Capítulo 1 - Parte 1 - Eileen Fenixio.
Nogan lo había perdido todo…
Amigos, conocidos, su amada, nadie sobrevivió a la invasión de Abbadon, todo había sido convertido en cenizas ante sus ojos. Nogan sentía una rabia inconmensurable debido a esto. En su corazón, este triste recuerdo se quedaría guardado para lo que restara de su existencia.
Pero rápidamente se calmó, pues recordó las palabras de su maestro. Él podía guardar rencor, odio, y deseos de venganza, al fin de cuentas esa es la naturaleza, la llamada "libertad" que Dios le dio a sus creaciones. Sin embargo, nunca debía dejar que fuera consumido por esos sentimientos negativos, pues solo encontraría un final amargo.
Su objetivo ahora era cumplir con la misión que le encomendó su maestro, reescribir la historia para evitar su trágico futuro. Esto era algo prohibido, algo que Dios no hubiera permitido a toda costa. Pero siendo para evitar su muerte, Kronos lo desafiaría las veces que fueran necesarias.
El lugar en donde Nogan se encontraba ahora, era el mar del flujo temporal. Sus conocimientos eran muy limitados respecto a lo que era este sitio, pues solo el señor del tiempo y el espacio era el poseedor de dicho conocimiento.
Solo sabía que en este lugar se podía viajar a cualquier época pasada; pues el futuro, poco a poco se iba formando evitando el poder moverse en esa dirección.
Nogan ahora no poseía cuerpo físico, pues solo su alma pudo ser mandada. Era una sensación extraña que le sería imposible describir.
Poco a poco esa sensación se perdía, esto le hizo pensar a Nogan que pronto llegaría a su destino.
Su vista se puso totalmente oscura. Y de un momento para otro, escuchó una voz.
—Por favor… haz algo mi amor. —Fue una voz femenina.
Sonaba exhausta, con desesperación.
«¿Será esa la voz de mi madre?», se preguntó a si mismo.
Nogan estaba desesperado por intentar abrir sus ojos. La única cosa buena en mucho tiempo, y no podía verla.
Se esforzaba hasta que sentía como al fin tenía control en sus párpados.
—¡Señora! —gritó otra voz—. ¡Abrió sus ojos!
Nogan estaba completamente confundido. No podía distinguir nada, todo estaba difuminado. Pensó en que al ser de nuevo un bebé, tardaría en controlar su cuerpo.
Sintió como era movido, probablemente lo llevaban con su madre. Distinguió como fue pasado a otra silueta quien lo miraba fijamente.
Aquella silueta fue aclarándose. Nogan no pudo sentirse más feliz.
A su vista, estaba una bella mujer quien lloraba con una hermosa sonrisa. Su cabello llegaba a sus hombros y era rubio.
Moviendo sus ojos, la otra silueta era una mujer quien vestía un conjunto de sirvienta. Ella también mostraba lágrimas en sus ojos.
Nogan quería gritar de felicidad, quien lo cargaba era su madre. Él nunca tuvo la fortuna de conocer a sus padres, pues desde que tenía memoria, siempre fue huérfano.
—Mi señora, me preocupa que la pequeña señorita no llore —dijo la sirvienta.
«¿Señorita?»
—Puedo sentir su calor, y su respiración no parece mostrar dificultades. No me importa si no llora, con el hecho de que esté viéndome, es suficiente —contestó la mujer quién cargaba a Nogan.
«¿Viva?»
—Entiendo. La dejaré a solas para que disfrute el momento. —La sirvienta iba a salir de la habitación, pero se detuvo en la puerta antes de volver hablar—. ¿Ya ha pensado un nombre para la joven señorita?
—Eileen —dijo con una dulce voz, acariciando la mejilla de Nogan—. El nombre de mi hija será Eileen.
«¡Qué!»
Nogan desesperadamente intentaba buscar algo en donde ver su reflejo. Movía sus ojos hasta que logró divisar un espejo en la habitación en donde estaban.
Se esforzó para hacer girar su cuello. Ciertamente, le sería difícil controlar este cuerpo hasta que no tuviera cierta edad. Y aunque le costó, logró mover su cabeza para poder ver su aspecto actual.
