Noviembre 2022

Ya llevo aquí tres semanas. El tiempo está pasando muy rápido y siento que no estoy disfrutando al máximo la oportunidad. Como si estos 3 años fueran a pasar enseguida y no pudiera ni saborearlo. Mejor voy a empezar a ser positiva y no perder la fuerza. En estos casos mi ritual es recoger la casa mientras veo vídeos de gente que hace eso mismo, me dan tanta paz. Luego como no, seguir el consejo de mi abuela, dejar frases en el espejo que me recuerden todo el día lo que valgo. Se creyó tanto su consejo que me regaló 15 tarjetas escritas por ella de cosas por las que se enorgullece de mi, la amo tanto y la estoy echando tanto de menos. Espero poder ir en Navidad una semana o dos para verla.

Camino a la academia, quedé con Luccia en la plaza frente a mi parada de bus. Cada vez pierdo más esa barrera y confío en ella. Es una chica muy agradable y se la ve de muy buen corazón, espero que no me falle como me ha pasado otras veces.

-Hola guapetona. ¿Qué tal llevas el madrugar? -dije con la intención de entablar una conversación, que por una vez yo había iniciado.
-Pues lo llevo mal la verdad, yo estaba acostumbrada a las clases por la tarde. Donde me acostaba a las tantas y me despertaba justo para llegar a clase.
-Madre mía. -empecé a reír haciendo que ella se contagiara de mi risa y así entramos a nuestra primera clase.

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-Alumnos, como cada año, la empresa Ducati nos invita a su exposición anual, además de que este año se celebra la victoria del campeonato de MotoGP por parte de la marca. Debido a esto, en el rectorado nos hemos visto obligados a recompensar su trabajo bien hecho y por ello, a modo de concurso deberán entregar una investigación en el departamento sobre algunas obras de la exposición. Este concurso será para todos los alumnos de la carrera de Historia del Arte. Por ello, los 4 ganadores, independientemente del curso en que estén matriculados, podrán asistir a esta gala. Bien, dicho esto cuentan con 2 semanas para la ejecución, una semana para nuestro veredicto y finalmente en diciembre podrán asistir a la exposición. Tengan mucha suerte, confiamos en ustedes.

-¿Vas a participar en el concurso? -me preguntó Luccia mientras íbamos a mi piso.
-Por supuesto, amo la MotoGP y me encanta la marca Ducati, desde pequeña he soñado con ver una carrera en vivo con mi padre y el poder estar delante de quien dirige la marca es una gran oportunidad que no voy a desaprovechar.
-Ojalá te toque ir tía, lo has dicho con tanta ilusión que pienso que eres la que más se lo merece. Tú irías a disfrutar, no a presumir delante de nadie y eso es lo que más importa. -sentenció la morena, sincerándose.
-Muchas gracias Luccia de verdad, aprecio muchísimo tu apoyo. -la abracé mientras andábamos, lo cual provocó las risas nuestras y de varios compañeros por intentar mantener el equilibrio mientras intentábamos ir rectas.

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-Tía sal ya, vamos a dar una vuelta al centro. Llevas aquí encerrada todo el fin de semana, así no vas a disfrutar nada de la ciudad.
-Ya lo sé Luccia, pero tengo que hacer esto lo mejor posible. No me gustaría quedarme a las puertas cuando puedo trabajar todo lo posible.
-la joven italiana, desesperada empezó a tirar de mi cuerpo y apartar el portátil. -Por favor te lo pido Amelia, deja eso ya porque te vas a bloquear más estando todo el rato aquí que despejándote un poco y salir conmigo a mirar tiendas. Han abierto un Tiger nuevo, seguro que te encantará.
-Vale, vamos al Tiger. Me han convencido.
-Ya sabía yo que te iba a gustar. -cogió mi brazo y nos preparamos para salir.

Después de 2 horas fuera, volvimos a casa con un montón de cuadernos y chorradas de decoración para llenar la casa. Luccia me pidió quedarse a dormir y no podía negarme. En todo este tiempo me había ayudado en todo y la debía mucho.
-¿Al final que pieza has escogido?
-Estoy dudando entre un cartel o las decoraciones de un casco. Pero algo vistoso, eso seguro.
-Seguro que lo vas a bordar.
-Muchísimas gracias, de verdad. ¿Qué hubiera hecho estas semanas sin ti?
-Conocer a otra persona mucho más interesante. -bromeó ella.
-Ni de coña. Como tú no hay nadie. -la abracé mientras empecé a tirarla hacia el sofá para que se sentara conmigo a ver una peli.

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Era el día de la entrega y no podía estar más nerviosa. Ojalá que pudiera ir a la exposición por mi trabajo. Sería tan feliz. ¿Te imaginas que conozco a gente del mundo de la MotoGP? Me muero solo de pensarlo.
-Bien, todos los trabajos han sido entregados y en una semana diremos los 4 elegidos. Alea iacta est ahora todos a clase. -la rectora salió de la clase dando paso al profesor de arquitectura y dejándonos con todos los nervios a flor de piel.

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-Y eso ha sido todo Margaretta. Ojalá pueda ir a la exposición. Sería fantástico.
-Cariño, si tú quieres ir y de verdad has demostrado que te encanta de lo que hablas, seguro que irás. La gente nota cuando habla desde el corazón o cuando hablan por interés. Te lo digo yo que he vivido y visto mucho en el hospital. -razón no le faltaba, algo me había contado y la verdad daba miedo como la gente podía ser así en un hospital. -Te voy a poner una vela para que se cumpla lo que sueñas y voy a rezar mucho. -mi cara era un cuadro, soy atea, por lo tanto no creía que eso fuera a funcionar. -En mi familia siempre se ha hecho cuando deseas algo con todas tus ganas, es más costumbre que fe. No te asustes.
-Confío en ti. Si no lo consigo te abro los grifos. -conseguí hacerla reír y mientras se iba saltó.
-Como se te ocurra hacer eso no irás porque te mataré yo misma. Buenas noches cariño, descansa.
-Igualmente Margaretta.

Amelia estaba descubriendo lo que la vida en Turín le deparaba y a ver si tiene suerte para cumplir si pequeño sueño. Y lo que eso pueda conllevar.

Ya está aquí el segundo capítulo. Estoy muy emocionada con la historia y de momento lo de dos capítulos por semana lo estoy cumpliendo. Veremos más adelante jajajjaja.
Gracias por pasaros a leer los capítulos y espero que os quedéis para los siguientes. Os quieroooo