Capítulo 26 Trampa

Hola, no sé cuando será la próxima actualización ya que otra tormenta azotará a mi país. Por lo que es muy probable que nos corten la luz eléctrica, entonces no tendré como escribir el capítulo. Espero disfruten este capítulo.

Narra Luc

Como había pensado, William, se dirigió hacia donde se encuentra su hijo para ponerlo en sobre aviso. Acción mas que esperada por nuestra parte.

Mi orden fue precisa y sumamente clara respecto a esta situación, le encargue a Belliard que no lo perdiera de vista, debido a que justamente William nos llevaría hasta su hijo.

Aunque en el fondo deseaba que su lealtad aun estuviera de nuestra parte, debido a todo los años que ha defendido con honor esta manada. Pero ciertamente se ha inclinado por su hijo, decisión que entiendo aunque no la acepto, puesto que muchas veces el amor nos ciega; sin embargo cubriendo las faltas de nuestros hijos lo que provocamos es convertirnos en cómplices de sus acciones.

Me concentro en todo lo que nos rodea, el trinar de las aves y el correteo de varios animales se imponía en el lugar, permitiéndonos de este modo poder trazar nuestra estrategia. De no ser porque Belliard siguió sus pasos, nunca habría pensado que elegiría este lugar para esconderse. Debo admitir que es muy astuto de su parte.

Nuestras miradas estaban fijas en la vieja casa de madera en el árbol, que se encuentra ubicada cerca del arroyo que divide las manadas. Antes de siquiera mover un dedo tomamos la decisión de no alertarlos de nuestra presencia, por lo cual rodeamos el lugar, evitando de esta forma una posible fuga. Sabíamos que no durarían mucho tiempo resguardados en este lugar, al saberse descubierto como traidor, de modo que apostados estratégicamente esperamos que salieran de su escondite.

Ya el sol estaba bajando en intensidad, por lo tanto, muy pronto llegaría la noche. Luego de unos minutos de espera apreciamos como dos figuras bajaban por las viejas y podridas escaleras, las cuales la lluvia había llenado con moho, lo que ocasionaba que se resbalasen y tengan que sostenerse para no aterrizar de mala forma en tierra.

Una vez terminaron de bajar nos acercamos a ellos, con impresionante sincronía, sin dejarlos reaccionar lo rodeamos dejándolos perplejos viéndose emboscados.

— William, ¡Cuánto me has decepcionado! —expreso mi padre sin despegar su mirada de los ojos grises de William.

— Alfa, lo siento pero es mi hijo. ¿Me va a negar que no haría lo mismo si se tratase de sus hijos?

— Claro que daría mi vida por mis hijos. Siempre y cuando no cometan traición a su pueblo poniendo en peligro la vida de personas inocentes, porque entonces dejaría de ser líder y me convertiría en un traidor. Nosotros juramos bajo la luz lunar que velaríamos por el bienestar de nuestros hermanos lobos, sin embargo has faltado a tu palabra, siendo la muerte la recompensa de la falta.

— No deberían juzgar a mi padre por querer salvarme— tomó la palabra por primera vez Willy—, en dado caso el culpable soy yo. Me dejé seducir por las cosas que me prometieron, ahora que veo todo en retrospectiva me arrepiento, fui engañado por ellos cuando me ofrecieron dejar de ser invisible en la manada. Por años tuve que aguantar como ascendían a varios de mis compañeros, sin ver llegar mi oportunidad, y con ello mi corazón fue llenándose de odio y rencor.

— Hijo, no hables más. Todo lo que dices te condena aun más.

— Padre, estoy diciendo la verdad. Sé el castigo que me merezco por ir en contra de nuestra manada, y claro que lo acepto, por lo cual les diré todo para poder morir en paz.

— Pero...

— Deja que tu hijo diga lo que tiene que decir—. Axell, rugió con voz autoritaria.

— Alfa, deberíamos ir a un lugar seguro para que testifique—. Opinó uno de los ejecutores mientras su mirada se desplazaba por todo el lugar.

— Tiene razón.

