CAPÍTULO 1
Miro por la ventana, esa ventana que tanto me fascina.
Observo como un coche de color rojo entra por el portal de casa y se dirige al garaje.
-- Peter.
No tardan en aparecer, tras la puerta del garaje, la silueta de una pareja seguida por unos niños que no paran de correr inquietos.
-- Peter.
Sin duda alguna serán muy ruidosos y, a pesar de que ahora no los escucho gracias al insonoro cristal de la ventana, se que en cuanto entren no tendré ventana alguna que me proteja de sus abrumadores chillidos.
-- Peter.
Siento una mano posarse en mi hombro con suavidad y me giro para ver a mamá con una sonrisa. Al fin a conseguido captar mi atención.
-- Peter ven conmigo a la puerta.
Me deja tomarme unos minutos para recapacitar la información de lo que me a dicho y sonrío cuando lo entiendo.
Me levanto y ella me toma de la mano para llevarme hasta la entrada.
No tardamos en oír como llaman a la puerta y cuando mi madre abre toda la estancia se llena de ruido que me desequilibra por completo.
Dos niños entran corriendo, haciendo resonar sus zapatos con gran estruendo contra el suelo y chillando. Una pareja aparece justo después y la mujer pega un grito que me revienta los tímpanos, para abalanzarse a estrechar a mamá en un fuerte abrazo.
Todo es un caos. La puerta se cierra de un portazo, los niños siguen persistiendo con su jaleo y la voz chillona de esa mujer me perfore mi sentido auditivo.
Me tapo las orejas, presionando mis manos contra ellas con fuerza, y pego un grito que provoca que todo el jaleo desaparezca.
Ahora puedo sentir las miradas de todos puestas en mi. Igual que pasa siempre en el colegio o en el parque con otros niños, me miran como si yo fuera un bicho raro.
No se como reaccionar ante esto. Solo dejo de taparme los oídos, apartando las manos de estos, y los miro a todos como si nada hubiera pasado.
Lo único que quiero es volver a la habitación que tanto me gusta, a mi ventana. Allí donde no hay ruido, ni olores, ni colores chillones. Allí donde me siento tranquilo y en paz.
-- Ei ¿cómo está mi sobrino favorito?
El hombre se acerca a mi y me sacude el pelo, cosa que me molesta y me aparto con brusquedad.
Mamá me vuelve a sujetar la mano aportándome seguridad.
-- Chicos venid aquí.-- Dice entonces llamando a los niños que entraron antes.
Ellos obedecen y van a su encuentro con algo de resignación.
-- Este es vuestro primo Peter ¿Os acordáis de él?
Asienten con la cabeza, aunque puedo notar que no se ven muy interesados en el asunto. Quieren seguir jugando a su bola.
-- Vale, quiero que os portéis bien con él. Sed buenos. Y tampoco quiero que armeis tanto jaleo en casa. Si queréis brincar, afuera.
-- Vale.-- dicen al unísono.
Se van corriendo haciendo resonar sus zapatos de nuevo.
Mamá me coge en brazos y me lleva hasta la habitación que tanto me gusta dejándome frente a la ventana. Me da un beso en la mejilla y se va cerrando la puerta tras de si y dejándome solo, como yo deseo estar.
****
Miro esas bolas de colores que mamá me a puesto delante. Arrugo la nariz y hago una mueca de frustración al no lograr comprender como separar las bolas. Se lo que tengo que hacer, pero no se como hacerlo.
-- Venga Peter, ya lo has hecho otras veces. Solo tienes que poner las bolas amarillas con las amarillas y las azules con las azules.
Su explicación se me hace incomprensible. No soy capaz de distinguir las amarillas de las azules, para mi son todas iguales, colores mezclados que hasta me marean.
Me desespero y decido deshacer todo con una sacudida de manos mientras pego un grito por la frustración. Las bolas salen disparadas en todas direcciones del suelo.
Mamá suspira y me mira con pena. Su expresión seria me indica que lo que he hecho no le a gustado, que está mal.
Sin duda alguna me he ganado una estrella roja por mi mal comportamiento. Esto es aun más frustrante.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top