No puede ser verdad
Madre mía, que mañana es la exposición. Dios mío, ¿qué me voy a poner? ¿De qué manera llegaré antes a la galería, taxi o bus? ¿Y si pido a los otros compañeros que me lleven? Estoy muy nerviosa.
—Amelia reina, sal del baño. Que me meo jajaja. —ese es Nicola, mi compañero de piso. Lleva aquí casi una semana y no puede ser más majo. Con Luccia se lleva muy bien, aunque ya me ha dejado en claro que nunca le caerá tan bien como le caigo yo, esta chica es un misterio.
—Perdóname de verdad, estoy tan nerviosa que no sé donde tengo la cabeza.
—Tranquila. ¿Es por lo de la exposición de tu uni? —asiento y procede a dejar un beso en mi frente. Ay cariño, tienes que relajarte. Te aconsejo que lleves algo cómodo pero formal, como un traje amplio, que veo que son de tu estilo. Ya de paso un poquito de corrector y un eyeliner como siempre y apañada. Eres preciosa y no necesitas nada más que ser tú misma cielo.
—Muchas gracias de verdad. ¿Me ayudas a elegir el traje? Los que tenemos que ir a la exposición no vamos a clase y prefiero estar preparada aunque empiece a las 17:00.
—Déjame mear y te ayudo encantado jajaja.
—Perdón. —me sonrojé y fui a mi habitación.
....
—Tía estas preciosa. —Nicola no paraba de adularme y mirame, lo cual me ponía muy nerviosa. No estoy acostumbrada a que la gente me mire tanto.
—Amelia, como no impactes a alguien esta tarde, voy allí y les obilgo a mirarte. Estás guau, me he quedado impactada.
—Gracias Luccia, de verdad que muchísimas gracias a los dos. No sé qué hubiera hecho hoy sin vosotros.
—No agradezcas Mel. —ambos contestaron, nunca me habían llamado Mel pero ese día les salió solo y me pareció muy cuqui.
....
Había quedado con los demás ganadores en la puerta de mi casa, ya que uno de ellos tenía coche y pusimos rumbo a la exposición. No podía estar más nerviosa. La sala estaba a reventar y cada cual más formal. No sabía si había venido muy adecuada para el evento.
—Disculpe, ¿es usted Amelia González? —un señor que intentaba hablar español se acercó a mí.
—Si, soy yo.
—Permettimi di congratularmi con te per il tuo lavoro sulla Ducati 60. È uno scritto incredibile che rende giustizia a una moto del genere. (Permítame felicitarla por su trabajo sobre la Ducati 60. Es un escrito increíble que hace justicia a una moto como esa).
—Grazie mille signore. —tanta frase me había dejado un poco desorientada, hace mucho que no hablo italiano y como Luccia y Nicola hablan español no he tenido que esforzarme.
—Perdone, mi español no es molto bene.
—Non preoccuparti.
Ya me había picado la curiosidad. Necesitaba buscar mi trabajo y ver cómo había quedado. Si el señor me había felicitado por algo sería. Después de 10 minutos buscando en las paredes, resulta que estaba en el centro de la exposición, junto a la pieza de la que trataba. El señor me había reconocido porque había una foto mía junto al escrito, a modo de identificación por parte de la universidad. Ahora la vergüenza subía a mis mejillas a una velocidad que ni yo misma creía, mi trabajo estaba en medio de la sala, osea que todo el mundo se iba a fijar en él y si me reconocían vendrían a decirme algo como hizo ese señor. Madre mía que vergüenza.
Esperé a que todo el mundo fuera al salón de actos para hacer un par de fotos para mis padres, no quería hacer fotos delante de todo el mundo.
Ya en el salón de actos, mi mente no se terminaba de creer que estuviera aquí. En el escenario estaban nada más más nada menos que Luigi Dall'Igna, director general de Ducati Corse, junto a Enea Bastianini y Francesco Bagnaia. Esto definitivamente es un sueño. Entre el público reconocía a mi héroe desde que soy pequeña, Valentino Rossi y también a su hermano Luca Marini y a Marco Bezzechi. Estoy eufórica y también muy nerviosa.
Luigi estaba dando un discurso en un perfecto italiano, como es obvio, hasta que dijo algo que llamó mi atención:
—... dar también la enhorabuena a los seleccionados de la Academia de Bellas Artes de Turín. Sus trabajos son magníficos y sin duda destacan entre la multitud, podrán encontrar sus investigaciones en la Ducati 60, los planos del sistema Desmo, la Ducati 916 y la Cucciolo. Les invito a leerlas y entenderán lo que les digo.
Todos empezaron a aplaudir, oseaaa. Que mis pilotos favoritos me estaban aplaudiendo por mi trabajo, no supero.
Después del discurso todos los asistentes salieron hacia la exposición y continuaron viendo las obras. Algunas personas se acercaron a nuestros trabajos y venían a alagarnos en pequeños grupitos. Hubo un momento en el que se acercaron a mi 2 personas pero no me dijeron nada. A lo mejor cambiaron de idea pensando que no les entendería o algo. Se acercó a mí Luigi Dall'Igna osea flipando me encuentro. Dijo que mi trabajo le había fascinado. Confesó que la Ducati 60 era una de sus piezas favoritas, y para que negarlo. Tenía ese característico color rojo y su forma era muy estilizada dando lugar a una moto ligera, elegante y rápida. Era pura tecnología Ducati.
....
Salí un rato a tomar el aire aprovechando que uno de mis compañeros salió a fumar y llamé a mis padres. Los dos habían reaccionado a las fotos y esperaban que les contara todo sobre la experiencia. Estuvimos hablando un largo rato hasta que un guardia me dijo que aprovechara para ver algo más porque iban a cerrar dentro de poco.
Como no, me acerqué a la parte de MotoGP y le hice fotos a la exposición, donde me quedé mirando y leyendo todo lo que pude en la sección de este año, donde se celebraba la victoria de Bagnaia. Saqué unas cuantas fotos al casco y a la moto y me fui a otra parte.
Lo que no sabía es que el dueño de esos objetos llevaba tiempo mirándome desde lejos, justamente desde que vio a Rossi felicitarme. Aunque de eso no me enteraría hasta tiempo después.
La exposición estaba apunto de cerrar, como mucho quedaba media hora. El salón de actos estaba cerrado y algunas partes de la sala también. Estaba concentrada leyendo los trabajos de mis compañeros cuando alguien me sobresaltó hablando en mi oído...
Buenoooo, dejo el capítulo con toda la intriga y aunque no hayan hablado, Pecco por fin sale en la novela, por lo menos ha compartido oxígeno con Amelia en un mismo recinto. Espero que os esté gustando y ya prometo que en el siguiente Amelia y Francesco se conocerán. A Amelia le dará algo como es normal, porque claro quien no se quedaría moñeca si Francesco Bagnaia se acerca a hablarte. Pues obviamente morimos.
Os quieroooo
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