Capitulo 3 Conociendo su secreto.
Abby
Ya la noche había caído y con ella la oscuridad ensombreció todo el lugar, nos hayamos frente a una improvisada hoguera que Luc había construido para contrarrestar el frío atosigante que nos envolvía.
Envuelta en una frazada que pudo sacar del avión antes que explotara en llamas incandescentes, lo esperaba con temor a que volviera a mi lado, no quería estar sola dado lo que habia sucedido. Hace un par de horas tuvo un fuerte enfrentamiento con sus compañeros.
Estábamos caminando cuando de repente esos hombres se volvieron inestables queriendo sacar provecho de mi cuerpo. Antes siquiera de que pusieran una mano encima Luc los detuvo.
- ¿Qué rayos creen que hacen?- su voz fuerte los hizo estremecer.
- Ella huele demasiado bien.- dice uno mientras inhala profundamente hacia mí. Lo que me produce arcadas.
- Si, solo queremos estar con ella.- temía que el dejara que esos hombres pusieran sus asquerosas manos sobre mí.
- Ella está bajo mi protección.- sentencio.
- ¿Bajo su protección?- dice uno incrédulo, mientras yo estaba temblando del miedo. Ellos eran más que Luc y en cualquier momento podrían cumplir sus amenazas.
- Es una humana, no es de los nuestros. Déjenos divertirnos con ella.- expresa otro de los hombres.
- Entiéndanlo, ninguno de ustedes la tocara. Malditamente eso no estará sucediendo.- su rostro no muestra ninguna emoción pero su voz llena de autoridad es capaz de crispar los pelos.
- Pero alfa...- el hombre se cayó cuando los dientes de Luc rechinaron y se acerco hasta el, levantándolo por el cuello.
- El que manda aquí soy yo, si no están de acuerdo con lo que digo pueden emprender otro camino.
- Puede ser nuestro alfa en la manada, pero aquí no es nadie. Nosotros tomaremos la humana y nos iremos.
Luego de esto se desato una pelea campal, además de que era desigual ya que eran cincos hombres contra uno. El pánico se apodero de mi cuando vi garras expandirse desde sus manos, como en la película Xmen que el personaje de Wolverine tenía esta habilidad. Siempre he creído que los humanos no somos los únicos que habitamos en la tierra, y presiento que las películas nos han estado preparando para ello.
Ahora entiendo porque me han dado el titulo humana, y es que ellos no son humanos. Aun me faltaba descubrir que eran. Pero no tuve que esperar mucho porque delante de mí vi como se convirtieron en unos perros enormes, las historias que mi abuela me contaba y las películas que llegue a ver me dieron una clara idea de lo que estaba viendo.
Son hombres lobos.
Nunca pensé que esas leyendas fueran reales, el consejo que me dio mi abuela si algún día llegase a estar frente a ellos, ignorar que se sobre ellos de esta forma ignorando su origen mi vida estará a salvo.
El sonido de una rama rompiéndose me saco de mis pensamientos el temor me invadió cuando vi la silueta de un hombre, suspire aliviada cuando Luc apareció con pescados en una improvisada lanza.
- Tranquila soy yo. Después de la paliza que les di no creo que sean muy valientes para venir tras de ti.
Sus palabras surten efecto en mí, una sensación reconfortante me invade. No entiendo que me está pasando porque creo en sus palabras sin ningún género de dudas, es como si algo me impulsara a creer en lo que él dice tan solo por ser el.
- Puedo ayudarte si gustas.- se detiene un instante a sopesar mis palabras y termina asintiendo.
Me acerco observando cómo termina de quitarles las escamas a los pescados, le introduce un palo y me lo pasa para ponerlo al fuego para cocinarlo. Sin querer lo toque sintiendo una energía extraña al mismo tiempo que el gruño, me espante al escucharlo pensando que lo había enojado pero su mirada me contaba una historia totalmente diferente.
Luc
Mi instinto de posesión rugió fuerte en mi pecho aruñando desesperado, he intentado ignorarlo de todas las formas posibles. Este no era el mejor momento ni el lugar para que intentara gobernarme para marcar a quien ya había reconocido como mi pareja destinada. La exigencia de mi instinto era clara, quería que la haga mía, completamente y eternamente mía.
Nunca me había sentido protector contra una mujer que no fuera de mi familia, pero aquí me ves enemistándome con mis hombres para que ni un solo pelo de su abundante cabello sea tocado. Ni en mis recónditos sueños imagine que este viaje en tan precaria temporada me llevara a los brazos de la única mujer que es digna de adueñarse por completo de mi vida.
