Capitulo 21 Wilma
Nota Importante leer: Formalmente les informo que esta historia desde hoy sera actualizada los días Lunes, Miércoles y Viernes. Dejando espacio para la nueva historia Mi destino de la serie los dioses casamenteros los días Martes y Jueves.
***
Luc
¡Maldita sea!
¡Qué jodida suerte es la que tengo!
Desciendo los escalones que había ascendido regresando al lugar donde estaba. Wilma yace parada con una expresión de confusión. Lo que siempre había evitado hoy se ha materializado, ¿Será que la solución es no pensar en ello para que nunca suceda?
— ¿Qué fue todo esto Wilma? —Mi pregunta la saca de su estado de estupefacción y posa su mirada en mi.
—La que no entiende que sucedió soy yo. ¿Quién es ella? —Después de lo que ha hecho se atreve a pedirme explicaciones.
—Ella es mi luna. ¿Ahora te vas hacer la que no sabía que encontré a mi mate?
— Luc, yo no sabía. —Pone una cara de horror. —Cuanto lo siento.
— Deja de hacerte la víctima.
— No me estoy victimizando. Yo no sabía nada. Acabo de llegar de la manada de mi hermana, la cual acaba de tener a sus cachorros y mis padres me enviaron a ayudarla. Lo último que supe de ti fue el accidente y tu posterior rescate, eso fue todo. Te lo juro.
— Justo esto es lo que mi abuelo siempre me pidió evitar. —Digo mientras me alboroto el cabello.
— Lo siento en verdad. Si quieres puedo hablar con ella y expli...—La interrumpo no gustándome la idea de quien fuera mi amante en su momento quiera hablar con mi luna. No lo sentía correcto.
— No. puedes irte y te pido no volver acercarte a mí, mantén tu distancia. Recuerda que solo compartiríamos sexo hasta que nuestros mates se cruzaran en nuestro camino. Y como puedes ver ya tengo a mi luna, la cual no la cambio por nada, ni nadie.
— Lo entiendo. No te preocupes, espero tu luna te escuche y perdone. Si necesitas mi ayuda tan solo pídemelo que con gusto hablo con ella. Adiós.
— Adiós.
La veo salir de mi casa mientras me recrimino por no haber hecho algo para detenerla antes si quiera que me besara. Siento que soy capaz de matar a cualquiera que se me cruce por enfrente, por la estupidez que permití que ocurriera y lo peor de todo es que mi luna está sufriendo. Siento un dolor punzante en mi pecho, escucho sus sollozos a pesar que llora por lo bajito intentando que no sepa el estado en el que se encuentra.
Recuerdo el consejo que me dio mi abuelo.
"—Hijos, nunca tengan amantes en nuestra manada. Vayan a otras manadas y ténganlas, pero respeten el lugar donde estarán con su luna. Pasé por eso y vi el sufrimiento que le cause a su abuela. Sé que por nuestra naturaleza tendrán que pasar el celo con alguien pero eviten tenerla en esta manada."
Y seguí al pie de la letra su consejo pero nunca pensé que sería el alfa de esta manada, en la cual estuve con Wilma y ahora estoy recibiendo mi castigo. Ahora sé que decirles a mis hijos para que no estén ni con las de esta manada mucho menos con alguna cercana a esta.
Seguí el olor de mi luna, el cual me llevo hasta la habitación de su madre. Toque la puerta pero no recibí respuesta. Pero sabía que estaba ahí no tan solo por su olor también porque podía escuchar su llanto el cual estaba estrujando mi corazón.
—Mi luna necesitamos hablar. Abre por favor. — Nada, no recibí respuesta por lo que continúe persistiendo. —Mi amor, no me moveré de aquí hasta que hablemos.
—Pues prepárate a dormir en el suelo porque no pienso hablar contigo.
—No me gusta hablarte sin poder mirarte a la cara, pero si no hay de otra. —Suspire. —Mi amor, ella no es importante para mí. Yo te amo a ti y es lo que debes de entender.
—Luc, ¿Qué parte de no te quiero escuchar no has entendido?
— Tan solo quiero...—Hice silencio cuando ella entro al baño y abrió la llave. Al parecer no la tendré fácil.
Cuando intente ir por la llave de la habitación escuche el timbre, suspire para ir a abrir nuevamente la puerta. Espero que esta vez quien sea que este tocando no me traiga más problemas de los que tengo.
Ni bien termine de abrir uno de mis hombres de confianza comienza hablar.
