Capítulo 4

Capítulo cuatro: "Juego".

Poco a poco, empecé a abrir los ojos, con pereza. De verdad, no quería despertarme.

Pero, justamente lo primero que vi, como si de una cámara lenta se tratara, visualice a Iori, como agarraba uno de mis mangas y planeaba abrirlo.

El problema es que, esa no es la portada real.

MALDICIÓN, EL YAOI.

—¡NO! —exclamé mientras me levantaba bruscamente de la cama, sintiendo mi cara calentarse.

—¿Eh? —Iori me miró raro, pues, no creo que especialmente me vea encantadora. —Despertaste. ¿Estas bien?

—Sí, aja... —apenas y le prestaba atención, pues me importaba más que soltara el libro.

—Ya veo... Como estabas dormida no quería despertarte, por lo que opté por leer algunos de tus mangas para matar el tiempo. —dijo y luego dirigió la mirada al libro, que yo no despegaba mi vista. —Este, llamado "Love doesn't talk" me interesó por su estética y dibujo en la portada. —dijo mientras intentaba abrirlo nuevamente.

¡PERO ESA NO ES LA PORTADA REAL!

—¡Iori! —le llamé la atención antes que abriera por completo el manga. —¡N-no..! No... No me has... Besado como bienvenida... —cada vez bajama más mi tono de voz y mi rostro tomaba otra tonalidad de rojo.

Todo para proteger el yaoi.

Sentí como a la par de mi, la cama se hundía, la mano se Iori levantó con suavidad mi mentón, mientras me miraba curiosos, su rostro cerca de mi.

—¿Por qué mi corazón se aceleración tanto al tenerte cerca? —sonrió cerca de mi rostro. —TN, tadaima.

—O-okaeri... —okey, esto es vergonzoso. Me alejé un poco de él, tratando de evitar su contacto visual. —¿Cómo estuvo el trabajo?—hablé intentando sonar tranquila.

—Un poco cansado, como siempre. —suspiró. —La verdad vine hace una hora, pero no quería despertarte.

—¿Pasate sin preguntar? —dije irónica, con cierto tono burlesco en mi voz. Sé que él odia ser "irrespetuoso".

—De hecho... —esta vez él desvió la mirada, mientras jugaba desinteresado, trazando las figuras de las decoraciones de mi cobertor. —Fuuto me abrió la puerta.

Ouh, es verdad.

—¡Cierto! Me olvidé por completo de él.

—Por cierto... —Iori, levantó su mirada, parecía un poco más serio de lo normal, pero luego, relajó un poco más su facciones. —Me sorprendió verlo por aquí...—hablo divagando. —Me refiero, tenía entendido que no se llevaban bien.

Su voz parecía... Inquieta.

—¿Uh? Pensé que querías que me llevará bien con tu familia. —Iori pareció sobresaltarse un poco, abriendo ínfimamente sus ojos. Sonreí al ver que quiso tragarse sus palabras de nuevo. —No fue la mayor cosa, —comencé a explicar. —simplemente lo invité a ver un película, pero creo que me dormí incluso antes de la mitad. —me encongí de hombros.

Entonces, pareció relajarse un poco.

—¿Pero no te hizo nada?

—¿Qué?

—Me refiero, él...bueno...—Iori comenzó a balbucear. Él no es así.

—¿Estas bien? —pregunté. Por obvias razones, me preocupa su actual estado, y más por no saber la razón.

—Sí... —suspiró, intentando relajarse. —Solo son cosas mías... Perdón por ser raro...—no pude evitar sonreír.

—El lado bueno de esto, es que no puedes a llegar a ser más raro que yo. —por su lado sonrió de lado, negando con la cabeza, ya más relajado.

¿Qué le habrá pasado?

—Iori, ¿todo en orde? —quise ser comprensiva, con suavidad, tomé su mano.

—Sí... —levantó su mirada, tratando de explicarse. —Lo que sucede es que...

