esta situación.
—¿Estás lista? —Me pregunta con una sonrisa.
"Perfectamente podría ser mi madre"
Asiento y doy media vuelta hacia mi familia, quién parecen estar al borde del llanto.
—Nos vemos luego —respondo con una sonrisa.
No les di tiempo de decir algo o sino podría costarme más el irme, realmente me he vuelvo una niña mimada ¿No es así?
—...
La señorita Maribel no dijo nada mientras abordo el carruaje, en su lugar se despidió de mi familia con una reverencia bastante educada, o al menos ante los ojos de alguien como yo, parece serlo.
—No necesitas estar tan tensa, eres una niña... nadie te culpará si decides romper el compromiso —comenta con una sonrisa—. ¿De acuerdo?
—A-Ah, s-sí...
"¿Qué hago? Al ser la primera vez que salgo de casa sin mi familia, no sé qué hacer o cómo actuar"
¿Cómo debería responderle?
—Y-Yo...
—¿Te gustan los dulces? —pregunta mientras chasquea los dedos y aparece una paleta bastante familiar—. Ten, pruébalo.
"Una paleta de cajeta, ¿Eso existe por aquí?"
Al menos hasta donde yo sé, en Ikronia no, al no tener tierras ganaderas en sí. Lo cual es bastante extraño sabiendo que hay extensos campos de cultivo en las afueras del reino.
"¿Habrá algún motivo por el cual la ganadería no es muy practicada por estos lares?"
Dejando todo eso de lado, tomo la paleta y agradezco con una reverencia.
—Para ser una niña, eres demasiado seria, no me enojaré si te sueltas un poco más ¿Sabes? —comenta con serenidad.
"Para ser honesta, tiene prácticamente la misma edad que madre Rosa"
¿Es mayor que el príncipe? Bueno, seguramente lo sea, luce bastante más madura que él en varios aspectos.
—Aunque me diga eso, no es que yo sea... bueno... ¿Extrovertida? —declaro sin encontrar las palabras adecuadas para expresarme.
—Vaya, tu forma de hablar es bastante más educada de lo que pensé, siendo adoptada creí que te costaría más... ¿Solías ser una plebeya antes? —me pregunta con una sonrisa amigable.
—Solía ser una mascota —comenta mientras pruebo la paleta y sin prestar demasiado atención a lo que digo.
"Sabe mejor que cualquier otro dulce que haya probado antes"
—¡¿M-MASCOTA?! No creí que Ikronia permitiera la esclavitud... ¿Debería hablar con el rey? Esto no puede ser...
"¿Eh?"
—N-No, es un malentendido, yo adopté forma humanoide hace poco tiempo —digo en un intento de evitar una guerra civil provocado por hablar sin cuidado.
—Ya veo, aunque de todos modos, no está de más investigar un poco —comenta mirando de reojo las calles de Ikronia.
"Esto va a ser largo"
Lo siento padre, parece ser que los metí en un problema pese a que no fuera mi intención.
—...
En todo caso, sigo pensando que esta mujer es demasiado para el príncipe que se presentó ante mí, en primer lugar ¿Qué fue lo que lo llevó a querer casarse conmigo? Al menos quisiera saber el motivo.
Sinceramente, dudo que sea por mi apariencia o físico sin desarrollar y viendo a su esposa, me hace cuestionarme todavía más. Parece gustar de mujeres maduras, e incluso mayores que él, entonces ¿Por qué escogerme a mí?
Deberían de sobrarle pretendientes que encajen en sus gusto después de todo.
—Pensaba hacer unas cuantas paredes, pero tengo varias dudas sobre mi querido desde que te conocí.
"Sigo opinando que estaría mintiéndome a mi misma si dijera que me siento mal por su alteza"
Por otro lado, ¿No será alguna maniobra del príncipe lolicon? Aunque no sé si sean amigos para empezar. Si por casualidad lo son, eso explicaría bastantes cosas, pero me dejaría con varias otras dudas.
¿Por qué tenía que ser yo? Y, principalmente ¿Qué es lo que ganarían al casarme con el príncipe de otra nación? Cuando menos debo tener algún tipo de valor específico si es que han planeado algo conmigo.
"No sé si pueda confiar en la señorita Maribel, así que mantendré con cierta cautela, al menos hasta saber que clase de postura es la que debería tomar con respecto a ella.
—...
También, he comenzado a tener dudas sobre estos héroes que padre mencionó antes, ¿Por qué fueron invocados? No parece haber una gran amenaza como lo podría ser un rey demonio, entonces... no encuentro ningún sentido, a menos que sea uno meramente político.
Me parece haber escuchado que uno de los héroes de la generación anterior continua con vida, el único que sobrevivió y consiguió subyugar al último rey demonio, es por ello que se le reconoce como el gran héroe que salvó este mundo.
¿Cuál era su nombre? No lo recuerdo, pero sé que ahora mismo reside en Durkiz, ¿Tendré la oportunidad de conocerlo? Aunque no lo parezca, soy bastante aficionada a los héroes, aunque por otro lado, espero no llevarme una grandísima decepción.
***
—¿Y? ¿Qué quieren de mí? —pregunta un hombre de una edad algo avanzado.
Es un gigante de 1.90 metros, cuyo cabello alguna vez azabache, ahora es mayormente gris con algunas vetas oscuras, lo lleva atado hacia atrás como una coleta, de físico imponente y recostado mientras toma licor directamente de una enorme jarra.
Miró con sus ojos azules, cuyo brillo hace años que se perdió, a sus dos invitadas.
