Capítulo Único


¿Qué es eso de las redes sociales? Aioros me pedía en cada momento que me hiciera de una cuenta para que pudiera manterme al día de todo lo que ocurre.
Debo admitir que soy muy malo socializando de esta manera con los demás, se me hace algo tedioso y aburrido.
Es algo extraño ¿No creen? Además que les hace pensar que quiero socializar con alguien a distancia si ni siquiera lo hago en mi vida diaria.

Acepté que el castaño me hiciera una cuenta, los primeros que me agregaron fueron mis familiares; aunque es molesto tener a las tías que siempre se la pasan mirando que haces y que no haces con tal de hablar mal a las espaldas del perjudicado.
En fin...
Yo trabajo en una oficina donde todo el día me la tengo que pasar frente a una computadora donde me pierdo entre tanto documento por revisar.
Solo que en este momento estoy libre, mis trabajos ya los terminé desde hace un buen rato y me había distraído unos momentos jugando solitario en la computadora.
En ese momento se me vino a la idea iniciar sesión de la red social que Aioros me hizo, no tenía nada importante que hacer, al ingresar y ver mis notificaciones recibía varias solicitudes de amistad que poco a poco fui aceptado hasta que llegué a una que me llamó la atención.
Era la solicitud de un antiguo compañero de la escuela, recuerdo que aquel pelirrojo era un estudiante de intercambio, sus padres viajaron por un largo tiempo a España y se trajeron consigo a su único hijo aunque él y yo casi no hablábamos ya que era muy distante y yo también lo era.

Acepté su solicitud, le di clic en el botón y seguí revisando mi molesta página aunque a los pocos minutos en la bandeja de entrada me llegó un mensaje.
Sin darle mucha importancia lo abrí pero grande fue mi sorpresa al darme cuenta que era un mensaje de mi antiguo compañero de la preparatoria, su nombre Camus Labelle.

Hola, Shura tanto tiempo sin verte ¿Cómo has estado?

Aunque debo admitir que jamás cruzamos palabras me sorprendió que el fuera el primero en romper el hielo en ese momento.
Me acomodé en mi silla mientras tecleaba mi respuesta.

— Hola Camus me da gusto saber de ti nuevamente, cómo ha pasado el tiempo.

No tardó mucho en responderme lo cual comenzaba a disfrutar después de todo no tenía otra cosa que hacer.

Sigo viviendo en Francia, después de pasar un tiempo en España mis padres y yo regresamos de nuevo aquí.

Ya veo — Comencé a redactar — Creí que seguías en este lugar ¿Cómo te ha ido en tu vida?

Amo las artes me gusta pintar y es lo que he estado haciendo, de hecho en unos momentos tengo que seguir pintando un cuadro que tengo de encargo.

Me alegro por ti Camus, has logrado ser lo que siempre deseaste aunque casi no crucemos palabras en la escuela.

Lo sé, la verdad casi no me inspiraban confianza me sentía muy solo pero al menos sé que contigo puedo platicar sin ningún problema... Debo irme, los cuadros no se pintan solos.

Admito que eso me dio un poco de gracia, jamás creí que Camus fuera un poco más sociable que yo. Le respondí con una despedida y cerré mi sesión para ver que más me faltaba de mi trabajo.

Al día siguiente se me ocurrió la idea de bajar la aplicación de aquella red social en mi celular, al menos así tendría más oportunidad de saber que sucede con los demás.
Lo usaba en mis tiempos libres, me entretenía mirando las fotografías e imágenes que me encontraba de mis contactos, aunque llegué a una especial; era una fotografía de Camus mostrando su pintura de un bello paisaje, aunque me perdí momentáneamente más en la belleza de Camus, había cambiado demasiado, ya no era el mismo adolescente que usaba lentes y se la pasaba escondido en la biblioteca escolar.

Sin querer reaccioné a su publicación con un corazón,  después de todo me gustaba lo que miraba.

Conforme pasaban los días Camus me mandaba mensaje privado dando los buenos días, otras lo hacía yo y algunas veces más nos quedábamos hasta muy tarde hablando de nuestro día a día comenzaba a acostumbrarme a su presencia aunque solo se tratara de una bonita plática a distancia.

Feliz cumpleaños Shura, espero muy pronto poder estar de visita en tu país para poder entregarte el cuadro que hice para ti.

Se me había olvidado que era mi cumpleaños    y de no ser por el mensaje donde  Camus adjuntaba la foto de su pintura ni me hubiera dado cuenta en el mundo en el que vivo.
Le quedó bonita esa bella postal del atardecer en una playa, al final de la pintura podía ver su firma, le agradecí infinitamente.