Su explicación quedó a medias, interrumpiendo. Mi teléfono comenzó a sonar y a sonar.

—Lo siento.—me disculpé mientras alcanzaba mi teléfono que no dejaba de caer notificaciones. Revisé la bandeja de entrada. —Es mi padre... Me ha enviado siete mensajes... Corrección, ocho, nueve, diez, ¿trece?

—¿Hubo algún problema?—negué mientras seguían cayendo mensajes.

—Está preocupado por mí. —contesté mirando mi teléfono.

—Seguramente en su crisis, sin sabe que hacer, Ukyo, le habrá llamado. —Explicó.

—Seguramente. —repetí con una pequeña sonrisa. —Uh, dice que le llame... —dirigí mi mirada hacia él. —¿Te molestaría? No quiero que se preocupe más.

—No hay problema. —negó con su cabeza mientras me sonreía. —Iré a darme una ducha para mientras. —puso su mano en mi cabeza, y se acercó a besar mi frente. —Nos vemos en la cena, ¿almorzaste algo?

Iba contestar, pero mi teléfono comienzo a sonar, esta vez, siendo una llamada.

—Nos vemos. —sonreí con cierta vergüenza.

Iori asintió sonriente, para luego retirarse de la habitación. Me apresuré a contestar antes que a mi papá le de un infarto por sus nervios.

—¿Papá? —hablé mientras sonreí al oír como mi padre me preguntaba millones de cosas, sin parar. —Sí, estoy bien, estoy bien.

**

Fue un día totalmente agotador para Fuuto. Levantarse temprano, ir a la escuela, reunión de última hora con su manager, una larga batalla para alcanzar una nota en una grabación, lidiar con un periodista tóxico, ayudar a TN cuando se desmayo, para luego regresar a un ensayo de baile.

Y, para colmo, soportar sus hormonas a la hora de ver una película junto a TN, a solas, en la habitación de ella. Luego, casi sobrevivir al pequeño infarto que tuvo su corazón, ante el susto de tener a su hermano, Iori, cuestionandole sobre su vista a la habitación de su novia.

Sí, fue un día largo.

Lanzó un bostezo vago mientras esperaba el elevador. Después de lidiar con las tareas de la escuela, a media noche quería darse el gusto de robarle un par de galletas a Wataru.

Cuando llegó el elevador, para ir a su piso y habitación; suspiró cansado adentrándose a él, y con pereza, presionaba el botón mientras se recostaba en una pared.

Realmente estaba cansado.

—¿Fue un día largo?

—Sí... —contestó Fuuto, sin importancia, a la vez que cerraba los ojos.

Unos... Dos... Tres...

—¡Maldición! —el menor sintió como su alma salía y volvía a entrar. —¡¿Desde cuando estas ahí?!

—Desde antes de que entrarás. —respondió con obviedad, pero a la vez con su típica serena voz, Iori.

Por su parte, Fuuto tragó en seco intentando componer su postura y regulando su raudo palpitar.

Fue como si hubiera visto un demonio.

Pensó Fuuto, mientras volvía a observar a su hermano mayor, recargado en una esquina y con los brazos cruzados entre si.

Para el doceavo hijo de la familia, siempre pensó que Iori era alguien totalmente ajeno a él, ya sea en físico o personalidad. Además, de tener la consecuencia de viajar y trabajar en la industria de el entretenimiento, Fuuto nunca hizo mayor contacto con él, e incluso, ya mayores, ahora que Iori trabaja en la misma empresa, siguen sin tener mucha comunicación.

Fuuto siempre pensó que era un chico demasiado aislado y raro, además, oscuro.

Por lo que se sintió de los nervios al ver que Iori se le acercaba, y paraba al elevador.

Entonces, el menor trato de armas las piezas dispersas y da la casualidad, que se le viene a cabeza una melodia norteamericana. Algo que decía tipo: "muerto sin haberle avisado".

