1
Narra Raymond
Unos ruidos molestos me hacen levantarme del suelo, aquel grupo de chicas me miraban con deseo, sonreí de lado al ver sus reacciones.
Ignore cualquier cosa que ellas hicieran para llamar mi atención, seguí con mi trabajo con ayuda de Axel, mi ayudante, continuamos con el auto.
— Traes locas a esas chicas — comenta divertido —
— No me interesa — le restó importancia — en mis planes no está una relación—
— Hermano, nadie está hablando de una relación— ríe — que sean amores de una noche — se encoje de hombros.
— ¿Para luego tenerlas como acosadoras? — respondo en tono de burla — muchas gracias pero no tengo tiempo — continuo con lo que estaba haciendo.
— Hermano, por favor — habla fastidiado — eso dices de todas.
— Y así será siempre — respondo dando por finalizada la conversación.
Narra Jade
Este año había finalizado la universidad, me gradué para ser una diseñadora de moda, sin embargo aún no tenía planes por crear mi propia línea de ropa, necesitaba darme un tiempo para relajarme de todo el estrés de estos años.
Decidí mudarme a Puerto Rico, luego de vivir toda una vida en Nueva York, mis padres eran personas importantes en el mundo empresarial, decidí mudarme a Dorado, un hermoso departamento era mi hogar, tanto mi padre como a mí, somos grandes apasionados por los autos clásicos.
Para mi graduación, mi padre me obsequio un Cadillac El dorado Pink, mi auto era hermoso y lo amaba con todo mi ser, sin embargo hace unos días tenía unas fallas, escuché que aquí había un taller de autos muy conocido.
Decidí vestirme con ropa casual, tomé las llaves de mi departamento y del auto. Conducir por las calles de Puerto Rico era algo tan hermoso, llegue hasta el famoso taller, aparque el auto, baje cerrando la puerta caminando hasta uno de los chicos.
— Hola — llamo su atención — necesito de sus servicios, mi coche está averiado — señaló mi auto.
— Hola señorita, por supuesto es un gusto — caminamos hasta mi auto — ¿Qué le sucede?—
— Hace unos ruidos extraños en el interior, también en las llantas — mira su reloj — ¿Sucede algo?— pregunto
— Nada señorita, mi turno ha terminado, mandaré a otro compañero para que la ayude — camina hasta el taller.
— Bien — susurro viendo mi auto, dando la espalda al taller.
Narra Raymond
Bebía un largo trago de agua, Justin se acercó a mí pidiendo ayuda, no tenía humor para sus bromas estúpidas.
— No pienso escuchar tus malditos chistes — gruño antes de beber un poco de agua.
— No venía a eso, hay una chica afuera que necesita ayuda, mi turno ha terminado ¿Puedes encargarte?— pregunta limpiando sus manos con un trapo.
— ¿Es linda?— pregunto alzando una ceja.
— Es hermosa, debes ir — se aleja de mí.
— Muy bien — suspiro agotado caminando hasta la salida.
En realidad no estaba de un gran humor para recibir a chicas que te miran como un trozo de carne, sin embargo cuando ella volteo a verme, me dio un pequeño escalofrío, era muy linda, su cabello castaño claro, sus ojos color miel y aquella piel blanca era la perfección pura.
— Hola, ¿Eres el otro mecánico?— pregunta viéndome con su pequeño sonrojo.
— Si — respondo cortante — puede que tú auto se deba quedar unos días en el taller para verificar que todo se encuentre en orden — abro el cofre del auto.
— Por supuesto, ¿Cuántos días aproximadamente?— la veo por unos segundos y está mordiendo su labio inferior.
— tal vez dos días o tres — inspecciono todo — de todas formas te llamarán, ve a llenar el pequeño formato mientras llevo tu auto — me entrega unas llaves con un adorno demasiado femenino.
— Claro — camina al taller.
Era hermosa, demasiado linda para ser una chica que conduzca un auto clásico, las veces que he visto chicas lindas siempre están en autos del año, era extraño verla conduciendo un auto muy rápido para ella, estacione el auto en uno de los cajones, desde lejos pude verla platicar con el viejo dueño de este lugar, los adolescentes que trabajaban aquí la miraban sin disimulo, me molestaba que ellos actuarán así, era una mujer y merecía respeto.
Inicie a revisar el auto, estaba distraído hasta que esa dulce voz me hizo levantarme para ver el pequeño cuerpo de la chica.
— Muchas gracias — me da una pequeña sonrisa.
— Aún no reparo tu auto — hago una mueca.
— Me dijo el dueño que soy afortunada que seas tú quien repare mi auto — alza su rostro para verme, en realidad es pequeña.
— Es mi trabajo — le restó importancia — si te importa, debo seguir con esto — señaló su auto.
— Perdón — baja su mirada apenada — cuida mucho de mi auto, Cherry es mi vida — acaricia el auto.
— Lo cuidare — la veo — lo prometo — me regala una sonrisa.
— Gracias, hasta luego — uno de los precoces se acerca a ella.
— ¿Podrías darme tu número?, Eres muy linda y no creo verte a menos que tú quieras — le guiña el ojo, rodeo los ojos fastidiado por estos idiotas.
— Lo siento, no tengo planes de una cita por el momento — le responde amablemente, una sonrisa se dibuja en mis labios, una sonrisa que oculto para no burlarme del pobre chico.
— Oh entiendo, gracias — se retira apenado.
— pobre chico — murmuró
— No es mi tipo — me responde — hasta luego — se despide.
La veo irse del taller, un Uber se para frente a ella y antes de subirse al auto me regala una última mirada, luego de ver cómo el auto desaparecía seguí con mi trabajo.
Narra Jade
¿Si era guapo? ¡Hasta un ciego hubiese visto la belleza de aquel hombre!, estaba emocionada por llegar al restaurante donde me reuniría con mis amigas.
Al llegar al restaurante justamente frente a una hermosa vista de la isla, mi grupo de amigas me esperaban bebiendo unos tragos.
— Adivinen — chillo emocionada.
— ¿Qué sucede?— pregunta Paola.
— Fui al taller por mí auto, vi a un chico super guapo — me siento junto a mis amigas.
— ¿Qué tan guapo?— pregunta interesada Ximena.
— Lo suficiente para mojarte las bragas — bromeó soltando una carcajada.
— Quiero verlo — me mira pícara — ¿Quieres conquistarlo?— me pregunta
— No tengo idea — suelto un suspiro — desde la última vez que tuve una relación fue una mierda — ordenó un trago.
— Querida, es el Caribe los hombres sexis están por todas partes — responde Camila.
— Olvídate del precoz e idiota de Axel — rodea los ojos — si puedes acostarte con la mitad de la isla, hazlo — se encoje de hombros.
— No me follare a media isla — gruño bajo
— Querida, solo disfruta del paraíso — me mira — si eso implica acostarte con cuántas personas sean necesarias, no te detengas — me sonríe.
— son pésimas dando consejos — me río.
— Por algo eres la más madura del grupo — responde Ivanna — por algo te amamos — me tira un beso.
— Odio ser la mamá del grupo — bufo — es aburrido.
— Un poco — hace una mueca Valeria — no hay nada que el sexo arregle — me sonríe antes de esconder esa pícara sonrisa bebiendo de su trago.
— No lo haré — niego con la cabeza — apenas llevo unos días aquí, mi sueño no es follar con media isla — veo la hora en mi celular
— Solo vive tu vida cariño, mejor ve y acuéstate con ese chico guapo que conociste — alienta Ximena.
— Lo pensaré — finalizó la conversación — tal vez suceda — susurro bebiendo un poco de mi trago.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top