Capitulo 4 Supervivencia


Abby

Desperté con un intenso calor propagándose por mi cuerpo, aunque el sol no se había alzado completamente en el cielo. Lo que me extraño en gran manera me desperece para encontrarme sola en el lugar, el pánico se apodero de mí.

Mis pensamientos eran que Luc me había dejado a merced de la soledad y esos hombres que deben rondar por algún lado. Cuando estaba trazando un plan apareció el susodicho con cocos.

- Traje esto para que nos sustente por un rato, debemos movernos ahora que hay luz y buscar un lugar seguro no podemos seguir en la intemperie.- su voz ronca trajo tranquilidad a mis pensamientos.

- Está bien. Pareces conocer este lugar.

- No, pero sé lo que se debe hacer en estos casos.

- ¿Y es?

- Sobrevivir a como dé lugar. Sé que nos buscaran mi trabajo es mantenernos con vida hasta que den con nosotros.

- Entiendo.

Nos apuramos en bebernos el agua y comer la masa aunque era poca mientras llegue a la conclusión de que si él me quería hacer daño hace tiempo lo hubiese hecho y si me quería abandonar no habría peleado con sus acompañantes por mí, de modo que estoy segura con él.

Su acción me estaba produciendo un respeto por el, otro en su lugar me hubiese entregado como carnada. Pero esto habla muy bien de parte de él.

- Vamos.- su voz decidida me saco de mi escrutinio hacia el hombre lobo que me protegía.

Estaba concentrado en observar el claro ya cargado con la maleta que se había apoderado después del accidente. Tomo dirección hacia el norte desviándose del camino que los otros habían tomado, había una elevación un poco lejos de donde estábamos y su misión era traspasarla porque seguramente detrás de esa colina podría haber alguna fuente de agua dulce y con ello seria ventajoso para nosotros.

Caminamos en silencio lo que parecieron horas. Con cada segundo que pasaba el sol calentaba fuertemente, salvándonos de su intensidad por los grandes coqueros que había alrededor. Sentía como el sudor escurría por mi cuerpo, y en este momento estaba deseando ese baño en mi casa que aunque nos diera mucho trabajo atascándose por lo menos nos servía.

En un momento nos paramos para hidratarnos con el agua de coco, para seguir con nuestra ruta incierta. Cuando estábamos cerca de dicha colina me pregunto si podría escalar, ya que estaba un poco inclinada hacia arriba y tendríamos que subir porque si intentamos darle la vuelta nos llevaría más tiempo.

Pero aquí el que arrastraba una maleta era él, en serio pensaba que sería pan comido. Vuelvo a recapitular, ¿es que ese hombre tiene algún don? o ¿qué? Porque el subía como nada mientras cada paso a mi me costaba, aunque estaba decidida a subir sin ayuda. Cuando por fin subí ya el tenia tiempo esperándome, solo me miraba como reclamándome por no pedirle ayuda.

El resto del camino fue más sencillo porque era una bajada, al llegar al llano su semblante serio cambio.

- Estamos cerca de un rio.- escuchar eso fue como una infusión, en mi mente se recreaba imágenes de mi persona nadando en ese rio.

- ¡En serio? que esperamos.

Esta vez con más energía camine siguiendo sus pasos, nos adentramos a una semi cueva y dentro de esta había una cascada un gran hueco en la cima permitía que la luz penetrase alumbrando el lugar. Me dijo que me sentara mientras supervisaba el lugar en busca de algún peligro, al principio se movilizo por el derredor para luego sumergirse en el agua comprobando que no existiera peligro. Con su luz verde me dio paso para bañarme, sopese mucho hasta que me prometió que no miraría. Me dejo una de sus camisetas para que me secara cuando terminara, el se dio a la tarea de construir otra improvisada cama.

Una vez estuve vestida con una de sus camisas, ya que lo que tenía lo lave para poder usarlo después. Como un equipo buscamos palos que nos sirvieran para hacer una fogata, y una vez listo se puso a pescar. Y con esto me sentía que éramos dichosos porque teníamos cosas sumamente básicas y necesarias para la supervivencia, agua, fuego, comida y cobijo.

Estábamos hablando muy animadamente cuando de repente se pone en pie y se va sin decirme el por qué. Me encojo de hombros y lo espero percatándome que duraría para regresar. Me enoje y no entiendo la razón, para ni siquiera pensar me acosté cayendo rendida por el cansancio.

Luc

Con cada segundo que permanecíamos juntos su olor me impregnaba llenando mi sistema de ella, lo que sin duda no ayudaba a mi causa. Tenía mi instinto y el calor del acoplamiento en mi contra.

