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03/Febrero/
Narra Jade
Veo mi reloj con impaciencia, Raymond duerme plácidamente en la cama, venía agotado luego de ir con papá a jugar béisbol con mis tíos.
Cuando el reloj de mi celular marca media noche y el calendario señala 3 de febrero, me hace feliz.
Me siento encima de Ray, beso su rostro sintiendo como lentamente sus manos se posan en mi cintura, abre lentamente sus ojos dibujando una sonrisa en sus labios.
— Muñeca — me acerco a él — ¿sucede algo? — pregunta con su voz ronca
— Feliz cumpleaños muñeco — beso sus labios, sus manos bajan hasta mi trasero estrujando mis nalgas — amor — me quejo.
— Gracias preciosa — besa mi cuello — te miras preciosa en ropa interior — comienza a bajar los tirantes de mi sostén.
— Empecemos por tu primer regalo de cumpleaños — sonrió al sentir como sus manos desabrochan mi sostén —
Sus manos recorren mi cuerpo, su tacto hace arder mi piel y su manera salvaje de apretar mi piel.
Con desespero me quito las bragas tirando la prenda en el piso de la habitación, se levanta para besarme de una manera salvaje, su mano me toma del cuello para profundizar el beso.
— Me encantas — me susurra con su voz ronca — no sabes lo mucho que te necesito — besa mi cuello, deja leves mordiscos mientras sus manos se pasean por mi cuerpo.
— Te amo — susurro — te necesito — exijo y veo sus manos bajar el pantalón de pijama dejando libre su erección.
Me hace levantar de una manera ruda, sus manos se posan en mi cintura dejando que baje lentamente en su miembro erecto, gemidos bajos se escapan de mis labios al sentir el miembro grueso en mi interior.
— Joder — suspiro al sentir completamente su miembro en mi interior.
Comienzo con un vaivén salvaje, sus manos me hacen bajar de golpe sintiendo aún más placer, cada centon es placer puro, sus labios se apoderan de mis senos, muerde, lame, y saborea mis pezones, succiona la piel de mis senos dejando marcas, me recuesta de espaldas en la cama, empinó el culo para que entre.
Entierro mi rostro en la cama al sentirlo dentro de mí, embiste azotando mis nalgas, su mano se aferra de mi cuello sin dejar de embestir, jala de mi cabello mientras murmura cosas obscenas con su voz agitada.
Un gemido ahogado sale de mis labios cuando siento los espasmos de mi orgasmo, jadeo cuando siento el semen caliente en mi interior, siento como mi intimidad gotea por tanta excitación, Raymond me voltea para besarme, el beso es rudo y salvaje.
Un beso ardiente que da paso a una noche de sexo, sexo que termina cuando vemos los primeros rayos del sol, caminamos al baño para ducharnos y ponernos un poco de ropa, aún con muchos deseos de seguir el maratón, quedamos dormidos.
Narrador omnisciente
El reloj marcaba las 9:30 am, era un día caluroso y perfecto para estar en la piscina.
Raymond y Jade se despertaron a duras penas por el llamado de Ximena, el desayuno pronto sería servido y ellos no estaban listos.
Ambos se dieron una ducha de agua fría, Raymond se vistió con unos pantalones cortos de verano, una camisa blanca y zapatos deportivos, Jade optó por un vestido de ceda ceñido a su cuerpo (imágen en galería), con ambos arreglados y listos bajaron al jardín.
Los niños tomaban el desayuno bajo la copa de un enorme árbol, los adultos preferían hacerlo un poco más alejado de los niños, las amigas de la castaña establecían conversaciones con los adolescentes de la familia, o con Nomar y Melvin.
Entre Sofía y Melvin había un poco de atracción, a pesar que la chica era un par de años mayor que el chico no impedía que ellos coquetearan en cada oportunidad que se presentaba.
Por otra parte, Nomar y Paz, una de las chicas más pequeñas del grupo se sentía atraída por el menor de los Ayala, Nomar era un poco tímido al momento de platicar con ella, con Paz era un poco extraño, la chica era difícil de conquistar no era como las típicas chicas que recurría Nomar.
Raymond sentía un poco de nervios, está noche tenía planeado por fin darle el anillo de compromiso a la mujer que le roba el aliento, ayer por la noche Sofía y Melvin se encargaron de ir a traer el anillo, el joyero por fin había terminado la pieza.
