Capitulo 5 La Tentación

Buenas noches, les pido excusa porque no pude actualizar ayer se presento un problema con el tendido eléctrico por lo que me quede sin internet y carga, ni siquiera pude escribir. Hoy estoy por ponerme al día, aunque mañana no toque tratare de publicarles otro capitulo y el domingo en compensación. No les he fallado pero ayer por les falle por algo que estaba fuera de mi mano, y creí que duraríamos mas tiempo sin luz pero gracias a Dios no.

Abby

No sé por que razón pase el resto del día enojada con Luc, tan solo la mención de su destinada como él dice me molesto de una forma que siquiera debería haberme molestado. Sentí una punzada en el corazón dejándome muy sorprendida, y me di cuenta que si seguimos por más tiempo en esta isla puedo llegar a ver a Luc de manera diferente.

Pero quizás ese es el problema que como estamos prácticamente solos y es mi única compañía sumándole a eso me salvo de una muerte al arroparme con su cuerpo de manera que lo que puedo estar sintiendo sea puramente agradecimiento.

Aunque algo que no puedo negar es que el me es atractivo y mis pensamientos van directo a como me sentiría con él en el ámbito sexual. Tengo mucho tiempo que paralice mi vida sexual por mi ex novio que solo buscaba su liberación y me dejaba decepcionada y frustrada y algo me dice que Luc es totalmente diferente.

Estoy siendo tentada, muy tentada. Y su erección continua no me ayuda para nada, según se está en celo y solo piensa en una cosa, satisfacerse. Cada vez que está cerca de mí y sus ojos cambian de color se apresura para alejarse, se que lo hace para no hacerme daño pero lo siento como una forma de rechazo y aunque no debería dolerme me duele. Algo está mal conmigo porque debería sentir alivio pero no lo hago.

Luc regreso acompañado con unos cangrejos que serian nuestra cena. Estoy sumamente agradecida de quedar varada en una isla con él, porque sin Luc estaría seriamente en problemas. Ha sido como un ángel para mí desde que nos cruzamos.

El comenzó a encender una fogata para cocinar los cangrejos mientras estaba en su tarea no podía quitar la vista de sus musculos que se flexionaban con cada movimiento y al estar arrodillado su trasero se veía generoso y quería tocarlo. Sacudo mi cabeza por esos pensamientos lujurioso por alguien que está cuidando de mí, aunque ese es parte de su atractivo.

Cuando se pone en pie quitándose su camisa puedo ver la erección que carga, además de los cuadritos que se marcaban en su abdomen que me provocaba tantas cosas que en este momento está prohibido. Maldita sea me estoy mojando tan solo con verlo. Creo que me voy a ir al infierno por estar pensando en cosas que no debería.

Sus fosas nasales se abrieron y su gruesa y ronca voz solo provoco un hormigueo en mi bajo vientre.

- Luna, no me tortures.- lo miro extrañada.

- ¿Cómo te estoy torturando?- me sentí avergonzada tan solo de pensar que él se dio cuenta la forma tan descarada como estaba mirando su bulto.

- Puedo oler tu excitación y en mi situación no me ayuda.- gruñe y debo de ser una enferma porque su gruñido me encendió más de lo que estaba.

- ¿Puedes oler mi...?- no pude terminar porque el significado de sus palabras taladro mi cerebro dándome a entender la magnitud de la situación, el puede saber cuándo lo deseo.

Debía de saberlo porque no es un humano. Rayos como no lo pensé si leí en un libro que ellos tienen un sentido del olfato muy desarrollado.

-Si.- esa fue su repuesta tan escueta.

- Se me escapa de las manos.- con lo atrevida que soy y más la situación como esta decidí ser osada, el me desea aunque solo sea por la temporada y yo lo deseo así que uno más uno son dos, pero en esta situación dará uno.

Uno cuando nos dejemos llevar por su celo. Estamos luchando con algo que tarde o temprano vamos a realizar porque sería estúpida si dejo pasar esta oportunidad, los dos ganaremos lo ayudare con su temporada y él me ayudara a tener una buena experiencia en el sexo.

Cuando nos rescaten cada uno seguirá por su propio camino sin mirar atrás. Yo regresare a Los Angeles y el a su manada, que mejor trato que este.

Su gruñido retumbo en la cueva mientras un estremecimiento recorrió mi cuerpo, tenía un deseo de probar sus labios para saber a que saben.