Cuando me rozo con su mano sin querer sentí ese poderoso llamado de la divinidad a tomar lo que era mío, no pude reprimir ese gruñido de acoplamiento. Mi yo interior quería irremediablemente unir nuestras vidas así como solo era cuestión de tiempo que nuestros cuerpos aceptaran el llamado del calor del acoplamiento.
Bajo las estrellas comenzamos a comer lo que había pescado, agradezco que mi abuelo me haya obligado a asistir a esas clases de sobrevivencia; según él a pesar de ser alfas y seres sobrenaturales debíamos saber cómo defendernos en un entorno que no nos favoreciera y quería estar seguro que si un día algo de esta magnitud nos pasara podríamos mantenernos con vida hasta que la ayuda llegara.
Solo podía deleitarme en ella como abría su boca rosada y jugosa para llevarse un pedazo de pescado, y esos ojos marrones y ese cabello dorado me estaban hechizando. Sé que más que el calor del acoplamiento ese deseo solo es ella capaz de producirlo, sentía la compulsión de marcarla, poseer su cuerpo y llenarla con mi semilla para que nadie osara acercarse a ella y mucho menos pensara en tocarla. Diosa luna, nunca me he considerado un hombre posesivo pero me acabo de dar cuenta que con ella si lo soy.
Estoy perdiendo el control cosa que no me está enorgulleciendo, mi prioridad en estos momentos es su protección. Es mi deber alimentarla y mantenerla en buena salud hasta que lleguen los rescatistas, que no tengo idea el tiempo que se demoraran en saber que hemos sufrido un aterrizaje forzoso y cuanto duren para dar con nosotros. Todo se complico cuando exploto el avión, el código de rastreo se perdió en la llama.
Una vez terminamos de comer un silencio ensordecedor nos invadió. Veía como sus parpados se iban cerrando pero ella luchaba contra el cansancio que la quería absorber.
- Debes descansar ha sido una situación muy difícil y traumatizante para ti.- veía su duda.- No temas, nada te pasara mientras estemos juntos.
Era una promesa que cumpliría aunque tenga que poner mi vida en riesgo, porque ella se estaba convirtiendo en todo para mí.
Se levanto para acostarse en la cama improvisada que hice con las pencas que cayeron de la mata de coco que había alrededor. Y me quede observándola mientras yacía acurrucada en forma fetal.
Cuando entro mas la noche la temperatura aumento, y escuchaba como sus dientes castañeaban por el frio. Después de sopesarlo decidí que lo más importante era ella y su salud, aunque mi salud mental la pusiera en riesgo. Me acerque a ella acostándome a su lado, pose mi mano en su vientre ajustándola a mi cuerpo.
- Tranquila, solo intento que entres en calor.- trate de calmarla cuando sentí su sobresalto.
- ¿No me harás daño?- el miedo en su voz me golpeo, no quería que me tuviese miedo porque yo nunca haría nada que ella no quisiera.
- No me debes temer, Luna. Te protegeré y te cuidare, no dejare que nadie te haga daño.- beso su cabeza.
Luego de unos minutos la escucho suspirar y acomodarse en mis brazos. Su dulce voz me envolvió.
- No sé porque pero algo en mi me dice que puedo confiar en ti.- es lo último que dice cuando se queda dormida.
Con ella en mis brazos no tan solo le otorgo mi calor corporal sino que me ofrezco en bandeja de plata para ella. Sus palabras encendieron un fuego en mi pecho, y esa esperanza de que ella me acepte arde en mí.
Dolía como los mil demonios estar junto a tu destinada y no poder concretizar, marcarla con tu olor pero esperaba que mí por la cercanía oliera a mí. Ese sería la orden de alejamiento más eficaz para los hombres lobos que están varados con nosotros en esta isla.
Desde pequeño por los comentarios de los ancianos del consejo decidí que no quería a esa humana predestinada para mí. Pero al pasar los años la soledad y el ver a mi hermano feliz con su familia me hizo anhelar ese destino que estaba trazado para mí.
En un momento creí que la diosa luna se vengaría de mí porque ella no llegaba. Y empecé a soñar con una compañera y con nuestros cachorros, ahora que la tengo frente a mi no la voy a dejar ir. Porque no esperare otros largos años para que volvamos a cruzar camino, hare todo lo que esté en mis manos para conquistar su corazón y adueñarme de sus pensamientos.
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