CAPÍTULO 3
Disfrútenlo muchas gracias!!.
El jóven Kamado subió las escaleras y se dirigió a su habitación. No tenía prisa, no es como si tuviera algo sumamente importante que hacer ahí adentro. Cuando llegó, giró la perilla de la puerta e ingresó. Dió un suspiro, el día apenas estaba comenzando, eran las diez de la mañana y él ya sentía un inmenso aburrimiento.
Sin sus padres, sin su hermana, no había quién lo ayude a ser más llevadero su aburrimiento. Caminó hasta su cama y se acostó en la misma. No pasó ni cinco segundos cuando sintió una pequeña vibración, era de su celular.
Buscó su celular hasta que lo encontró debajo de su almohada. Ya le habían dicho que no es bueno dejar aparatos eléctricos -celulares, tabletas, etc- debajo de las almohadas, pero él no hacía caso. Le había llegado no uno, sino varios mensajes de uno de sus amigos, cierto rubio teñido y llorón.
-"¡Tanjiro te necesito!
-"¿Estás ahí Tanjiro?"
-"¡Por favor háblame!"
-"respóndeme"...
-"¡Sino me contestas pronto le diré a Inozuke que eres gay!"
-" Ey"... ¡CONTÉSTAME NO ME ABANDONES!"
Tanjiro dió un suspiro, para que su amigo llorón no continúe enviándole mensajes, decidió llamarlo. Ni bien tomó la llamada un grito ensordecedor le hizo retumbar la cabeza al pelirrojo.
-¡TANJIROOOOOO! -ese fué un grito muy fuerte.
-¿Qué sucede zenitsu? -preguntó Tanjiro, sobándose el oído derecho por el fuerte grito que escuchó.
-Tanjiro, Tanjiro, amigo mío, necesito de tu ayuda -se escuchaba claramente que el rubio teñido estaba llorando.
-¿Ahora que sucede?, ¿Por qué lloras?
-Porque necesito que me ayudes con algo.
-... -el jóven Kamado suspiró-, ¿Qué te pasó?.
-Lo que pasa es que una chica que conocí en el centro comercial no quiso ser mi novia, por más que le supliqué que fuera mi pareja no quiso, me arrodillé frente suyo, incluso le propuse matrimonio pero en vez de aceptar me dió una cachetada, no quiero morir sin antes haberme casado y tener hijos.
-¿Espera qué?, ¿Morirte?.
-Así es, visité al doctor ayer en la tarde y... y...
-¿Y qué? -preguntó Tanjiro.
-Y me dijo que sí no me alimentaba bien no tendría una buena salud. ¡ME VOY A MORIR TANJIRO!.
El pelirrojo se dió un facepalm con su mano derecha, otra vez su tan querido amigo de prescolar estaba saliendo con tonterías como esa.
-Le pedí ayuda a Inozuke pero el muy idiota me gritó diciéndome que lo llame únicamente si quería pelear, eres el único amigo que tengo Tanjiro, el único que me escucha, por favor... necesito que me ayudes.
-¿Y cómo quieres que te ayude? -preguntó Tanjiro.
-Consígueme una novia.
-¿Y cómo rayos hago eso, eh?, Si ni siquiera mis padres me dejan salir o estar solo, literalmente contrataron a una niñera para que me cuide, una chica que no conozco pero que debe "cuidarme".
Hubo un lapso de tiempo dónde en la llamada solo se escuchaba silencio. De repente, el llorón se transformó completamente en alguien iracundo...
-¡¿ASÍ QUE TIENES UNA LINDA CHICA EN TÚ CASA PARA CUIDARTE?! ¿Y CUÁNDO PENSABAS DECÍRMELO?!, ¡TANJIRO KAMADO ERES UN BASTARDO SUERTUDO! ¡ESTÁS SOLO EN TÚ CASA CON UNA CHICA Y APROVECHARÁS LA SITUACIÓN PARA HACER COSAS TRAVIESAS CON ELLA! ¡ERES UN BASTARDO SUERTUDO!.