Pero bueno, no se iba a mostrar débil, si ya de por sí quería quitarse la etiqueta "el segundo niño de la casa". Haría su mayor esfuerzo como actor, para que se viera muy tranquilo, sin miedo e incluso, superior... Aún cuando tenía el corazón en la boca... Y otras dos cosas más, también.

Además, ya presentía este encuentro.

—¿Se puede saber la razón de esto? —preguntó Fuuto, conteniendo la respiración al no tener respuesta.

—Bueno, perdona esto, pero normalmente no hablamos mucho. —contestó Iori, mostrando una pequeña sonrisa. —¿Cómo te fue en el trabajo?

No se iba a tragar ese cuento si lo está torturando mentalmente.

—Qué raro interés, viniendo de la nada. —Iori borró su sonrisa.

—Entonces, voy a cambiar la pregunta. ¿Cómo estuvo tu estancia con TN, en la tarde?

Aquí yacen los restos de un joven idol.

Pero, ¡vamos! Fuuto no se va a dejar intimidar tan fácilmente. Estas hablando de que el menor, fácilmente, puede llegar a ser un dolor de cabeza.

—Uh, ¿tanto te interesa?—hizo su mayor esfuerzo para que no le temblara la voz—Nada de otro mundo, vimos una película y ella se quedó dormida, desde quien sabe cuando. —habló sarcástico.

—¿Seguro?

—¿Por qué tan preocupado? —contestó con otra pregunta, como si de un golpe bajo se tratara. —¿Acaso... No confías? —y fue una sonrisita de su parte que hizo que Iori tuviera muy mal sabor de boca.

—Confío en TN, no en ti. —habló el peligris, en demanda. Fuuto sonrió.

—¿Por qué?—respondió con una voz fingiendo ignorancia. —No espero que me malinterpretes, solo porque quiero mejor mi relación con mi ella. Tenía entendido que querías que todos la hiciéramos sentir tranquila.

—Basta de tus bromas, Fuuto. —habló, intentando sonar lo más tranquilo, y no provocar una disputa innecesaria.

—Sólo digo la verdad y nada más que la verdad. —sonrió. —Es demasiado pronto como volver a generar otra pelea por intereses específicos.

—Esto es completamente diferente. —contestó con rapidez. —TN es completamente diferente.

—Oh, tienes razón. En otras circunstancias, mi supuesto rival era nada más que Yusuuke.

Y así, poco a poco la paciencia de Iori se iba. Su intención no era discutir o pelear, nada más quería saber sus intenciones. Iori sabe perfectamente, que nunca se puede manejar los sentimientos, pero al menos, le iba a pedir a Fuuto respeto.

—Suficiente, Fuuto. —sin elevar la voz, paró el rollo. —deja de tus chistes o bromas. Mi novia no es un juego.

—Corrección, TN no es juego.—levantó su dedo agitandolo en forma de negación. —Prefiero no encasillarla. "Mi" es muy posesivo, y, ¿quién sabe por cuánto va durar así?

Eso fue un golpe bajo.

—¿Qué pretendes? —Fuuto se encogió de hombros.

—No sé. —rió sarcástico. —¿Qué tan lejos puedo llegar? —Iori, nuevamente se cruzó de brazos mientras suspiraba.

—Por favor, deja tu capricho de un chico de secundaria. —habló intentando calmarse. —Mi relación es un tema serio para mi.

Pero eso solo fastidio mas a Fuuto.

—¿Y, por qué consideras que yo tampoco voy en serio? —soltó una risa amarga. —Si tan delicado es este tema, dime, onii-san, ¿qué opina TN de tu tan estrecha relación con Manami Dai?

Uh, golpe muy bajo. Fuuto sabía que no debía meter sus narices en ese tema, ya que en sí, desconoce mucho; pero, vamos, si alguien debía que ganar la moral de esta "discusión" iba a ser él.

Iori en su parte, no reaccionó, se mantuvo serio y sin apartarle la vista, y por un par de segundos, callado.

