Un error para ella


Narra Damián

Me encuentro sin palabras, ambos nos encontramos sin ellas, silenciosos, solo escuchando la lluvia caer, y con dificultad nuestras respiraciones agitadas. No puedo asimilar todavía lo que acaba de pasar.

Siento como Coral se remueve a mi lado, se levanta de la cama quejumbrosa y la sigo con la mirada viendo como camina hasta mi escritorio en busca de lo que quedó, siento dolor en mi pecho por como lo hace, como si lo necesitara verdaderamente aun en un momento como este, ya se encontraba drogada, ambos lo estábamos, pero ella parece no querer estar ni un poquito sobria.

— ¿Por qué? — me quejo apoyándome de mis codos para levantar la mitad de mi cuerpo.

— Porque sí — es lo que me dice antes de venir caminando hasta a mi, y mi cara de desilusión rápidamente se va y es reemplazada por una de deseo, y ganas inagotables, y es que ella luce fabulosa en ese estado, aun agitada, con sus pechos cubiertos apenas por sus cabellos azules y esa falda aun cubriendo su feminidad de mi. Mi miembro se levanta una vez mas sin aviso, y su mirada se va hasta ahí con curiosidad, deja de hacerlo al instante, pero sigue acercándose, y no espero demasiado para tomarla de las caderas y acercarla a mi.

— ¿Te gustó? — tengo que preguntarle aun cuando conozco la respuesta.

— ¿Tu que crees? — está siendo sexy y me coquetea, sonrío fascinado, mucho mas cuando sus dedos agiles van al botón de su falsa y se deshace de ella, quedando al fin completamente desnuda para mi, tal como me encuentro yo. Se aferra de mis hombros para entonces sentarse a horcajadas sobre mi y mientras acaricia mi rostro con delicadeza y deseo me susurra contra los labios. — Llévame de nuevo — siento que me vengo, aferro sus nalgas encantado, y gruño antes de posicionar mi miembro en su entrada y sostenerla de las caderas para que ella misma me entre en su interior con mi ayuda, ambos jadeamos cuando eso pasa, y disfruto el privilegio de lamer sus pechos mientras la follo, los chupo, los saboreo, y sentir como se endurecen mas y mas en mi boca es fascinante, esta chica es fascinante.

Cogimos toda la noche y la madrugada, y mierda que fue maravilloso venirme por ella, sentirla acabar por mí, porque le gustó cada cosa que le hice y posiblemente le guste tambien yo, eso de repente comienza a mortificarme demasiado, pero he tratado de ignorarlo mientras la tenia gritando mi nombre pidiéndome por más, eso sin duda fue fabuloso. Cogimos como conejos por toda la habitación, en mas de una posición, mientras el mundo parecía acabarse afuera, y dentro de mí se sentía igual sin dudar.

Nos quedamos dormidos alrededor de las cinco de la madrugada, el sol comenzaba a salir y ambos estábamos exhaustos, ¿Quién iba a decir que detrás de esa carita tan seria iba a encontrarse una mujer tan candente, tan fogosa? Nunca en mi vida me imaginé verla en el estado en la que la he visto, y si muero hoy lo haría feliz.

A la mañana despierto agotado, y aun asi al recordar la noche anterior deseo más. Me muevo a mi lado en busca de quien me regaló la mejor noche de mi vida, su ausencia a mi lado se siente fría, y termino apoyándome de mis brazos angustiado, buscándola con la mirada por la habitación tan fría, pero a quien encuentro es a mi papá, de pie junto a la puerta, con ambos brazos cruzados y en sus labios esboza una risa que deja ir en el momento en que lo veo con incredulidad.

— ¿Buena noche? — me pregunta burlón y le miro con incredulidad, no puedo creer que haya escuchado algo, sí la hice gritar bien fuerte, pero por la tormenta los sonidos son casi imperceptibles.

— Sí, muy buena — admito con decepción, al darme cuenta de que Coral se ha ido, espero haya llegado bien a su casa, pues con esta lluvia es una tarea muy difícil conducir, más para ella que nunca ha sido buena en eso.

