¿Eres un ángel?
Narra Damián
— D, D, amigo, ¿en serio estás dormido? Te volviste loco — en mi cabeza, muy, muy lejos, escucho las voces de mis amigos, y en mi mano una espeso mojadero de algo que me hace recordar ese liquido delicioso que acabo de probar en mi sueño encantador, directo de la vagina de alguna chica a la que ni siquiera le he visto la cara, pero ha sido delicioso y fabuloso, lo mas extraño es que me encontraba disfrutándolo, aun cuando para mi el sexo oral, de mi hacia una mujer es algo que no me fascina demasiado, pero estaba haciéndolo, y mierda que lo siento en mi boca.
— ¡Que te despiertes idiota! — un manotazo en mi cabeza es lo que termina de sacarme completamente de mi ensoñamiento.
— ¿Qué está pasando ahí atrás? — se me hace difícil volver a la realidad, cuando de la nada he sido sacado de mi sueño ideal y perfecto a esta realidad donde Henry me sacudía para que despierte, Peter me ha pegado tan fuerte que no he podido alejar mi mano de donde golpeó, y la profesora nos ve a los tres con molestia y con lo gruñona que es sé que está a punto de mandarnos a la dirección, o tal vez asignarnos un trabajo horroroso, que nos tome toda la semana.
— ¿Qué está pasando? No está pasando nada, solo prestábamos atención a lo que decía — trato de salvarnos a los tres, tratando de ignorar a Selena quien al parecer se encuentra coqueteándome de alguna extraña manera pasando su mano por su boca.
— Sí, sí distinguida maestra, ha escuchado un pequeñísimo ruido porque he tenido que asesinar a un mosquito que le hacia daño a este joven — me contengo de no reír como se encuentra haciendo Henry por la mentira de Peter, Selena sigue haciéndome señas que me hacen fruncir el ceño irritado y confundido, está loca.
— Como lo oye mi señora, estamos muy. Muy emocionados por su clase tan interesante, de eso discutíamos, solo nos emocionamos de mas — añade Henry con su cara mas farsa de nerd y la profesora solo nos mira indignada.
— Espero no vuelvan a interrumpir la clase si no quieren consecuencias — nos mira amenazante y pronto continúa entretenida en lo que decía. Y yo al igual que mis amigos me rio victorioso, chocando las palmas silenciosas y gruñendo molesto cuando la castrosa de Selena tira de mi hombro buscando llamar mi atención.
— ¡Que me dejes en paz! ¿te volviste loca, o qué? — su obsesión conmigo me preocupa a veces, por no decir la mayor parte del tiempo, Selena es una chica hermosa de buena familia, además de que hemos cogido muy rico en mas de una ocasión, al igual que como lo he hecho con casi toda la población femenina de este colegio, y ella no se queda atrás, en mi grupo de amigos ella ha pasado de mano en mano, no sé qué pretende ahora conmigo, la simple idea de que me quiera como polvo fijo hasta me asquea.
— Tienes toda la cara llena de baba, grandísimo imbécil — me grita furiosa a la par que todos dirigen su mirada a nosotros, a mi cara donde paso mi mano y descubro verdaderamente mi cara toda mojada de baba, todos se ríen y los primeros son Henry y Peter.
— Si pretendían sabotear la clase muy bien, se acabó la clase, pero ustedes cuatro se quedan aquí — mierda no, esto tiene que ser una broma, una horrenda pesadilla...
Las tres guerras mundiales a estudiar, de la primera nos tocará hacer una dramatización ridícula solo nosotros cuatro, de la segunda una exposición super formal y elaborada en el salón multiusos en frente de todos los chicos de ultimo año, los de quinto y cuarto, y de la tercera un informe de 20 paginas a puras palabras personales, y cuanto me he contenido de mandar al demonio a esa maldita bruja.
— Por tu culpa desgraciado — Selena me pasa por el lado rabiosa golpeando mi hombro y empujando a mis otros amigos para pasar.
— Yo no pienso hacer nada de eso — gruñe Peter decidido saliendo igual de molesto y Henry solo tira de su cabello casi hiperventilado como me encuentro yo, no sé como mierdas haremos todo eso.
