CAPÍTULO 4

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Una gota de sudor caía por un costado de la —gran— frente del jóven pelirrojo. Nunca pensó que, aquella chica de aspecto dulce, gentil y un poco despreocupada, sería capaz de ingresar en su habitación, irrumpir en su palacio de reducido espacio, en esas cuatro paredes dónde él era el único que tenía libre acceso de ingresar. Shinobu no estaba jugando, en realidad se veía molesta, a pesar de ser solo un puberto, no estaba teniendo un comportamiento de alguien camino a la madurez.

—¿Si ves mi cara?, ¿Te parece que estoy jugando, jovencito? —se cruzó de brazos, adoptando una postura de total autoridad. Una autoridad que le dieron los padres de Tanjiro antes de marcharse junto con su hija—. Te lo repetiré una vez más, ¡Apaga eso ahora!, No quiero escuchar como alguien tiene múltiples orgasmos.

Tanjiro se sentó en su cama, mirándola directamente a lo ojos. ¿Qué tan lejos podía llegar el pelirrojo con esa "pequeña broma"?.

—Lo haría con gusto pero, lo tengo conectado vía Bluetooth y no recuerdo dónde dejé mi celular —respondió el pelirrojo. Haciendo todo lo posible para extender esa broma, no podía permitir que la joda termine pronto, en tanto que su rostro una sonrisa no dejaba de dibujarse.

—Oye, no te pases de listo conmigo muchachito, ¿Quieres?, ¿Quién en su sano juicio vería un vídeo porno con altavoces a todo volúmen? —realmente Shinobu estaba molesta con el chico.

—No lo sé, ¿Decenas?, ¿Cientas?, ¿Miles? —preguntaba sin dejar a un lado esa sonrisa burlona.

Shinobu entrecerró sus ojos. Aquella postura dominante y atemorizante no se perdía en ningún momento. Comenzó a caminar por toda la habitación de Tanjiro, su objetivo era claro, encontrar ese dichoso celular y acabar con esos "particulares" ruidos que serían capaces de incomodar a cualquiera. Tanjiro seguía sonriendo, detrás suyo, su mano logró escabullirse, tomar el celular y guardarlo debajo de su almohada antes de que Shinobu note su presencia y apague ese vídeo.

Ella recorrió toda la habitación, mientras Tanjiro la observaba, y de vez en cuando le daba una ojeada a las piernas de ella. Fantástico, esos muslos, esa piel tan suave que muchos darían hasta su vida por tocarlos, esa cintura que le quedaba muy bien con la ropa que llevaba puesta. Nuestro amigo Kamado sí sabía cómo divertirse.

—¿Sabes?, Creo que lo dejé por ahí en mí escritorio —mencionó el dichoso pelirrojo.

Shinobu dando pasos lentos se acercó al escritorio, le echó una miradita por ahí, otra por allá. Se inclinó un poco hacia adelante, hasta dónde su mirada podía llegar. No encontró nada. Sin saberlo, le estaba dando un pequeño espectáculo al pelirrojo.

—Aquí no hay nada —dijo ella.

—Tal vez esté por ahí, caído, ¿Por qué no lo buscas bien? —preguntó Tanjiro. Su traviesa mirada no se apartó de aquellas piernas, de ese trasero que daba paso a imaginarse el sonido que haría al chocar contra otro cuerpo, de cómo se vería moviéndose lentamente de arriba a abajo, en tanto que algo duro y palpitante se deslizaba dentro de ese orificio plenamente húmedo.

Shinobu se inclinó un poco más. Pero más temprano que tarde se dió cuenta de lo que tramaba el puberto calenturiento. Se volteó lentamente y, mirándole a los ojos, le preguntó.

—¿Me estás mirando el culo? —su tono de voz no parecía muy contento.

—¿Qué?, ¿Cómo crees?, Yo jamás haría algo como eso, por favor, soy un chico educado y muy respetuoso —respondió sin vacilar el jóven pelirrojo. Aún seguía manteniendo esa sonrisa burlona.

Shinobu observó como se estaba burlando el chico. ¿Se creía muy genial haciendo esas "bromas"?, Pues ya vería lo que Shinobu era capaz de hacer. Y no me refiero a dar sermones precisamente.






Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top