Capítulo 5
EUNOIA
Black, Black, Black…inocente de él.
Río ante el recuerdo en la forma que me miraba o mejor dicho, miraba mi cuerpo, estoy segura que pensó algo lujurioso o pervertido.
Para muchas mujeres, que un hombre le vea su cuerpo por un buen tiempo suele ser muy incomodo, pero a mi me encanta y me encanta mas es tentar el fuego.
Recojo todas las cosas que tengo encima del escritorio como siempre, esta noche sera divertida. Junto a Flip abandonamos mi oficina para bajar e ir a casa.
Aries dijo algo sobre que su familia murió en un accidente, yo no me como ese cuento por nada del mundo, se que miente, y no me gusta que al principio existan mentiras.
Bueno yo digo muchas pero solo cuando me convienen porque lo mas sano para alguien es decir la verdad aunque te haga daño cosa que al final de cuentas no me importa.
Llego al primer piso y veo a mi nueva presa, mi nuevo juguete, la persona con la cual me divertiré por mucho tiempo, Aries.
Camino en dirección a él y al notar mi presencia se coloca firme.
—Vamonos ya—le digo—tengo solo tres horas para arreglarme
—Como ordene—me dice y eso me vuelve a molestar.
A la mierda
Camino en dirección a la puerta del auto la cual es abierta por Aries mientras él se coloca en el asiento de piloto.
—¿Por que solo me respondes así?—le pregunto sin evitarlo.
Me mira sorprendido que le saque un tema de conversación ¿que puedo decir? soy bipolar en todos los sentidos y en el ámbito curioso urgente mas ánimos tengo.
—¿Perdone?—me responde.
—¡Eso!—le señalo—solo me respondes con sinónimos, si, como ordene, a sus ordenes, entiendo, Dios innova mas ¿que se yo? Dime como "esta bien señorita Fenix" pero si sigues con esa estupidez de palabras cortas te juro que te corto la lengua—lo amenazo.
Queda atonito ante mi ¿pataleta? Dios debo estar loca ¿Desde cuando le exijo a un ser insignificante que me trate de otra forma? No, esta no soy yo.
—Ah…ah…yo—tartamudea y eso me enoja.
—Solo callate y cierra la boca—ordeno.
En el transcurso del camino los únicos sonidos que nos acompañan son los claxons de los otros autos y los ladridos de Flip que a mi parecer están matando los tímpanos de Aries lo que me causa gracia.
¿Me causa gracia eso?
Si en definitiva si, ¿que puedo decir? Me encanta el sufrimiento humano.
Llego a mi casa y le recalco a Aries a que hora me tiene que recoger.
Entro a mi departamento mientras dejo a Flip en el suelo y reviso algunos mensajes de las citas de esta noche.
Aries
El nombre llega a mi mente de repente ¿que a caso no me puedo olvidar de él?.
No
Es un ser insignificante solo es un juguete más, al cual le esperan muchas cosas.
No mentiré al decir que el tipo prende algo en mi por que si, pero no se con esa actitud que es, seguramente es su atractivo el cual me esta dejando mal.
Es que tener un tipo tan atractivo a mi lado, es una situación difícil de manejar cuando lo que quiero es…
No, no eso no ¿que estoy pensando?.
Dejo el móvil a un lado y me dirijo a mi baño.
Dos horas después estoy lista, miro mi reflejo en el espejo de cuerpo completo.
Mi cabello suelto en ondas, en mi cuello reposa el collar de corazón con el nombre de mi madre, mi atuendo es un vestido blanco con mangas cortas un poco abombadas con ese toque arrugado que me encanta, el vestido tiene un escote en forma de corazón que divide la mitad de mi pecho en una linea abierta, el vestido se ciñe a mi cuerpo dejando que se marque mi abdomen y mi cintura, me llega mas arriba de las rodillas y me encanta como se me ve.
Bueno ¿Que no luce bien en mi? Soy perfecta y eso es lo que me importa, termino con ponerme unos aretes de oro y unas manillas iguales.
Mis tacones resuenan en la sala de mi pent-house y hacen eco, Flip sigue dormido en su cama de casa el canino abre los ojos para observarme y vuelve a cerrarlos.
Ignoro el hecho del que el perro me olvidase y busco mis cosas para llenar mi cartera, debajo de mi vestido en mi muslo derecho tengo una navaja que es sujeta por una correa, es poco visible y es mejor estar preparados, mis armas están igual de listas.