— ¿Y si la matamos? — Henry dice tantas locuras a veces que no me queda mas que rodar los ojos y tirar de su brazo para salir de ahí, tengo que llegar pronto a casa. — Espera, ¿dónde vas tan rápido? — me pregunta indignado tratando de alcanzarme y seguir mi paso.
— Recordé que tengo que llegar a casa pronto, mi papá me está esperando para algo importante, ya sabes cómo es él — le informo sin detener mi caminata, de repente olvidé todo el pendiente que nos dejó la bruja de historia.
— Ah, está bien, huye niñito de papi, llega rápido para que te acurruque, a veces me cuestiono realmente si eres gay — busca molestarme, pues ya admitió en más de una ocasión que le agrada la relación que llevo con mi papá y que desearía que con el suyo fuera igual.
— Sii, y tu eres mi perra, adiós, nos vemos por la tarde — camino mas apurado hasta el parqueadero donde llego apurado hasta mi coche, quito el seguro y me meto dentro saludando a mi adorable bebé, mi Lamborghini negro mate que no habia tenido conmigo por dos días que se sintieron eternos, lo he llevado al mecánico por mantenimiento y es que me gusta siempre tenerlo en el mejor estado, es realmente como mi hijo, mi adorado hijo que me ha acompañado en estos tres largos años de mi "vida adulta"
Apenas lo enciendo todos los ojos caen sobre nosotros, sé que es hermoso, y yo tambien lo soy, combinamos perfecto, lo hago rugir y pronto salgo de ahí a toda velocidad presumiendo la resistencia, adoro ser el centro de atención, tengo que admitirlo.
Cuando se acaba mi momento casi cinematográfico es que me percato de que llueve, y el trafico en la ciudad es terrorífico, odio saber mi coche envuelto en un lio de otros horrendos autos, por lo que ronroneo cuando me toca detenerme en el semáforo, miro mi reloj, vuelvo mi vista al frente y de la nada un sonido aterrador de otro coche estampándose contra el mío.
— Puta mierda — es lo que digo guiando mis manos a mi cabeza por la tragedia. Cuando reacciono me bajo apurado para enfrentar al responsable de esto, y apenas veo el horroroso coche sé quien es, esa maldita bruja loca, Coral Thompson
— Quítate de mi camino —le miro indignado, por como rodea mi coche y emprende la huida dejandome perplejo por su descaro, es una maldita loca, no la soporto, en serio no lo hago, en serio es insoportable como alguien es tan irritante y se cree tan suficiente, aun cuando eso es lo que la hace tan interesante, pero no es más que otra maldita perra.
— ¡Mierda! — jadeo adolorido cuando me fijo en mi auto, lo dejó horrible, tiene que pagármelas, esto no se puede quedar asi...
Me subo rabioso tratando de crear en mi cabeza un plan para hacerles pagar a esa maldita lo que acaba de hacer, pero no tengo ni idea de que podría afectarle a esa bruja, es en serio la persona más fría, insensible y misteriosa que he conocido, y pesar en algo que podría afectarle es una tarea casi imposible. Al llegar a casa sin el problema resuelto no me queda mas que golpear mi cabeza con el volante luchando por sacarla de mi cabeza, y es que mientras mas pienso en como hacerla pagar esto, más pienso lo sexi que se vería desnuda, ya sé que es una plana, que tal vez no llegue a los 16 y que es terriblemente insoportable, pero imaginar lo que hay de bajo de todas esas ropas oscuras me pone la verga dura.
Sacudo mi cabeza asqueado, ¿¡Que mierdas estoy pensando!? Soy un sucio depravado, además de repente mi buen gusto se vio arruinado por pensar en ella asi.
Me estaciono en mi lugar designado, y rápidamente siento ganas de llorar apenas bajo, en serio lo dejó destruido, lo peor es que cuando papá lo vea pensará que el irresponsable he sido yo cuando esa bruja se me lanzó encima posiblemente a propósito. Camino indignado hasta la puerta, apenas abro el grande, iluminado y elegante vestíbulo me recibe solitario y lo agradezco, aprovecho de eso para intentar huir hacia mi habitación, pero mientras voy subiendo las escaleras de puntillas la voz ronca de mi papa retumba por toda la sala y me detiene.
— ¿Por qué tan silencioso hijo mío? ¿acaso intentas huir de mí, por qué, algo anda mal? — me detengo rendido y ruedo los ojos antes de darme la vuelta, solo quería encerrarme en mi guarida por toda la tarde.