Una pequeña niña de ojos rojos que no ha visto antes y una mujer de grandes proporciones, cabello rubio largo y con una extraña máscara.
—Señor Alaric, creí haber hablado con usted con anticipació-
—¡Solamente cállate! —exclama arrojando la jarra de licor.
Alaric Thorne, el gran héroe que venció al anterior rey demonio y que salvó al mundo de su destrucción.
—¿Por qué necesitamos a este borracho? Respóndeme, Dyastri —Ignorando por completo al mastodonte cerca de ellas, Lucía tapó su nariz y miró a la sirvienta.
Dyastri, un demonio cuyo cuerpo principal se encuentra sellado en otra realidad y que lo que ha logrado escabullirse a este mundo, se ha separado en siete marionetas.
—Es el gran héroe, señorita. Dudo mucho que haya alguien más fuerte en este mundo que este hombre —declara con certeza—. Si conseguimos ponerlo de nuestro lado...
—Oigan, oigan... ¿Qué tanto están murmurando? —pregunta mientras se acerca con confianza y una gran sonrisa.
Lucía suspiró y se llevó una de sus manos a la sien.
—Alaric... ¿Ese es tu nombre? —pregunta Lucía.
—Sí, así es, pero ¿Quién eres tú? Pequeña señorita —Por un momento pareció ponerse sobrio.
Alaric sujetó lo que pareciera ser una espada imaginaria.
—¿Ya se te ha pasado la borrachera? —pregunta Lucía—. Oye, Dyastri... realmente se te da mal tratar con humanos ¿No? Parece ser que te has equivocado por completo con este hombre.
—¿Q-Qué quiere decir? —pregunta Dyastri.
Alaric inhaló profundamente, mientras fija su mirada en las dos chicas frente a él.
"No es la primera vez que vienen a verme personas con propósitos nefastos, pero... ellas dos son por lejos las peores"
Si Alaric tuviera que dar una comparación, probablemente serían lo más cercano a un rey demonio.
—¿Quién demonios son ustedes? —preguntó en un tono amenazante.
—Oh~ ¡Qué miedo! —exclama Lucía levantando sus manos.
—Señorita, en nuestro estado actu-
Lucía chasqueó los dedos y Dyastri despareció, lo único que ahora hay en su lugar es una papilla sanguinolenta.
—Cállate —Declara—. Entonces, señor héroe.
Lucía junta sus manos y como si fuera un niño pidiendo un dulce, miró al gran héroe, quién por primera vez en muchos años sintió un profundo terror.
Y sus sentidos, por más agudos que fueran, le decían que aunque fuera mucho más fuerte que ella, que huyera.
—¿Tiene un momento para charlar? Seguramente usted que todo lo sabe, ¿Podría decirme que sabe de los dragones del equilibrio?
"Esta mocosa..."
Alaric, por primera vez en casi treinta años, retrocedió.
"Definitivamente son malas noticias, tengo que eliminarla aquí mismo"
—¿Quién eres? Para que sepas de eso...
—No sea malo~ —dice con una sonrisa juguetona—. Solamente es algo que necesito, es un obsequio para alguien que aprecio mucho... así que ¿Podría decirme dónde está?
Alaric fue envuelto por una extraña aura dorada, a la vez que en su mano aparece una espada de fuego.
—....
—Esa es tu respuesta, es una lástima... —musita—. Lamentablemente, no puedo hacer nada contra ti, no tal y como estoy, así que nos vemos~.
De un momento a otro, con un chasquido, Alaric está de nueva cuenta recostado, con su jarrón de vino intacto.
"¿Q-Qué?"
Alaric se levantó de golpe, tirando el jarrón y mirando en todas direcciones.
"Esto... ¿Fue un sueño?"
Por apenas unos segundos consideró tal posibilidad, que de inmediato descartó, ya que, ¿Cómo podría él caer en una ilusión? Al menos no desde que es inmune a las mismas.
—...
"Dragones del equilibrio" pensó Alaric.
Hacia décadas que no escuchaba sobre tales objetos, aunque si mal no recordaba, tenían otro nombre, aunque no pudiera recordar la forma que poseían, se dice que ambos son la manifestación de los creadores del universo mismo, que fueron un regalo de dios y que fueron utilizados por la primera generación tanto de héroe como rey demonio.
Aunque solamente parecían ser un cuento de hadas, pero, para que de repente aparezca alguien buscando tal tesoro con tanto ímpetu ¿Serán reales?
Al menos ahora, no podía simplemente dejarlo pasar, aunque él fuera más fuerte que esa mocosa, nada le dice que eso repentinamente no pudiera cambiar, incluso comparándola con el rey demonio, no se queda atrás por mucho.
Alaric soltó un suspiro y se recostó sobre su asiento.
"Han sido cuarenta largos años desde que llegué a este mundo" Alaric se concentró nuevamente en sus pensamientos.
Ciertamente no era la clase de héroe que uno podría admirar hoy en día, ni siquiera es que le guste demasiado pelear, se volvió el gran héroe más por necesidad que por gusto. En aquel momento no podría haberse dado el lujo de entrenar como lo hacen los héroes actuales, y es por ello que los otros héroes de su generación terminaron pereciendo.
Al final, aunque haya salvado al mundo, no es ni de cerca como todos piensan, aquella gran batalla solamente duró tres días y tres noches porque fue un golpear y correr constante, todo en orden de desgastarlo para poder dar el golpe final.
E incluso antes, evitó los enfrentamientos a toda costa.
"Yo... no soy ningún gran héroe"
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top