Todos asintieron en consenso tomando el camino que mi padre nos insto a seguir, mientras los ejecutores sostenían a padre e hijo, de forma que no pudieran escapar. Luego de varios minutos de caminata llegamos a lo que parece ser uno de los refugios, que mi padre ha construido al pasar de los años, los cuales terminan siendo ocupados por miembros de la manada cuando pierden su casa por causa de las batallas.

entramos a una de las casas que se encontraban deshabitadas, tan pronto llegamos a la sala, agudizamos nuestros sentidos con el objetivo de cerciorarnos de que no haya alguien cerca. No queríamos distracciones.

—Ahora puedes hablar. Te escuchamos—. Afirmo mientras observo atentamente a uno de los tantos cachorros que llegue a entrenar.

— Acepto mi participación. Pero quiero que quede claro, que mi familia no tiene nada que ver con lo que hice. Prométanme que no les sucederá nada a los míos—. Suplica mientras nos observa con tristeza, esperando nuestra respuesta, aunque bien sabe que si nuestra respuesta fuera no, como quiera tendría que rendir su testimonio.

— Somos conscientes que tu familia nada tiene que ver con tus actos, por lo que no arremeteremos contra ellos. Pero necesitamos que nos digas todo lo relacionado con este tema —. Logro pronunciar aun con esa sensación de decepción embargando mi ser.

— Como dije anteriormente, todo lo que hice fue con el único objetivo de ascender, de un simple guardia nocturno, a un cargo de más relevancia en la manada.

— En ese caso ¿Por qué no seguiste los parámetros establecidos? — pregunta mi padre— Desde que son pequeños se les enseña los pasos que hay que dar para llegar a ser un ejecutor, maestro, estratega, entre otros.

— En mi familia todos los hombres son ejecutores, menos yo, por esa razón he querido serlo para que no me vean como un inservible bueno para nada que ni siquiera puede ocupar este puesto.

— Eso no contesta mi pregunta. Si querías ser un ejecutor ¿por qué no expresaste tu deseo, y comenzaste el entrenamiento como todos los que han llegado a ese cargo? — pregunta encolerizado, pierde la paciencia muy fácil cuando se quieren ir por la tangente y no le responden directamente su cuestionamiento—. O ¿Es que acaso querías omitir el trabajo duro para llegar a ser un ejecutor?

— Alfa, hay tantos lobos siendo ejecutores que no merecen serlo.

— Y ¿Tú si willy? — pregunto atrayendo su atención.

— Claro que sí. Usted fue mi maestro alfa Luc, sabe para lo que soy capaz.

— No, no Willy. Hoy me he dado cuenta que no sabía para lo que eres capaz. A veces uno piensa saberlo todo, pero la vida te sorprende mostrándote que hay muchos misterios y verdades ocultas detrás de personas que se escudan de una falsa careta de piedad.

— Willy, necesitamos saber sin rodeos ¿Quiénes están detrás de todo lo acontecido? — Pregunta mi padre sin más, justo en estos momentos me encuentro igual que mi padre, deseoso de saber quién es el cabecilla.

— De acuerdo alfa—. Suspiró antes de hablar—. Es un grupo que se ha levantado con el objetivo de liderar la manada surtdamm, puesto que el alfa Luc, luego del episodio de locura que experimento no creen sea apto para dirigir a nadie. Además de que consideran su nombramiento como fraudulento.

— ¿A qué te refieres con fraudulento? — habla por primera vez mi hermano.

— Ellos consideran que el Rey, nombró al alfa Luc por su creciente amistad.

— Eso es una idiotez. Éramos conscientes que algo de esta magnitud podría suceder, pero nunca creí que sería de nuestra propia manada que se levantarían —dijo mi padre, conectando su puño en la pared por la impotencia que causan estas situaciones.

— Willy, dejémonos de andarnos por la ramas. ¿Quién es que está detrás de todo este elaborado plan? — Ya estaba cansado de escuchar relatar lo que ellos consideraban que era mejor, mis emociones están a flor de piel y tan solo quiero, cuanto antes, tener el nombre de los traidores para terminar con esta agonía.

