CAPÍTULO 5

-- ¿Pequeño te has perdido?

Miro de nuevo a la mujer que acaba de hablarme. No se que decirle, estoy tan desconcertado. Los ruidos, luces y olores vuelven a intensificarse en mi cabeza aturdiéndome y evitan que pueda pensar con claridad.

-- ¿Ei te encuentras bien? ¿Donde están tus padres?

Sus palabras suenan alejadas, amortiguadas por todo el ruido que me rodea. Me tapo los oídos con las manos y me preparo para gritar en un intento de expulsar todo ese sonido de mi cabeza aun sabiendo que no tendré éxito. Sin embargo eso nunca sucede.

No sucede porque algo me desconcierta hasta el punto de hacerme olvidar todo lo demás. La niña me está abrazando. No se cuando se acercó a mi y me rodeo con su bracitos, pero me está abrazando.

Es una sensación agradable, no me siento tan solo y desorientado. La misma sensación que tengo cuando estoy con mi madre la tengo ahora con esta niña que de alguna forma a sabido apreciar mi sufrimiento y a decidido ayudarme de la única forma con la que soy capaz de calmarme: con una muestra de cariño.

-- ¡Peter! ¡Mamá, tía, está aquí!

Noto como me separan de los brazos de la niña y enseguida soy acogido por los de mi madre que me eleva para cogerme a colo.

Aprieto mis bracitos al rededor de su cuello y escondo mi cabeza en él. Todo el miedo que quedaba en mi se desvanece.

-- Menudo susto me has dado. -- Escucho murmurar a mi madre. -- Mi niño. -- Me besa en la cabeza.

Al cabo de un poco me separo de ella pero sin salir de su colo. Mi madre ahora está hablando animadamente con la mujer.

-- Pues no lo había reconocido enserio, está muy grande.

La mujer me mira con una gran sonrisa ahora viéndome como si ya me conociera.

-- Eh Peter ya no te acuerdas de mi ¿verdad? Cuantos años tienes, la ultima vez que te vi tenias 2.

Yo no respondo. No se que responder.

-- ¿Peter cuantos años tienes?-- esta vez es mi madre quien me pregunta insinuándome que se la respuesta.

Y entonces me acuerdo. Levanto mi mano separando bien los dedos para mostrarle los 5 a la mujer.

-- 5 años, ya estás hecho todo un hombrecito.

¿Un hombrecito? ¿Qué es eso?

Mi madre y la mujer empiezan a entablar conversación y mi tía no tarda en unirse. Pierdo el hilo por completo y me paro a contemplar como mis primos juegan mientras que la niña ahora se esconde detrás de su madre de forma tímida.

Mi madre en un momento dado pretende bajarme al suelo pero yo me aferro a su cuello. No quiero separarme de ella. No quiero volver a perderme.

-- Vamos Peter.

Suelto un grito y me aprieto más fuerte. No quiero bajar.

-- Peter venga que ya pesas.

Niego con la cabeza. Ella me empuja para que la suelte e intenta bajarme sin mucho éxito.

-- ¡Peter!

-- ¡NO! -- mi grito se escucha bien alto.

Empiezo a removerme incómodo al notar que estoy perdiendo fuerza. ¡No quiero bajarme!

Finalmente acabo en el suelo y llenado por la rabia empiezo a golpearlo con los puños y los pies mientras chillo con todas mis fuerzas.

Al cabo de un rato me calmo al quedarme sin fuerzas, me levanto y miro el semblante serio de mi madre. Se enseguida, por su expresión, que lo que he hecho está mal.

Me coge de la mano y echamos a caminar como si nada hubiera pasado, pero yo se que me he ganado otra estrella roja. Ya llevo muchas y eso me desilusiona.

Llegamos a una cafetería y mamá me sienta en una silla mientras el resto también se sienta.

Viene el camarero y todos piden, para mi mamá pide un ColaCao que no tarda en llegar con el reto de pedidos.

Pero falta algo, no tiene pagita.

Tiro de la manga de mi madre para llamar su atención y señalo el baso de leche con ColaCao.

-- Iré a pedir una pagita.-- murmura al comprender mi gesto.

-- Mmmmm majsdbd -- digo mientras niego con la cabeza y me señalo a mi mismo.

Quiero ir yo. Y sin mas me levanto y hecho a correr al mostrador donde veo que está el bote de pagitas, pero no llego.

Me pongo de puntillas estirando el brazo pero sigo sin alcanzarlas. Empiezo a desesperarme, cuando veo que alguien la coge por mi y me la da.

-- Toma.

Es la misma niña de antes que nos a acompañado hasta aquí.

Cojo la pagita y vuelvo a mi sitio. Cuando me siento veo que ella hace una mueca. ¿Esque acaso hice algo malo?

Pongo la pagita en mi baso de ColaCao y sorbo el contenido. Puedo observar como mis primos juegan con otros niños, la niña sin embargo está sola apoyada en la pared y mi madre, su madre y la tía están hablando en la mesa.

Acabo mi ColaCao y veo como mi madre saca del bolsillo mi cubo negro. Ese que tanto me gusta y calma mis nervios.

Me lo ofrece y yo con gusto lo acepto y enseguida empiezo a moverlo regresando a mi mundo que nadie entiende.



















Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top