Humanos

Parte I.

Los fines de semana conducía sin fin hasta las cuatro de la mañana. Y volvía a casa con diez cigarrillos menos en la cajetilla, ojeras en el rostro, y unas cuantas fotografías. Volvía a casa, con el vacío dentro de mí, pero sonriendo. 

¿Era lo que importaba, no?

Aquel sábado, eran las dos de la mañana. Me gustaba pasearme por los vecindarios a esa hora, porque siempre había algo nuevo que ver. Nunca terminaba de sorprenderme  lo que ocurría en aquella pequeña ciudad.

Y esa noche, no fue la excepción.

Mi corazón se detuvo al escuchar un grito. Apreté el volante, mientras me acercaba al origen de lo que parecía una pelea. El aire removió mis cabellos, y no me dejó ver bien lo que ocurría en el descuidado jardín de aquella casa. Por suerte, alcancé a divisar una silueta que salía corriendo del jardín. Detrás de la silueta, apareció una mujer mayor de aspecto sucio y rostro desquiciado.

━ ¡No vuelvas nunca, desgraciada! ¡Mal agradecida! ━y lanzó una botella de licor en su dirección. Ésta se estrelló, y sólo pude ver como se fragmentaba en varios pedazos en la acera.

La mujer volvió a entrar a la casa. Durante un instante no supe que hacer, ya que nadie salía de las casas. Decidí seguir mi camino, pero no sabía que en mi camino estaba ella.

Lloraba, sentada en la esquina de una calle. Era difícil no reconocerla. Probablemente, sí fuera más supersticioso, habría creído en el destino.

Me detuve junto a ella. Y sin bajar del auto,  la observé con fijeza. No podía dejar de suspirar y agitarse. Hice una mueca, pensando en mi propio malestar de todos los fines de semana, y pensé que no podía compararse a aquel de ninguna forma.

━ ¿Vamos por una hamburguesa? ━Le pregunté en voz alta. Las ventajas de tener un descapotable.

Alzó la cabeza, asustada. Tenía los ojos hinchados, como yo, cuando volvía a casa.

━ ¿Qué haces aquí? ━Me preguntó con voz en un hilo.

━Buscaba algo de compañía ━repliqué━, vamos por una hamburguesa. Tengo cigarrillos. Y brandy.

Todo lo que una persona necesitaba para olvidar su realidad.

━No, gracias. No tengo... ━volvió la cabeza, avergonzada, antes de decir dinero.

━Sólo móntate en el puto auto. No tienes nada mejor que hacer, ¿o sí?

Me preguntaba sí tendría donde pasar la noche al verla con el pijama puesto, supuse que no. Me vio, con desconfianza. Claro, yo también desconfiaría de mí después de tanto daño causado. 

━No te haré nada malo. Sólo quiero llegar al restaurante con compañía para que no piensen que soy un estúpido ━aunque era mejor llegar solo que con ella.

Resignada, se levantó de la acera y tomó asiento en el auto del copiloto. Ahí se sentaba siempre Sierra.

━ ¿A dónde vamos? ━preguntó, quitándose las lágrimas.

Arranqué el auto, pensativo. No deseaba ver su rostro dolido. Era una fotografía a la cual aún no me acostumbraba.

━Por una hamburguesa. 

━ ¿Y después?

Busqué un cigarrillo en mi cajetilla.

━A ningún lado.







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