Capitulo 24 Marcar

Dedicado a Ana Ariela, Sara y Viola Maria Levin Levin. Espero les guste. Estamos cerca del final.

Luc

Durante el camino de regreso a la casa no podía sacar de mi cabeza los sentimientos tan contradictorios que protagonice, iba desde rabia, odio, impotencia y deseos de estrangular a Wilma. No sé cómo se atrevió a retarla sabiendo que es humana y que no posee nuestras mismas habilidades, a pesar que luche en forma humana, para Abby no sería una pelea justa.

Tan solo de imaginar a mi luna enfrentándose a una pelea a muerte, se me eriza la piel y se me estremece el alma con la posibilidad de perderla. En ese corto instante me di cuenta todo lo que debió sufrir Abby cuando me iba a enfrentar con Zaqueo, la angustia que la debió de inundar, puesto que cabía la probabilidad de que perdiera. Así es la vida igual que el juego, pierdes o ganas.

Repasando todo nuestro recorrido desde que nos conocimos hasta este preciso momento, debo reconocer que los obstáculos nos han llovido como si hubiésemos pasado una vida en sequia y estos fuesen necesarios para que crezcamos como pareja y mejores personas.

— Luc, ¿Te encuentras bien? —pregunta mi luna sacándome de mis cavilaciones.

— Ahora si—suspire tomándola en mis brazos para subir las escaleras—, porque estas a mi lado—. Susurre, recibiendo una sonrisa de su parte aliviando mi corazón que se sentía aun pesado por todo lo vivido anteriormente.

— Siempre lo estaré lobito, no importa las veces que me enoje contigo, siempre — me beso castamente—, escúchalo bien. Siempre estaré a tu lado y te amare como nunca he amado a nadie. O en realidad a muy pocos porque solo he amado a mi abuela, mis padres y ahora a ti. Aunque tendrás que compartir mi amor con nuestros dos bebes que vienen en camino.

— Solo compartiré tu amor con ellos porque a cada uno nos amaras de una forma diferente. Podemos estar en paz— es lo último que digo cuando llegamos a nuestra habitación y la dejo sobre la cama.

— ¿A dónde vas? — me pregunta cuando ve que me alejo de ella, sé que me desea pero en este momento tengo que hacer algo importante.

— A preparar el agua para darnos un rico baño que quite todos esos olores que estorban tu esencia natural—digo mientras voy al baño, la escucho susurrar parece que se le olvido que la puedo escuchar.

— Los lobos y sus manías con los olores —. Sonrío negando con la cabeza, mi luna es única.

Una vez termine de preparar el relajante baño que nos daríamos, regrese a la cama encontrando muy cómoda a mí luna quien extendió sus brazos hacia mí. Le sonrío, pensando que si el amor se refleja en el rostro y la mirada, sin dudar mi luna podría leer claramente la palabra amor que esta tatuada a fuego en mí.

Al llegar junto a la bañera, la deje en pie para proceder a quitarle el vestido, dejándolo caer al suelo con sumo cuidado la ayude a entrar al agua. Termine de despojarme de todas las prendas que aun tenia, me metí en la bañera detrás de mi luna.

— Necesito urgentemente quitarte todo olor que no sea el mío—. Dije concentrado mientras frotaba su jabón líquido favorito sobre su tersa piel.

Con decisión lave su cabello y su cuerpo quitando cualquier rastro de olor, ella realizo el mismo proceso conmigo. No tan solo no me gustaba el olor de otros en ella, tampoco me gustaba tener otro aroma que no fuese el de ella. Una vez terminamos el baño enrolle una toalla en mi cintura, busque más toalla para que mi luna pudiese secarse su cabello y su cuerpo.

La tome en brazos cuando estuvimos secos, llevándola hasta la cama donde quería marcarla. Mi instinto arañaba mi pecho empujándome a poseer a mi luna para impregnar mi olor en ella.

La deposite en la cama mientras me deleitaba en lo bella que estaba con su pequeño abultamiento, ya se empezaba a notar el embarazo. Tome su cara entre mis manos acariciando sus mejillas con mis pulgares, lentamente acerque mis labios acoplándolos con los suyos para encender la hoguera. Nos besamos como si fuésemos unos sedientos en busca de agua que sacien su sed.

Fui bajando dejando besos a mi paso por toda la curvatura de su cuello, llegando a su clavícula para terminar el recorrido en sus senos. Tome posesión de uno de sus pezones saboreándolo, chupando y lamiendo a mi gusto. Abby se dejaba llevar de las sensaciones derramándose en gemidos y jadeando mi nombre, que se sentía tan bien proveniente de su sensual boca.

Cuando la sentí llegar al borde retome el recorrido depositando un suave beso en su vientre para continuar hasta el sur, tomando mí tiempo para hacerla delirar con cada succión que hacía en su centro y con cada embestida que mi lengua le prodigaba a su eje. Con un grito llego a la cúspide.

Trepe por su cuerpo con cuidado de no hacerle daño mientras sus espasmos iban en descenso. Sus pestañas encerraban sus ojos marrones que tanto me gustaba admirar.

— ¿Estás bien mi luna?

— Si— susurro despacio.

Me apodere nueva vez de sus labios, los cuales gustosos seguían el ritmo de los míos. Seguí acariciándola para que el fuego de la pasión no se apagase, quería que los dos ardiéramos en placer. Llegamos a un punto en el cual ya no podía esperar más necesitaba enterrarme en su interior. Me posicione entre sus piernas frotando la punta de mi miembro entre sus pliegues, sintiéndola estremecerse del placer continúe por unos segundos prolongados hasta que mi luna me incito a terminar con la tortura.

