28. Traición
Mi Más Alejado Deseo
Capítulo 28
Alana Brooks
Tengo el fruto de nuestro amor creciendo en mi vientre, no esperaba tener algo así en estos días donde siento que todo se me está alejando de las manos, pero con esta noticia siento que no era lejos sino cerca, lo tenía a poco días de conocer la mejor noticia que he podido tener.
Por el amor tan lindo que he vivido a su lado hoy le daré la noticia, le diré que estoy embarazada y que él será padre por segunda vez. Siento que la alegría no me cabe en el pecho, que las emociones son una maldita locura, estoy feliz y al mismo tiempo triste sin razón alguna.
—Decide nena ¿Que quieres comprar? —pregunta Fernando mientras estamos en una tienda de bebés.
—No quiero algo que haga imponer el sexo desde ahora.
—Entonces compra medias, cuál es el complique de esto.
—Soy mujer me vuelvo loca viendo esto ¿No crees que estos zapatos son lindos?
—Son de niño Alana —dice obviando lo que ya sé.
—Lo sé, no estoy ciega.
—Pues pareciera, espero que todo salga bien en esta noche.
—Seguro que sí.
La emoción estaba allí, ya le había comentado a Azael que llegaría tarde hoy pero haré todo lo contrario. Hablé con el jefe y le pedí permiso por la tarde no trabajo así que vine a comprar alguito para la noticia, luego iré al departamento de Fer para darme una ducha y hacer un cambio de ropa.
No celebraré algo así con el uniforme de la empresa. Ni de broma lo haría, por eso agradezco tener un amigo como Fernando que siempre está allí para cualquier cosa que le pida.
—Esperemos que sí, sino ya sabes, me llamas.
—No habrá necesidad de hacer algo así, lo malo es que no pude invitar a mi madre.
—¿Por qué? —es horrible no tener a mi madre para una noticia así de importante.
—Se fue de urgencia adónde una tía, le tocó llevar a Jadhiel a casa, gracias que Azael estaba en casa hoy.
—¿Cuando regresa? —pregunta aquel cuando volteo con un par de mamelucos en la mano.
—Me dijo que regresaría mañana.
—Entonces mañana le dices.
—Me alivia que mis hermanos ya están un poco grandes y saben cuidarse. Pero por más que sea ella es el pilar de esa casa.
—Por lo que veo estuviste pensando sobre la idea de llevarla contigo.
—Si, lo pensé muy bien y no creo que sea lo más conveniente.
—Por lo que sé a tu mamá le gusta sentirse libre, por lo que llevártela para tenerla en casa encerrada no es lo mejor que le puedes hacer.
—Si, además que indirectamente le pregunté y me contestó que no se iría conmigo.
—Es que llevan años viviendo aquí Alana, es muy difícil mudarse cuando ya estás acostumbrado a un lugar en específico.
—Si, pero tenía la ilusión, aunque no me acordaba de mis hermanos en esos instantes en querer tenerla a mi lado.
—Puedes llamarla y estar al pendiente de ella, no creo que ella quiera perder la comunicación contigo, siendo su hija.
—En eso tienes razón.
—Decide ¿Blancas o negras? —pregunto con los pares de media en cada mano.
Luego de habernos decidido por las blancas y empacar con los resultados del laboratorio nos dirigimos al departamento de Fer, ducha un baño que estuvo bastante refrescante. Me coloque un vestido suave y holgado, nada apretado a mi cuerpo, sencillo pero hermoso.
Los nervios los tengo de punta, es un día en el que mi futuro está presente por aquel bebé que crece dentro de mí.
—¿Crees que me veo bien? —Le pregunto mientras el océano de sus ojos me reparaban de pies a cabeza.
—Te ves preciosa nena — por alguna razón me encanta que me llame así, se siente bien viniendo de él.
Me reparé en el espejo de su habitación, el vestido es de un buen color, azul marino y ni hablemos de los adornos de mi cabello, flores azules. Es increíble que me haya vestido de azul por completo, tal vez es porque a él le encanta verme de ese color.
—¿Te llevo? —pregunta Fernando recostado en el marco de la puerta.
—No, te agradezco ya escribí a servicio de taxi —no era mentira es mejor llegar sola.