— Coral Thompson entonces — comenta mientras camina a mi armario y viene con unos pantalones de chándal para mí, los tomo y me los coloco dejandome sentado en la cama, asintiendo a lo que me dice y su expresión no podría definirla como tal. — complicado — murmura sentándose a mi lado. — ¿Te gusta en serio? Es una chica con una vida complicada — voltea a verme y yo hago lo mismo, curioso por lo que me dice.

— ¿Qué sabes de ella? Tienes que decirme papá — le insisto.

— Que no tiene buena relación con sus padres, es una chica rebelde según ellos han mencionado, y me preocupa que te lastime, tienes cara de que ella fácilmente podría hacerlo —

— Es buena chica, estoy seguro que eso de que cada cosa que hace, lo que dice y como se comporta tiene alguna razon y estoy casi cien por ciento seguro de que los responsables de que sea asi y de que no se lleve bien con sus padres es culpa de ellos — lo sé, siento que la conozco mas de lo que ella y cualquiera se imagina.

— Estás perdido — papá se ríe de mi antes de levantarse y se marcha despues de preguntarme si quiere que me traigan el almuerzo a la cama, ya son las dos de la tarde y sinceramente no tengo nada de hambre. Me niego a lo que me dice y me levanto apurado caminando por mi en busca de mi celular, ¿Por qué carajos Coral se fue sin avisarme? Encuentro el aparato abatido al no encontrar ningún mensaje suyo, ¿y si no le gustó? ¿y si cuando acabó el efecto de las drogas pensó que yo me aproveché de ella? Mierda y es que me olvidé completamente de que estábamos drogados, tal vez no estuvo bien hacerlo en ese estado, ella suele ser muy ajena de todo cuando está bajo efectos de la moly, pero mierda que se veía consciente, mas que nunca, lo disfrutaba.

Le llamo una y mil veces y no me contesta en ningún instante, me rindo por unas horas y me entretengo en mi celular, hablando con mis amigos por los grupos de WhatsApp, estan disfrutando de la tormenta, pero yo no puedo hacerlo, no la puedo sacar de mi cabeza, no puedo parar de pensar que me odia por lo que hicimos.

Agobiado termino levantándome de la cama, yendo al armario por unos jeans un abrigo y una chaqueta impermeable para que me cubra de la lluvia y del frio, culmino con mis botas y tomo mi celular antes de salir de ahí. Aun huelo a ella, y de ser por mi no me bañaría en años solo para conservar ese olor tan fascinante, aun tengo su sabor en mi boca. En la sala papá me mira confundido, sorprendido y hasta se ha puesto tartamudo, intenta decirme algo pero no lo dejo, nada podría detenerme de buscarla justo ahora, con esta tormenta pensaba que se quedaría conmigo mas tiempo.

Las cosas con papá han mejorado bastante, me enteré que habló con uno de sus amigos que es psicólogo y además tiene cuatro hijos, dos de ellos de edades similares a la mía, eso le hizo bastante bien, parece que ese hombre le hizo ver que no estaba tan mal que le ocultara una cosa como esa, y desde entonces ha dejado de parecer tan decepcionado de mí, eso me ha aliviado muchísimo, las cosas poco a poco han vuelto a ser como antes y eso me tiene muy feliz, pero al recordar por qué y por quien me encuentro saliendo de casa en medio de la tormenta los buenos pensamientos desaparecen de mi cabeza.

Se convierte en una verdadera odisea conducir con tanta lluvia y tiniebla, pero lo logro, y agradezco que nuestras casas no se encuentren tan lejos, apenas llego estaciono mi coche afuera y permanezco en el auto analizando el perímetro, no hay guardias en la entrada y descubro que hay gente en la casa por las luces encendidas de la sala y la silueta de un señor paseándose por ahí, su padre. Le marco al celular y no me contesta, le envío un par de mensajes y tampoco lo hace, le llamo una y mil veces más, y en ninguna me contesta, pienso en bajar, pero no quiero ocasionarle problemas, y tal vez con lo que pasó anoche ella necesite tiempo, supongo tengo que esperar a que se decida a hablarme, y mierda que parece una misión imposible...