— No papá ¿Cómo crees que voy a huir de ti? Estoy huyendo de lo que me pediste ayer que hiciera — soy sincero y bajo las escaleras ahora riendo tranquilo, de todos modos, sé que se saldrá con la suya.
— Dam, sabes que debes tener responsabilidades en la casa, no quiero criarte como un mimado y que después en el futuro me reproches por eso, porque lo harás, no es sano que pases todo el dia sin colaborar aquí, como pretendes, asi como todos tus amigos, — él adora esta platica, aun cuando yo mas que nadie sé que solo desea pasar tiempo conmigo, y ya que el ama la jardinería, el paisajismo en general, me quiere arrastrar a su mundo, y no es que yo me queje, yo amo pasar tiempo con él.
— Sí pa, ya sé, lo haces por mi bien, no tienes que repetirlo — dejo que pase su brazo por mi hombro y que me de un corto abrazo, sonriendo satisfecho. — ¿Si me dejas dejar mis cosas en mi habitación? —
— Está bien, ve, no me hagas esperar demasiado — me dice resignado y asiento, caminando rápidamente hasta las escaleras. — Damián — me llama y rápidamente volteo a su dirección. — ¿Tienes muchos deberes del colegio? — asiento sin dudar y el parece reflexivo. — está bien, puedes quedarte haciéndolos en tu habitación, eso sí mañana si tienes que ayudarme, y no olvides bajar a la cena, cuando te encierras en esa guarida es como si viviera solo — lo ultimo lo murmura bajito mientras se aleja, y yo no hago mas que saltar con alegría correr a mi habitación, aun cuando tengo miles de tareas pro hacer yo no pretendo hacer ninguna.
Por un momento me pierdo en el pensamiento, reflexionando acerca de mi papá, es realmente el hombre mas bueno, sabio y trabajador que he conocido en mi vida, es un completo amante del trabajo, lo hace por el dia, y por la noche, a pesar de tener miles de responsabilidades como el presidente y socio mayoritario de una constructora, no deja de comportarse como un hombre normal y se encarga de algunos quehaceres en la casa, como si no tuviéramos empleados a nuestra disposición que se encarga de todo lo necesario para el mantenimiento de la casa y nuestra alimentación. Con el tiempo he ido dándome cuenta de que cada cosa que hace realmente es para mí, es por mi, para darme un buen ejemplo y enseñarme como ser un buen hombre en la vida.
A sido asi desde que mi madre nos abandonó, supongo la depresión, el desamor y eso que sufrió lo convirtió en empeño, y deseos de hacer de mi un buen hombre, y ha demostrado cada dia ser el mejor padre que la vida me ha podido regalar. Me ha dado los mejores valores, la mejor educación, para que tenga un futuro extraordinario y yo, defraudé todo eso por lo que el ha luchado por mí, soy un drogadicta, ese es mi mayor defecto, o es lo que me dice mi parte lógica, porque el otro lado de mi me dice que es maravilloso, las drogas son maravillosas, dependo de ellas desde los 17 y espero que en ningún momento me falten, porque seria terrible adaptare a la vida sin ellas, y me duele tan solo pensar en algún dia dejarlas, y es que antes de ellas yo no tenia mala vida, pero con ellas sin duda que se ha mejorado, con ellas siento que mi vida es totalmente perfecta...
A la final si me decido por hacer las tareas, despues de todo en algún momento tendré que hacerlas, y procrastinar es algo a lo que voy encontrándole los defectos. Me gustan las matemáticas, raro, lo sé, pero me encantan los problemas, y mas sabiendo que muy pocas personas son capaces de resolverlos, no suelo responder nunca en clases, eso solo porque detesto que todos me miren entonces como si yo fuera un nerd, eso nunca.
Termino rápidamente con matemáticas y apenas abro el libro de historia bufo fastidiado, eso sí, odio leer, ignoro completamente esa parte, y me tumbo relajado sobre la cama, mis parpados comienzan a sentirse pesados y pronto termino fundido en un sueño profundo.
— Damian, Dam, por Dios, este muchacho — en mi sueño logro escuchar a lo lejos la voz de mi papá, además de un toque insistente en mi hombro, me retuerzo sobre el cómodo colchón y poco a poco salgo de la inconciencia tallando mis ojos y toda mi cara. — Levántate hijo, ya es hora de la cena —
— Papá, estoy agotado — no estuvo tan buena la siesta, siento que he dormido en una montaña de piedras, me encuentro mucho mas cansado que como me encontraba antes de dormir.
