Si te prometo algo, lo voy a cumplir siempre

Luccia y yo estábamos en casa y me encontraba haciendo la maleta para irme a España, no podría ver a Pecco antes de irme porque todavía quedaban 2 carreras antes del parón de verano y me daba mucha pena no poder abrazarle. Sigo haciendo la maleta y me encuentro una camiseta suya, que robé del paddock. Ponía su número en el pecho y por la espalda había una imagen de su casco, la verdad es que me enamoré de la camiseta y no pude evitar robarla, además olía a él.

-Llévatela que te hará falta -dijo su amiga-. Y esto también -me entregó un paquete.

Lo abrí y era un taco de fotos impresas de nosotras dos en todos estos meses. Los días de compras, el parque, los miniviajes y el GP de Italia. Todo maravillosos momentos que me haría falta estas 3 semanas en España. La abracé y lloramos en el hombro de la otra.

-Gracias por todo tía. Eres lo mejor de Turín.

-¿Mejor que Pecco?

-Tía -me separé de ella-, mejor que Pecco, una amiga como tú no la supera el mejor novio del mundo. Una cosa es mi mejor amiga y otra el mejor novio.

-Te amo -volvió a abrazarme.

....

Pasamos la tarde recogiendo y limpiando el piso. Hasta que llegó Nicola y nos ayudó a hacer la comida. Comimos viendo la tele y era oficial, en dos horas me llevarían al aeropuerto para volver a casa. Estuve hablando con Pecco y me preguntó cuando me iba, prometiendo que me llamaría. Llamaron al timbre y al recoger el paquete que me entregaron, Pecco hizo una videollamada.

-Hola a todos -saludando a los tres.

-Hola amore, ¿qué es esto?

-Ábrelo y lo sabrás. Antes de irte, que quiero ver tú reacción -cogí el paquete y empecé a rajar la caja.

-Pecco, ¿qué es? -preguntó Luccia.

Saqué el contenido y vi el trofeo de la carrera, quedó segundo y me acordé de lo que le dije el domingo: Gracias por todo Francesco, te amo. Queda en Top 3 y tráeme ese trofeo a casa.

-Pecco -empezando a llorar- ¿me has dado tu trofeo?

-Amore -afectado por mi voz-, claro que me he acordado, te lo prometí.

-Te amo mucho enserio -dije colocando el trofeo en mi escritorio-. Esto se queda aquí hasta el final de los tiempos.

-Te amo, bellezza.

Hablamos un rato más los cuatro y me fui al aeropuerto con Luccia y Nicola. Merendamos en un restaurante cercano y caminando nos encontramos a unas fans de Pecco que me reconocían por las fotos que él publicaba y que Ducati reposteaba.

-¿Eres Amelia verdad? -preguntó una chica.

-Si cielo.

-Buah, eres guapísima y pegas mucho con Pecco. Te sigo en tu cuenta de datos de arte y me encanta como hablas -desde que empecé la carrera iba a museos o grababa vídeos diciendo curiosidades de obras de arte y edificios.

-Muchísimas gracias -la abracé, nos hicimos una foto y se fue-. Soy famosa ya -reí junto a mis amigos.

....

Subí al avión con lágrimas en los ojos. Iba a echar mucho de menos mi vida en Turín. Mi vuelo se basó en leer y ver las fotos de mi galería y las que me regaló Luccia, no podía parar de pensar en lo que iba a echar de menos mi vida. El levantarme con mi café riendo con Nicola, irme a cualquier sitio con Luccia y disfrutar de cada romántico lugar al que Pecco me llevara, junto a todo ellos poder estar los 4 juntos pasándolo bien y poder ir a los Grandes Premios.

Llegué al aeropuerto de Madrid y tras coger las maletas no puedo evitar pensar en el momento en el que me encontré con Pecco cuando vine en Navidad. Esa confusión de maletas y ese abrazo y beso que me dio. Mis padres me esperaban junto a la puerta de embarque y mi cara al verlos se iluminó. Corrí hacia mi padre y le abracé muy fuerte, él me agarró y casi nos caemos.

-Me alegro mucho de verte peque. Te echaba de menos.
-Y yo a ti papá -le besé la mejilla.

Mi madre nos miraba con recelo. Siempre me he llevado mejor con mi padre, me enseñó a amar la MotoGP y a vestir como quiera así que le debo mucho. Entre ello que sus conocimientos de MotoGP me han servido para conocer a mi novio.

-Yo también te quiero mamá -la abracé y ella besó mi mejilla.

....

Tras 4 horas de viaje llegamos a Asturias y hoy cenábamos en casa de mi abuela. Tenía muchas ganas de verla, ella es quien más me ha apoyado y quien me animó para apuntarme a la beca de estudiar en Turín. Como la cuente que tengo novio se va a morir.

-Abuelaaa. Guapetona.
-Ay ay. Mi niña -se levantó corriendo para abrazarme-. Ay por favor, que has venido ya. Te quiero tanto -no paraba de besarme.
-Te he echado mucho de menos abuela.
-Lo importante es que estas aquí. ¿Estás bien? -asentí-. Pues eso es lo que más me importa cariño.

Abracé a toda la familia que había podido venir y todos ayudamos a poner la mesa. Cuando nos sentamos a cenar mi madre preguntó a todos los primos por los estudios para que nos interesáramos en las cosas de los demás.

-Amelia hija -dijo mi tío-. Te va bien en Turín por lo que veo en tus redes. El novio bien supongo -mi padre se atragantó.
-Emmmmm.
-Amelia no tiene novio chicos.
-Si tengo mamá, desde hace 4 meses ya.
-Si claro, quien.
-Le conoces, y papá le ha visto muchísimas veces -mi padre entendió a quien me refería y estaba feliz que hiciera caso de su consejo.
-¿A sí? -contestó mi madre muy prepotente.
-Pues si. Porque mi novio es piloto de MotoGP -enfadada con su tono me levanté de la mesa y fui directa al coche.
-La que has liado, primer día que está la niña aquí y ya la has tratado mal -dijo mi padre.
-Como si fuera mi culpa.

Perdón por tardar pero ya estoy aquí con un nuevo capítulo. Bienvenidos a la familia de Amelia donde ella va a tener que aguantar mucho y Pecco tendrá que ayudarla a sobrevivir. Gracias por las 1K de lecturas, os quierooooo

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