Draco

— Le digo que es cierto, yo los vi — Astoria volvió repetir al director.

— ¿Tiene alguna prueba de lo que dice? — Dumbledore se mantenía inexpresivo. — Doctora Greengrass, no es la primera vez que acusa a Malfoy de algo similar. Todas esas ocasiones fueron falsas.

— Esta vez sí, yo la vi sentada en el escritorio. Además de la niña dijo que lo amó hasta el final — Astoria volvió a repetir.

—No soy una niña. Yo le vuelvo a asegurar que me refería a mi gato fallecido. — La señorita Granger se cruzó de brazos. — Usted vuelve a acosarme con injurias.

— Doctor Malfoy ¿Qué tiene que decir usted? — El director se dirigió a mí.

—No salgo mis alumnas, si hay cercanía entre la señorita Granger y yo, es debido a que trabajamos juntos en un proyecto. — Ya me estaba hartando de que cada vez ocurriera esto. — Le pregunté por el gato, debido a que meses atrás nos cruzamos en la veterinaria cuando yo fui adoptar un cachorro.

— Exacto, y si hoy yo estaba sentada en el escritorio es debido a que no pudo estar parada todo el tiempo por culpa de estos zapatos — La señorita Granger puso su zapato de tacón aguja sobre la mesa — ¿o usted puede estar parada horas, Doctora Greengrass? Le aseguro que si no hubiera tenido que asistir a mi padre en una reunión de negocios yo estaría usando zapatillas y jeans.

Diez minutos más tarde estábamos sentados en el parking de la universidad. Cuatro días de sanción fue el castigo para la señorita Granger y yo, en cambio a Greengrass se le quitó el derecho a renovar su contrato para el próximo semestre.

— ¿En verdad nunca ha salido con estudiantes? — La señorita Granger estaba sentada en el capot de su camioneta SUV blanca. — Si se la pasa mirándome.

Su pregunta me toma con la guardia baja. — No, yo no salgo con estudiantes. Y si la miró a usted es debido a que... es adorable.

— ¿Adorable para ver o adorable de "aquí te pillo, aquí te mancillo"? — Su mirada inquisitiva me turba.

— No la tocaría y mucho menos trataría de seducirla. — Me crucé de brazos — Porque es una niña de 19 años.

— ¿Niña? Yo soy una mujer.

— Yo diría que es más bien una doncella. — Le sonreí con simpleza y sus mejillas se ruborizaron, era la primera vez la veía así y que yo fuese el motivo era gracioso — ¿o acaso usted ya...?

Negó rápidamente con la cabeza — No tengo tiempo para el romance. Es mejor que vaya a casa y ... Adiós.

Subió a su camioneta y se marchó.

— Eres adorable para pillar y cuidar. — Sonreí y subí a mi Hummer. Mi cachorra necesitaba salir a pasear. 

Nota antes de la edición:

Suelo actualizar a diario y cuando no lo hago he decidido subir los capítulos con los que me atrasé en un solo día. Así que no hay nada que perder. Gracias por leer, votar y/o comentar.

Por cierto, si hay nuevos seguidores en esta historia les invito a leer "Tu bebé" que es la secuela de esta historia.

Sin más que decir les envío fuertes abrazos psicológicos.