Mis sentimientos deberían importar

Este chico cada día me sorprende más, dos semanas casi sin vernos y cuando coincidimos es por un momento como este. Luego me dice que me ama y yo también se lo he dicho, pero no entiendo lo que está pasando. Siempre me quedaré con esa duda hasta que uno de los dos decida hablar. También tendría que aclararme mis propios pensamientos. Dije que no quería saber nada del amor pero claro, no contaba con que Pecco lleva a mi lado muchos meses y que yo empecé con Angelo para aparcar mis sentimientos por el piloto, porque no quería parecer un fan aprovechada. Si estaba enamorada de él, cosa que todavía tenía que descubrir, quería hacerlo de verdad. No por interés. Estaba claro que Luccia y Nicola me apoyan, pero la decisión es mía y ahora mismo no sé que hacer. Estoy en un gran debate: me arriesgo y me declaro, teniendo en cuenta que si me corresponde puede que rompamos por su trabajo o por otros temas ; o por el contrario me callo lo que siento y sigo como si no pasara nada.

Llegamos a casa de Pecco y la verdad flipé. Vivía en las afueras pero su piso era impresionante, un gran salón que recibía a las visitas y una cocina tan blanca y limpia que incluso pensaría que no la ha usado nunca. El comedor contaba con unos grandes ventanales y eso iluminaba toda la planta. Pude ver que tras la cocina, había un pequeño pasillo que llevaba a dos habitaciones bastante grandes, y en sus paredes un montón de recortes de revistas y periódicos de sus victorias y de algunas piezas. Empecé a recorrer ese pasillo leyendo cada noticia mientras Pecco y Turbo se quedaron en la cocina para alimentar al animal. La puerta de su dormitorio estaba abierta y como la curiosidad mató al gato, asomé mi cuerpo por el marco de la puerta y allí lo vi. Recuerdo que después de la exposición, me dijeron que alguien había comprado la portada que diseñé para el trabajo, e incluso me hicieron una transferencia, y allí estaba. Esa persona misteriosa que compró la imagen fue la persona que me felicitó por ganar y por mi trabajo después de admitir que se había leído las 20 páginas de su contenido. Estaba flipando. Este chico es maravilloso, cada día me quedaba más claro que Pecco era un hombre especial, romántico y detallista como los que ya no quedan y por desgracia no encontramos ni debajo de las piedras, pero yo lo encontré y éramos muy amigos.

—¿Te gusta? — oí a mis espaldas mientras apoyaba su cabeza en mi hombro — Lo compré el día de la exposición antes de leerme tu trabajo. Me gustó el diseño y ya más tarde me enteré de todo el rollo de la Academia.

—¿Todo el rollo? — pregunté riéndome.

—No quería decir que fuera un rollo, yo — empezó a apartarse de mi hombro — ...

—Tranquilo — le corté — , te entiendo perfectamente. Me encanta que fueras tú quién lo comprara.

—¿Sabías quién fue?

—Que va, me llamaron para ingresarme el dinero. Ni nombres ni nada.

—Las vueltas que da la vida, te compré el cartel y ahora estamos aquí después de casi 4 meses conociéndonos.

—Quién me diría a mí que iba a conocer a mi piloto favorito y ahora iba a ser una persona tan importante en mi vida —me giré para verle y estaba muy cerca, demasiado diría yo, pero no era incómodo.

—Me ha encantado conocerte Amelia González.

—Igualmente Francesco Bagnaia. — este chico la distancia no sabe lo que es, pero me parece muy raro que me sienta tan cómoda con él estando tan cerca, pero es que estoy muy agusto a su lado.

—Eres la mejor Amelia — cogió mi barbilla y me acarició los labios con su pulgar — te debo toda la alegría que ha entrado en mi cuerpo desde que te conozco.

Me acerqué a él mucho más y agarré su muñeca para que no quitara la mano de mi cara y le sonreí. Era ahora o nunca, hacerle saber mis sentimientos o dejarlo ir. Nos fuimos acercando el uno la otro y yo pasé mi otra mano por su cuello, acariciando algunos rizos del turinés por el camino y este me respondió con una risa ronca que me encantó. Su mano avanzó hacia mi mandíbula y me acercó a su cara. Cada vez estábamos más cerca y justo antes de que me lanzara a sus labios, Turbo empezó a ladrar como si nos estuviera buscando hasta que nos vió en la puerta de su habitación.

—Turbo, te quiero — susurró Pecco — pero o te callas o te echo de casa para que no me estropees el momento.

Me reí y volví a acariciar su cuello para acercarme a él. —No serías capaz de echarle.

—Puede que no pero no me importaría por esto.

Eso fue la señal, agarré aún más fuerte su cuello y le acerqué a mí. Estábamos nariz con nariz, mirándonos a los ojos, analizando cada pequeño detalle de la cara del otro y justo en el mismo momento, como una conexión eléctrica que nos activó a ambos, nos miramos a los ojos y bajamos la vista nuestros labios. Yo pasé la lengua por mis labios con nerviosismo mientra él mantenía esa sonrisa que llevaba dos años conquistándome por la tele y que ahora podía admirar siempre que quisiera.

—Amelia... yo, no quiero que pienses que me aprovecho.

—Calla Pecco, llevo queriendo esto desde que te conocí, ahora mismo me la pela que seas famoso o que a mí me hayan tratado del culo.

Me aferré a su cuello y le acerqué a mis labios. Por fin le había besado, tenía sus labios sobre los míos y no paraba de pensar en cuanto llevaba queriendo este momento, en las palabras de Luccia, los ánimos de Nicola, la reacción de mi padre y su aliento a que fuera feliz. Ahora era feliz, esta tarde había sido feliz por primera vez en mucho tiempo, el rato en el mercado apreciando cada pequeño detalle, estar con Turbo en el parque y descubrir que Pecco era su dueño, que me diga que me ama, llegar a su casa, lo del póster y ahora esto. Mi vida había vuelto a tener el mismo brillo que cuando llegué y todo gracias a él. El beso era suave y delicado, él bajó su mano a mi cintura y me recargó en la pared para poder apoyarse mejor, de vez en cuando dejaba pequeñas caricias en mi piel y yo seguía agarrada a su cuello mientras acariciaba los pequeños rizos que caían, sin duda mi adicción en estos momentos. Sin duda esto era lo que me merecía después de ese golpe en mi vida, era maravilloso.


Por fiiiin, que ganas de haber llegado a este momento. Desde que empecé la novela este momento ha cambiado mucho de dirección pero estoy muy contenta con este resultado. Ese momento íntimo de ambos tras la situación del parque y la tranquilidad de Pecco al ver que Turbo estaba bien. Se viene que estos dos hablen de sentimientos pero ya más adelante. Recuerdo que en TikTok tenéis algunos visuals de momentos de la novela en mi cuenta ficsxia. Os quierooooo






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