Esto se está tornando aún lado muy negativo.

—No sé de qué hablas con exactitud. —se limitó a responder Iori.

—Oh, vamos, todos en la empresa saben. —volteó los ojos—¿El príncipe no es tan inocente como creían todos? —rió sarcástico. —Dime, ¿quién pagó el almuerzo que no compartiste con tu novia, tú o Manami-san? ¿De quién era el turno?

Iori sólo mantenía la mirada, pero en su interior, se encontraba tenso y mordía su lengua para controlarse.

—Estas pensando mal...

—No lo creo. —contraataca. —Si dices que no es nada, ¿por qué no lo niegas formalmente? —cuestionó mientras apretaba nuevamente el elevador para que retomara su movimiento original.

—De igual forma, no creo que sea de tu incumbencia de rumores equivocados. —Iori trató de restarle importancia.

Él sabía la verdad, y conocía bien ese rumor, pero que es verídico y qué no.

—Yo creo que si se considera de TN, si me importa. —respondió Fuuto, que a su vez, el elevador se detenía en el piso correspondiente de ambos.

Fuuto tenía su corazón acelerado, realmente se encontraba nervioso, pero no iba a dejar su orgullo perder.

Salió del elevador, mientras que Iori se mantenía adentro mirando sus movimientos en silencio, pero cerrando con fuerza sus puños, y sosteniendo la respiración.

Antes que cerrará nuevamente las puertas automáticamente, Fuuto pusó su mano en medio de estas manteniéndolas abiertas.

Sin mirarlo, optó dar un último golpe bajo.

—Una cosa más... —levantó la vista, desafiandolo con la mirada una vez más. —Tengo curiosidad, ¿cómo reaccionó TN al saber que estabas enamorado de nuestra hermanastra?

Esta vez su más duro. Iori en serió su rostro, sus hombros se tensaron y tragó en seco. Claramente no se encontraba para nada feliz. Y para colmo, Fuuto sonrió ante su reacción.

—Tu silencio dice más de mil palabras, hermano. —rió mientras negaba la cabeza. —Qué "confías en ella", qué "es un tema serio tu relación", por favor. Solamente le dices las cosas que te conviene decir.

Fue lo último que dijo, antes de retirarse e ir a su habitación.

Cuando las puertas del elevador se cerraron, Iori soltó toda su respiración contenida en ese momento y dio un pequeño golpe con su mano a la pared más cercana.

¿Recuerdan que Fuuto tiene muchos problemas?

A parecer Iori tiene más.

—Maldición...

Capítulo cinco: "Reencuentro inesperado"

HEY LISTEN🌠

Vaya, vaya, esto se tornó oscuro :0\

Disculpen la tardanza, la universidad si me tiene atareada en muchos sentidos, pero no me quejo mucho XD. De hecho tengo que entregar 13 láminas de trabajos con tinta china para el viernes y pues, la niña lo dejó para último momento todo :). La verdad es que ya solo me faltan 4 y dos son de las más sencillas, peroooo

SE ME ACABA DE ACABAR LA MALDITA TINTA CHINAAAAAAAAA Y NO PUEDO IR A UNA MALDITA LIBRERÍA PORQUE DONDE YO VIVO NO HAY NINGUNAAAAAS

Pero estoy muy tranquila :D
De hecho, aproveché para terminar el capítulo uwu

Por cierto, si recuerdan el trabajo que compartí en el capítulo pasado, tuve 8 de nota :'D, tener un 8 con ese profesor es como tener un 10. Me hizo taaaaan feliz ye ayudó a recuperar un poco mi confianza

Además de sus lindos mensajes, claro💙

Btw, qué les pareció? 👀
Recuerden ese nombre, Manami Dai :0\ y de hecho esta era la parte que no puse en el capítulo anterior por dolor de mi brazo jajsjjsjs

ODIO LA MALDITA TINTA CHINAAAAA >:V

See you in the next time,

Serenacast; A.

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