CAPÍTULO 10
Miro por la ventana viendo como las cositas blancas caen, sin embargo ahora esto no me entusiasma tanto como lo hacia antes.
Me siento frustrado, aburrido...
Sigo esperando que llegue ese día al que mis padres llaman fin de año, pero no llega.
Ya han pasado tres días desde que Azanee se fue y aun no a llegado fin de año.
¿Cuánto quedará para que llegue ese día?
Quiero jugar con ella. Ella me entiende, a ella no le importa como soy ni por qué soy así. Ella me ayuda a entender las cosas.
Ella es mi amiga y quiero estar con ella, la hecho de menos.
La puerta está abierta así que puedo escuchar lo que acontece fuera de la habitación. El timbre del teléfono resuena en todo el pasillo y mi madre no tarda en cogerlo.
-- Hola, ¿que tal estás? Sí, ajá. Ya queda menos, sí. ¿En tu casa este año? Sí, es una buena idea. ¿Y como está tu niña?
Aguzo más el oído al escuchar lo último. ¿Estarán hablando de Azanee?
-- Sí, Peter también está ansioso por que llegue fin de año. Bueno entonces nos reunimos todos en vuestra casa ¿no? Vale, de acuerdo. Chao, hasta el jueves.
Mamá cuelga el teléfono y se va. Se vuelve a hacer el silencio.
Vuelvo a prestar atención a las cositas blancas mientras me pregunto una vez más. ¿Cuánto quedará para fin de año?
Me levanto y salgo de la habitación ya aburrido de estar allí.
Voy al salón y me encuentro a mi amigo Blacky en el sofá.
Me siento a su lado y él no tarda en subirse a mi regazo. Cojo el mando que está en la mesita de cristal y enciendo la tele para poner los dibujos animados.
Blacky se restriega contra mi barriga pidiéndome mimos y empiezo a acariciarlo con delicadeza.
Los dibujos tampoco satisfacen mi sed de diversión. Estoy aburrido, quiero jugar, pero no se a que.
Escucho los pasos de alguien y me giro para ver a mis primos caminando hacia el sofá.
-- Queremos ver una peli.-- Anuncia Justin.
Y sin más cogen el mando y le dan a un botón para pasar de TV a ordenador.
Me quedo mirando la pantalla viendo como la flechita blanca se posa en varios sitios haciendo aparecer cosas y más cosas distintas.
Entonces le da click a un dibujito y sale una pantalla grande. Empieza una película de dibujos animados.
Mis primos se ríen de vez en cuando, pero yo no le encuentro la gracia a ninguna escena.
Cansado ya de ver la tele salgo del salón y vuelvo a la habitación seguido por Blacky.
Quiero que llegue ya fin de año, quiero jugar con Azanee. ¿Es tanto pedir?
***
Todo resulta confuso y perturbador a mi alrededor. La estancia entera en la que me encuentro está formada por formas de miles de colores que se mueven mareándome.
Escucho las risas de los niños y sus voces agudas gritándome cosas como:
-- Tonto.
-- Niño de mamá.
-- Retrasado.
-- No sabes ni hablar.
-- Tonto.
Las palabras se mezclan unas con otras creando algo completamente incomprensible y perturbador. Me tapo los oídos con las manos y cierro mis ojos con fuerza al sentir el mareo que aun me provocan esas figuras de colores chillones que no dejan de moverse.
Suelto un grito y de pronto todo se desvanece.
Abro los ojos. Ahora me encuentro en el centro comercial. La gente camina de un lado para otro. Las piernas son larguísimas y por mucho que alce la cabeza no llego a ver el resto del cuerpo de las personas.
Noto como me empujan, me tiran al suelo, me pisan. Lloro, grito, pero nadie me hace caso. A nadie le importa.
¿Dónde está mamá? ¿Dónde está papá?
Me levanto y voy a buscarlos pero solo me encuentro con piernas y más piernas. Piernas que no tienen final.
Entre esas piernas empieza a vislumbrarse una luz parpadeante roja que emite un sonido desagradable.
Pierdo el equilibrio y me vuelvo a caer sintiendo como todos me pisan otra vez, sin darme importancia.
Creen que no siento dolor. Creen que no me duele su ignorancia. Que no se lo que piensan de mi. Se que soy un bicho raro, un niño anormal, pero no me merezco esto.
Vuelvo a llorar ante mi desgracia.
Y entonces la veo.
Ella está ahí con los brazos abiertos.
Azanee me mira con su gran sonrisa como siempre lo hace.
-- ¿Quieres jugar?-- Me pregunta.
Yo asiento, pero ella no parece entender mi gesto.
-- ¿No quieres jugar? Pues vale.
Se da la vuelta y empieza a caminar dejándome allí tirado.
Pero yo sí quiero jugar. Le he dicho que sí. ¿Por qué no lo ha visto?
Quiero que alguien me escuche. Necesito que alguien vea mi sufrimiento. Esto duele, duele mucho. No entiendo por qué me tratan así.
¿Es que acaso he hecho algo malo?
Suelto un grito de pura frustración esperando que alguien se percate al menos de mi presencia, pero siguen ignorándome. Siguen ignorando mi dolor.
Lloro y lloro, grito y grito pero esto no se acaba.
_______
El atronador sonido de la puerta al abrirse con brusquedad, que llega a chocar fuertemente con la pared, me despierta de mi horrible pesadilla.
Estoy tirado en el suelo al lado de la ventana. Al parecer me quedé dormido.
Siento mi cara húmeda y me percato de que he estado llorando, probablemente por ese horrible sueño.
Escucho las risas chillonas de mis primos que se detienen al verme.
-- ¿Peter estabas llorando?
Miro a Justin que es el que ha hecho la pregunta. Como es de esperarse no le doy ninguna respuesta.
Me levanto y me restriego los ojos con la manga para secármelos.
Miro por la ventana y me fijo en que ya es de noche así que me levanto y salgo de la habitación para dirigirme a la cocina.
Me siento, pongo los dibujos animados en la tele y espero a que mi madre o mi padre hagan presencia en la cocina para hacerme la cena.
Pienso en la pesadilla que tuve hace unos minutos y me estremezco.
Definitivamente es un hecho que necesito volver a jugar con Azanee.
Ojalá fin de año no tarde mucho en llegar.
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