Cuatro
Draco
¿Qué soy gay? ¿Qué mi novio es Nott? ¿Cómo se supone que los estudiantes llegaron a esa estúpida conclusión? Él ni siquiera es mi tipo.
Un mes después de escuchar ese ridículo comentario continué pensando cuál de mis acciones parecía apuntar de manera romántica a mi amigo. Analicé cada una de mis conductas, más no las encontré.
— Ten — Theodore me llevó el almuerzo al salón de maestros — Te vas a morir de inanición si no comes.
¡Eureka!
— Ya entendí porque dicen que soy gay. — Entorné los ojos a la vez que veía como se sentaba y me miraba con obviedad — Ya lo sabías.
— Es un rumor viejo y nació desde que terminaste con Astoria
— ¡Ya pasó dos años! — Me exalté.
Sacó su teléfono para ignorarme. Guardé silencio, que importaba lo que pensaran de mí, así sería mejor ya que tendría a menos estudiantes tras de mí.
— ¿Ya que estamos solos...
— Señor ingeniero, soy heterosexual — se estiró en el asiento — No lo sé, el sexo gay no me interesa.
Debí enojarme, en lugar de eso decidí seguirle el juego — Vamos, que la pasión es el mejor lubricante.
— ¡Joder Malfoy! Contigo no se puede...
— Claro que no, yo voy arriba. — Me arrepentí de haberlo dicho ya que Pansy ingresaba sosteniendo a su bebé.
— ¿Qué dia-blos? — Silabeó a la vez que nos veía con sorpresa — No pensarán anunciar su amor.
— ¡Amo! — Repitió el pequeño James que trataba de comerse el cabello de su madre.
Theodore y yo nos vimos como si fuéramos portadores de la peste negra. Solo estaba bromeando y al parecer se me fue de las manos.
Ahora sentado en la biblioteca usando el Wi-Fi me di cuenta de que muchos de los estudiantes masculinos me veían con adoración, yo espero que sea debido a mi último invento en robótica que acabo de patentar.
— ¿Puedo sentarme, señor? — Preguntó una voz suave, al alzar la mirada de la pantalla de mi laptop vi a la niña Granger.
— Adelante.
Se sentó, estaba usando su tableta a la vez que fruncía el ceño. — ¿Disculpe? — Me llamó cuando estaba en medio de la programación de la aplicación de la universidad. Al parecer alguien trató de hackearla para alzar sus notas.
—¿Sí? — La miré y su rostro juvenil me pareció atractivo con aquellos cabellos un tanto salvajes.
— ¿Le interesaría un puesto de programación en empresas Granger? Acabo de ver su nuevo invento patentado y es justo el tipo que...
Dejé de oírla debido a que vi su lunar en la garganta y fui a perderme en el valle de sus senos, donde había otro sexy lunar. ¡Porque las jovencitas tienen que vestirse así en la universidad? Draco, piensa en manzanas, manzanas verdes con sabor a...manzanas.
— ¿Y bien le interesaría? — Preguntó, por suerte soy experto en mantener el rostro inexpresivo.
— No, trabajo de manera independiente mis proyectos. Gracias por el ofrecimiento señorita...— Fingí no recordar su apellido.
Pareció estar indignada y decepcionada, lo supe porque la comisura sus labios se curvaron.
— Hermione Granger. Si cambia de opinión avíseme. — Se puso en pie para retirarse.
Tuve que reprimir el impulso de ver su trasero y me obligué a mirar hacia la señora Pince.
¡Es una estudiante y yo su profesor!
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