— Camus... ¿Cuando es tu cumpleaños?

Me animé a preguntarle, después de todo había hecho el enorme esfuerzo y sobre todo le dedicó su valioso tiempo a esa bella pintura, quería hacer algo por él; no demoró mucho en responderme.

El siete de febrero.

Afortunadamente pedí vacaciones en mi trabajo, lo cual no se negó mi jefe. Compré un boleto de avión que me llevara a Francia, llegando allá le daría la noticia que estaría de visita en su país.

En ese día antes de su cumpleaños tomé mi vuelo con destino a París, en mi maleta llevaba un bello collar con un dije del signo de acuario espero que sea de su agrado cuando lo vea.
Al llegar a mi destino lo primero que hice fue mandarle un mensaje que por cierto no demoró en responderme.

¿De verdad no me estás mintiendo? Toma un taxi y dile que te lleve al Museo del Louvre, te veo afuera ya casi terminó de hacer un trabajo.

No sé pero la sensación de verlo  nuevamente y no como aquel adolescente que alguna vez fue mi compañero de escuela me mantenía muy nervioso. En sus fotos que sube a las redes sociales y en sus fotos de perfil luce tan hermoso que de tan solo imaginarlo hace que mi corazón comience a latir con fuerza.
Es que cuando eramos compañeros en la escuela a más de uno le gustaba físicamente el francés y sinceramente yo era uno de los que se incluye en la lista.

Tomé el taxi como Camus me lo pidió y me llevó hasta el museo; aunque al llegar no sabía donde buscarlo porqué aquel sitio estaba totalmente lleno de gente.
Aún así mi maleta era un estorbo entre ese inmenso mar de personas.
Mi celular comenzó a sonar, era un mensaje de Camus, lo saqué de mi bolsillo para poder leerlo.

No te muevas ya casi llego.

Mientras esperaba bajé mi maleta al suelo y me crucé de brazos para esperar que Camus llegara.
A los pocos minutos sentí unas suaves y frías manos cubrir mis ojos, ante ese contacto me estremecí pero cuando las tomé para poder ver de quien se trataba me quedé totalmente perdido en la magnificencia de aquel bello francés.
Esa mirada tan seria pero a la vez enigmática, esos labios delgados pero con un toque de brillo con aroma a cereza, ese hermoso cabello ondeando con la brisa fresca del lugar interrumpió mis palabras, no sabía que decir.

— Hola Shura, me alegra verte después de varios años.

Ni siquiera me di el tiempo de saludarlo, sin pensarlo lo tomé de su cintura acercándolo más a mi cuerpo, no era necesidad de lidiar con alguien que fuera su pareja porqué las veces que nos escribíamos siempre me dijo que era soltero.

— A mi también me da mucho gusto verte de nuevo Camus... Feliz cumpleaños.

Saqué la pequeña  cajita de la bolsa de mi saco y se la entregué sin dejar de mirarlo a los ojos.

— Me alegra que estés aquí conmigo Shura, siempre deseé verte otra vez.

La verdad es que entre tantos intercambios de mensajes Camus sin querer se convirtió en una bella necesidad para mi, incluso en mis sueños más placenteros lo he hecho mío tantas veces y estoy decidido a mostrarle mi sentir.

—Shura...

— Camus...

Ambos nos reímos porqué hablamos al mismo tiempo, yo seguía tomándolo de la cintura mientras él abría mi regalo.

— ¡Shura esto es hermoso!

— No más hermoso que tu.

Esto lo dije sin pensar, aunque al ver que nuevamente cerró la cajita y colocó sus brazos rodeando mi cuello me dejó totalmente sorprendido porqué fue él quien se acercó a mi rostro posando sus dulces y suaves labios sobre los míos.

— Bienvenido a la ciudad del amor.

Susurró entre ese tierno beso sin dejar de mirarme a los ojos.

— Contigo a tu lado es mucho mejor... Siempre te amé Camus y lo sigo haciendo.

— Entonces comencemos a escribir nuestra historia de amor — Me tomó de la mano, con la otra tomé mi maleta del suelo y empezamos a caminar entre la multitud.

— Tengo mucho que mostrarte... Gracias por estar a mi lado.

— Gracias a ti porqué siempre has sido lo que yo he soñado,  prometo amarte y enamorarte día a día porqué pienso quedarme aquí contigo Camus.

Nuestra historia de amor apenas comenzaba...

❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖
Un pequeño one shot para el cumple de Camus esta vez lo quise meter con Shura espero que haya sido de su agrado los quiero 💖💖💖💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top