No me tomes enserio
Este capítulo es +18, avisadxs estáis
Acabábamos de dejar a Marco en su habitación del recinto de la boda y nosotros nos dirigimos a la nuestra para descansar. El camino se hizo un poco incómodo, lo que en nosotros no era lo habitual porque estar juntos era genial hasta en silencio. Pecco andaba con las manos en los bolsillos y sus ojos se movían del suelo a mirarme y viceversa. En cambio yo estaba jugando con mis manos y me rascaba de vez en cuando el dorso de estas.
-¿Estamos bien verdad? -solté yo mirando al frente y sin venir a cuento.
-Claro amore, ¿por qué preguntas?
-Nos noto raros después de lo que ha dicho Marco.
-La verdad es que a mí me ha dejado un poco frío -¿frío? Osea que no se imagina un futuro conmigo aunque sea mínimo. Me quedé callada y me hice pequeña en ese momento.
-Ya ya, lo entiendo.
Entramos en la habitación y yo me empiezo a desmaquillar y a quitar los accesorios para irme a la cama. Siento la mirada de Pecco fija en mis movimientos y se sienta en la cama. Paso por delante de él para dejar las cosas y le dedico una pequeña sonrisa que hace que vuelva a su ser. Me muevo a mi lado de la cama donde tengo la maleta, y cuando empiezo a quitarme los zapatos, siento las manos de Pecco aferrarse a mi cintura y pegándose a mi espalda.
-¿Estamos bien? -susurró en mi oído.
-Tú lo has dicho, ha sido el comentario de Marco.
-Osea que estás bien, ¿no?
-Si amore, estoy bien -seguí quitándome el vestido y sus manos se colaron por mi espalda.
-Fíjate que no te creo, y creo que estás así por mi comentario -me quedé parada en seco pero supe recomponerme y me giré para verle.
-No es que me haya dolido pero he entendido que te ha dejado frío porque no te imaginas ese futuro conmigo, aunque solo sea un poco -hice mal pero me aparté, estaba un poco sensible con eso y no quería joder el día con eso.
-Amore no, no te alejes así -me agarró el brazo y me pegó a su pecho. -Claro que quiero un futuro contigo. Dije que me quedé frío porque no me esperaba que Marco dijera eso. Siento que voy muy rápido si digo lo que pienso pero Amelia, quiero todo contigo. Quiero una boda, quiero niños, quiero que me acompañes a las carreras, quiero ir a mil museos contigo, quiero todo contigo, y cuando digo todo es to-do.
Ahora sí que me había quedado tiesa. Esta declaración no me la hubiera esperado ni en años. Subí mis manos a por su pecho y las posé en su cuello.
-Ahora la que está fría soy yo -me burlé un poco -. Amore, te amo muchísimo. No me esperaba esta declaración por tu parte pero yo también quiero todo contigo. No quiero perderte cuando he conocido a lo mejor que tengo.
Sus manos buscaron mi mejillas y las trazó con su pulgar. Sonrió al ver mi reacción y nos acercó aún más. Su cara era perfecta, es perfecta. Me puse de puntillas ya que al quitarme los tacones me sacaba mucha altura y le besé.
Mis manos trazaron su pecho, quitando los botones de su camisa y haciendo que me parara de vez en cuando a trazar su pecho con mis manos, suspiraba en mis labios y eso no hacía más que encenderme.
-Pecco... Te necesito mucho.
-Amore, no sigas por ahí. ¿Estás segura?
-Bájame las bragas y verás lo que te necesito.
Su cara era un cuadro ahora mismo. Se apartó de mí y no sabía cómo reaccionar, hasta que me quité el vestido y este cayó al suelo, dejando mi cuerpo desnudo solo llevando bragas y ahí ya Pecco se volvió loco. Desabrochó su pantalón y se deshizo de él lo más rápido que pudo. Cuando acabó, agarró mi culo y me tiró a la cama.
—Mamma mía Amelia tu sei bellisimma —agarró mis muslos y los separó para tumbarse entre ellos. Besó cada milímetro de mi cuerpo, cada tatuaje y cada curva—. Tus complejos me encantan aún más. Tus curvas, tus muslos... Tu estómago. Madre mía Amelia, como te quedaba ese vestido. Llevo queriendo quietártelo desde que te vi en la misa —miró hacia arriba—. Perdóname Señor pero esta hermosa chica es lo más bonito del mundo —miró hacia abajo—, y quiero comerla enterita.
Yo me quedé de un aire, agarré su mano y empecé a chupar sus dedos.
—Peca Francesco, cómeme entera.
Sus ojos se pusieron muy oscuros y se lanzó a mis labios. Nos besamos dejando rastros de saliva por nuestra cara. Agarraba su pelo y sus hombros para evitar que se separara de mí y que siguiera ahí.
—Peccoooo...
—Dime Amelia. Pide por esa boca que tanto me gusta.
—Te necesito...
Él bajó su mano a mis bragas y las quitó, acarició mi interior y sonrió.
—Estás muy pero muy mojada amore.
—Es lo que causas Pecco, todo por tí.
Se agachó y lamió mi coño desesperado. Se levantó y agarró un condón.
—Otro día no dudaría en comerte hasta que me mojes entero, pero como ya te he dicho, te llevo queriendo follar desde la misa.
—Aaaaaah, hazlo Pecco. Follamé.
Sin pensarlo, se puso el condón y se metió dentro, y madre mía que sensación. Se quedó quieto un rato y luego ya se empezó a mover aún más. Agarraba mis pechos y los apretaba para lamerlos o morderlos de vez en cuando. Yo no podía parar de gemir y seguro que toda la planta del hotel nos estaba oyendo.
—Pecco, Pec... oooo.
—Estoy muy cerca Amelia. Muy cerca....
Mordí cuello y bajé mi mano a su culo para profundizar sus embestidas hasta que los dos nos corrimos y él se derrumbó en mí.
—Te amo, muchísimo — acarició mi cara y depositó pequeños besos en mi cara.
—Te amo Francesco.
Nos metimos entre las sábanas y él se abrazó a mi pecho.
—Ya lo he dicho pero quiero que me creas. Quiero todo contigo, que me veas ganar carreras, que me acompañes a los eventos, que gane un mundial junto a ti, que nos casemos, que tengamos niños, que me enseñes cada museo del mundo. Lo quiero todo contigo Amelia González, todo.
—Yo quiero estar hasta el fin de mis días contigo Francesco Bagnaia.
Soy la peor escritora de la historia. Con el trabajo no tengo tiempo casi en tener ideas y escribir, pido perdón por demorarme tanto en actualizar, de verdad que lo intento. Os quiero mucho a los que seguís aquí. Sois el mejor público. Os regalo este capítulo picante para compensar, os quierooooo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top