— Lo sé, te quedaste dormido, pero ya es hora de cenar, ven, sabes que no me gusta hacerlo solo — no lo hago esperar más, y me levanto como zombi hasta mi baño para lavarme la cara y hacer pipi, al salir los sigo por la casa, hasta el comedor, no tengo demasiada hambre, pero debo cenar, además de que no me gusta dejarlo solo por mucho rato, menos en las cenas, termina deprimido, sufriendo porque se siente solo y aun no supera que mi madre lo haya dejado por otro hombre, que nos haya cambiado por irse con otra familia, yo ya lo superé, tengo que admitirlo, pero a él le sigue doliendo como desde el primer dia, verdaderamente eso lo marcó, y a veces siento que ha sido mas por su ego de hombre que porque la quería, se me hace difícil creer que haya querido tanto a esa mujer que ni siquiera nos brindaba el cariño que nos merecíamos.
La cena ya está servida, ambos nos sentamos en el inmenso y vacío comedor y comenzamos a degustar de lo que nos preparó la empleada.
— ¿No fuiste a la oficina hoy? — con él odio los silencios, me gusta que me hable, me gusta hablarle, me gusta que nos sintamos acompañados, pasar tiempo juntos y hacer más fuerte nuestra relación, como sucede cada dia. Mi padre verdaderamente es todo eso que deseo ser en el futuro, en cuanto a su disciplina, lo buen padre que es y el hombre tan generoso y firme que es, si hablamos de lo emocional, no, definitivamente no quiero eso para mí, es débil y fácil de lastimar, la mujer que me trajo al mundo lo hizo, yo lo haría si se enterara de mis malas mañas.
— Trabajé desde aquí hoy, me gusta darle calor a mi hogar, a mi querido hijo — sonríe con cariño comiendo un bocado de su plato.
— Sigue en pie el plan de ir a escalar el sábado ¿verdad? — asiente.
— Por supuesto, cancelaria todo menos un dia con mi adorado hijo el cual es mas ocupado que el magnate mas millonario — se burla y yo como mi ultimo bocado al mismo tiempo que él.
— Papá, sabes que es por el tonto colegio — ronroneo tomando de mi vaso.
— en la universidad seguramente será peor, y ni hablar de cuando consigas una novia estable, tendré que hacer cita — se ríe con cierta emoción y yo termino con la cena. — vaya a dormir señor Damián, si tiene tiempo mañana nos vemos en la cena — comienza con un melodrama y yo me echo a reir dándole un abrazo fuerte antes de irme.
— buenas noches papá, por supuesto que te veré aquí — subo corriendo las escaleras, tengo buenos planes para esta noche, agradezco haber dormido toda la tarde pues ahora no tengo nada de sueño y eso me permite estas largas horas. Apenas entro a la habitación me encierro con seguro, corro a mi armario y de debajo de unas cajas de zapatos nuevos saco una bolsita de marihuana, desearía algo mas fuerte, pero eso es lo que tengo a manos y creo que me funcionará, preparo un porro y pronto lo enciendo tomando la primera calada fascinado, la sensación que comienza a correr por mi garganta, el cosquilleo en mi estómago, la comezón de mis dedos, según he escuchado es como estar enamorado, y de ser asi entonces no me molestaría estarlo, fascinado me dejo llevar.
Me tumbo en mi cama mirado el techo sin dejar ir mi sonrisa mientras el humo se volatiza frente a mis ojos, justo ahora para ser totalmente feliz solo necesito unas buenas nalgas, coger drogados es del otro mundo, las sensaciones se intensifican y explotan.
De repente mi celular comienza a vibrar en mi mesita de noche, idiotizado lo tomo despues del tercer timbre, y solo porque sé que a esta hora las únicas llamadas que podría recibir es para tocar temas referentes a esto, o sexo, cosa que necesito justo ahora.
— ¿Quién? — contesto con voz mas ronca y soñolienta de lo que imaginé, voy subiendo al aire.
