15-Normalidad

La normalidad había regresado a la vida de Miércoles, ahora tenía de nuevo a su amado mayordomo de su lado. Estaba escribiendo cuando Enid entró muy emocionada, aunque eso ya era algo habitual en la loba por lo que la pelinegra suspiró.

―Tn, ¿te importaría hacerte cargo de ella?―preguntó―ya sabes...

―Recuerde mi señora que no puedo matar salvo en defensa propia―respondió el joven sentado desde la cama y leyendo un libro.

―No te lo pido como mayordomo, sino como mi pareja―él la miró un poco sonrojado―es igual, si hago eso me mandarán a otra compañera e igual es peor que Enid.

―No tiene gracia roomie―infló las mejillas―Tn, ¿vas a ir al baile?.

―¿Ya es esa tontería de nuevo?―Miércoles volteó a verla sonreír.

―¡Tenéis qué ir!―exclamó emocionada―¡sois la pareja perfecta!.

La pelinegra miró a su chico, esperando qué este dijera algo. Pero él hacia lo mismo, pues al final, era ella quien debía decidir si ir o no ir.

―De acuerdo, iremos―dijo finalmente provocando que la loba diera unos saltos―bueno, sino quieres ir lo entenderé. Iría yo con Tn, es todo un caballero a fin de c uentas.

―Eres demasiado poca cosa, chismosa y colorida para Tn―replicó ella.

―Eso me ha ofendido

―Me importa bien poco que te ofenda o no, Tn es solamente mío, y de ninguna otra chica más

―Uy, que territorial―dejó salir una carcajada―bueno, iré a hablar con Yoko para poder preparar la fiesta. Igual necesitamos ayuda de Tn, ¿te importa qué nos ayude?.

Miércoles se giró sobre sí misma con la silla quedando sus ojos mirando a los de Enid.

―La última vez fue para una función y acabó morreándose con una de tus peludas amigas―respondió cruzada de brazos.

―Esto es diferente, es montar una fiesta.

Ella finalmente accedió y Tn se marchó siguiendo a la joven. La pelinegra se quedó pensando durante un rato en su vida mientras sus ojos se posaban sobre el bosque. Allí, apoyada en la barandilla recordaba su llegada a Nevermore. Era cierto que había cambiado mucho, y ahora estaba con un chico el cual deseaba besar, abrazar...todas esas cosas de una chica de su edad enamorada.

Guardó todo lo relacionado con su libro en su cajón y salió a dar una vuelta. Quería estirar las piernas un poco tras estar tanto tiempo sentada. Fue saludando a sus amigos como Xavier o Eugene.

―Eso va allí―ordenaba Enid a Tn.

Yoko, Divina, Enid y Tn estaban organizando todo. La loba cargaba con las cajas y las iba examinando mientras miraba unos planos de dibujo qué había hecho ella. Miércoles permaneció allí apoyada en la pared, con una leve sonrisa cuando miraba a su chico trabajar.

Se percató de algo, podía estar durante mucho tiempo viendo a Tn hacer cosas, algo tan sencillo, una cosa tan simple como decorar un lateral...pero para ella...no podía describir esa sensación. Yoko se dio cuenta de su presencia.

―Ey Miércoles―saludó captando la atención de todos.

―¡Roomie!―exclamó emocionada―¿vienes a ayudar?, somos suficiente pero siempre viene bien un par de manos extras.

―No―contestó fría.

Tn se acercó a ella con un sombrero de colores y se lo puso en la cabeza.

―Le queda genial mi señora―bromeó esté.

Las chicas se quedaron de piedra al ver la acción del joven conocedoras de como era Miércoles. La pelinegra se lo quitó poniendo cara enojada.

―Lo siento, he traspasado la línea de mi profesión. Le pido disculpas―tenía miedo al ver la cara de la chica.

―Te lo dejaré pasar por está vez―luego le lanzó a las chicas el sombrero.

Continuaron montando todo. Únicamente faltaban los adornos que tenían que traer de Jerichó los cuales no estaban preparados aún. Tn acudió al dormitorio una vez finalizada su tarea. Allí estaba la joven, tocando el instrumento en el balcón. El chico disfrutó de su música, realmente se le daba bien todo a esa mujer.

―¿Interrumpo mi señora?―preguntó cuando dejó de tocar.

―Te he dicho que a solas me llames por mi nombre―guardó el instrumento―¿ya has terminado de montar eso con doña chismosa y sus amigas?.

―Sí, aunque todavía quedan cosas por montar...Miércoles.

La joven le tomó de las manos para llevarlo a la cama donde se tumbaron a hablar mientras ella estaba apoyada en su pecho, recibiendo las caricias en el pelo.

―Hay algo qué debo preguntar...esa Marina...¿te llegó a tocar?

―¿A qué te refieres?

―Ya sabes...a...a...besarte y ese tipo de cosas

―No, nunca se llegó a eso.

Ella suspiró.

―Supongo que hice bien en no quemar su dormitorio―eso no sorprendió al chico, acostumbrado a ver la clase de amenazas que solía decir.

La pareja se dio unos cuantos besos, charlaban de cosas para conocerse mucho más y de vez en cuando se quedaban mirando los ojos del otro, perdiéndose en la profundidad de estos.

Después de un rato llegó la hora de cenar. Tn se encargó de ayudar a los cocineros porque necesitaban ayuda y esa noche la comida había salido más deliciosa. Incluso la dirección le quería hacer cocinero contratando a este pero Miércoles se negó diciendo que solamente estaba para servirle a ella. Y tras ello, fueron a la habitación de nuevo. Tn se puso a limpiar el polvo de la habitación, de los peluches de Enid y tras ello, se puso a dejar como nuevos los zapatos de la peliengra.

Mientras tanto, un auto lujoso salía de una mansión lejana. La chica de nombre Marina, había decidido tomar cartas en el asunto. Ella era muy orgullosa, y si había algo que no toleraba, eran las faltas de respeto como aquellas, daba igual que fuera un simple mayordomo. Lo que consideraba suyo, era solamente de ella. El conductor iba en silencio, siguiendo las instrucciones de ella.

―Así que Miércoles Addams―pensaba la chica mirando su teléfono, se metió en las redes para encontrarla junto a Enid.

Y así, el vehículo fue conducido mientras la chica pensaba en recuperar a Tn para que trabajase para ella. Si tenía que pelear, lo haría, no dudaría en hacerlo.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

PD: Por si salen palabras juntas, lo arreglaré cuando pueda  :)

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