Una semana despues, la semana mas larga y agónica de mi vida, la tormenta verdaderamente fue terrible, pero lamentablemente no derrumbó la escuela como tanto desee, y ya que no hay razones para faltar a clases toca ir, y conozco a mas de uno emocionado por eso. Tengo que admitir que yo soy uno de esos, nunca había deseado tanto ir a la escuela como ahora, la única razon es que deseo con ganas fervientes volver a ver a Coral, ha desaparecido completamente de mi vida en esta semana, no me ha contestado los mensajes y ha ignorado mis llamadas como toda una profesional, necesito enfrentarla y que me de sus razones.

Me levanto de la cama y voy por un baño, uno caliente que me libere de tanta tensión, pero no lo logro, no lo he logrado en una larga semana. Al salir, me coloco un bóxer negro, unos jeans del mismo color, una camiseta azul y una chaqueta del mismo color, pero mas oscura, mis botas y tomo mis cosas antes de salir apurado para el colegio.

— Buenos días papá — me detengo cuando lo descubro en el comedor, con el periódico de hoy en una de sus manos y en la otra una taza con café.

— Buenos días, Romeo, te esperaba para desayunar — sigue con eso, me ha llamado asi toda la semana, ha sido testigo de lo mal que la he pasado al no saber nada de Coral, pero que me llame asi me mortifica más que nada, no me gusta sentirme asi.

— Papá — ronroneo — ¿vas a seguir con eso? — me siento sin muchas ganas de detenerme a desayunar, pero me toca.

— Pareces muy emocionado por hoy, ¿Qué será? — le miro casi boquiabierto y explotar en una carcajada es inevitable, está loco.

Me ha tocado ignorarlo todo el desayuno, no se ha cayado diciendo cada cosa, y cuando al fin acabé Salí corriendo de ahí hasta mi coche, donde volvieron las ansias, la desesperación, y pronto me encontraba conduciendo apurado por la carretera que me guía hasta el colegio, tenía la esperanza de encontrarla en el camino como habia pasado un par de veces, cuando ni siquiera estábamos cerca de hablar, pero no pasó, tampoco en el estacionamiento de la escuela vi su coche y no he podido por culpa de eso concentrarme en las dos primeras horas de clase, ha sido terrible tener que aguantar todo ese tiempo, y lo peor era la insistente de Selena, esa chica no se cansa, sí, cogimos un par de veces, pero eso era todo, no me gustaba, nunca lo ha hecho y siempre se lo he dejado claro, no entiendo como puede seguir insistiendo aun.

— Chicos no pueden olvidar estos enlaces, esto les ayudará a identificar a que nomenclatura pertenece, y por tanto a sacar calificaciones excelentes en los exámenes parciales — el profesor de Química termina su clase dejando una ostentosa tarea para mañana mismo, cosa que dudo hacer, no tengo cabeza para tareas y mucho menos esas bobas nomeclaturas y demás.

— Damián ¿en serio no piensas contarme nada de porque has estado tan raro todos estos días? parece que la tormenta te dejó traumatizado, y eres un terrible amigo al no querer contarme que carajos te pasó, si yo te cuento todo — Henry viene detrás mío apenas salimos de clases, ha insistido toda la mañana al igual que Selena y los demás, pero ni muerto le contaría ni siquiera a él lo que pasó con Coral, ella no es esa clase de chica que me gustaría presumir de esa manera, ni siquiera me imagino contándole a mi amigo que cogimos como salvajes aquel miércoles, el miércoles más perfecto de mi vida, él se moriría si se enterara, de hecho sigue creyéndome completamente fuera del alcance de una simple amistad con ella, quien sabe si despues de esto pase algo más, algo mucho más interesante y perfecto.

