Que me quedo para siempre

El día en barco ya pasó y ahora de vuelta a Turín para arreglar un poco el piso. Después de días en los que Luccia me había tenido fuera casi todo el día y Pecco se quedaba a dormir por lo tanto no podía casi ordenar y mi casa ya pedía a gritos una limpieza. Encontré un montón de cosas que me habían enviado mis padres de hacía mil años, les pedí que me fueran enviando mis cosas, porque yo lo siento pero quiero vivir en Turín para siempre.

-Hola guarra, ¿qué haces?
-Hola cuñada jaja. Aquí en casa.
-Estamos comiendo en casa de mis padres y ellos ya se van con unos amigos, ¿Podemos subir a tu casa? -me pidió Carola mientras se oía a su familia de fondo.
-Venga anda, así me ayudáis a recoger.
-Y una mierda tía, Amelia para eso no voy.
-¿Amelia? -preguntó Pecco a su hermana.
-Que sí pesado, que estoy hablando con tu novia. Anda vamos a su casa -se oye cómo Pecco sale corriendo de casa de sus padres y espera a Carola en la puerta-. Mírale que majo el niño, si se pone todo contento -dijo como si fuera un perro y le acarició la cabeza, Pecco se enfadó y yo me reí por el teléfono.
-Venga que os abro.

Cinco minutos después llamaron a la puerta y subieron los hermanos. Carola se lanzó a mis brazos y Pecco me abrazo para después besarme.

-Menos besos y más recoger, dime qué hay que hacer -Pecco y yo nos reímos ante la respuesta de Carola.
-Si te diera a ti el beso no te quejarías -respondió su hermano.
-Pero te ha besado a ti así que déjame quejarme en paz.

Me acerqué a ella y agarré su cara para besarla. Dejé un pico en sus labios y me aparté. Su cara era un cuadro y Pecco no pudo aguantar la risa, Carola intentó lanzarse otra vez pero me quité corriendo.

-Quieta ahí, eres Bagnaia pero no mi tipo.
-Oye maja que yo soy un partidazo -Carola se rió y me pegó en el hombro.
-Pero no eres su tipo Carol, ya te lo ha dicho -Pecco me abrazó por detrás y besó mi mejilla.
-Ala que habéis venido a ayudarme, coged una caja y lo que veáis muy mal a la basura.
-Ostia cuantas cosas amore -dijo Pecco cogiendo una caja.
-Ya, me lo han mandado todo mis padres desde Asturias...
-¿Pero si vas a volver para que te traes todo?
-Porque me voy a quedar a vivir en Turín después de la universidad, no voy a volver a España.

Carola miró a su hermano y ambos me abrazaron muy fuerte. Todos teníamos en la mente que en dos años me iría de Turín y habría que ver cómo seguir viéndonos.

-¿Enserio te quedarás? -preguntó Pecco con lágrimas en los ojos.
-Sí, estudiaré para sacar la plaza en el museo de la universidad tras graduarme... -vi sus ojos húmedos y me dio mucha pena- Amore, pero no te pongas así.
-Pensé que te irías después de la carrera y que sería mucho más difícil vernos. Me alegra que hayas decidido quedarte.
-Estar aquí me hace feliz. El ambiente, el país, vosotros -dije abrazando a mis hermanos favoritos-. Me encanta Turín.
-Bueno, te gusta un turinés -dijo Carola riendo.
-No cielo, estoy enamorada de un turinés -Pecco me miró y nos besamos. Era verdad, el amor había sido un punto clave para quedarme, además de lo que me encanta Italia y los amigos que había hecho. Luccia la mejor, Nicola un amor y mi grupito de MotoGP eran mi mayor sueño. No cambio mi vida en Italia por nada ahora mismo.

....

Pasaron dos días y quedé con Pecco y los chicos de MotoGP para tomar algo. Quedamos en un bar con reservado para poder estar tranquilos y empezamos a pedir nuestras bebidas hasta que Luca habló:

-Oye Amelia, ¿tú vienes a la boda verdad?
-¿Boda? No sé de qué me hablas Luca.
-Pecco tío, no me jodas que no se lo has dicho.
-No la he dicho... -su cara se puso blanca y sus ojos se abrieron como platos- Ostia verdad, perdonad -me miró y cogió mi mano-. Luca y Marta se casan la semana que viene aprovechando el descanso. Así que... ¿quieres ser mi más uno?
-Joder Pecco, un poco más y me lo dices la mañana de antes -reí para después alzar mi brazo y acariciar si barba de manera cariñosa-. Claro que seré tú más uno cariño.

Todos nos reímos por el despiste de Pecco, a saber lo que tenía en la cabeza para no acordarse de preguntármelo. Capaz que llegaba el día de la boda y se iba sin decirme nada.

....

Luccia y yo estábamos en el centro comercial mirando ropa para la boda de Luca y Marta, su condición fue que fuera de color azul pastel, el resto ya era cosa nuestra. No tenía ni idea de que llevar, vestido, traje, mono... Esto era demasiado para mí, por eso me traje a Luccia para ayudarme. Una hora después encontramos dos opciones estupendas. Un vestido con la espalda abierta pero una cuerda en el medio para atarlo, la falda lisa y un poco suelta y para rematar de tirantes con el cuello un poco pegado, era de ensueño.
La otra opción era un traje de pantalón y chaqueta, bastante cómodo con un body blanco de encaje. Mira que a mí me cuesta decir esto pero con los dos estaba preciosa. Mandé una foto por el grupo de las chicas con la condición de que no llegara a Pecco, quería sorprenderle. Todas me dijeron que estaba preciosa con cualquiera, pero al final me decidí por el vestido. Si iba a sorprender a Francesco Bagnaia, iba a hacerlo a lo grande. Pagué el vestido y fuimos corriendo a casa para dejarlo bien guardado, nuestra prioridad es que si Pecco venía a casa, que no viera nada de nada. Menuda sorpresa se iba a llevar este el día de la boda. Hasta Marta tenía ganas de ver su cara, yo creo que más o menos las mismas que casarse.

Esta vez he tardado menos en actualizar eh??? JAJAJJAJA. He podido sacar este capítulo más rápido y estoy contenta por ello, que no quiero dejar esta novela muy abandonada. Os quieroooo

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top