Dieciocho

Draco

Puede que la gripe esté por llegar y con este clima no es favorable enfermar. Apenas va un día de la sanción y yo no he dejado de estornudar, mi cachorra se asusta por lo que me ladra, son sus primeras palabras y se siente como si dijera «¡cállate, me asustas!»

— Ya, Curie. No soy supersticioso, pero es más seguro que alguien haya estado hablando de mí a que enferme. — Volví recostarme en la alfombra para hacer lagartijas. Unas 200 diarias me ayuda a pensar a la vez que mantengo mi físico.

En mi equipo de sonido se reproducía la música de Queen, mi canción favorita Don't Stop Me Now, me gusta el Rock, me hace bailar y cantar de verdad, no como los ritmos modernos donde lo que hacen es restregarse. Tal vez de lo moderno puedo rescatar que me encanta el pop y la música electrónica, me ayudan a trabajar.

El timbre de mi departamento sonó repetidas veces que no me dio tiempo de ponerme una camiseta.

— ¿Quién? —   Delante de mí estaba la Señorita Granger, en compañía del que suponía era su novio. — Señorita, ¿Qué se le ofrece?

Ella estaba perpleja observando mi pecho, la comprendo estoy tallado por los mismos ángeles, soy un orgasmo visual para las damas.

— Señorita Granger, ya sé que tengo unos ojos preciosos. — Dije con una voz un tanto ronca.

— Yo... Sí, tiene lindos ojos — Miró en otra dirección. — Necesitamos su ayuda. Es sobre un tema importante...

— Naves espaciales — Habló por primera vez ese rubio. Esa mirada era la misma que había notado en mi estudiante ¿acaso él era gay o yo demasiado atractivo? — Soy Neville Longbottom.

— Un gusto, Draco Malfoy. — Les dejé pasar y ofrecí asiento. — Iré a darme una ducha rápida.

Mientras me alejaba logré escuchar su conversación entre susurros:

"Si tu no le pides que te quite tu doncellez, yo me entregaré en bandeja de plata con una manzana en la boca"

"No digas tontería, Neville. Él es mi maestro y está... como quiere, pero eso no quiere decir que voy a saltarle encima para hacer... eso" La señorita Granger sonaba avergonzada. "Calla, que nos puede escuchar"

Creo que la tarde fue provechosa en compañía de ellos dos, Neville Longbottom de 22 años estaba ya estudiando los planos de su madre para la reparación y actualización de algunas naves y necesitaba de mí para resolver algunos algoritmos en la programación.

Admito que me gustaron los tres días de suspensión que quedaron debido a que la pasé en compañía de esta pareja tan singular, que a simple vista son solo amigos. Ambos venían a mi hogar luego de estar en sus respectivas empresas, muy formales en su vestimenta. Ella siempre usando una blusa escotada que me dejaba viendo estrellas.

Granger, no me tientes. ¿Muerdes tus labios cada vez que estás pensativa? ¿Tratas de poner en duda mi caballerosidad? Eres mi estudiante y estás hermosa... ¡Mente sana como una manzana! ¡Ese lunar sexy, me sigue provocando!

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