Capítulo 8

—A mi también me da gusto verte —abrazo al de cabello castallo.

—desde hace 5 años no nos vemos —se separó del abrazo.

—si, después de que te mudaste de Grecia, ¿cómo está Aioria?

—está bien, pero él se quedó en Inglaterra, con una tía.

—¿quieres ir a tomar algo? Pará seguir platicando, claro si tienes tiempo.

—tengo tiempo, vamos.

Fueron a una cafetería mientras platicaban de lo que había pasado en sus vidas.

—y ¿ya tienes pareja? —preguntó el castaño.

—pues empeze a salir con alguien.

—me agrada esa respuesta —sonrio.

—es un gusto que estes aquí, si necesitas algo, te paso mi numero —se despidió mientras anotaba su numero en una servilleta.

—el gusto fue mio Milo —tomó la servilleta y se dispusieron a salir de ese lugar.

Milo tomó otro rumbo hacia la casa de Camus, se había retrasado por una media hora, más le alegraba a ver visto a su amigo de la infancia de nuevo.

Llegó y tocó el timbre de la privada, el mayordomo no tardó en abrirle la puerta.

—buenas tardes joven Milo, es un gusto volver a verlo aquí —saludo al recién llegado.

—buenas tardes Wilkins—respondió con una sonrisa.

pase por favor, el joven Camus lo está esperando en su despacho.

—gracias y compermiso —entro a la casa.

Siguió hasta llegar a las escaleras que conducían a la segunda planta, llegó a la puerta que se encontraba cerrada, para luego tocar dos veces

—Pase —se escucho la voz de Camus atrás.

—hola Camus —entro en aquélla habitación.

—¿ocurrió algo? —interrogó.

—salí de la empresa temprano, después me encontré con un amigo.

—saliste una hora antes, ¿te dijo algo?

—no, solo me pidió que le entregara unos Papeles, pero cuando regrese él ya había bebido mucho, después mientras me decía algo se cayó de la silla y luego... — hizo una pausa antes de continuar.

—¿y luego? ¿Qué sucedió? —se levantó del asiento preocupado.

—ya no importa —volteo su rostro.

—dime —tomo la cara del menor entre sus manos.

—¡él trató de besarme Camus! El sabía hace mucho tiempo que a mí me gustaba, pero siempre me hizo a un lado, y ahora que tuvo ese problema lo ve —soltó un par de lágrimas.

—tranquilo Milo —lo abrazo contra su pecho.

—me duele eso Camus, aunque ya no lo quiera de esa manera, es doloroso saber que te esta usando—sollozo mientras sea aferraba más a su pareja.

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𝓢𝓽𝓮𝓹𝓱𝓪𝓷𝓲𝓮𝓥𝓮𝓵𝓪𝔃𝓺𝓾𝓮𝔃

Disculpen si son lentas las actualizaciones de esta historia unu
A veces no tengo imaginación, osea, literal estoy ya por escribir y nada más pongo esto: "—" y ya estoy como "puff mucho trabajo por hoy"

Y eso es en un día, además de que me gusta divertirme escribiendo otras tonterías en esta historia para que no me abrume, y ya le sigo.

De igual manera, agradezco a las personitas que se toman el tiempo para leer, espero les esté gustando 😊💜.

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