Se oye el tintineo de mi celular y lo busco entre mi cartera.
Es una llamada, y es de Aries.
Deslizo la pantalla.
—¿Si?—hablo primero.
—Buenas noches señorita Fénix, disculpe que le interrumpa su valioso tiempo, pero mi llamada es para darle aviso que llegaré dentro de cinco minutos.
¿Me a hablado educadamente? ¿Con los modales adecuados? Son los mismos que yo sé mas no utilizo en su gran parte.
Cada momento cuando pienso que no me puede sorprender logra lo contrario.
—Comprendo, avisa a tu llegada—le respondo sin agradecer
—Asi lo haré —responde mientras cuelga la llamada.
Me apresuro a guardar el móvil, a dejarle comida y agua a Flip, me aseguro de que los documentos estén en la caja fuerte al igual que los billetes.
Al asegurarme de que todo esta cerrado miro mi celular un poquito ansiosa.
Vuelve a sonar pero es una mensaje de texto de Aries el cuál informa que esta esperándome.
Salgo del Pent-house y me aseguro de poner las alarmas, me monto en el ascensor y para mi desgracia lo ocupo junto a una señora mayor la cual también reside aquí.
—Señorita Fénix—me saluda ella alegre de verme—Buenas noches, pero mira que guapa vas, tu cita tiene suerte de tenerte como compañía.
Trato de no ser grosera y responder con "dudo que mi compañía sea suerte, yo lo llamaría una desgracia".
Pero me limitó a sonreír como si no me afectara, no la culpo, ella no sabe que trata con alguien con mucho poder.
—Un gusto verla de nuevo señora Demar, lamento informar que mi atuendo no va dirigido a una cita con alguien—le respondo con una amabilidad y educación que me sorprendo yo misma.
—¿Ah no? ¿Entonces a donde vas tan hermosa si no es una cita?—me pregunta mirándome confundía.
Respiro profundo tratando de tranquilizarme y no abrir mi boca para decirle de que hoy en día cualquier mujer puede vestirse como quiera y no por ponerse un vestido significa que tendrá una cita, sexo o una fiesta.
Todas esas etiquetas ya no existen y hoy en día la mujer es libre de utilizar lo que sea.
Mas no le diré eso.
—Reunión de negocios —respondo cortante —ya sabe, el trabajo no puede parar.
Me regala una sonrisa autentica haciendo que unos hoyuelos se remarquen en sus cachetes.
La puerta del ascensor es abierta y ambas salimos caminando por el vestíbulo.
—Ya sabes que puedes pasar cualquier día a mi casa a tomar un té o alguna copa de vino, lo que prefieras, siempre serás bienvenida—me dice con generosidad.
Me hago una imagen mental de ella y yo tomando un té o una copa y no me veo en tal situación.
Más para dar por terminada la conversación, la tomo de las manos las cuales están calientes y le doy dos besos en cada cachete en forma de una despedida.
—Es usted muy amable, su invitación siempre la tendré presente, pero me temo que no sera pronto, estaré por fuera unos días —le aviso tratando de no sonar tan horrible—hasta luego y bonita noche.
Ella asiente y me deja ir, parte de lo anciosa que estaba hace poco se esfumó al encontrarme a esta señora.
No esta en mi ser educada con todo el mundo y usar una mascara, no, prefiero que noten lo que soy realmente.
Pero tampoco desconozco ser educada con personas mayores o cualquier persona de bien.
Las puertas son abiertas y fuera del auto veo la figura de mi jefe de seguridad.
Mi corazón empieza a bombear rápido al verlo con un traje de franela negra y chaqueta blanca y pantalones negros.
Él me sonríe y se posa firme cuando llego junto a él.
—Si me lo permite—me dice él—se ve muy hermosa esta noche mi señorita fénix.
¿Mi señorita? ¿Mia? noto que a cambiado su forma de dirigirse a mi, tal y como se lo ordene, lo esta cumpliendo y esto me hace una idea del que todo lo que yo pida lo hará sin dudar.
—Tu también estas elegante, felicidades lograste quedar cerca de mi altura—le respondo mientras él me abre la puerta y entro.
Él da vuelta al coche y entra a conducir.
—¿Y porque no puedo llegar a estar cerca de su altura?
Suelto una risa por lo que a dicho
—Ay Black…—hablo entre risas—nadie puede llegar a mi nivel y si tal caso existiera, seria mi padre, pero tu, estas muy lejos de estarlo.