— Hazme el amor, Luc.

— Lo que ordene mi luna.

De una sola estocada entre en ella, sintiendo su calidez embriagar mi miembro. Sus piernas se enrollaron en mi cintura uniéndose a mis movimientos. La bese con necesidad, entregando todo de mí en cada empellón y cada movimiento de nuestros labios. Nuestros ya se conocían y se recibían gustosos, cuando sentí que estaríamos cerca del orgasmo, mordí a mi luna en su hombro provocando que nos catapultara al máximo placer.

Yacimos agotados y sudados pero completamente felices de que todo allá salido bien, aunque ese pequeño percance pudo haber sido desastroso pero todo se había arreglado en su justo momento.

Nos moví en la cama para que ella quedara sobre mí, la cubrí con mis brazos no queriendo soltarla. Necesitaba sentirla. Entendía que todas estas emociones en estos momentos es por mi naturaleza, cuando encontramos nuestra destinada lo son todo para nosotros y tan solo por contemplar la posibilidad de que la alejen o le hagan daño provoca innumerables cosas en nosotros que nos hacen ser un poco irracional en su momento.

Aspiro su olor embriagándome de su esencia y satisfecho al saber que nuestros aromas están mezclados. Esto es felicidad y más al escuchar el golpeteo de los corazones de mis tres amores.

Con esta sensación de paz y tranquilidad seguí acariciando a mi luna quien se había quedado dormida, se que la presentación fue muy cansona para ella y más en su estado. Suspire acomodándonos para perseguir a mi luna en sus sueños.

Abby

Desperté por los rayos del sol que se infiltraban a la habitación, al parecer se nos olvido cerrar las cortinas. Me removí en la cama al no sentir el calor corporal de mi lobo, que de por sí es muy caliente, palpe por todo el derredor percatándome de que no estaba en la cama conmigo.

Me encontraba sola en la cama. ¿A dónde habrá ido, Luc?

Después de dar tantas vueltas decidí ponerme en pie y darme una ducha para salir a desayunar, ya que pronto escucharía el concierto que entonaría mi estomago reclamando atención.

Una vez estuve lista baje las escaleras, tomando rumbo hacia la cocina. En el lugar no había nadie y solo reposaba una nota de mi madre en el refrigerador.

Hija, tuve que salir por unas compras regresare en breve. Luc tuvo que salir a una reunión. Espero no tardar mucho.

Me encojo de hombros al percatarme que no se la hora que salió y tampoco se cuanto durara. Mi madre está actuando muy extraño últimamente. Me olvido por el momento sobre ese tema y me concentro en preparar algo para desayunar. Me decanto por hacer unos emparedados de jamón y queso.

Estaba muy concentrada comiéndolo cuando sentí como mi piel se erizo, y esa sensación de sentirte observada lleno mi sistema nervioso acelerando la marcha de mi corazón que empezó a retumbar. Sin siquiera disimular voltee a mirar a todos lados no encontrando nada fuera de lugar, pero esa sensación permanecía como si fuese un puño apretando mi corazón.

Me pare lentamente para alejarme del lugar sentía que debía irme cuanto antes. Salí apresuradamente de la cocina sin saber hacia dónde dirigirme, al final decidí salir de la casa. Abrí la puerta casi choco con el cuerpo musculoso de mi lobo quien me miraba extrañado. Me lance en sus brazos sintiéndome segura estando con él.

— Mi amor, ¿Qué sucede porque estas temblando? — su pregunta me hace percatarme de mi estado actual, estoy temblando en sus brazos apretándome contra su cuerpo como si de un escudo se tratase.

— Solo abrázame Luc—le susurre mientras las lagrimas corrían por mi rostro.

Sentí sus brazos sostenerme mejor para entrar conmigo a la casa, no entendía porque me encontraba de esta forma pero esa sensación de ser observada me puso los pelos de punta. Mi mente se lleno de tantas cosas horribles y todo se acrecentaba sabiendo que Luc tenía enemigos que querían su poder y verlo destruido, sé que soy su punto más débil por el cual intentaran llegar hasta mi.

Luc se sentó en el sofá conmigo aun prendida sobre él, con suma delicadeza limpio mis lagrimas y beso mi cabeza.

— Luna, no me gusta verte así. Cuéntame que sucede por favor.

— Estaba comiendo en la cocina y sentí como si alguien me estuviera observando—. Termine de contarle viendo como su rostro tomaba un matiz diferente.

Me acomodo en el sofá y salió más rápido que un rayo hacia la cocina, me pare para ir tras él. Cuando llegue a su lado estaba en una posición de ataque mientras sus fosas nasales se expandían.

— Luna, debo ir a un lugar. Pero antes necesito llevarte a la manada de mi hermano.

— ¿Qué sucede Luc?

— No puedo explicártelo ahora porque ni yo mismo se. Pero cuando termine lo que tengo que hacer te prometo que te contare todo.

— Está bien amor.

En silencio seguí a Luc hasta su auto mientras comenzaba a conducir hacia la manada de su hermano. No dejaba de darle vueltas a todas estas cosas extrañas que están sucediéndonos últimamente. ¿Cuándo podremos ser totalmente felices?

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