En el espejo, a parte de aquélla mujer. En sus brazos se encontraba una hermosa bebé de cabello rubio como ella y ojos de color ámbar, que miraba fijamente. Todo estaba aclarado…
Un llanto vino de la pequeña bebé, lo cual alegró profundamente a las dos mujeres en la habitación. Ellas estaban felices de escuchar esos llantos.
Lo que no tenían idea, era que este llanto se debía a que Nogan en este nuevo cuerpo aún le era imposible hablar; pero si pudiera hacerlo, la cantidad de insultos dichos por él, sobrepasarían a todo lo escuchado por las dos presentes en toda su vida.
***
Dos años después...
—Ya la hemos buscado en su habitación y en el jardín. No hemos encontrado rastro de ella.
—Ya buscamos en las demás habitaciones y tampoco encontramos nada.
Dos jóvenes mujeres vestidas de sirvienta, daban su informe sobre el reciente incidente. La joven señorita había desaparecido.
Una mujer algo mayor cuyo traje de sirvienta tenía un diseño diferente, mostraba una cara de leve preocupación al escuchar eso. Tenía un cabello castaño que estaba perfectamente recogido para no estorbar en su trabajo, así como portar unos lentes con un fino armazón.
Ella fue la sirvienta quien ayudó a traer al mundo a su pequeña señora. Era la jefa del personal que trabajaba en la mansión, su nombre era Adela.
—Cuando aprendió a gatear, tenerla vigilada se volvió un arduo trabajo. Y desde que aprendió a caminar, incluso los miembros de seguridad de la mansión tienen que participar para poder encontrarla.
En su rostro, una sonrisa irónica se formó. Jamás creyó que una niña de dos años pudiera causar tantos problemas.
—¿Ya la encontraron, Adela?
La madre de la pequeña señorita también parecía algo preocupada. Ella portaba un vestido simple de color verde con bordados blancos.
—Me temo que ya se ha buscado en todos los sitios en la mansión —dijo con una amarga sonrisa—. Solo nos queda un sitio por revisar.
Ambas inmediatamente fueron en dirección al único sitio que no se había revisado. La biblioteca familiar.
***
En la biblioteca familiar, sobre el escritorio en medio de la habitación. Una pequeña infante se encontraba revisando unos libros que había seleccionado.
Podrías decir que solo era curiosa dando vuelta a las páginas. Sería imposible creer que esa niña de dos años de edad supiera que era lo que estaba observando.
«Esto es interesante. La familia tiene más secretos de lo que creía.»
Para Nogan, ahora llamada Eileen. Estos antiguos libros le daban una idea de en donde terminó. En su vida pasada, estudio incontables cantidades de libros referentes al mundo en donde vivía.
La verdadera historia de la primera guerra santa, era solo la punta del iceberg de lo que él estudió. Esto fue realizado por orden de su maestro, incontables fueron los días en que pensaba en por qué debía estudiar el pasado. De nada serviría saber que la humanidad tenía posibilidades de sobrevivir a la invasión de los demonios. Ahora estaba agradecido de tener ese conocimiento.
Tal vez su maestro lo hizo con esta intención.
Y aunque al principio odiaba la situación en la que terminó, al descubrir lo importante que era su nueva familia, llegó a la conclusión de que no estaba mal. Siendo lo más importante, el cuerpo en el que ahora estaba era mucho mejor que el suyo propio.
Cuando pudiera comenzar a fortalecerse, las posibilidades con este nuevo cuerpo serían ilimitadas. Su único defecto era el hecho del género de este maravilloso cuerpo.
«Cuando cumpla cuatro años, comenzaré mi entrenamiento. En mi vida pasada, me tomó más de doscientos años estar a la par de un querubín, ¿cuántos me tomará en esta?»
Si alguien estuviera presente para ver esta escena, tendría que sentir un pequeño escalofrío al ver la forma en la que esa bebé sonreía.
Aún faltaban dos años, para que la pequeña señorita comenzará su entrenamiento físico. Así que hasta que esa fecha llegara, Nogan se encargaría de entrenar su poder espiritual.
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