—¿Por que?—pregunta dudoso.
¿Acaso no comprende lo que le digo?.
—Porque para llegar a mi nivel, para por lo menos estar cerca, tendrás que matar a mucha, mucha gente, criarte desde nacimiento junto a armas, practicar en campo de batalla, el dinero, transportar, vender, negociar, volver a asesinar, aceptar condiciones y mejor aun imponerlas tu mismo, olvidar que existe el corazón y lo que se llaman "sentimientos" y si lograras eso, solo faltaria el respeto de todos a ti—le respondo tratando de hacer un resumen de mi vida y del porque nadie puede estar igual que yo—por eso.
Termino de contar y Aries queda en silencio. Experimento lo que se supone un silencio cómodo e incomodo.
¿Y si se asusto?
Bueno, lastimosamente no puedo cambiar lo que e sido y el como me e criado, y eso ya lo sabe Aries.
—Dice que tuvo que olvidar su corazón y los "sentimientos" —habla él con calma—se equivoca, hay mafiosos o personas en este mundo que tienen su pareja incluso hijos y siguen en el poder, ¿que seria diferente con usted?.
Su pregunta me deja algo sorprendida, el como toma su tiempo para analizarlo todo mientras que yo ya tengo la palabra mordaz en mi boca.
—Es cierto, hay personas como yo que viven así, como mis padres por ejemplo—acepto su respuesta—la diferencia entre ellos y yo, es que, cada día estas en la lucha de protegerlos, tener una pareja o hijos significa que siempre seras un blanco fácil para tus enemigos—respondo—y yo no estoy dispuesta a vivir tal cosa, porque al estar en el poder y ser una de las muy pocas que lo logra, hace que seas mas conocida en mi mundo.
Asiente ante mi respuesta mas no dice nada.
Pasan unos diez minutos en los que solo veo las calles o mi celular para entretenerme.
—Llegamos—avisa Aries estacionando al frente de mi club.
Hoy hay bastante gente, la fila es grande, estoy haciendo mucho dinero en estos momentos.
—Vamos Black—le digo mientras salimos del auto y caminamos en la misma dirección.
Llego a la entrada donde se encuentra un guardó de seguridad altote.
Le observo esperando a que me reconozca.
—Oh, señorita Fénix cuanto lo lamento—dice él al reconocerme—sea bienvenida a su club.
Nos abre y yo le volteo los ojos, detrás de mi viene Aries.
Paso por el primer piso y busco la sala privada, donde mataré debidamente a uno de mis socio.
Llego y me siento en uno de mis sofás negros.
Las cortinas son abiertas por un hombre de 30 o 40, su nombre es Jimink un japones el cuál conocí para tomar la decisión de ofrecerle este lugar para suministrarlo.
—Mi señora—hace una reverencia al verme—¿y él?.
Señala a Aries el cual ni se inmuta.
—Mi jefe de seguridad—respondo con simpleza.
—¿Y aquel guapote que traías?.
—Lo asesine.
Su carismático rostro se va apagando poco a poco al entender mis palabras.
Sonrio, me gusta que la presa sepa que va a ser devorada por la serpiente sin ningún escape.
—Que…perdida—comenta él ya sentado—¿A que se debe el honor de su visita?
—¿No puedo venir a mi propio club?—le pregunto grosera.
—Si...puedes...solo que.
—Ya dejemonos de estupideces, tu titibuteo me harta y no estoy para escucharte—desenfundó mi arma la cuál tiene un silenciador, él se sorprende e intenta pararme pera ya le volé la cabeza.
Y eso mismo hago con todos y cada uno de mis socios, voy a dos clubes mas, y mi prostíbulo el cual tenia a una mujer como socia, ella acepto traicionarme y no suplico por su vida.
Al final e terminado con todos y me produce felicidad saber que ya no están estorbando.
Aries va llamando a las personas de las cuales se llevan los cadáveres, no réplica, no me a dicho nada sobre mis acciones y eso me gusta.
Son mas de las dos de la mañana y es cuando por fin vuelvo a casa.
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Notita pequeña:
Hola mis querid@s lector@s ¿como están?
Espero les gustara este corto capitulo, nos vemos la próxima semana con otros dos capítulos.
¡Hasta pronto! ¡No olviden votar y comentar!
M. Valentina. R. Trujillo✨
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