— Sander, te llamo para invitarte al cementerio, estoy aquí con unos amigos y seguro que te gusta el ambiente, como me dijiste que te avisara para cualquier junte de estos — justo lo que necesitaba, drogarme acompañado es realmente lo mejor, mas cuando sabes que posiblemente entre esa compañía haya alguna chica que me la chupe sin compromisos y sin necesidad de que yo lo pida, las mujeres se ponen muy cachondas cuando se drogan.
— ¿Hay muchas chicas guapas? — me muerdo el labio sin poder evitarlo, sintiendo como mi miembro se hincha de solo imaginar unos labios rosados y mojados alrededor de mi dura verga, el sexo es mi otra adicción.
— Sii, te encantará la vista — es lo último que me dice como si promocionara algún producto y me carcajeo antes de levantarme motivado para caminar a mi armario en busca de una chaqueta de cuero negra, mis botas y unos cuentos condones, además de las llaves de mi coche y mi cartera. Por la ventana me escapo de casa, suelo hacerlo muy seguido por lo que tengo unas escaleras bien funcionales sujetas a mi balcón, obviamente las recojo para que papá no las vea, enterarse de que salgo sin contarle seria doloroso para él, y es que según piensa conoce todo de mi y yo le tengo la confianza suficiente como para no tener necesidad de escaparme, pero no es asi.
Llego a mi coche jadeando del dolor al tan solo ver lo arruinado que está, mañana a primera hora debo llevarlo al taller, y enfrentar a la estúpida fierecilla azul para que aprenda a respetar a los mayores, alguien tiene que bajarle los humos que trae la mocosa esa, dejo de pensarla para que no se me amargue la noche que parece muy prometedora.
El cementerio no queda lejos de casa, unos 10 minutos para ser exactos, la zona es bastante alejada y debo admitir que me produce miedo la idea de caminar hasta donde me ha dicho Sander que estan, pues debo caminar entre un montón de lapidas y no soy muy fan de los muertos que digamos. Gracias a que ya estoy drogado logro sobrevivir al camino y cuando al fin veo al grupo de drogadictas, acomodados sobre unas tumbas que cubren los árboles, veo la gloria, parecen estar pasándola demasiado bien.
Hay alrededor de 9 personas, 3 chicas y 6 tipos, apenas Sander me ve levanta su mano y me llama para que me acerque con cada de drogado y mucha satisfacción, por como sus pantalones se encuentran desabrochados y la mujer a su lado agitada deduzco que la pasa bien.
— hemos conseguido esta, te juro que no te acordarás ni de tu nombre apenas la metas en tu nariz, vas a volar más alto que nunca, solo imagina la potencia de 10 orgasmos juntos, magia — apenas escucho eso la tomo de su mano apurado, es una píldora y me toca hacerla polvo yo mismo y pronto la inhalo con deseo, y mierda que se siente tan vibrante. Ardor, es lo primero que siento, despues frescura, y de repente me encuentro volando, apenas soy consciente que doy tres pasos antes de caer un poco alejado de los demás, pero junto a alguien que parece muy lejos del momento, la hierva me recibe como el colchón mas cómodo, hasta puedo sentir que me masajea la espalda y se siente fabuloso.
— Mierda esto es fabuloso — jadeo fascinado, riendo mientras miro al cielo, que se siente tan cerca, tan vivo.
— ¿Lo sientes? — no sé si me acaba de hablar un ángel, o que sé yo, solo sé que ha sido el sonido mas angelical que habia escuchado en mi vida y lo quiero escuchar de nuevo.
— ¿Eres un ángel? — pregunto sonriendo sin dejar de mirar al cielo.
— No, una bruja, pero estoy segura de que si seguimos avanzando veremos alguno — subimos.
— Entonces si eres una bruja, chúpame la verga, dicen que a eso se dedican ustedes — me carcajeo sintiendo como me elevo, y esa persona que habla como un ángel viene a mi lado.
— No chupo vergas, son asquerosas, y feas — se ríe volando junto conmigo, y solo puedo ver su mano, tiene una piel tan blanca que brilla, unas manos preciosas, dedos delgados, largos y bonitos, los toco, y está suaves como algodón.
— ¿Qué chupas entonces, vaginas? — vuelo mas alto, nunca me habia sentido tan cómodo, tan bien.