Con cada hora que pasaba el celo iba en aumento, por lo que antes de saltar sobre ella me aleje. Tuve que resolver con mi mano mi gran problema, ya ella había pasado por un fuerte trauma y no quería que ella me temiera.

Si tendría que esperar a que nos rescataran para reclamarla lo haría, aunque no creo que mi fuerza de voluntad sea tan fuerte. Pero por ella tratare de mantener mi palabra.

Cuando estaba más calmado regrese a la cueva encontrándola acurrucada mientras dormía. No pude detener el impulso de pasar mis manos por su mejilla, ella era tan hermosa.

Me acomode a su lado sabía que mi lado más salvaje la respetaría estando dormida.

Al despuntar el alba me levante aunque algo perezoso pero necesitaba correr y drenar mi energía de alguna manera. Además que aprovecharía para explorar el lugar, llegue al mar adentrándome hasta dar con unos pulpos.

Regrese hacia donde deje dormida a mi luna encontrándola aun rendida, sabía que debía estar cansada del largo camino que habíamos recorrido ayer por lo que me dispuse a avivar el fuego y después de lavar el pulpo como pude lo frite en el fuego.

El olor hizo que despertara y su curiosa mirada se quedo fija en mí, lo que incremento mi calor. Y es que por ser ella tan solo una mirada encendía mi cuerpo, no sé hasta dónde llegue mi promesa.

- Ten necesitas comer.- le paso una gran porción del pulpo.

- Gracias Luc.- me brinda una brillante sonrisa.- Gracias por todo.

- No tienes que agradecerme, Luna. Es mi deber hacia ti.

- Ya me has llamado dos veces así. ¿Por qué? ¿Qué significa?- su curiosidad era palpable en el ambiente.

- Porque me pareces misteriosa como la luna.- miento, temo decirle lo que ese título conlleva y que ella no me dé el tiempo de conquistarla.

- Jajaj pues debería ponerte un nombre porque también me pareces misterioso.

- Y que me pondrías?

- Ummm quizás lobo feroz.- se encoje de hombros llevándose un pedazo de pulpo a la boca provocando un inmenso deseo en mi.

- Ucmm.- carraspeo. Después de sopesar su respuesta me doy cuenta que ella sabe lo que soy.- ¿Sabes que soy un hombre lobo?- le pregunto directo ella hace un gesto como si metió la pata.

- Sí, me di cuenta cuando se transformaron delante de mí.

- Y ¿por qué no me dijiste nada o pegaste un grito?

- Mi abuela me dijo que a veces es mejor hacerse el ignorante en algunas cosas para pasar desapercibidos. Ahora me pregunto ¿Por qué ellos querían forzarme a estar con ellos y no a la azafata?

- Es que estamos en celo y en esta temporada solo pensamos en tener sexo. Mientras más seamos privados de esto nos volvemos un poco inestables. Y a ella no la forzaran porque es loba también y se ofrecerá voluntariamente.- su rostro palidece.

- Entonces tu en algún mo...- la interrumpo.

- No debes temer, yo no hare nada que tú no quieras. Soy un alfa por lo que tengo más autocontrol que los demás lobos.- solo omití que nuestra luna es capaz de mandar a la porra ese autocontrol.

- Y ¿si se les priva de sexo se vuelven locos?

- No, pero tenemos una parte animal que nos impulsara a la relación sexual aunque consensuada con la mujer que estaremos.

- Pero a mí me querían forzar ¿por qué?

- Por ser humana.

- Y ¿qué tiene eso de malo?

- Que para ellos es más sencillo forzarte que a una loba. Y hay muchos que detestan los humanos.

- Y ¿tú nos detestas?- me rasco la cabeza temiendo su reacción.

- Si, solía detestar los humanos.- su rostro es de asombro.- pero solo hasta que entendí que esa raza me daría el mejor de los regalos.

- Y ¿qué es eso?

- Hay una leyenda que mi abuelo siempre me contaba que pesaba en mi destino. Una humana era mi destinada como compañera.

- ¿Destinada?

- Sí, todos los lobos somos bendecidos con un mate que nos los otorga la diosa luna quien es la madre de todos los lobos.

- Qué bien.- sonrío aunque pareció falsa su sonrisa y ese brillo que mantuvo en la conversación se apago.

No entendía que habría dicho para que su ánimo decayera. Luego de analizar mis palabras mi hipótesis era que se había puesto triste o celosa porque mi mate es una humana. Y ¿si...? No, ella no podría estar celosa o ¿sí?

***

Esta llegando el momento cuando el calor del acoplamiento se intensifique.

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