Nos detuvimos en un motel. ¿Te acuerdas? Lleno de gemidos y mugre, pero al fin y al cabo cómodo para que descansaras un poco de un viaje tan ajetreado.

Esa tarde dormías dulcemente mientras que yo en la sala instalaba un provisional estudio fotográfico para experimentar con las luces y las sombras; la noche se avecinaba y debía aprovechar la luz natural del atardecer.

Justo cuando daba los toques finales, escuché tus pasos a mis espaldas. Dejé de inmediato la cámara y me acerqué a la mesa que tenía a dos pasos donde un plato con una Hamburguesa te aguardaba.

Ojalá hubiera podido alimentarte mejor...

—La cena —anuncié tendiéndote el plato. Lo tomaste, con el rostro bajo—. Sí, yo sé que eso no es saludable, pero apenas aprenda a cocinar te haré algo mejor. Lo prometo.

Me retiré hacia la cámara sin detenerme a oír alguna respuesta. La luz estaba por expirar debía darme prisa si...

Un sollozo. Tuyo. Vuelvo la cabeza, y veo lágrimas en tus ojos.

— ¿Por qué? —Preguntas, acercándote y colocando la hamburguesa en la mesa de nueva cuenta—. ¿Por qué haces todo esto por mí? 

Caminaste hasta ponerte frente a mí. Tus ojos estaban llenos de tribulaciones y de horror.

De amargura.

Parpadee con fiereza.

—Porque... —me relamí los labios y sonreí, sintiéndo las lágrimas agolparse en mis ojos debido a lo fuerte del sentimiento—. Porque... Yo... —coloqué una mano en tu barbilla, acariciándola con el dedo pulgar; tus lágrimas quemaron mi mano, llenándome de dolor—. Porque yo te quiero, Gisselle. Aunque tú no me quieras a mí por el patán que he sido.

—Yo también te quiero —suspiraste, tan bajo, que no estuve seguro de haberte oído.

— ¿Cómo dices? —me acerqué para captarlo mejor. Tu aliento quemaba ya mi mejilla.

—Bésame —pediste en el mismo tono, cerrando los ojos—. Y convénceme de que todo esto es cierto.

Vi tu rostro. Cerré los ojos y te besé poniendo mi joven alma en cada movimiento.

¿Cómo no hacerlo? Te habías convertido en mi nuevo hogar, porque donde quiera que estuviéramos, si estaba junto a ti,

me sentía en casa.