Una rubia de 18 años, recién graduada observo a una adolescente de 14 quien dejaba caer algunas lagrimas.

-ent..entonces ¿se termino?- pregunto mirando al piso la mas joven.

-si- aseguro la mas alta, mirando hacia otro lado.

-b...buen..o- titubeo y salio corriendo la de cabello oscuro.

-ni siquiera se despidió- susurro la rubia, quien cerraba los ojos intentando contener las ganas de llorar que tenia; ella fue la que le termino a la mas pequeña, no al revés, ¿por que lo hizo?, para la rubia solo era una experimentación, pero se encariño, se enamoro de la niña seria, pero ahora era muy tarde para redimirse.

-tal ves- susurro -tal ves, me equivoque- soltó un sollozo ahogado, para después irse.

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Una señora recordaba con melancolía aquel día, entonces vio a su hijo de unos meses de nacido, sonrió dulcemente al verlo, el padre del niño era el señor Gabriel Agreste, estuvieron casados dos años, estuvieron, pues recién se divorciaron.

El pequeño empezó a llorar.

-ssshh, ssshhs, pequeño, tranquilo mami esta aquí- decía mientras mecía a su hijo.

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Ahora se encontraba saliendo del funeral de su ex-marido,murió cuando un automóvil lo atropello, los abogados le explicaron que el señor le dejo toda su fortuna a ella y al pequeño Adrien quien aun contaba solo con dos años.

-ah, también dejo que usted eligiera si quería conservar a sus empleados mas confiables, su secretaria y su chófer- termino el abogado.

La rubia solo asintió, estas eran muchas presiones para una semana.

Al llegar a la antigua oficina de su ex-esposo, ella se sentó a esperar al chófer y a la secretaria, recién ella y Adrien acababan de mudarse y el niño se encontraba durmiendo, cuando escucho un ¨tock tock¨.

-pase- dijo la señora.

Pasaron a la sala un señor corpulento, que ella asocio de inmediato con un gorila y una mujer seria, de cabello negro, un mechón rojizo y ojos azules. Oh, señor, era su enamoramiento de colegio.

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Después de terminar aquella ¨platica¨, ya que ella les hacia preguntas como: ¿quieren seguir trabajando aquí?, y ellos se limitaban a asentir o negar, no cruzo ni una sola palabra con ellos.

-puede retirarse señor, señorita, debe quedarse para explicarme unas cosas- los dos asintieron con la cabeza y el chófer salio de la oficina.

La sala quedo en un silencio incomodo.

-ho..hola- dijo nerviosa la rubia.

-que necesita que le explique- dijo indiferente la de cabello negro.

Ese tono indiferente le dolió a la mujer mas alta.

-supongo que me lo merezco- susurro.

-.......- la otra mantuvo su pose.

La mayor se fue acercando a la mas pequeña, quien se quedo rígida.

-me alegra verte- dijo, para después besar suavemente los nudillos tensos de la mas joven.

Un pequeño sonrojo invadió la cara de la mujer estoica, quien retiro sus manos y salio por la puerta, aun con un sonrojo pequeño.

-mi Nathalie- susurro con una pequeña sonrisa Emilie.

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Hola aquí les traigo otra historia de este shipp, que por alguna razón me encanta.

Nota: aquí Emilie también es Agreste, pero no era familia de Gabriel.