Tan ridículamente fuertes eran los gritos de su amigo que mejor decidió colgarle. No estaba de humor para tener que soportarle los berrinches al rubio teñido de Zenitsu. Dejó su celular a un lado de la cama, y miró el techo. Estaba aburrido, no tenía nada interesante que hacer literalmente.
Estaba muy aburrido, incluso le sorprendía el aburrimiento que sentía. Cerró sus ojos, tal vez tomando una siesta le ayude a sobrellevar su aburrimiento; sin embargo, una idea -malévola y conveniente- cruzó por su mente. Se levantó de la cama en búsqueda de una pequeños altavoces -o parlantes- que le habían regalado por su cumpleaños pasado. Cuando los encontró, una sonrisa se pintó en su rostro.
Shinobu se encontraba en la sala, recostada a lo largo del mueble, charlando por chat, contándole a su amiga de su nueva experiencia laboral. Le contó que todo iba bien, no era un trabajo complicado. Todo parecía ir viento en popa. Hasta que casi se cae del mueble sobresaltada al escuchar lo que parecían ser... ¿Gemidos?. Por unos segundos pensó que su imaginación le estaba jugando una muy mala broma, pero no, ese sonido era real. Se indignó un poco, ella le había dado una orden clara y directa "usa audífonos", y lo primero que hizo fué subirle el volúmen a tope.
¿Acaso la estaba jodiendo?.
Tiró su teléfono a quién sabe dónde y subió casi corriendo en dirección del sonido. Cuando llegó, simplemente tocó la puerta con excesiva fuerza, parecía que la iba tirar.
-¡Ey!, Se nota que ves una buena, ¿eh?, ¡¡Pero lamento decirte que se escucha por toda LA MALDITA CUADRA!!.
Dentro de la habitación, el jóven pelirrojo le respondió...
-Pues que pena, este video es uno especial, se lo iba a mandar a un amigo que está triste, y si toda la cuadra lo escucha, pues bueno, ¿Qué se le va a hacer? -respondió Tanjiro sin mayor importancia a la incomodidad que sentía su niñera.
-Qué excusa tan mala, por Dios. Desconozco lo que tú y tú amiguito se llevan entremanos y tampoco me interesa, pero bájale el ¡PUTO! volúmen, no quiero tener que almorzar y escuchar como alguien tiene un orgasmo, ¿Me entiendes?, Apaga ese aparato ahora.
Volvió a insistir, esta vez en un tono más rígido, si Tanjiro no cedía ante la orden de ella, Shinobu utilizaría su falacia de autoridad, es decir, su "As" bajo la manga. "Tus padres me dieron total autoridad sobre tí" eso sí o sí, debía funcionar ante cualquier cosa.
-¿Ah sí?, ¿Y por qué mejor no entras y me obligas a hacerlo personalmente?, Y no me vengas con alguna excusa sacada de la manga porque la verdad, no tengo pensado apagarlo, estoy en mí habitación, y hago lo que quiera -respondió, acostado en la cama, pensaba que su niñera no era capaz de entrar a su habitación. Pensaba que cualquier momento se rendiría y se iría. Él hacía este tipo de cosas no porque en realidad disfrutaba de ver videos para adultos de esa manera, sino que su objetivo era joder a su niñera, es decir, buscaba alguna manera de divertirse.
-Eres un idiota, ¿Me oíste?, ¡I-dio-ta!, Tus padres me dieron total autoridad sobre tí, aunque no te guste, tienes que obedecerme, y sino quieres obedecer...
Abrió la puerta con suma rudeza, dándole una gran sorpresa al pelirrojo quién de un salto quedó sentado en su cama. Ella ingresó, y en realidad no estaba jugando. Shinobu abrió totalmente la puerta, haciendo que se estrelle contra la pared próxima.
-No estoy jugando, jovencito.
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