—Te acompaño a esperarlo.
—Está bien —le regalé una sonrisa.
—Me gusta verte feliz aún cuando no es conmigo.
Me quedé en completo silencio creo que el compartir tanto con él no ha hecho que se olvide de lo que siente por mí.
—No sé si él es hombre correcto en tu vida, pero si eres así de feliz, yo lo estaré y respetaré tu decisión de estar a su lado. Pero si buscas un nuevo amor algún recuerda el que yo siento por tí.
—Me harás llorar, no sabes cuánto quisiera poder corresponder a ese amor como tú quisieras, pero no puedo y no quiero, lo amo y estoy esperando un hijo con él.
—No es por nada pero casi te engaña una vez ¿Quien dice que está vez si lo haga? —pregunta aquel con un poco de preocupación en su rostro.
—Ha pasado tanto y aún no tengo prueba de lo que yo sentía, tal vez todo fue un momento de paranoia. Tal vez me estaba inventando todo, por lo que antes habíamos pasado.
—Entonces sé muy feliz — dijo dándome un corto beso en la frente.
—Lo haré por todos.
—Asi será.
Vimos el taxi aproximarse, me abrió la puerta de atrás y me ayudó a meter los bolsos.
—Que tengas una gran noche y me cuentas todo —mencionó aquel dejando que por fin entrara a los asientos y que el taxi comenzará a andar.
Desde la lejanía veo como sigue viendo el taxi irse, lo veía allí con su sonrisa pero por dentro herido, sabía que le estaba haciendo un mal al estar cerca de él.
Azael Stone
Este día ha estado nublado, hoy era mi día de descanso luego de por fin emprender el proyecto. Alana salió con un bolso adicional al que siempre para trabajar, es extraño pero comento que habría una fiesta en casa de Fernando y que se cambiará allá, no le ví problema ya me contó todo sobre Fernando por lo que no tengo porque desconfiar.
Llegará tarde, y justo quería pasar tiempo con ella pero comprendo que también tiene derecho a pasar tiempo con sus amigos.
Ha pasado una hora desde que ella se fue al trabajo, quise ayudarle un poco por lo que limpie la casa, luego de esto me coloque a ver películas como sueño hacerlo con ella cuando ambos estamos descansando los fines de semana.
Después de cuarenta minutos de correr la película el timbre de la puerta comienza a sonar con mucha insistencia, tanto que me extraña, nadie viene a estas horas a casa. Camino a la puerta luego de colocarme la camiseta, cuando la abro me sorprendo demasiado al ver a mi suegra parada allí con mi hijo a su lado junto a su bolso, y ella también llevaba un bolso extra.
—Azael —dijo soltando el aire que contenían — Alana me contó que estarías aquí.
—Si, dígame -mencione —¿Que necesita?
—No puedo cuidar de tu hijo por lo que resta del día y creo que mañana tampoco, mi hermana se enfermo y necesita una mano, lo siento debo irme.
—Si no se preocupe pero necesita dinero o algo más.
—No —contesta ella de una sin siquiera espabilar un poco.
—Bueno si estando allá necesita algo no dude en llamar.
—Solo cuídalos bien —se refiere a sus hijos en casa y también de Alana.
Ella siguió su camino y mi hijo entra corriendo a casa, creo que es hora de sus programas; entramos a su habitación le quitó los zapatos mientras lo siento en la cama, enciendo la tele y él se queda allí.
—Si necesitas algo me llamas o gritas — que locura es un niño como puedo decirle eso.
Lo dejo solo para ir a terminar de ver la película que espera en mi habitación, y es allí cuando vuelvo a ser interrumpido por una llamada en mi teléfono, levanto y el nombre de Jul es visto, no puedo hacerla esperar se enoja.
—Hola —contesto con mi vista fija en el televisor.
—¿Cómo está mi hombre? —es bueno escucharla alguna vez al día.
—Bien, descansando en casa y creo que estaré solo por mucho tiempo.
—¿Por qué lo dices? —pregunta ella a través del teléfono.
—Alana me dijo que si amigo el Fernando ese hará que una fiesta y me dijo que llegaría tarde.
—¿Que te parece si voy a visitarte?
—Estas loca Jadhiel está aquí en la casa.