—Alfa, han provocado un incendio en la casa del ex alfa.
— ¿Qué? Y sacaron los documentos importantes. Por favor no me digas que se quemaron.
—Estábamos intentando apagar el fuego pero se ha movilizado muy rápido. Y todo se origino en la oficina por lo que todos los documentos se han convertido en cenizas.
— ¡Diablo! — exclamo con toda la impotencia que siento en estos momentos.
¿Qué es lo que sucede?
¿Sera que tendré que tirarme en la mar de espalda para que se me quite lo salado?
Juro que si esa fuera la solución hoy mismo lo haría. Mascullo entre dientes todas las maldiciones habidas y por haber. Al final me resigno, la conversación con mi luna tendrá que esperar. Antes de hacer una rabieta como un niño pequeño controlo mi temperamento y me dirijo hacia donde ocurrió el siniestro.
De algo si estoy seguro, que cuando logre poner mis manos en ese desgraciado que está haciendo todo esto, lo acabare con mis propias manos. Tengo que movilizarme para dar con su paradero antes de que haga algo irremediable.
Abby
Cerré la llave para comprobar que ya había dejado de insistir, Salí hasta el pasillo percatándome que no se encontraba. A pesar que era lo que quería ¿Por qué me siento decepcionada? A veces ni yo misma me entiendo.
Regreso a la habitación sentándome en la cama mientras mi madre me observa en silencio.
En mi mente no se dejan de reproducir esas imágenes, horrendas imágenes, de Luc besando a esa mujer. Las lagrimas vuelven a derramarse por mis mejillas, no puedo controlar el dolor de sentirme traicionada por él. Después que me jura amor eterno, que me muestra nuestra supuesta casa concluye la obra metiéndose con otra mujer bajo mi mismo techo.
Mi madre me cobija en sus brazos intentando calmar el dolor que siento en mi corazón. De soslayo veo mi anillo en el dedo y siento un vacio en mí. Creí todas sus palabras, en verdad confíe en él y me paga de esta forma.
—Hija, me preocupa que estés tan callada. ¿Qué ideas locas estas formando?
— Creo que lo mejor sería si regresamos a Los Ángeles. — Termino de decir luego de darle tantas vueltas.
— Mi amor, sabes que te apoyo en todas tus decisiones. Pero siento estas siendo muy apresurada, deberías...—la interrumpo porque se por donde va.
— ¿En serio? Si es capaz de besar una mujer bajo el mismo techo que estoy yo, que otras cosas no es capaz.
— Hija. — me sostiene de los hombros y me zarandea. —Ya deja de estar huyendo, toda la vida te la has pasado de esta forma. Dentro de ti están creciendo dos vidas que dependen de ustedes dos. No puedes a la primera de cambio soltar todo y huir.
— ¿Cuándo he huido?
— Cuando regresaste a Los Ángeles, sin pedir una explicación te embarcaste en un avión alejándote de Luc. Ese chico vino a explicarse pero no lo dejaste, te entiendo por el momento es muy reciente pero debes escucharlo. Luego de eso haz lo que quieras. Algo más que te diré. Luc al igual que tu, tuvo sus relaciones pasadas y eso es lo que son.
— ¿Por qué lo defiendes?
— No lo defiendo, solo coloco los puntos sobre las íes. Ese chico te ama y tu también, no deje que cualquier cosa empañe la relación tan bonita que tienen. Iré a preparar algo ¿Quieres?
Asentí mientras la veía salir de la estancia. Odio decir esto pero mi madre tiene razón. Debí de darle la oportunidad de explicarse. Me dejo caer de espalda a la cama viendo con otra perspectiva el asunto.
Pero para darle más sentido deberé hablar con Luc o más bien dejarlo que se explique. Porque pecaría de injusta si no le doy la oportunidad de hablar y arreglar las cosas.
Cuando me siento más tranquila, voy hasta la cocina donde mi madre termino de cocinar pasta. Tan solo un día y ya mi madre se desenvuelve en el lugar como si tuviese años habitándolo.
Pase toda la tarde esperándolo pero no vino a comer y tampoco apareció en la cena. Cansada de esperar me dirigí hacia nuestra habitación, estaba decidida a hablar con él y cuando llegara quiero sentirlo. Como una autómata me coloque mi piyama para acostarme, el cansancio hacia mella en mí por lo que no se prolongo por mucho tiempo mi sueño.
Mañana seria un nuevo día para hablar con Luc.
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