No te disculpes, porque no hace falta

-Amelia, ¿puedo pasar? Traigo hielo para tu muñeca.

El silencio habla por si mismo, pero un único ruido hace que la persona del otro lado de la puerta, sepa que ya estoy lista para que me apoyen en este gran golpe. El cerrojo de la puerta había sido liberado y todos lo habían oído, todos sabían que por fin estaba lista para que se hablara del tema.

Luccia entró y cerró la puerta tras de ella, caminó hacia mi cama y cogió mi brazo con delicadeza mientras ponía el hielo en este y amarraba el trapo en mi muñeca para no tener que agarrarlo. Ese pequeño gesto de cariño hizo que algo en mí se rompiera otra vez, ese cuidado, ese cariño hizo que una tirita se soltara y procedí a abrirme, me tumbé en su pecho y empecé a sollozar, se me oía desde el salón y sospechaba que los chicos no sabían como reaccionar, si entrar o quedarse allí hasta que saliera Luccia y dejarme tranquila, finalmente optaron por esperar a que me desahogara. Volviendo a mi habitación, esa cueva que en la última hora y media me había desplazado al abismo más oscuro, Luccia no para de apretarme hacia ella y acariciar mi espalda.

-Soy la peor, me lo advertiste muchas veces y no te escuché -gimoteé. -, no te hice caso y ahora he montado todo esto.

-No es culpa tuya cielo, nada es tu culpa.

-Si te hubiera hecho algo, yo, yo... No quiero ni pensarlo.

-Estamos bien, tranquila. Ahora estás a salvo y te vamos a cuidar, Nico, Pecco y yo. Todos vamos a estar aquí siempre que lo necesites.

-No creo que Pecco que quiera hablar conmigo.

-No digas eso, es el que más te quiere. Mira como te ha protegido.

-Le he jodido bien jodido, le han grabado amenazando a Angelo y seguro que en cuanto se suba a la red va a ser viral y va a tener muchos problemas con Ducati. Todo porque una simple fan creyó que sería muy guay salir con su ídolo.

Luccia me apartó de sus brazos de un golpe y me agarró de los hombros. -Ni se te ocurra volver a decir que eres una simple fan, y menos para Pecco. En estos meses os habéis demostrado ser una gran pareja y es obvio que entre vosotros se ha creado un vínculo inquebrantable. No quiero decir que sea amoroso, porque no es el tema ni la ocasión, pero tía, tú no viniste a Turín para huir de España, tú viniste a Turín porque estabas destinada a conocer a Francesco Bagnaia. A conocerle, a compartir tu vida y la suya y quien sabe a que más, lo que si que es seguro es que no te vas a ir de aquí sin él a tu lado. Turín es tu casa y nosotros tu familia. No lo olvides nunca.

-Te quiero mucho Luccia -me lancé a sus brazos y volví a llorar. -no te merezco, de verdad que no.

-No digas tonterías, sin ti nosotros no estaríamos aquí, quedando con el campeón de MotoGP y viendo Pretty Woman mientras comemos tallarines. Eres nuestro pegamento.

-Un poco defectuoso el pegamento eh. -bromeé.

-Eres perfecta, así con tus problemas y tus movidas. Igual que nosotros.

-Voy a ir al salón.

-Vale cielo, ánimo.

....

El silencio reinaba en la casa y aunque el ambiente se había calmado porque yo estaba mejor, Pecco y yo teníamos una tensión, no mala, pero había que hablar. En la sala y me senté a su lado. Él preocupado por mi estado, se apartó y buscó mi mirada para comprobar si estaba mejor.

-Pecco, tengo que hablar contigo. Siento haberte metido en todo este lío, ahora en el trabajo tendrás muchos problemas y yo te he hecho mucho daño.

-No sigas por ahí, -me cortó. -no me has causado ningún problema. Me han llamado del trabajo y sí, me iban a echar la bronca pero al contarles la situación, se han relajado y han hecho un comunicado de prensa. En las siguientes entrevistas me hablarán del tema, pero con tal de haberte protegido, estoy más que feliz. Eres muy importante para mí y no iba a consentir que se gilipollas te fuera a hacer daño. - se fijó en mi brazo y con una delicadeza casi divina, tocó mi brazo y susurró. -¿Estás bien?, ¿es muy grave?

-Me duele, pero Luccia me ha atado este trapo con hielo y la verdad alivia bastante. -me apoyé en su hombro y suspiré. -Me alegra que estemos bien, que no te hayas enfadado por toda esta movida.

-No puedo enfadarme contigo. Te quiero muchísimo como para enfadarme. Eres lo mejor que me ha pasado desde que hace 3 meses gané el mundial. No tengo mucha suerte con las amistades, pero tú has sido la excepción de la regla. Me has hecho conocer a Luccia y a Nicola y, junto a ti, ellos son unos amigos increíbles que no pensaba tener. Obvio que quiero a Enea, a Marco y a Valentino, entre otros; pero también me gusta este nuevo Pecco, el que es una persona sin fama, un chico cualquiera con sus 3 amigos.

-Me encanta ser tu amiga y haberte conocido.

En la cocina Nicola y Luccia estaban haciendo la cena, mi favorita, para consolarme y mimarme un poco más. Unos tallarines a la carbonara que llevaba oliendo desde que estaba en mi habitación.

-Les doy un mes como máximo.

-¿De qué hablas Nico?

-De Amelia y Pecco. Les doy un mes para que confiesen que están enamorados. Se nota de lejos que tenías razón. Amelia y Pecco están destinados a estar juntos, a quererse y amarse sobre todas las cosas y cuanto antes se den cuenta, mejor.

-No creo que Amelia quiera una relación ahora mismo.

-Tienes razón, pero también Amelia sabe como es Pecco y como la va a tratar. Además, si en algún momento se le ocurre, te lanzamos a ti, que mira como te has puesto con Angelo.

-Calla -río- , no puedo dejar de pensar en lo loca que me he puesto antes de que vinierais. Si me hubiera quedado sola, le hubiera tirado una silla.

-Eso demuestra que quieres muchísimo a Amelia y ella te quiere muchísimo también. Sois las mejores amigas que toda la facultad envidia.

-Qué exagerado tío.

Hasta aquí otro capitulín más. Muy contenta de la evolución de esta historia y de como me estoy conteniendo para que Pecco y Amelia no se coman la boca en el capítulo siguiente JAJAJAJAJA. Como siempre muchísimas gracias por las lecturas, los votos y los comentarios, hacéis que me esta historia avance y me anime a seguir con esta historia de amor. Os quierooooo



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top