17-Pelea

Miércoles miraba a Tn y luego a la joven. No terminaba de creer lo que veían sus ojos.

―¿Y bien?―preguntó Marina―mira, si dejas qué Tn venga conmigo, no habrá necesidad de pelear.

―Marina, ahora trabajo para la señorita Addams, debes aceptarlo.

Ella negaba con la cabeza.

―No, me gustas Tn...me gustas mucho y quiero qué solamente seas mi mayordomo

―Pero―la pelinegra levantó la mano.

―Es inútil dialogar con ella, ¿has venido buscando pelea verdad?―ella asintió―muy bien, solamente te pido que sea afuera, el año pasado ya tuvieron suficiente con unos idiotas. No quiero que el baile se vea arruinado de nuevo.

Marina aceptó y salieron afuera donde la oscuridad reinaba salvo algunas pocas luces. Miércoles se arregló un poco el vestido para pelear. Marina se arremangó, ella le comentó que todavía estaba a tiempo de retractarse y rendirse, pero...era Miércoles Addams y la paz nunca fue una opción para ella.

Ambas ya listas para pelear se fueron acercando. Tn le había comentado que tuviera mucho cuidado pues Marina no era como las otras chicas ricas, sino que se dedicaban a entrenar y pulir todas sus habilidades.

―Gracias, pero igualmente la mataré―le replicó ella―ve cavando una tumba para señoritas.

Ambas chicas se fueron acercando, recortando cada vez más distancias hasta tenerse cara a cara e intentar dar los primeros golpes. Miércoles no lograba sobrepasar la defensa de Marina, la joven se defendía bien, se notaba que no había perdido el tiempo. Luego, llegó los de ella haciendo retroceder a la pelinegra quién esquivó y volvió a la carga.

Patadas, puñetazos e intentos de agarrar para derribar fueron casi inútiles. Marina asestó un golpe finalmente en la nariz a Miércoles que la hizo sangrar un poco. Lejos de hacerla retroceder, aumentó la emoción que sentía la fría Addams.

―Lo siento, pero no tengo un pañuelo―comentó Marina con una sonrisa de satisfacción.

Ahora, Miércoles aumentó la velocidad, ritmo y fuerza de sus patadas que empezaron a afectar a la defensa de la chica quien poco a poco se iba viendo superada. En un descuido, la pelinegra se agachó y con una patada barrió a su oponente haciendo que cayese al suelo.

―¿Qué ocurre?, ¿has visto una moneda?―preguntó Miércoles.

Marina se alzó y volvió a pelear. Las dos chicas daban todo por ganar la pelea pero con el paso de los minutos la victoria cayó del lado de Miércoles con un fuerte puñetazo en la cara. La diferencia entre ambas era que la pelinegra estaba acostumbrada a pelear y no solamente en combates de entrenamiento como Marina ya que ninguno quería hacerle daño.

―Se acabó, vuelve a tu mansión, a tu cómoda habitación...yo me vuelvo con Tn adentro―dijo ella sudada y algo cansada.

―Miércoles―le dio un pañuelo para limpiarse.

―Es la primera vez que peleo por el amor de un chico―dijo ella algo agotada―espero que sepas compensarme en un rato―esbozó una leve sonrisa.

―Ah...claro―dijo ruborizado esté―¡cuidado!―la empujó a un lado.

La fría chica de Nevermore escuchó un disparo y poco a poco, a cámara lenta...vio a Tn caer al suelo. El sonido que produjo al verlo caer la rompió por completo.

Miró a Marina quien estaba sorprendida, su intención no era dañar a Tn. Así que echó a correr en dirección al coche para largarse de allí. Miércoles quería haber hecho algo, pero estaba salvando la vida a Tn. De la herida brotaba sangre y usó el teléfono deseando que Enid lo cogiera. Por suerte así fue y le dijo que saliera afuera con ayuda.

No tardaron en acudir a ver que pasaba. Tn estaba cada vez más frío, esa noche ya era muy fría y empezaba a caer una fina lluvia que según ponía en el teléfono, aumentaría con las horas. Llevaron a Tn a la enfermería y lo atendieron mientras la joven contaba todo lo sucedido.

―Es mi culpa―Miércoles lloraba―todo es por mi maldita culpa.

―No―intervino Enid―has luchado por tu chico, por amor...eso es lo último qué esperaba de ti.

―Pero...

―¡Nada de peros!―replicó la loba.

Tras un rato afuera, sentada en el banco, la enfermera salió y les dijo que se pondría bien, pero que tardaría al menos cuatro días en recuperarse.

―Ya veo...―ni preguntó, directamente pasó por el lado de la enfermera para verlo.

Tn estaba sedado, con vendas y descansado. La lluvia afuera golpeaba los cristales mientras la oscuridad se apropiaba de todo. La noche era tan fría como el corazón de Miércoles tiempo atrás. Pero ahora estaba con dolor, y tras unos segundos...se vino abajo.

Solamente le dejaron estar un rato antes de regresar a la habitación.

Allí, Enid decidió dejarla tras darle un pequeño abrazo. Miércoles veía la cama de Tn ahora vacía, a pesar de estar todo el día juntos ahora sentía su ausencia. Se había acostumbrado a él. Se cambió y tumbó para tratar de descansar, algo realmente difícil.

―Cosa...Enid―llamó a ambos―voy a matar a Marina―dijo molesta―deseará no haber nacido y suplicará por una muerte rápida.

Esa noche fue la más silenciosa que se escuchó en Nevermore. Un intento de asesinato siempre dejaba en shock y Miércoles podía oler la colonia de Tn en su almohada. Hasta casi su mera presencia, deseaba que estuviera allí con ella, abrazando a la chica hasta quedarse dormida.

El acto de Marina no quedaría así como así pero sabía que su familia era poderosa y amiga de la suya. Así que ya en frío, llamó a sus padres para contarles toda la situación. Los padres de la joven no sabían nada, ella les mintió diciendo que iba a un evento de algunos famosos.

Después de ello, fue directa a la enfermería donde Tn se encontraba despierto pero muy débil. Ella le dio un pequeño abrazo y aunque estuviera Enid delante, le dio un pequeño beso. Llevaba toda la noche deseando besarlo.

―Siento...desatender...mis obligaciones―dijo débil.

―No importa...―susurró antes de besarlo de nuevo.

Enid le dio un abrazo y se mostró afectada, le había tomado mucho cariño al joven pues siempre se había portado muy bien con ella.

Ahora estaba fuera de peligro, pero todavía quedaba tratar el tema de Marina.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

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