- ¿Tienes hambre?- su pregunta era un claro indicio de que no era el momento de presionarlo cuando sea el momento hare que Luc me tome.

- Si.- pronuncie con mi voz cargada de erotismo y vi sus ojos tomar otro color y salir de la cueva otra vez.- Puedes correr lobito pero en un momento te cansaras y ahí te cazare.

Luc

Salgo apresurado de la cueva no queriendo dejar que mi instinto me gobierne y termine haciéndole daño a mi luna. En esta temporada somos más salvajes y nos movemos más por el placer de la carne. Yo no quiero unirme a mi luna en pleno celo porque podría hacerle daño y hasta marcarla sin su consentimiento esos son los puntos negativos de hallar su mate en el calor del acoplamiento.

Y a todo eso le podemos sumar que es humana y es más propensa a salir herida. No me perdonaría hacerle daño de ninguna manera.

Me despojo del pantalón que cargo y me convierto en mi forma animal para correr y quemar energía. Mi luna es demasiada sensual y suma erotismo se que tarde o temprano ese lazo que nos une mas el calor del acoplamiento harán su parte para unirnos en un solo cuerpo para dejar paso a la unión de nuestras almas a través de la marca. Esa que solo ella portara.

Me aleje demasiado de la cueva necesitaba urgentemente liberarme y saber que ella estuviera cerca el deseo me nublaría volviendo a ella para consumar lo que en este momento no quiero.

Unos sonidos extraños llamaron mi atención me deje guiar por ellos, llegue cerca de otra cueva donde estaban los hombres lobos que me retaron por mi luna. Ellos se turnaban para estar con Isis quien era la azafata, era aberrante ver la situación cinco para una sola mujer aunque ella les dio su consentimiento.

Y de tan solo pensar que esto querían hacer con mí luna me hierve la sangre. Si ella se hubiese encontrado sola con ellos al ser humana no podría haberse defendido, y habrían hecho lo que quisieran con ella. Porque para las mayorías de los hombres lobos los humanos no tienen voz ni voto en lo que a ellos concierne por lo que su negativa no causaría ningún problema al contrario de una negativa de una mujer loba.

Doy la vuelta para volver donde esta mi hermosa luna, ya no soy un peligro para ella porque mi deseo fue apagado por el rumbo que tomaron mis pensamientos. Y ahora soy dominado por el deseo de protección necesito verla y sentirla para cerciorarme de que está bien. Mi lobo desea que ella huela a mí, porque de tan solo pensar que alguien la toque me pone de mal humor.

Corro como si alguien me estuviese persiguiendo y quisieran quitarme mi libertad. En tan pocos días se está incrustado muy profundo en mi corazón.

Ahora que lo pienso debería enseñarle a defenderse por si es acorralada por alguno de ellos y no estuviera cerca. Me sorprendo por las tantas emociones que estoy sintiendo como si mi pecho fuera a explotar por los cambios drásticos que sufro con cada pensamiento.

Cuando estoy cerca de la cueva me olvido que estoy en forma animal y me adentro buscándola, me percato que ceno y dejo para que comiera.

Miro alrededor hasta que escucho el sonido del agua cuando alguien sale del fondo, me acerco a la orilla cuando escucho su grito me acuerdo que no me transforme.

- Luc ¿Eres tú?- su voz entrecortada me hace reaccionar y me alejo para que no me vea transformarme en humano, aunque ahora que lo pienso ya me ha visto hacerlo.

Vuelvo acercarme y ya ella está en la orilla, trago saliva al ver que está totalmente desnuda en el agua. Un gruñido de excitación me recorre saliendo estrepitosamente y veo sus ojos dilatarse.

Ella es una tentación muy fuerte para mí. He intentado ser fuerte pero extiendo mi bandera blanca en rendición.

Sería un completo estúpido si no permito que nuestra atracción sexual se consolide y consumamos este deseo. Y la única forma de apagar el fuego es que se queme todo o le echemos el agua y mi decisión es muy clara.

Entro al agua junto a ella y como si intuyese mi decisión se acerca sin atisbo de duda colgando sus manos en mi cuello mientras nuestros cuerpos se encuentran en el camino y siento sus pechos desnudos rozar mi pecho. Su mirada traviesa me enciende y sé que los dos arderemos en el deseo. El sello de nuestra rendición es el más anhelado beso, mi lengua invade su boca poseyéndola como desee desde el primer día que nuestras miradas se engancharon.

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