— ¿Por casualidad has visto a Coral hoy? — le pregunto sin dejar de caminar por las zonas en las que me la habia encontrado anteriormente.

— Me preguntaste lo mismo toda la semana, ¿Qué pasa con ella? ¿está perdida? ¿o solo lo está de ti? Me parece que te estás obsesionando con la gótica insoportable — ya no me parece tan divertido que la llame asi, como pequeñas cosas como esas me doy cuenta de lo mal que estoy.

— ¡Responde! — le pido apurado.

— Esta mañana, llegó súper tarde y apurada, me pasó por el lado y como era de esperarse me ignoró magistralmente ¿Qué raro no? — me sigue y se ríe burlón de su propio chiste, es un completo tonto, pero termino esbozando una risa mientras me imagino la escena, esa es su especialidad.

— Muy raro — le sigo el juego y me rio. — nos vemos despues, en la clase de letras, tengo que hacer algo importante — me despido de él cuando recuerdo ese lugar donde la habia visto un montón e veces entretenida con su cámara, posiblemente si se encuentre allí, y no tardo en ir por ella. Camino por los jardines de la escuela y pronto allá, junto a ese árbol tan bonito la encuentro a ella y siento en mi pecho una sensación tan cálida cuando la veo, carajo siento que pasó un año, y verla despues que la ultima vez que lo hice estaba sobre mi cama, desnuda y agitada despues de haber cogido como salvajes es verdaderamente extraño y satisfactorio, fue mía, la hice mujer, mi mujer.

Se encuentra muy concentrada de rodillas junto al árbol, su cámara cubriendo su cara y sus delgados dedos sosteniéndola mientras el lente apunta a algo en el suelo, posiblemente algún bicho raro como ella, pero en buenos términos la imagino como tal. Sonrío fascinado admirando lo bonita que luce, como siempre, bueno, mas que de costumbre, y lo peor es que no tiene nada diferente hoy, tal vez haberlo hecho con ella la ha hecho mas atractiva para mí. Trae unos jeans aguados, y una grande camiseta negra, nada que me podría hacerla desear como lo hago, además de lo adorable que luce dentro de esas ropas de tallas más grandes, su cabello rubio comienza a dejarse ver, es raro que aun cuando no se cuida demasiado siempre luce perfecta, y es que su simple presencia lo es.

Me acerco cuando no puedo evitarlo más, no quiero interrumpir su concentrada sección, pero en serio necesito que hablemos, y mientras más rápido lo hagamos mucho mejor.

— ¡Coral! — le llamo caminando apurado hasta estar más cerca de ella, cuando escucha mi llamado levanta su cabeza espantada y rápidamente se levanta intentando huir de mí, y no entiendo nada, parece enojada conmigo y eso me confunde más, hasta donde sé lo que hicimos no fue forzado y las ultimas palabras que la escuché decir eran jadeos de fascinación por lo bien que la habia pasado conmigo. — ¡Oye! Espera, ¿Por qué huyes? — la alcanzo sujetándola fuerte de la muñeca, sentir su piel bajo la mía se siente de maravilla, esto en serio me está asustando demasiado.

— Suéltame, déjame ir — jadea intentando sacarse de mi agarre, ni siquiera es capaz de dirigirme la mirada.

— ¡Dime que te pasa! ¿Por qué has huido de mi toda la semana? ¡dime! Hasta que no lo hagas no te dejaré ir — le veo amenazante, buscando a toda costa que ella me vea a mí.

— No quiero verte — gruñe mientras continúa forcejeando conmigo.

— No... no te entiendo ¿Qué hice mal Coral? Explícame por favor porque he tratado de entender, de excusarte toda la semana y no lo logro porque en serio me tiene confundido, estuvimos juntos, estabas bien, lo disfrutaste tanto como yo, y de repente desapareces asi, sin darme ninguna explicación, me estoy volviendo loco por tanto tratar de entenderte — le suelto, viéndole con verdadera angustia, cubro mi cara con mis manos estresado y termino pasándolas por mis cabellos, despeinándolo.