— Está bien. La idea es del líder de los ancianos—. El sonido de sorpresa de todos los presentes llenó la estancia, para luego sumirnos en un silencio que Willy interrumpió—. Él es quien ha convocado un gran número de personas de está manada, como la de surtdamm, para conseguir su objetivo. Al principio se mantuvo bajo perfil porque pensaba que Zaqueo iba a vencerle, pero cuando él no pudo, amenazó a Wilma para que retara a su luna. Con el objetivo que cuando usted la perdiera, se sumiera en el dolor y ellos poder tomar posesión de la manada. Pero nada ha funcionado como hemos querido.

Toda la información cae como un balde de agua fría, congelándome en mi lugar, sin poder salir de mi asombro. Aunque sabía que ella estaba aliada con ellos, nunca imagine poder comprobarlo, puesto que una parte me decía que era despecho y ambición por querer ser la luna de la manada.

Pero hay algo que no entiendo en todo esto ¿Por qué entró a mi casa si sabía que podía descubrirlo? Y de esta forma todo el grupo seria descubierto. Una sensación de inquietud se posa en mi corazón, queriendo dejarme sin respiración, mi ritmo cardiaco aumenta cuando mi mente es invadida por raras explicaciones.

Me acerco hasta Willy, tomándolo por el cuello de su camisa verde, elevándolo para tenerlo a mi altura y poder fijar nuestra mirada.

— Ahora, me hablarás con toda la verdad. Si todo este tiempo han mantenido su clandestinidad, ¿Por qué justo ahora dan la cara? ¿Cuál es el propósito de que entraras a mi casa y te pudiera identificar? — se queda en silencio, haciéndome perder la poca paciencia que aun poseía. Lo lanzo hacia la pared más cercana, escuchando el golpe en seco de un cuerpo al golpear un concreto. Su grito ahogado me permite saber que aun está vivo, aunque no se dentro de unos minutos, pero lo que importa es que hablará o lo haré hablar.

— ¿Qué hace? — grita William, intentando ponerse en pie pero los ejecutores no se lo permiten.

— Willy, no me hagas acabar contigo. Después de ti seguirán cada uno de tus familiares—. Intenté chantajearlo con su familia, sé que prometí no hacerles daño, y no lo haré, pero quiero que crea que su familia morirá por su culpa.

— Está bien—dijo, con dificultad mientras tosía y escupía sangre—. Fue orden del líder.

— No es eso lo que quiero saber, ¿Por qué rayos te envío? —amague con darle un puñetazo, se encogió en su lugar confesando lo que me temía.

— Fue para distracción—confesó sollozando—. El quería alejarlos de la manada, para poder tomar control de ella, mientras usted intentaba proteger a su luna. Me pidió que me escondiera en la cabaña del árbol para cuando ustedes llegaran, el podría entrar a la manada del alfa Axell y poder llevarse a la luna Abby, Jade e Idaira.

— ¡¿Qué rayos?! — exclaman mi padre y mi hermano al unísono, mientras cegado en la rabia arremeto contra Willy, dejándolo arrastrándose del dolor.

— Tenemos que regresar cuanto antes—dije, saliendo como alma endemoniada. Convirtiéndome en lobo y corriendo con todas mis malditas fuerzas, rogando a la diosa luna que ellas estén bien, ni siquiera me percate si me siguen lo único que quiero es llegar a tiempo.

¡Rayos! ¿Cómo pudimos caer en su trampa?

Hicimos justo lo que esperaban que realizáramos. Tanto que me he jactado de ser un buen estratega y hoy me han superado, porque no lo vi venir, espero que mi graso error no me cuesto lo más hermoso que tengo. No puedo perderlas.

Al llegar a mi casa veo la puerta derribada, y una mezcla de olores danzando en el aire llegando hasta mis fosas nasales. Desesperado busco sentir la presencia de quien sea, pero lo que encuentro dentro de la casa es un desastre monumental, puedo deducir que lucharon. Entre todos esos olores resalta el del maldito Gael.


— Te juro Gael, que te mataré—. Con total convicción grito a todo pulmón, creyendo que de esta forma me escuchara y temblara de miedo por el inicio de la casería. 

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