Hay una explicación
[Al fin ya pude organizar este fic y saber de cuantos capítulos será, quiero pensar que será un estimado de diez u once con extras, así que vámonos recio]
Los personajes pertenecen a Mob Psycho 100
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― ¿¡USTEDES TUVIERON UN HIJO!?
Era la única explicación que tenía Reigen, ese niño se parecía a Tome (un poco, bueno, casi nada, ¡pero el estilo del peinado era similar!), y cuando Mob-Shishuo le dijo que era "su hijo", no pudo evitar pensar en sus conocimientos sobre la reproducción humana que le enseñaron en la escuela, la única opción que podría haber ocurrido es que Tome y Mob tuvieron un hijo.
Porque obviamente Mob-Shishuo no conocía a otra mujer en su vida más que ella... ya que solo sabía de ella.
—No me eches la sal*, Reigen—braveo Tome—No es mi hijo, es de Mob.
— ¿Entonces no les hiciste el favor a Hana-san y Mob-shishuo para que tuvieran familia?
―Ni siquiera lo haría por dinero―aquella respuesta hizo que Reigen abriera los ojos en sorpresa.
Si esa era la postura de Tome, no tener un hijo, a pesar que le pagarían por ello; era algo serio.
― ¿Los poderes psíquicos pueden crear hijos?
Mob no parecía tener respuesta para ello, mientras Tome aguanta una fuerte carcajada por la pregunta del adolescente.
Por otro lado, Keiji lo mira―Él no es mi papá, estoy aquí porque mamá me lo pidió―respondió con un puchero.
―Oh...―Reigen parecía satisfecho con la respuesta del pequeño― ¿Lo que dibujaste es un perro?
―Es una oruga.
―Parece un perro.
―Oruga.
―Perro.
―Oruga.
Mob observó con aflicción como su discípulo se desvío completamente en busca de tener la razón contra un niño.
—Cambiando de tema, ¿Ekubo y Serizawa van a venir?
—Perro... Serizawa tiene actividades en su club y Ekubo tiene reunión con el consejo estudiantil.
Reigen se da cuenta del suspiro que suelta Mob, intuye que esperaba una reacción pesada por aquella noticia; y es por eso que el alivio se refleja en su cara al decirle que Ekubo y Serizawa no vendrán, solo tendrá que lidiar con él.
Tiene muchas preguntas, no quiere ser impudente y más cuando el pequeño le ha dado un crayón y le pide que le dibuje algo. Aún esta exaltado por la noticia, está seguro que no se trata de una broma, lo dice por los nervios de su maestro y lo compresiva que se encuentra Kurata-sensei.
Preguntaría después, cuando el pequeño no esté a la vista, por mientras, usa el crayón con gracia sobre el papel y da un punto final para enseñarle su obra maestra al infante.
—Eso es un perro, no una oruga—protestó el pequeño al tener el dibujo.
—Solo sé dibujar perros.
—Ya que terminamos con las presentaciones...—interrumpió Kurata-sensei—Tenemos trabajo por hacer, nos encargaron el exorcismo de un inmueble en el que planean construir unos locales—hizo un ademán con las manos y señaló al pequeño—Mantén los ojos abiertos y la mente.
[...]
A Keiji no le gusta la idea, pero no puede quejarse, le prometió a su mamá que se portaría bien; así que solo bufa cuando le dicen que tendrán que salir. Por lo menos el otro chico le agrada, a pesar que no le pudo dibujar una oruga, es muy alegre y hasta lo lleva en su espalda.
No es como si no pudiera hacerlo por cuenta propia, pero sabe que es pequeño y no puede seguir el mismo ritmo que los demás; en especial de los adultos. Su mamá siempre lo carga cuando se siente cansado, ella es de las pocas personas que lo hacen; ahora Reigen lo hace.
Le cuenta cosas muy chistosas, como que será el próximo gran psíquico del siglo XXI y que su especialidad serán los exorcismos con sal. Keiji le parece gracioso hasta para sonreír un poco, desde que lo conoció, pudo percibir la poca energía psíquica, casi nula; tal vez solo la necesaria para ver espíritus, más no exorcizarlas.
De alguna forma, esa energía es similar a la de la mujer a la que llama sensei, ella también tiene energía limitada. Ambos no nacieron para ello, y como decía su mamá:
«Hay personas que nacen para ser especiales, y las otras solo fingen eso»
Cualquiera que viera esa escena dándole aquel consejo, la tacharían de mala madre, pero para Keiji tenía toda la razón. Él tenía un panorama distinto, sabe que nació para grandes cosas en el futuro, su energía psíquica lo sabe, su estatus social y su familia era una prueba de ello.
Aunque bueno, la familia de su mamá.
Papá no cuenta.
Porque ese cabeza de tazón no es su padre.
Él nunca tuvo padre... ¿por qué tenerlo ahora?
―Muy bien, niños. Llegamos―exclamo la mujer mientras señala con el pulgar un edificio en ruinas.
― ¿Por qué no lo habrán demolido?―pregunta Reigen mientras deja a Keiji en el suelo.
―Por lo que me dijeron, los constructores tienen miedo, han pasado cosas muy extrañas que evitan hacer su trabajo. Mob...
