16. Mi Ángel

Mi Más Alejado Deseo

Capítulo 16

Los días pasan aún logro ver cómo Alana evade estar cerca de mi, en ningún momento quise que la situación estuviese así en mi hogar ¿Cómo hago si no quiero soltarla? No quiero enterarme que ella llegue a conocer a alguien más y que no quiera estar más conmigo, es un episodio en mi vida que muy probablemente pueda suceder pero que yo no estoy dispuesto a aceptar.

Finalmente ella acepto quedarse en casa, no sé que la habrá hecho cambiar de opinión la vi tan segura de irse que pensé que lo haría sin mirar atras; pero también he notado que no duerme tan bien como antes y al parecer no se está alimentando como antes lo hacía ¿Estará enferma? Si lo está porque no me lo dice yo podría llevarla al hospital sin ningún problema.

Con Jadhiel las cosas han estado muy bien, ella sigue al pendiente y cuida de él como siempre lo ha hecho, verdad que sí parece que fuera su mamá y me lo he creído tanto que en algunas ocasiones le repito a él esas palabras para que la considere como una, no me importaría que Jadhiel le diga mamá. Es tan inteligente ya falta muy poco para que aprenda a caminar ya logramos ver cómo algunas veces intenta ponerse de pie y siempre que pasa estamos todos juntos, creo que le gusta recibir la atención de los dos ¿Se llegará a llevar así de bien con Jul? Eso es una duda que no he podido darle respuesta, sé que prometí no pensar en ella o siquiera hablar de forma personal pero tampoco he podido olvidar el apasionado beso que nos dimos en su oficina.

Ella me ha estado escribiendo constantemente preguntando por mi y el cuando nos volveremos a ver, pero en estos momentos estoy tratando de recuperar a la chica que ha estado conmigo desde siempre, solo yo pude ser tan idiota de dejar todo por una aventura, una dónde solo he recibido un simple beso.

—Buenos días —entra Jul a mi oficina en un vestido negro que resalta sus ojos azules.

—Buenos días —respondo un tanto atontado por su belleza, ese vestido le hace ver su figura por completo y no hablar del escote en sus senos.

—¿Porqué me estás ignorando?

—Tengo inconvenientes familiares y he estado muy ocupado, de verdad lo lamento mucho no fue mi intensión.

—Entonces todo está bien —inquiere aquella con un poco de duda aún.

—Si, todo está bien no te preocupes.

—Bueno vine avisarte que ya está todo listo del proyecto, acaban de dar el aviso que en año nuevo se comenzará la búsqueda de los pasantes que realizaran sus prácticas en nuestras empresas.

—Eso me alegra tanto ahora sí puedo pasar navidad tranquilo en casa con mi familia.

—¿Tu familia vendrá? —Pregunta aquella chica con su mirada fija en mi.

—Estare con mi hijo y con Alana.

—¿Alana? Es la niñera de tu hijo.

—Si, ella misma.

—No entiendo cómo puedes convivir con ella.

—No entiendo ¿Que quieres decir?

—No viste como estaba vestida esa noche se te estaba ofreciendo como una zorra callejera.

—Si vas a venir a hablar mal de ella te puedes regresar, ella es un ángel, mi ángel y no la abandonaré cuando ella nunca lo ha hecho conmigo.

—Por que la defiendes tanto, es una simple niñera, te puedes conseguir a otra y ya.

—Pues no quiero a otra la quiero a ella.

—Ya pero no te enojes que solo lo digo jugando, no has visto novela nunca.

—No, y no estamos en una maldita novela para que vengas a mi oficina a hablar así de ella.

—Está bien me iré que tengas una feliz navidad, me iré y regresaré el próximo año para supervisar el proyecto.

—Que disfrutes de tus vacaciones Jul.

Ella se retira azotando la puerta de mi oficina pero la verdad es que no entiendo cómo es posible que hable así de Alana cuando ella jamás le ha hecho algo, no puedo creer lo despiadada que puede llegar a ser hablo sin importarle que yo estaba presente.

Pero siendo sinceros ya es casi navidad y aún no he comprado para decorar un poco la casa y los regalos de Alana que por cierto se merece muchísimos por todo lo que ha hecho por nosotros y no falta juguetes para Jadhiel.

Termino de ojear algunos documentos que me hacían falta por revisar para poder irme a casa y tratar de hablar con Alana para realizar las compras necesarias y ver si invitamos a su madre a cenar con nosotros para navidad, creo que ya es el momento de hablar de lo que yo siento por ella, pero antes debo comentárselo a Alana.

*****

—Buenas noches —saludo al entrar a casa viendo cómo Jadhiel intentaba nuevamente dar algunos paso, cada vez logra caminar más y más.

—¿Cómo te fue hoy? —Alana pregunta con un poquito de sonrisa oculta, al parecer seguirá siendo así cada día.

—Me alegra verlos sonriendo y estando juntos como una familia.

—Y... ¿Somos nosotros una familia? —Pregunta ella, al parecer esto le sorprende demasiado.

