CAPÍTULO 1
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Mini-historia (+18)
Shinobu Kocho: 20 años
Tanjiro Kamado: 17 años
La jóven que hacía notarse por donde fuera que camine, por sus largos, brillantes y hermosos cabellos negros -recogido con una coleta- se dirigía hacia una de las casa más al fondo del residencial.
Aquel vecindario dónde vivía Shinobu estaba lleno de caras conocidas, ya se acercaba el verano, ¿Y saben lo que eso significa?, Exacto, jóvenes saliendo seguramente a malgastar su dinero en fiestas, alcohol... drogas -¿Hace falta una explicación del por qué?- sexo descontrolado en dónde seguramente las más jovencitas terminarán por convertirse en madres "luchonas" etc.
Shinobu no era la excepción, también quería divertirse, lo único que le faltaba era el dinero suficiente como para perderse un par de días y después, cuando ya se lo haya gastado todo, arrepentirse, con una fuerte jaqueca.
Ella pasó días enteros planeando alguna fuente de ingresos, hasta que optó por lo más rápido y rentable, ser niñera. Le caían bien los niños, aunque estos últimos no dirían lo mismo al ver la sonrisa que dibujaba cada vez que se enojaba. Ser niñera, típico de cualquier chica que busca dinero rápido, era fácil, solo debía vigilar a algún "niño de mami y papi" y tendría dinero en tan solo unos días.
-Bien -miró el número de la residencia-, creo que es aquí, espero haber anotado bien el número -se dijo a ella misma.
Dió un largo suspiró, subió los pocos escalones de la residencia y tocó el timbre. Al fin había llegado, ligeramente cansada como para quedar con sus mejillas enrojecidas. El sol de verano se hacía notar, y estaba haciendo de las suyas. Así solamente, se sentó en los escalones, bajo sombra, tocó esperar hasta que alguien le abriera la puerta.
-Solo espero que esto sea fácil -pensó Shinobu.
Con toda la tranquilidad del mundo, cierto muchacho de cabellos rojizos y con una particular marca en su frente se dirigió hacia la puerta apenas escuchó el timbre. Pensó sin temor a equivocarse en lo más mínimo que la persona que estaba detrás de la puerta (afuera) sería la persona que sus padres habían contratado para que lo vigilen. Una niñera... su niñera.
Era absurdo siquiera pensar que un muchacho, casi un adulto, tenga que recibir los cuidado de una niñera, pero sus padres eran así, su retoño aún no estaba listo para enfrentar solo el mundo, menuda estupidez. A veces pensaba que su hermana MENOR recibía tratos ya de una chica adulta. Al estar frente a la puerta, quitó el seguro y la abrió, la fuerte luz del sol veraniego entro de lleno, cegando momentáneamente al jóven de cabellos rojizos. Cuando todo se aclaró, se dió cuenta que alguien estaba sentada en los escalones de su casa, resguardándose bajo la sombra.
-Hola, bienvenida.
Shinobu escuchó el "click" del picaporte y seguidamente la puerta abrirse, se paró, se sacudió la falda e inmediatamente se giró hacia la dirección contraria posando la vista en el chico que tenía delante suyo. Arriba y abajo, lo inspeccionó en cuestión de segundos, ella se imaginaba algún niño pequeño, pero no, era un jóven que aparentaba tener su misma edad. Esto de seguro era un chiste, o algún mal entendido o algo parecido.
-¿Anoté bien la dirección? -pensó Shinobu, creyendo que la dirección era la equivocada-, Hola... ehm, ¿Qué tal?, ¿Cómo decirlo?... ahmm, ¿Esta es la residencia Kamado?, Se supone que soy la niñera que los señores contrataron, ¿No tienes algún hermanito o hermanita por ahí?.
Él la miró de arriba a abajo, parecía ser una chica normal, bastante linda pero nada fuera de lo común, salvó aquellos dos atributos delanteros que se veían bien a simple vista. Se tranquilizó un poco al darse cuenta que se trataba de una chica normal, su última niñera, una jóven de cabellos rosados los cuales terminaban en puntas verdes tuvo una actitud bastante... rara, por decirlo así.
-Mi hermana no se encuentra aquí, se fué con mis padres porque se ganó una beca o algo así en una secundaria fuera de la ciudad -respondió el chico-, y sí, esta es la residencia Kamado, y para su sorpresa señorita, yo soy el chico que debe cuidar -explicó, su tono de voz fué sereno y despreocupado no mostró mucho interés. ¡Hum!, Tenía una belleza delante suyo y ni siquiera se inmutaba el chico.
La expresión de la pelinegra se tornó en blanco, no podía creer que debía cuidar a un chico que era incluso ligeramente más alto que ella, sentía que ese pequeño detalle le restaba autoridad. Pero, dejando eso de lado, y al hecho de que es raro cuidar a un chico que es casi un adulto, serían menos problemas y menos trabajo para ella. Ese muchacho no requería de cuidados o de vigilancia exhaustiva, de seguro sabría valerse por sí mismo, Shinobu simplemente debía "fingir" ser su niñera, sería pan comido...
¡Trabajo fácil, sin problemas, ni preocupaciones, ni molestias y sobre todo le pagarían por literalmente sentarse a ver televisión o revisar su teléfono!. Más que un chiste, era una bendición, además, no tendría que cuidar a algún mocoso revoltoso o malcriado, el plan perfecto, luego de cuidar al chico, tendría dinero y solo tendría que cuidar a otros más y después... ¡Largo a celebrar que la juventud es corta!.
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, y volvió hacia el chico con tal de hablar.
-Bien, así que ¿Realmente necesitas una niñera?, Es decir, estás bastante grandecito ¿No?.
-Órdenes son órdenes, si mis padres ordenan; tengo que cumplir, sin chistar -respondió el muchacho.
-De acuerdo, te propongo algo, yo voy a fingir ser una niñera responsable y buena onda y tú, no sé... tú haces lo que quieras, siempre y cuando no armes líos, ¿Que me dices?, Me parece un trato justo y que nos beneficia a ambos -Esta no hizo más que cruzarse de brazos, sonriendo victoriosa, esperando alguna respuesta, después de todo, trataría de convencerlo para que accediera, ni loca iba a perder semejante oportunidad de ganarse dinero tan fácil.
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