— Sí hiciste algo malo — me grita en la cara, viéndome por primera vez en todo el rato, y cuando lo hace su ceño se suaviza, se relaja y ahora parece muy abatida — Hiciste no, Hicimos. — se corrige a si misma en un susurro casi inaudible, mientras cubre su cara preciosa y sonrojada con sus manos, ¿en serio piensa que fue algo malo? Verdaderamente es más inocente de lo que podría imaginar. Sonrío sin poder evitarlo, al menos si ese es el único problema podré solucionarlo fácilmente, haciéndole ver lo normal y maravilloso que es lo que hicimos. Muerdo mi labio inferior, adorando ese gesto inocente de su rostro, no me iba a imaginar nunca que estaría tan maravillado por saberla asi, y menos de que estaría feliz de imaginarme enseñándole cada cosa, me muero por besarla.

— Preciosa — me acerco más a ella, agradeciendo que se encuentra con bajas defensas, dejo mis manos en su cara y le obligo con delicadeza a verme — Lo que hicimos no fue malo, lo disfrutaste, lo disfrutamos bastante, algo que se goza de la manera en la que tú y yo gozamos esa noche no puede ser malo, — su aroma es la mejor de las drogas para mí, huele a fresco, a alguna fruta jugosa y dulce, huele a ella.

— Damián, Tu no entiendes — me aleja de un empujón, disgustada, pasando ambas manos por su larga y azul melena, y tira de ella.

— No lo hago Coral, si tu no me explicas no puedo hacerlo, lo he intentado toda la semana y sinceramente nada coherente he pensado — en mi cabeza la idea de que se haya estado arrepintiendo todo estos días de haberlo hecho conmigo hace que me moleste demasiado, y me siento terriblemente decepcionado, rabioso, y muy celoso al imaginarme que lo haya querido hacer con otro.
— A ti no te importa ¿verdad? Que te va a importar — la última oración la murmura solo para ella, pero la escucho, me mira seria, y cada segundo me confunde más y más.

— No me importa porque no sé de que hablas, no te entiendo, no puedo leerte el pensamiento — papá una vez me dijo que algunas chica tenían la creencia de que los hombres debíamos leer el pensamiento, nunca me habia topado con una de esas, y ahora parece ser asi, y sinceramente daría lo que fuera para que ella tuviera razon.

— ¡Damián estábamos drogados! — exclama con exasperación — No sé si recuerdas pero lo estábamos, no éramos consciente de lo que hacíamos, eso fue algo que en pleno uso de nuestras facultades no hubiéramos hecho, porque estábamos influenciados por la droga — mierda, lo imaginé, siento dolor por cada cosa que dice, aun cuando ya lo sabía, siempre he sabido que ella nunca se habría acercado a mí en sobriedad, de hecho han sido pocas las veces en las que lo ha hecho estando fuera de los efectos de las drogas, pero tenía la esperanza de que lo habia hecho porque además de estar drogada alguna parte de ella en algún momento de sobriedad habia deseado que asi fuera, y me siento terrible de saber que fue un error para ella.

— Yo sí lo hubiera hecho, en cualquiera de mis estados — murmuro bajito, triste, abatido, viéndole por lo bajo como me mira con sorpresa, y ni siquiera sé por qué le sorprende, no he disimulado para nada lo mucho que me moría por ella.

— ¡Pues yo No Damián! yo no lo hubiera hecho en ninguno de mis estados, porque... porque ni siquiera sé si era virgen — su ultima oración la dice en un tono tan bajo que casi no la escucho, volteo a verle confundido, de repente ha pasado de parecer enojada a estar avergonzada, triste, y yo terriblemente confundido por lo que me dice, ¿Cómo carajos no lo sabia?

— ¿Cómo carajos no lo sabias Coral? Debes estar bromeando conmigo — le miro molesto, y una parte de mi cargado de ira.