—Desde un principio lo hemos sido, solo que nunca lo dije como tal.

—Es muy bueno escucharte hablar así, creo que ya estás mejor.

—Eso mismo quisiera saber de ti, te noto más delgada desde lo último que pasó te noto con muchas ojeras ¿No estás durmiendo? Además de eso ¿Estás comiendo a tus horas? Me preocupas porque te ves así.

—No te preocupes solo es una virosis ya fui al hospital y estoy tomando antibióticos y demás.

—Me tranquiliza escuchar eso, pero ya ha pasado una semana ¿Porque no se te ha quitado?

—Segun los doctores es un virus fuerte, debo tener paciencia.

Me acerco a ella de verdad que si se nota enferma, cuando me acerco coloco mis manos en sus mejillas que se encienden en tan solo segundos.

—Alana tienes fiebre, vamos levántate de allí —ella sonríe burlándose de mi.

—Ahora me tomo algo y ya, ahora debo cambiar a mi niño.

—Yo lo cambio no te preocupes por eso, ahora concentremos todo en como bajar tu fiebre.

—En el cuarto hay pastillas busca en el tocador.

—¿Por qué no me llamaste si te sentías mal? Porqué debes ser tan terca y no decirme las cosas.

Con Jadhiel en brazos llegó a la habitación, a él lo coloco en su cuna y comienza mi búsqueda por las pastillas, creo haberlas encontrado al momento de verificar con la receta médica tomo las necesarias y me regreso nuevamente a ella quien veo completamente débil en ese sillón.

—Alana, toma las pastillas —me le acerco con un vaso de agua pero siento que su fiebre aumenta.

—Relajate es solo una fiebre.

—He perdido muchos días lejos de ti, como me pides eso, te descuidé por mis tonterías.

Las lágrimas y el sentimiento de culpa aparecen ¿Cómo cuidaba de Jadhiel estando así de enferma? Yo hubiese pedido un permiso y hubiera cuidado de los dos. La recuesto un poco en el sillón escuchando a lo lejos los gritos de Jadhiel por estar solo, saco un pan que relleno de mantequilla y queso y como con un poco de jugo para hacer todo rápido.

Me acerco a la chica que lleva una pijama de una sola pieza dejando ver sus piernas y un poco sus senos. Luego de minutos le vuelvo a tomar la temperatura y es demasiada para ella, pero debo cuidar de aquel loco que grita y tratar de dormirlo.

—Vamos Jadhiel duerme hijo, necesito que te duermas para cuidar a mamá.

—Ma -má —dice el pequeño que ha hecho que me sorprenda las prácticas a escondidas han servido tanto.

—A ella le encantará escuchar eso cuando esté mejor campeón.

Repite la palabra otras dos veces más y queda dormido luego de tomar su vaso de leche, me acerco nuevamente al sillón y ella está allí tratando de levantarse haciendo que caiga de bruses al piso.

Corro inmediatamente hasta llegar a ella para recogerla del suelo frío del cuál sigue inconsciente, me dirijo con ella en mis brazos hasta la habitación y la recuesto en la cama.

Llamo a mi madre para que me diga que puedo hacer «si soy inexperto» a lo que ella me dice que colocarle paños de agua fría en la frente le aliviará un poco. Me retiro la ropa quedando me solo en los pantalones y me dirijo a la cocina por un tazón de agua y un pañuelo de los que siempre se compran para tener para alguna ocasión, lo mojo bastante y se lo coloco en la frente; sus mejillas están rosadas de la misma fiebre que trae encima y siento que tiembla algunas veces, el frío la ataca.

Ella comienza a delirar y mencionar algunas palabras, ella está mal y lo tengo idea de que hacer ¿Que hubiera pasado si no estuviera aquí? Ella sola con un niño, es un completo caos.

—Azael, te amo —estar así la hace mucho más indefensa y dice lo que estando conciente no dice.

—¿De verdad me amas? —se que no está muy despierta pero algo es algo.

—Mucho —ella sonríe un poco y se mueve apoyando su cuerpo al mío abrazando mis piernas.

Quisiera poder decirte lo mismo.

No la amo por más de que tengamos meses de estar juntos no siento ese sentimiento profundo por ella, me gusta y me atrae pero hasta allí llega todo lo que siento por ella, ademas del agradecimiento por todo lo que ha hecho por mi y por mi hijo.

No tengo como pagarle todo lo que hizo al principio aún cuando no sabía nada de ser madre o de un bebé. Le di una gran responsabilidad que ella sin más cumplió, como si le hubiese quitado un pelo a un gato como dicen por allí, pero si lo pienso bien tampoco soy capaz de dejarla y que otro tenga la oportunidad de hacer con ella lo que en su momento pude hacer yo.

No pude corresponder sus sentimientos como tal, que hago mi dios, tu que escuchas y lo ves todo ¿Que hago con este sentimiento tan egoísta? Porque no quiero que se vaya de mi.

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