Mientras Raymond platicaba con su suegro y los tíos de su novia, Jade terminaba de postear las últimas fotos que había tomado, la noche de su cumpleaños había posteado muchas fotos junto a sus amigas, familiares y su novio.
Ronaldo se sentía feliz de saber que su tía tendría la vida que tanto le había platicado, estaba ansioso de verla con su vestido de princesas, él había sido testigo de todo el daño que su ex novio le había hecho, vio como la mujer alegre se había apagado y luego de mucho brillaba aún más.
Los padres de Raymond salieron al jardín donde estaban todos, traían un pastel de limón, el favorito de Raymond, ambos cantaban el "Feliz cumpleaños", los familiares se unieron al canto antes de felicitar al joven.
Raymond miraba con sorpresa a las dos personas que llegaron, la castaña se acerco a ellos para saludarlos, hace un par de noches se habían comunicado para preparar está sorpresa al chico.
Jade aún se sentía nerviosa, aún quería dar una buena imagen a los padres de su novio, Rosa había aceptado por completo a la chica cuando escucho como su hijo la veía ante sus ojos, la manera en como sonreía al mencionar el nombre de su chica, Ramón se sentía feliz en saber que su hijo estaba con una chica de bien, una mujer inteligente, hermosa y humilde.
Los dos señores se integraron perfectamente a la familia, a pesar que los Rusell son una familia rica y poderosa, son humildes, prefieren hablar de temas triviales a competir por quién vive una vida llena de lujos.
Las horas pasaban, los señores Ayala ya habían sido ubicados en una de las habitaciones de la hacienda, las luces naranjas iluminaban el jardín, los niños jugaban con Nomar, Melvin y las amigas de Jade, los adultos reían al ver cómo intentaban los más pequeños alcanzar a los más grandes.
Los sirvientes comenzaron a servir la cena, está noche Alía Rusell había decidió que tacos mexicanos serían la cena de esta noche especial, todos degustaron del platillo mexicano con gusto, el momento se acercaba y Raymond lo sabía.
Cuando los sirvientes dejaron libre la mesa, sirvieron champagne, vino y whisky para los adultos, todos comenzaron a darles los obsequios de regalo a Raymond, no hay mucho por describir, relojes, autos, algunas prendas de edición limitada, botellas, ect.
Cuando abrió el regalo de la castaña, su emoción era mucha al ver el detalle en la caja de terciopelo, un brazalete masculino con un grabado Ayala-Rusell, el apellido de ambos, apellidos que llevarían sus futuros hijos.
Cuando Ronaldo le entrego su regalo, un dibujo de ellos tres en un paisaje hermoso junto a una pequeña pulsera que compartirán juntos hasta el final de los tiempos, cuando creían que el regalo del pequeño sería el último, Raymond faltaba darse su regalo.
Se arrodilló frente a la castaña que se encontraba parada a su lado, de su bolsillo saco el anillo de la pequeña caja azul aterciopelada, viendo los preciosos ojos de la mujer de sus sueños, dejo que el corazón hablara por él.
Narra Raymond
— No encontré un día más especial para mí para pedirte que seas mi esposa, no existen palabras suficientes para describir todo lo que siento por ti, desde la primera vez que vi tu rostro me enamoré, la manera dulce de hablar, tu manera auténtica de ver la vida me hizo saber que no encontrare a tan hermosa mujer en el mundo, la conexión que tuvimos fue especial que no lo encontrare con otra persona, no solo tú belleza me enamoró, también los hermosos sentimientos, pensamientos y acciones que haces, prometí que muy pronto ese anillo de promesa sería acompañado por uno de compromiso, hoy cumplo mi promesa preguntado te, niña de mis ojos, dueña de este hombre ¿Te casas conmigo? — le muestro el anillo tomando su mano
— No tengo idea de cuántas veces más te pondrás de rodillas y me lo preguntarás, sin pensarlo te diré que si una y mil veces — sonríe al ver cómo el anillo se desliza en su dedo anular haciendo compañía con el anillo de promesa.
— Prometo que está será la última vez — sonrió dejando un beso en el dorso de su mano — gracias muñeca — me levanto escuchando los aplausos de todos.
Narrador omnisciente
Todos felicitan a la feliz pareja, los padres de ambos se miran sonrientes al ver cómo sus hijos están por dar un gran paso en sus vidas, lo que por años miraban lejano, ahora se está cumpliendo.
La noche culminó hablando sobre la boda, todos desean que la unión de esta pareja sea inolvidable, así como cada matrimonio.
Anillo de compromiso
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