—Lo presiento, son muchos espíritus―el cabeza de tazón lo volteo a ver―Keiji, ¿Quieres ayudar?
¿Qué se creía con pedir eso?
¿No se supone que era muy poderoso?
¿O sus ojos le mienten sobre el aura de Mob?
Keiji solo frunce el ceño y voltea la vista hacia Reigen, esperando que él también estuviera furioso por la propuesta. Pero fue todo lo contrario, el estudiante de instituto lo mira con unos ojos brillantes y llenos de emoción.
― ¡¿Keiji-kun también puede exorcizar espíritus?!―aclamó en asombro.
Sintió las mejillas calientes ante tal adulación, nunca había recibido un halago en relación a sus poderes, por lo general; los elogios eran debidos a su desempeño académico. El refrigerador de su casa y una pared están repletos de sus logros, a su abuelo le gusta enmarcarlos, más el elogio es diferente y hasta le infla el pecho con altanería.
―Por supuesto―y sin esperar a los demás, corrió hacia el edificio en busca de mostrar su valía al capturar más espíritus que Mob.
―Sí que se emocionó—exclama Tome mientras ve a Mob siguiendo al infante preocupado.
Hace un ligero gesto con la mano, tanto ella como Reigen siguen a los dos espers a paso lento.
[...]
Tome picotea los cachetes del pequeño Keiji, se durmió después de haber exorcizado un tercio de los espectros que deambulan en los pasillos, el resto de ellos se encargó Shigeo. Tenía mucho poder, pero se ha cansado muy rápido.
―De verdad se durmió―comenta la mujer.
―Tome, déjalo, se va despertar. Tal parece que no usa sus poderes en grandes cantidades―explica Shigeo mientras arrulla al infante.
―Entonces de seguro está muy agotado.
―Ejem...―la tos interrumpida de Reigen, logra que ella y Mob le presten atención―No me digan mentiras, actúan como una familia en este momento ¿¡De verdad no eres la madre de Keiji-kun!?―acusa con gran elocuencia en las manos.
Tome suspira y pone su mano en su propia cadera—No lo soy y tampoco le haría ese favor; existen orfanatos, Reigen.
—Pero ese niño se parece mucho a Shishuo.
Tome sonrió con descaro—No has pensado que Mob ¿Pudo haberse relacionado con otra mujer para tenerlo?
Shigeo iba decir algo al respecto, pero los gimoteos de Reigen fueron más rápidos— ¿¡LE FUE INFIEL A HANA-SAN!?―cuestiona en lágrimas y berridos.
― ¿¡Qué!? ¡No! Reigen no hagas tanto ruido-...―Mob quería hablar, más fue interrumpido por su discípulo.
―Siempre creí que Hana-san te hacía feliz, que eran una pareja feliz, pero no pensé que Shishuo fuera tan vil para hacer algo así ¿¡Hana-san lo sabe!? ¿¡Sabe de tus actos!?
Tome toco su espalda y se puso la mano en el pecho―Lo sabe, Ara-chan. Lo sabe―admitió en falso llanto.
―Tome, no estas ayudando.
―Lo siento, me deje llevar―se limpió la lagrima invisible debajo del ojo, dio media vuelta y comenzó a caminar―Bueno, no sé si le quieres explicar en el camino o en el puesto de ramen.
Reigen siguió a la azabache sin esperar una respuesta de su maestro, Mob les siguió el paso también, pero con mucho cuidado de no despertar al pequeño que tenía entre brazos.
―No engañe a Teru.
―Pero ustedes fueron novios desde la escuela media.
―Eso no es cierto, Reigen―interrumpió Tome.
El estudiante abrió los ojos en sorpresa― ¿¡Espera!? ¡¿NO!?
Negó con suavidad la cabeza y le dedico una mirada―Si nos conocíamos desde la escuela media, y nos gustábamos, pero Teru se tuvo que ir de Japón por varios años y perdí el contacto con él―exclamó nostálgico Shigeo―Minori fue una novia con la que salí meses antes que Teru regresará y nos volviéramos a ver, ella es la mamá de Keiji.
Un zumbido pensativo sale de la boca Reigen―Por como lo cuenta Hana-san, parecía que solo se fue por meses.
―No le gusta hablar mucho de ello―sus palabras fueron un murmuro, casi audible para los demás.
Para su fortuna, no prestaron atención en lo que dijo, Tome ya empezó a quejarse de tener hambre y Reigen la regaña por sus malos hábitos. Por lo menos tendrá un respiro antes que su discípulo quiera hacer más preguntas al respecto sobre Keiji.
Era una cosa menos por la cual preocuparse.
Más su mente aun divaga por cómo es la técnica del pequeño que tiene en brazos al exorcizar espíritus, su aura no es tan brillante como esperaba, de hecho, es de un color oscuro y su forma da escalofríos.
¿Por qué alguien tan pequeño cargaría con tanta energía maligna?
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*No me eches la sal: es una expresión muy común en mi país, se da como respuesta ante un dictamen que podría traer mala suerte. Ejemplo:
―Se muy cuidadoso, ¡no lo vayas a romper!
― ¡No me eches la sal!
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