Veintiuno
Hermione
— Vamos, sabes que te mueres por salir conmigo — Cormac estaba siguiéndome por los pasillos. — Nena, soy el chico millonario que necesitas, con nuestras fortunas unidas nos harán más ricos que la reina.
— No quiero salir contigo ni con nadie, ya acabaron las clases y ahora puedes ir a lanzarte al lago negro. — Me coloqué los audífonos inalámbricos al Bluetooth de mi tablet.
Corrí al estacionamiento antes de que se atreviera a seguirme, saqué las llaves de mi SUV, al abrir la puerta vi como trataba de subirse.
— ¡Hermy! — Gritó cuando notó que la compuerta estaba asegurada. — Tenemos que regresar.
Lancé mis pertenencias en el asiento del copiloto me senté, debía huir antes de que me ocurriera algo. Mi instinto me pedía huir. Así que me asusté más cuando Cormac abrió mi puerta y prácticamente me sacó sin esfuerzo alguno, como si yo fuera una muñeca de trapo.
— ¡Suéltame, idiota! — Exclamé asustada.
— No hasta que digas que serás mi novia y nos casaremos — Cormac me tenía sujeta de la cadera y muy pegada a él. No había manera de darle una patada en la entrepierna.
— ¡Nunca! ¡Suéltame o lo siguiente que vas a enfrentar es un juicio! — Amenacé.
Acercó sus labios a los míos para besarme de manera salvaje. Maldita sea, porque a los malditos violadores tenía que gustarles forcejear, necesitaba calmarme y pensar de manera lógica.
— No me importa, tú eres una mina de oro que no dejaré escapar otra vez. — Estaba tratando de quitarme la falda y en el proceso rasgó mi blusa — Te amo, Granger.
Entonces vi que por detrás de él se acercaba Draco Malfoy, mi profesor, no parecía estar nada contento con lo que estaba pasando. Debía hacer algo o Cormac me tomaría como rehén para evitar ser golpeado.
— Yo también te amo — él aflojó su agarre. — Deberíamos ir a mi casa para ponernos al día, aquí cualquiera podría vernos.
— ¿En serio? — Me soltó y una sonrisa se dibujó en sus labios.
De inmediato mi maestro lo hizo girar hacia él y le dio un puñetazo que lo noqueó.
— ¡Por supuesto que no irá contigo idiota! — Gruñó al cuerpo inerte.
Mis primos gemelos aparecieron corriendo tras él.
— ¡El profesor Malfoy fue más rápido que nosotros! — George estaba jadeando — Gracias por defender a mi prima.
— Joder, me voy a morir — Exclamó Fred debido a la falta de aire — Gracias Malfoy, de no ser por ti ese idiota se hubiera propasado.
Entonces se giró hacia mí, vio mi falda y blusa rasgada. Se retiró su saco y me lo puso sobre los hombros, solo entonces fui consciente de que casi fui violada en el estacionamiento de la universidad. Me desmayé por el shock.
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