— No lo sé Damián, no me he juntado con buena gente en la vida, uso drogas desde los 13 años y he conocido cientos de chicos que me ha visto asquerosamente horrible minutos antes de darme alguna sustancia tan fuerte que me dejaba en la inconciencia, no me importaba el peligro, no cuando sabia que iba a obtener lo que deseaba, pero despues, despues de que me hacia consciente sentía miedo, por lo que pudo haber pasado en mi inconciencia, me sentía sucia y terrible de solo imaginarlo, y... y siempre desee que cuando estuviera con alguien, alguien que no intentara abusar de mi y que a pesar de que no estuviera usando mis sentidos lo disfrutara, esperaba que ese alguien me respondiera eso — cubre su cara con verdadera vergüenza, y se encuentra tan afligida que su labio inferior comienza a temblar y sus preciosos ojos azules como el mar se cristalizan, yo por otra parte me muero del asco y de la impotencia al imaginar que alguien le hubiera hecho daño, y tambien de enojo con ella por haberse liado con gente mala que podría lastimarla y que le importara tan poco, tambien siento rabia por sus padres, porque su adicción es culpa de ellos, por no haberle prestado la suficiente atención cuando más los necesitaba, en serio detesto a esa gente — nunca me imaginé haciéndolo con alguien, pero sé que lo disfruté, que fue bueno, aun cuando seguramente ni siquiera puedas responderme — se deja caer sentada junto al tronco abrazándose de sus propias piernas.

— Lo eras — mi voz sale en un hilo.

— Como ibas a darte cuenta — se encoje de hombros restándole importancia a lo que le digo.

— Coral, lo eras, antes de tan siquiera penetrarte ya sabía que lo eras, y cuando lo hice lo terminé de confirmar, cualquiera podría darse cuenta, a pesar de estar drogado o borracho o inconsciente, era obvio que nadie habia estado dentro de ti antes, y me siento terriblemente afortunado de haber sido el privilegiado, y no pienses que te creo un trofeo, no lo eres, eres muchísimo más que eso, pero asi me siento, estaba drogado, lo sé, pero recuerdo cada cosa con tanta claridad, he podido escucharte jadear toda la semana en mi cabeza, los recuerdos son demasiado vivos, y me muero por repetirlo — me inclino ante ella tomando ambos lados de su cara con delicadeza, para que me vea, cuando lo hace sonrío, parece aliviada por lo que le digo, quien sabe si despues de todo si le haya gustado que yo fuera el primero, emocionado me acerco mas a ella, impulsándome hasta atrapar sus labios con los míos, y se siente maravilloso hacerlo, despues de haber pasado toda una semana deseándolo mas que cualquier otra cosa en el mundo. La beso despacio, con movimientos suaves y delicados, disfrutando del sabor de sus labios, de la suavidad y la dulzura con la que me corresponde, me siento en una película de fantasía mientras su saliva se mezcla con la mía, mierda estoy perdido, estoy loco por ella y estoy aterrado. De repente mi burbuja se desvanece, cuando ella me empuja molesta y se pone de pie viéndome molesta.

— Ni se te ocurra andar diciendo por ahí lo que pasó entre los dos, me importa poco lo que piensen pero me moriría de la vergüenza si se enteran que he sido otra más en tu lista — se levanta furiosa, con cara de pocos amigos y me amenaza antes de alejarse apurada, casi corriendo, hasta huir de mí, desapareciéndose de mi campo de visión, y a pesar de que no puedo evitar reírme por saberla impotente por mi culpa me quedo con un sabor amargo en la boca, ¿en serio ella me piensa asi? ¿Quién le dijo que tengo lista? Bueno, sí la tenia, y era tan larga que comenzaba a dejar de contar, pero ahora no es igual, ella no es igual, y sé que pareciera un chiché, que suena como uno cada que la pienso con tanta devoción, pero es que no hay mejor forma de describirla a ella como alguien especial, ella es única, y supongo que a todos nos llega alguien en algún momento de la vida que nos hace sentir ridículos, e indefensos por pensarlas en la forma que yo lo hago con ella, pero es que Coral Thompson es arte, y es perfecta para mi.



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