—Es para que pasemos tiempo juntos, sabes que mañana iré de viaje, visitaré a mis padres.
—Bueno trae pasabocas —mencioné.
—Te llevo a mi de postre —escucho una sonrisa al fondo de la llamada.
—Estaría muy bien —le dije sin más.
—Bueno nos vemos dentro de —pausa unos minutos —dos horas cariño.
—Si mi chica sexi.
La llamada terminó allí, sin nada más que decir, recordé de repente las veces que en mi cama hemos tenido sexo sin control cuando Alana no estaba aquí.
La película termina después de una hora, me levanto para comenzar hacer algo de almorzar, preparo un poco de pastas y agregue un poco de queso que encontré en la nevera, luego de preparar su salsa y tener todo listo sirvo un plato para mí y otro para Jadhiel.
Comimos con un poco de soda, y luego jugamos en la sala con sus juguetes para entretenernos entre tantas horas que debemos estar aquí. Escuché el timbre de la puerta justo cuando salgo del baño, me visto rápido y al abrir veo a mi chica en un short negro y una camisa roja, se veía radiante.
—Traje chocolate, cerveza, y dulces para él.
—Que buena chica eres —termino de decir y ella me besa inmediatamente.
—¿Cuando regresas de viaje? —comente porque aún no me había dicho la fecha de su regreso.
—El lunes, solo pasaré el fin de semana.
—Que bueno nos veremos en tu oficina cuando estés de regreso, para darte tu recibimiento —digo tocando mi entrepierna.
—Me encanta ese recibimiento, es excitante.
—Vemos una película.
—¿Y si hacemos nuestra propia película? —menciona ella con una cara pícara.
Hemos estado jugando con Azael, han pasado dos horas desde entonces creo que no vendría mal un momento a solas.
Tomo a Jadhiel y lo llevo a su habitación, este queda viéndose el rey león mientras yo regreso a la sala donde Jul me espera.
—Vayamos hacer nuestra propia película.
Ella me agarró de la mano y fue conmigo a la habitación colocamos seguro a la habitación y está comienza a quitarse sus zapatos, luego prosigue con su ropa.
—Un baile sexi a mi hombre.
—No estaría mal —mencione ya un poco entusiasmado.
La veo a ella quitarse su camisa quedando una lencería roja ¿Porque no usa ropa interior normal? Ese encaje rojo se ve tan perfecto en su piel blanca resaltando mucho más; luego desabrocha el shorts y este cae dejando ver la diminuta tanga, sus caderas comienzan a menearse mientras se acerca a mí.
Estando acostado en cama solo en bóxer ella se acerca y comienza a menear su culo justo encima de mi bulto ya formado, la locura me carcome; sus besos comienzan tan fuerte que es inevitable no sentir el deseo de penetrarla con fuerza y hacerla mía una vez más.
La lencería comenzó a irse y ella queda totalmente desnuda, chupo sus senos quedando rojizos de tanto morderlos sus gemidos comenzando a inundar la habitación mientras sigue moviéndose encima de mi, siento querer enterrarme ya en su entrepierna.
Ella se levanta y se dirige al adónde está su ropa tirada y saca un par de sobres metálicos mientras yo quitó mis boxer quedando desnudo con mi erección frente a ella, la lanzo con cuidado a la cama y veo a ella tocar su húmedo coño mientras me coloco el preservativo.
—Follame ya mismo, mételo dentro de mí con fuerza, hazme sentir tuya una vez más.
Me encanta cada que exige estar dentro de ella, cada que me pide más sin importar nada más que nuestra satisfacción.
—Mía, solo mía —dije tocando su coño que se encontraba tan húmedo, haciéndome tan fácil entrar y salir de ella.
Sus gemidos se hicieron cada vez más fuertes estaba tan absorto del tiempo, lugar, espacio sentía que solo éramos los dos en estos momentos, solo penetraba una y otra vez dentro de ella. Agradecía tanto que estuviéramos solos por mucho tiempo.
El placer nos estaba consumiendo, verla desnuda en mi cama, escucharla gemir y abrir más sus piernas para entrar en ella mucho más. El deseo de estar juntos nos vuelve loco por lo prohibido que es.
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