— No, que idiota eres, pensaba que esa píldora quitaba eso — se ríe de nuevo mientras yo soy capaz de llevar sus dedos preciosos a mi boca y besarlos, saben dulce. — se siente bien — dice rato despues mientras vamos ascendiendo, colores, magia, fuego, invierno, y una buena compañía.
— tienes buena mano — admito.
— tienes buenos labios — asiento — puedo tocar la luna — suelta una sonrisa angelical que hace que voltee a conocer el rostro de quien me ha hecho compañía todo este rato, ¡y que buena compañía! Al hacerlo niego con la cabeza rápidamente, estoy loco...
— la luna se va — vuelvo mi vista y el anaranjado comienza a asomarse por el horizonte, se me dificulta creer que está amaneciendo, no puede ser posible que la madrugada haya pasado tan rápido.
— mierda está amaneciendo — mi compañera se escucha mas firme, los efectos de las drogas comienzan a disiparse, en serio el tiempo voló.
— debo irme — de repente comienzo a cobrar conciencia está haciéndose de dia, debo ir a la escuela dentro de poco y papá despierta muy temprano. — Si papá me descubre se muere — murmuro para mi mismo mientras pongo todo de mi y me levanto.
—tambien debo irme, mañana tengo clases lamentablemente — la voz comienza a dejar de escucharse tan aérea, la siento levantarse y me sigue.
— Que bueno, vamos, no me gusta caminar solo por ahí, tengo que admitir que no me gustan los cementerios — volteo para brindar una sonrisa burlona a mi acompañante y esta vez no puedo creer que sea una alucinación por las drogas — ¿¡Tu!? — no puedo creer que realmente sea la flaca presumida y maleducada esta, pero lo es, su melena azul combinada con su piel tan perfecta, tersa y blanca, esos ojazos perdidos por las nubes asi como se encuentran los míos justo ahora por la nota que nos acabamos de pegar, es totalmente increíble, y me mira tan sorprendida y espantada como por terrible casualidad.
— ¿¡Tu!? — repite lo mismo que yo señalándome y rodando los ojos fastidiada.
— ¿¡Que mierdas haces tu aquí!? Eres una mocosa — no entiendo nada, no puedo creer que ande en vicios tan joven, pero la simple pregunta me hace quedar como un idiota, obviamente lo está, y aunque ya sabía que era una completa demente, malgeniada y arrogante, además de que se le nota que carece de atención, nunca imagine que podría andar en estas, realmente es demasiado joven para esto.
— ¿A tu que te importa? — ronronea golpeando mi hombro antes de emprender marcha delante de mí en dirección a la salida, y la sigo.
— Eres una drogadicta — lo digo con indignación, tratando de alcanzarla.
— tambien lo eres — camina mas rápido, como si le avergonzara, pero la sigo más apurado hasta alcanzarla.
—Sí, pero al menos soy mayor de edad, no aparento lo que no soy y no soy una mocosa delgada y pequeña como tú — lo último debía añadirlo, en estos vicios las personas no son buenas, he sido testigo como los tipos abusan de chicas casi siempre sin consentimiento, se aprovechan del hecho de que estén drogadas, y aunque esta muchachita no me agrade me parecería repugnante que le hicieran una cosa asi, si no es que ya lo han hecho.
— A ti no te importa — me grita rabiosa pegándome tremenda bofetada, y no me queda mas que acariciar mi cara furioso, esto no puedo pasarlo por alto, me siento tan fuera de mi cuando se toma el atrevimiento de golpearme la cara que hasta aprieto mi puño con impotencia, conteniéndome de no cometer una locura, lo hago porque es una chica, y tengo principios.
—Que no se te vuelva a ocurrir en tu vida ridícula y miserable volver a golpearme en la cama — la detengo junto a su auto, golpeando con mis puños tan fuerte ambos lados alrededor de ella que mis puños quedan marcados en él, ella ni siquiera parpadea, es el anticristo.
— Te pego cuando se me pegue la gana. Y te conviene alejar tu cara ridícula y nauseabunda de mi a no ser que quieras que la aleje con una mas fuerte — me empuja como una fiera rabiosa, enojada, roja de cólera, se sube en su auto y pronto lo veo alejarse, perderse de mi vista mientras ahora toda mi atención se dirige a mi labio, de repente mordía el inferior con deseo, mierda soy un asqueroso, pero tengo que admitir que esa rebeldía suya es lo que me pone de ella, nunca habia conocido a alguien así...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top