Narra: Max
Unos minutos más temprano

--¡Tyler, date prisa!-- grite desde la puerta de mi hermano que, como siempre, estaba tardando un maldito año en arreglarse.

--tranquilo, hermanito, ya estoy aquí-- dijo Tyler con la misma calma de siempre.
--la próxima vez date más prisa-- dije molesto.

--si, si-- dijo Tyler queriéndole quitar importancia al asunto.

--como sea vámonos, Ley nos está esperando-- dije saliendo por la puerta principal y él me siguió.

Cuando llegamos a la estación del bus nos encontramos una imagen que nos aterro, era nuestra hermana, Leyla, estaba mirando su reloj con una expresión molesta y en cuanto nos vio comenzó a caminar furiosa en dirección nuestra.

--¡¿por qué tardaron tanto?!-- nos gritó.

--¡a mí ni me mires!-- me defendí --lo único que hice fue esperar a esta tortuga-- dije y Ley le dio un zape a Tyler.

--¡¡¡AUCH!!!—dijo y se froto la nuca.

--¡por llegar tarde!—dijo Ley molesta.

--¡ja!—dije de manera burlona y Ley me dio un zape --¡¿y a mí por qué?!—dije molesto.

--¡por burlarte de tu hermano!—tras decir eso llego el bus y nos montamos.

Varios minutos más tarde

--bajen de atrás hacia delante—dijo el conductor de bus, pero nadie le hizo caso. Todos bajaron atropelladamente y mis hermanos y yo no fuimos la excepción.

Al bajar, vi que todo mundo se alejaba para dejar paso a una pequeña niña de cabellos largos y negros que cargaba un peluche abrazado contra ella. Todo es mundo, cuando ella pasaba a su lado, alejaban sus cosas y apartaban le mirada como si le tuvieran miedo y eso... de alguna forma me daba a bastante curiosidad. Era solo una niña pequeña, que podía ser tan aterrador de ella.

Darme cuenta comencé a caminar hacia ella, lo único que nos separaba era un grupo de chicas cuando, de repente…

¡PUM!

… una chica la empujo por detrás haciendo que cayera al suelo, atrayendo todas las miradas hacia ella. Lo de que la empujaran hizo que me hirviera la sangre por alguna razón y estuve a punto de ir corriendo hasta ella para empujarla también, pero en su lugar decidí preocuparme más de la chica en el suelo. Fui hasta donde estaba la chica, aun en el suelo, que buscaba algo frenéticamente, entonces vi el peluche que llevaba antes y lo tomé.

--oye-- la llamé y levantó la vista --¿esto es tuyo?-- dije y pude ver como se le iluminaban los ojos.

--s-sí, es mío-- dijo y pude sentir como mi corazón comenzaba a latir a mil por hora y mis mejillas se empezaban a poner rojas, así que voltee la cara hacia otro lado y me tapé parte de esta con la mano para que ella no lo notara.

--bueno, aquí tienes-- dije y se lo extendí de manera algo brusca y sentí que, casi al instante, me lo quitaba delicadamente. Al sentir su tacto no pude evitar estremecerme.
Vi de reojo que agachaba la cabeza y la voltee a ver, la chica levantó la mirada. Y así nos quedamos y yo sentí que me perdía en sus ojos tan inusuales, era como si... un hechizo me evitara despegar la mirada de estos y casi pareciera que a ella le pasaba lo mismo.

--¡hey, cuidado!—gritó alguien haciéndonos regresar a la realidad para darnos cuenta de que  habíamos montado tal espectáculo que un montón de gente se había reunido a nuestro alrededor.

--¿¡que quieren montón de chismosos?!—grité molesto y la chica se sonrojó mucho, lo cual se le notaba mucho al tener la piel tan pálida.

--¡a-adiós!—dijo la chica y esta salió corriendo en dirección al colegio.

--¡no! ¡Espera!—dije, pero ya era demasiado tarde. –“(maldición)”—pensé, por alguna razón, me hubiera gustado hubiera gustado hablar más con ella. --¡váyanse todos, no hay nada que ver aquí!—grité a toda la gente que seguía a mi alrededor la cual comenzó a dispersarse.

Seguí caminando hacia adentro pero podía sentir y ver claramente como varias personas me seguían con la mirada y cuchicheaban a mi paso. Pero mi pregunta era, ¿se debía a mi o a aquella niña?

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Estaré por aqui, dejando mensajitos,

AngeCat09